En 2023, WWE llevará a cabo un PPV en Puerto Rico. El 6 de mayo de este año, la empresa viajará hasta San Juan, al Coliseo de Puerto Rico, para desarrollar Backlash, el evento de pago por visión que da rienda suelta a las consecuencias de lo acontecido en WrestleMania. Tenemos que remontarnos 18 años para encontrar un show de estas características en esa tierra: el 9 de enero de 2005, tuvo lugar en el mismo recinto, ante más de 15.000 personas, WWE New Year Revolution, un show exclusivo de la marca Raw que abría el año de hostilidades en la empresa. Me alegró mucho saber que WWE volvía a Puerto Rico, pues es esa tierra un lugar de rancio abolengo luchístico, un poco abandonado quizás en la última década. Volveremos a escuchar los conteos en español desde las gradas. Me gustaría, pues, reivindicar este hecho histórico, revisando brevemente el main event de ese último PPV ocurrido en San Juan: en una Elimination Chamber, se enfrentaban Triple H, Batista, Randy Orton, Edge, Chris Benoit y Chris Jericho; seis luchadores que ahora podríamos considerar leyendas. Pero contextualicemos un poco.
En esa época, el título principal de Raw era el World Heavyweight Championship. En WrestleMania 2004, vimos al fin a Chris Benoit hacerse con la correa más importante del mundo, mas su reinado no pasaría de SummerSlam, donde fue derrotado por Randy Orton, que se convirtió en el Campeón Mundial más joven de la historia.
Entonces, la storyline de Evolution dominaba la narrativa de Raw. Triple H, Batista, Randy Orton y Ric Flair formaban un gran equipo que aunaba el pasado, el presente y el futuro del wrestling. Sin embargo, comenzaron los problemas, pues ese futuro tendía a convertirse en presente. El primero en excederse en sus ambiciones fue Randy; al convertirse en Campeón, fue observado como un traidor en el grupo, y este lo atacó violentamente. En Unforgiven 2004, Triple H recuperó lo que estimaba suyo, después de recibir ayuda de... todo el mundo. La primera de las muchas rivalidades que han tenido estos dos en su carrera se saldó con victoria, por extraño que parezca, del narizotas.
Ese reinado en realidad duró poco. Quizás para justificar la necesidad de realizar una Elimination Chamber en New Year Revolution, o quizás para contar dos reinados a Triple H por el precio de uno, el título quedó vacante a principios de diciembre, tan sólo para que Hunter lo volviera a ganar en dicha batalla. El 29 de noviembre, Randy Orton asumió el rol puntual de General Manager de Raw, y dispuso una batalla titular. Nada más comenzar el Show, se disputó una battle royal cuyo fin era encontrar un retador, y que acabó con Edge y Benoit cayendo al mismo tiempo fuera del ring. Así pues, fue una Triple Amenaza lo que vivimos en el main event de esa velada: Triple H vs Edge vs Benoit, y tampoco entonces hubo un ganador claro, porque la lucha acabó, de nuevo, con ambigüedad entre los dos canadienses: Benoit aplicaba un candado al cuello con la espalda plana, de tal manera que, al mismo tiempo que Edge se rendía, el referee decretaba el pinfall. Un árbitro le daba la correa a uno mientras el otro se la quitaba para entregársela a su rival. La semana siguiente, aparecería Vince McMahon con el trofeo, declarándolo vacante. La solución: una Elimination Chamber con Hunter, Benoit, Edge, Batista, Orton y Jericho involucrados. Durante las semanas previas a la batalla, se disputó un Beat the clock challenge para dictaminar el luchador que saldría en última posición en esa contienda, y el ganador fue Batista.
Esto es importante. Triple H temía que ocurriera lo mismo que había pasado con Orton: que Batista se le subiera a las barbas. Y tenía motivos para temerlo, porque en esa época el Animal honraba su mote. Se mostraba casi imbatible: dama miedo el poder que era capaz de expresar. WWE lo observaba como a una futura estrella, y su paso al estrellato de hecho no tardaría mucho en llegar: a finales de enero de 2005, pocas semanas después del Chamber, se proclamaría ganador de Royal Rumble, para retar a Triple H en WrestleMania y salir triunfante. Sí, Triple H era un abusón, pero consiguió poner over a todos sus compañeros de Evolution, primero liderando una agrupación que les dio protagonismo, y después manteniendo grandes rivalidades con todos ellos. Pero, ¿Qué pasó en la Elimination Chamber de New Year Revolution?
Hay que decir que el Referee especial de la contienda es Shawn Michaels; medida esta interpuesta para frenar las trampas de Evolution, pues Hunter y HBK no se llevaban muy bien en la época. Este tipo de combates siempre debe empezar con un enfrentamiento en single entre dos luchadores habilidosos, mientras los otros cuatro participantes esperan en una cápsula hasta que llegue su respectivo turno. La elección en este caso es obvia: Benoit y Jericho, dos hombres con química que se han enfrentado muchas veces en su carrera, comienzan la pelea, con una demostración técnica notable. Después de un Superplex de Benoit sobre Jericho, se escucha la cuenta de 10 en español. The Game hace acto de aparición para brawlear a sus rivales y estrenar el uso del metal, no aprovechado por estos en la fase inicial. El Wolverine comienza a sangrar después de ser lanzado sobre las rejas y HHH lo acentúa, golpeando aún más su cabeza. Posteriormente,Jericho le da al americano de su propia medicina, al lanzarlo en diversas ocasiones sobre el metal.
Entra en cuarta posición Edge, muy enérgico, como en el caso de Hunter, aplicando ataques sobre todos. Lanza con resorteras a sus rivales contra las rejas, extendiendo la sangre por doquier. La pelea se convierte en una Fatal Four Way, con opciones para todos, hasta que llega el turno de Randy Orton. El luchador de tercera generación aparece volando, pues entonces aplicaba unos crossbodies desde la esquina tremendos, y golpea con saña a su antiguo mentor, mientras Batista espera que se abra su celda impaciente. Jericho recibe Pedegree y RKO sobre su cabeza ensangrentada, pero se mantiene en batalla. Benoit atrapa a Randy con uno de sus candados, mientras Triple H se burla del jovencito. Ante esto, Benoit cambia su presa y aplica Sharpshooter sobre el yerno de McMahon. Por desgracia para él, su posición es perfecta para recibir el RKO por parte de Randy. Esto se está animando.
Edge busca Spear sobre Orton, pero este lo evita, y es el referee, Shawn, el que lo recibe. Vuelve a probar el canadiense con más éxito, pero HBK no está listo para contar, por motivos obvios. Cuando el Rated R Superstar le reclama, recibe una previsible Sweet Chin Music, que Jericho remata con Lion Sault. Así llega la cuenta de tres: Edge es el primer eliminado.
Benoit ataca a Triple H con tres Suplexs, y se lanza con un loquísimo Diving Head Butt desde la parte superior de una de las cabinas que encierran a los luchadores. Con semejante caída sobre su cabeza, no es de extrañar que al finalizar su vida, su cerebro estuviera en las condiciones en que estaba. Mientras Jericho aplica Walls of Jericho Sobre Hunter, su tocayo atrapa el brazo y la cabeza del líder de Evolution con un Crossface. El castigo es excesivo, pero un animal es liberado. Batista sale de su jaula para atacar a los canadienses y liberar a su jefe. Ante los gritos de los Puertorriqueños a su favor, Batista expresa su furia, con grandes problemas para contenerla cuando se topa con Triple H. Batista lanza a Jericho contra un cámara, que queda herido en el suelo. Nadie se libra de su fuerza bruta. La chamber es abierta para atender a este hombre, y eso tendrá consecuencias. Mientras eso ocurre, los luchadores pelean como si esto fuera una battle royal, sin contar nada concreto. Después de unos minutos, el dominio activo de Batista se reinicia, y este elimina a Benoit y Jericho de manera consecutiva. Al primero le aplica un Spinebuster, antes de lanzarle encima a Y2J con la misma técnica. Benoit queda fuera de la batalla, y poco después pasa lo mismo con el rockero, víctima de un PowerSlam seguido de una Batista Bomb. El Animal ha demostrado que está en un estado de forma imparable. Esto se decidirá entre los hombres de Evolution.
Randy Orton recibe una buena paliza por parte de los otros dos hombres. Estos le humillan, si bien este segmento de la batalla no resulta especialmente dinámico. Parece que Hunter y Dave compiten, pues ambos utilizan Spinebuster. Empatan, dado que ninguno acaba con la resistencia de Randy. El abuso continúa, mientras se respira una duda en el ambiente: qué pasará si Batista y Triple H se enfrentan al final? No tendrán ocasión, pues Randy protagoniza un comeback de la nada. Pega golpe bajo a Batista, antes de aplicarle el eficaz RKO. Batista es eliminado ante la decepción del público. En su enfrentamiento individual, Randy consigue aplicar asimismo RKO sobre Hunter, mas la "magia" de evolution actúa una vez más. Batista, aun en la jaula, agarra a Shawn mientras Ric Flair aprovecha que la celda había quedado mal cerrada para colarse. Cuando esto ocurre, Michaels y el Nature Boy pelean, al tiempo que Batista ataca a Randy. Cuando los que sobran se van, Triple H tiene ventaja: aplica Pedegree y se acabó. Victoria y nuevo reinado para él. Esto, como sabemos, no acaba aquí.
Buena batalla: storytelling con momentos de buena pelea. Tiene, eso sí, la pelea, algún que otro segmento más lento, y desde luego está lejos de las mejores chambers, pero sigue siendo muy buena.
Puntuación: ****1/4
sábado, 29 de abril de 2023
Triple H vs Batista vs Randy Orton vs Edge vs Chris Benoit vs Chris Jericho, WWE New Year Revolution 2005
domingo, 12 de junio de 2022
Randy Orton vs Triple H, WWE WrestleMania 25
Hace poco, comentábamos en el blog el main event de WrestleMania 38, esa lucha entre Roman Reigns y Brock Lesnar, que, tras muchas peleas a lo largo de los últimos años, se enfrentaban en un match supuestamente definitivo, con una historia detrás mucho más potente, pero con un resultado que acabó siendo muy mediocre. Un lector del blog, entonces, me animó a comentar asimismo el match que mantuvieron Triple H y Randy Orton en WrestleMania 25, puesto que le parecía que la situación de entonces tenía muchas similitudes con lo que ha ocurrido este año. Y no le falta razón.
Triple H y Randy Orton, que entonces eran las máximas estrellas de WWE junto a John Cena, se enfrentaron en el main event de WrestleMania 25, que nadie recordará jamás, y que quedará opacado por siempre por el enfrentamiento que tuvo lugar entonces entre Undertaker y Shawn Michaels, uno de los mejores de la historia de la empresa. Randy y Hunter, como Roman y Brock este año, se enfrentaban después de una historia común muy larga, tras un feudo realmente excesivo... y no estuvieron a la altura a la hora de estelarizar un evento en el que todo, hasta entonces, era bastante bueno. Mal por ellos.
Recordemos que Orton y Triple H coincidieron en el stable Evolution, que hizo que la carrera del Asesino de Leyendas, así como la del Animal Batista, despegara. Pero, a lo largo de los años, el equipo, que existía para hacer realidad los deseos de Triple H, fue perdiendo, poco a poco, a sus miembros, cuando estos pensaron en tener algún éxito propio. El primero fue Randy, que se convirtió en el World Heavyweight Champion más joven de la historia de la empresa, y recibió la traición de sus compañeros, entrando en una cruda rivalidad frente al líder. Poco después, pasó lo mismo con Batista, cuando este ganó el Royal Rumble 2005 y puso sus ojos asimismo en el título. E incluso el veterano Ric Flair acabó a tortas con el narigón.
Triple H y Randy Orton siguieron enfrentándose cuando Hunter cambió al bando técnico. Junto con Michaels, revivió a D-Generation X y tuvo varios enfrentamiento con Ratd-R RKO, el equipo que formaba The Viper con Edge. Durante uno de sus matches, HHH se lesionó de gravedad, y no regresaría hasta SummerSlam 2007, donde mantuvo un match frente a Booker T, en su rol de King Booker. En ese mismo evento, un Randy Orton que estaba recibiendo un push para ser el principal rudo de la compañía, se enfrentó por primera vez al eterno campeón Cena, siendo derrotado.
Pero Cena se lesionó, y tuvo que dejar el Campeonato de WWE vacante. No Mercy fue el PPV en el que se nombró un nuevo campeón, y fue un PPV que giró en torno a estos dos hombres. Vince McMahon nombró campeón a Randy porque sí, y su yerno, que con D-X, había mantenido graves disputas con él durante 2006, llegó para exigir una oportunidad. La recibió, y en el primer match de la noche, salió ganador y nuevo campeón de WWE por enésima vez. Pero no acabaría la velada como campeón. En su segundo combate, Vince lanzó a su bestia Umaga contra él, mas volvió a alzarse con la victoria. Pero tendría una tercera lucha. En el main event, Randy Orton lo derrotó en un Last Man Standing bastante bueno (quizás la mejor lucha entre ellos), y se volvió a coronar campeón.
John Cena volvió a la acción en Royal Rumble 2008, en una gran sorpresa, y ganó la batalla real. Randy estaba teniendo un reinado notable, venciendo a Hunter, Shawn Michaels y Chris Jericho. En WrestleMania 24, las tres grandes estrellas, Randy, Hunter y Cena, lucharon por el título en una Triple Amenaza, de la que Randy salió ganador. Durante el año, sin embargo, Triple H se llevó la correa, después de varios enfrentamientos con RKO, y se la llevó a Smackdon. Por su parte, Orton montó un stable de luchadores de segunda generación, junto con Cody Rhodes y Ted DiBiase Jr. Aunque perdió el título, siguió avanzando en su rol de top-heel, y eso le condujo a ganar el Royal Rumble 2009. Cody y Ted sobrevivieron hasta el final, y cuando Triple H estaba ocupado eliminándolos, él hizo lo propio con The Game para salir ganador. Así, se aseguró la posibilidad de volver a luchar por el título, un año más, en WrestleMania, y su rival sería... de nuevo Triple H, que se proclamó campeón una vez más en Elimination Chamber, al ganar una batalla en la cámara de eliminación.
Mientras que eso pasaba, Randy se metió en un storyline con la familia McMahon. Atacó a Vince, con su patada en la cabeza, que un tiempo después sería prohibida, y al hijo de este, Shane, que regresó tras un tiempo fuera, para enfrentarse a él y vengar a su padre. Mantuvieron una buena lucha en Elimination Chamber, pero en el siguiente show de Raw, Shane acabó como su padre. Y ahí fue donde entró Stephanie, y si Stephanie está en peligro, Hunter no puede estar lejos.
Randy cometió la locura de aplicar RKO sobre la chica. Y no fue lo peor. En el siguiente programa, Triple H fue a por él como un animal, pero la ayuda de los miembros de Legacy resultó definitiva. El Asesino Cerebral fue apalizado, y esposado a la esquina. Cuando estaban abusando de él, apareció su esposa para suplicar clemencia, pero se metió en la boca del lobo. En una muestra de violencia contra las mujeres que hoy sería inconcebible, Orton le aplicó su DDT desde la segunda cuerda, y acto seguido, la besó cuando estaba inconsciente. En la esquina, atado, Triple H lo observaba furibundo.
En el programa previo a WrestleMania, Hunter, Vince y Shane hicieron su regreso para atacar en conjunto a Legacy, y meterse en una brawl, ahora sí, en igualdad de condiciones (Vince todavía estaba fuerte). Aunque en algunas cosas, la historia no tenía muy buen gusto, y en cualquier caso, los luchadores enfrentados no resultaban de mucho interés, porque habían peleado muchas veces y habían demostrado no tener una química especialmente buena, era lo suficientemente intensa como para tener interés dentro de un show con mucho material de calidad, como WM 25. Podía ser un buen colofón. Pero no son capaces de lograrlo.
Triple H se encuentra con Shane y Vince tras bastidores. Pero no participan en todo el match. Es un match lleno de odio y rencillas entre agrupaciones, pero las agrupaciones no hacen acto de aparición. Triple H es incapaz de mostrar el odio y la violencia que debería ejercer tras lo ocurrido con su mujer. Y tampoco se utiliza correctamente la estipulación, que podría dar mucho juego. Vicky Guerrero ordenó que si Triple H perdía por descalificación, también perdería el título. Esto podría dar mucho juego, en tanto que la parte personal de la batalla debería tener mucha más relevancia que el título, y eso podría hacerle dudar cuando Randy le forzara a ello... pero no lo hace nunca. Triple H duda en algún momento, pero poco, y sin que Randy ejerza presión.
La lucha, de hecho, empieza bastante bien. Hunter entra rompiendo un espejo, y se lanza contra Randy, sin escuchar los avisos del referee. Rápido, Orton le coloca un RKO, y cuando va a rematarle con la Penalty Kick, HHH le agarra con un Pedegree. La lucha empieza fuerte: usar los finishers tan rápido es muy original. Randy demuestra mucho dolor en la cabeza, y Triple H lo aprovecha, haciendo un buen trabajo sobre el coco de su rival. Trabaja bien, aunque no debería tomarse el combate con tanta calma, teniendo en cuenta los hechos. Pronto, el dominio cambia de manos, y la originalidad del principio se pierde, para que el combate se convierta en una lucha genérica, propia de un live show. No hay nada de WrestleMania en su puesta en escena, y nada de rivalidad, como en el caso del Roman vs Brock de este año.
Hay un momento en el que luchan en ringside. Triple H quiere pegar con una silla al retador, pero el chivato del referee le recuerda que si lo hace, perderá el título. Es lo más parecido al uso de la estipulación que hay en el match. Hunter quiere aplicar un Pedegree sobre la mesa de comentaristas, pero acaba siendo proyectado sobre la otra, cayendo sin romperla. Orton, que ganó su Last Man Standing de una manera parecida, aplica un DDT sobre el suelo, corre hacia el ring y espera el countout, que también le daría el título. Hunter llega al ring a la cuenta de 9, para estupor del Asesino de Leyendas. Entonces, el retador lanza al campeón contra el árbitro, dejándolo KO, y aplica RKO. Aprovechando que no hay autoridad, Randy busca el martillo de Hunter, para pegarle con él, pero cuando está subiendo al ring, recibe su propia Penalty Kick. Triple H le pega con su martillo, y lo deja listo de papeles. Imposta un poco de violencia, pegándole puñetazos sin parar, aunque ya no cuela: el público está aburrido de esta lucha desde hace tiempo, y no compra la supuesta furia del face, que llega un poco tarde. Pedegree y se acabó. El público aplaude, más por las ganas de que acabara la lucha que por alegría.
El combate no es malo; si hubiera tenido lugar en otro evento y en otras circunstancias, hubiera sido más satisfactorio. Pero es WrestleMania, es el show del año, con la rivalidad más loca de los últimos tiempos, y una estipulación apropiada, y sin embargo, los luchadores pelean como si estuvieran en un combate de RAW. Los Legacy aparecían siempre para apoyar a Randy, pasara lo que pasara, pero hoy estaban en Mcdonalds. Y Shane y Vince aparecen antes de la lucha para mirar a Hunter y no hacer nada. Un desperdicio.
Puntuación: ***
miércoles, 2 de febrero de 2022
30 Men Royal Rumble Match, WWE Royal Rumble 2022
Vamos a revisar las dos batallas reales del evento Royal Rumble 2022 de WWE. En ambas, hay sorpresas y ganador final relativamente inesperado. Empezamos por la edición masculina.
Esta edición tiene varias cosas interesantes, si bien creo que no es muy buena en términos de puesta en escena. De hecho, la primera mitad de la misma (o dos tercios, si se quiere) resulta bastante insoportable. Un año más, WWE no se ha dignado a escribir historias para que tengan lugar a lo largo de la hora de pelea; se ha conformado con llenar el ring de tíos en gallumbos, algo que era interesante cuando existían los personajes de verdad, mientras que ahora, como todos los luchadores son más o menos iguales, no hay demasiado que rescatar.
Y ni siquiera hay leyendas del pasado que hagan apariciones especiales, algo imprescindible para prender la llama en este tipo de acontecimientos. Sí que los hay en la versión femenina; entiendo que, tras las olas de despidos de los últimos meses, la empresa ha vuelto a su estado de 2017 en lo respectivo al roster femenino. Por eso esa batalla resulta mucho más entretenida que esta. En la versión masculina, gozamos de la aparición de dos estrellas de la farándula (algo es algo) y un final un poco más brillante.
Styles quería celebrar que han pasado 4 años desde su debut, precisamente en Royal Rumble. En esta ocasión, sale con el número uno, y es el protagonista de los primeros minutos de pelea, si bien acaba siendo expulsado del ring de manera irrelevante. El segundo gran protagonista es el enorme Omos, que entra para limpiar un poco el ring, pues este estaba lleno de Don Nadies (meter tag teams en RR es una política que siempre resulta decepcionante para el público). Pero antes de eso, vemos entrar al ring a Johnny Knoxville, un personaje televisivo famoso en USA, creador de Jackass. Se pelea con Sami Zayn, pero acaba recibiendo finishers de varios luchadores, para ser eliminado por el Helluva Kick de El Genérico. Nada más ocurrir esto, el canadiense es expulsado asimismo por Styles.
Como decíamos antes, Omos aparece para causar el caos, sacando fuera a varios rivales. Parece invencible, mas la entrada de Chad Gable resulta fatal para su causa. Con su inteligencia superior, une a todos los luchadores en contra del gigante, que es rematado por su antiguo mentor, el propio AJ. Así acaba la amenaza de Omos. Esto resulta lo más interesante de cuanto ocurre durante la primera mitad de la pelea.
Los minutos pasan, algunos luchadores entran, y otros salen. Cuando Madcap Moss y Happy Corbin se juntan, consiguen hacer daño en equipo. y eliminar a luchadores como AJ. La cosa se anima un poco cuando llega Drew McIntyre, tras vencer a su lesión, y derrota a los dos payasos en cuestión. Por si acaso, les pega una buena paliza también fuera del ring.
Durante años, hemos dicho que resultaba increíble que los spots al límite de Kofi Kingston siempre salieran bien en el Rumble. Pues bien, el de este año sale mal. El luchador es lanzado fuera por Sheamus (creo), y se engancha a la barrera de protección. Pero la caída es demasiado fuerte, y sus pies tocan el suelo un instante. Es imposible verlo a simple vista, y WWE podría haber defendido que no había tocado, si no hubiera ofrecido una toma en la que se viera todo. Pero toca, y WWE sigue sus reglas: Kofi es eliminado nada más llegar, sin ofrecer su locura anual. Otra cosa mal.
El aburrimiento continúa, hasta que se anima un poco con la llegada de Bad Bunny, quien ya participara en Wrestlemania, con buenos resultados. Una vez más, aplica varios movimientos a la perfección, y se apoya en un hispano hablante, Rey Mysterio, para permitirle aplicar un 619. En lugar de la habitual aparición sorpresa que no aporta nada, Bad aguanta en el ring un buen rato, lo que tiene su mérito. También lanza fuera a Sheamus y Dolph Ziggler, que 15 años después, sigue aquí, no haciendo nada.
Los tres últimos participantes continúan con el gran trabajo de Bunny para animar la pelea. Con el 28 llega inesperadamente Shane McMahon, que se encuentra con un clásico rival: Kevin Owens, y lo elimina. Con el 29 entra Randy Orton, que tras 20 años peleando, sigue generando una reacción del público enorme (quizás la mayor de la noche), y entra para hacer equipo con su amigo Riddle y eliminar varios rivales con diversos RKO. Con el 30 entra Brock Lesnar, y el estadio se viene abajo.
Lesnar llegó a este show como Campeón de WWE, pero perdió el título ante Bobby Lashley, debido a la interferencia Roman Reigns. Ahora que lo vemos aquí, sabemos lo que significa: el capítulo final de la rivalidad entre ambos en el mayor evento del año.
Entre pitos del respetable, Lesnar elimina a Orton, y aplica F5 al pobre Bad Bunny. Por eso aguantaba tanto el... ¿cantante?, para recibir el mayor ataque del mundo, algo que, supongo, se repetirá mucho en televisión. Lesnar continúa con la destrucción, hasta que se queda solo frente a Drew.
La verdad es que el final no es muy dramático: carece de emoción, tal y como ocurre en la batalla femenina. Estos dos tipos, que ya se vieron las caras en WrestleMania, se enfrentan, y la victoria se va para La Bestia, sin excesiva dificultad. Así termina un Royal Rumble aburrido como ninguno, pero un poco mejor en su parte final. A partir de la salida de Bad Bunny, pasan muchas cosas.
Puntuación: ***1/4
jueves, 27 de mayo de 2021
Randy Orton vs The Fiend, WWE WrestleMania 37
Seguimos con nuestro repaso a WrestleMania 37, empezando con la noche 2. En un alarde de originalidad, WWE repite lucha en el magno evento; Randy Orton y Bray Wyatt vuelven a verse las caras, después de hacerlo hace unos años, cuando Bray aún usaba su personaje original (el de Wyatt, no el de Husky). Entonces, WWE ofreció un combate raro, en el que se reflejaba una especie de grabación extraña de gusanos sobre la lona, que aburrió soberanamente a la gente. Aquella rivalidad acabó con un combate cinemático, adelantado a su tiempo, que tampoco interesó mucho.
Llegamos a 2021, y los dos vuelven a enfrentarse, con los roles cambiados. Orton ahora es el malo, terminando su larga historia con Edge como Asesino de Leyendas, y Wyatt es ahora el monstruo llamado The Fiend, acompañado por esa muñequita diabólica que es Alexa Bliss. La chica, haciendo un rol muy bueno de loca del coño, ha tenido mucha importancia en la rivalidad. En TLC, los dos luchadores se vieron las caras, y Wyatt acabó ardiendo. Literalmente. murió. Bye bye.
Pero, desde entonces, y gracias al trabajo de Bliss, su regreso fue, poco a poco, quedando claro. Como Chucky, el verdadero muñeco diabólico, después de ser tirado a las llamas, Wyatt mostró su chamuscado rostro. La lucha entre ambos en WrestleMania se confirmó, y abre la noche 2 del evento.
Una lucha rara, de pocos minutos, que sólo sirve para continuar la historia entre ambos, o al menos la de Fiend y Alexa. Las entradas al estadio duran más que el propio match. Orton se lo toma con calma, posando feliz por estar, al fin, ante el público, mientras que Bliss precede la llegada de Fiend. Vemos al monstruo caminar por backstage, y transfomarse, perdiendo el chamuscado. Parece estar en plena forma. Ante el ring, hay una caja de música gigante. Alexa mueve la manivela, y The Fiend aparece arriba. Desde ahí, vuela con un clothesline sobre su oponente. Suena la campana, y comienza la lucha.
Bray está en modo monstruo, así que no vende nada, pero Orton insiste. Pega un montón de DDTs desde la segunda cuerda, de tal manera que el castigo sobre la cara empieza a hacer efecto sobre Fiend. Esto es necesario para que el RKO final sirva para algo. Cuando va a buscarlo, Bray lo engancha con su Mandible Clow, y esta a punto de ganar, pero es despistado por Alexa. Esto lo aprovecha Randy para aplicar su RKO definitivo y llevarse una victoria que deja al público muy frío. Alexa y Bray quedan solos para desaparecer, sin explicar nada de lo ocurrido.
Un trocito de storyline, que no está mal como tal, pero que no debería ser un producto para WrestleMania.
Puntuación: **
domingo, 7 de febrero de 2021
30 Man Royal Rumble Match, WWE Royal Rumble 2021
Me ha costado mucho volver al trabajo en el blog después de diversos inconvenientes, y elegir combates de hora y media de duración para la vuelta, no ayudó. Estaba totalmente desvinculado del wrestling desde hacía meses, pero vi una imagen por ahí sobre Royal Rumble, y no pude resistirme a revisarlo. Estoy pagando una subscripción a WWE Network, así que habrá que aprovecharla.
Pasé directamente a la batalla real de hombres, el main event de la velada. Me llamará el lector machista, pero en ese momento, ni siquiera recordaba que ahora hay Royal Rumbles femeninos. Tengo la cabeza en otros sitios. Sin demasiado background, y contextualizando un poco sobre la marcha, estimé que fue un Rumble bastante bueno, con momentos muy aburridos y un bookeo que, una vez más, no tomaba el más mínimo riesgo y desaprovechaba un concepto que, con un poco de cerebro, podría dar mucho juego, pero, aún así, y con una concepción un poco repetitiva, resultó entretenido, con buena participación, muchas apariciones sorpresa, y varias historias sobre la mesa.
Edge volvió al wrestling en activo en el Rumble de 2020, cuando todavía había público en las arenas. Se metió en una rivalidad con Randy Orton que los llevó a pelear en varias ocasiones, con victorias para los dos. Edge se lesionó, y quedó fuera por un tiempo, durante el cuál, Orton se dedicó a recrear su personaje de Legends Killer, atacando a Christian, Big Show y Ric Flair. Incluso pudo ser Campeón de WWE durante un breve periodo, tras una rivalidad con Drew McIntyre. Pero, nada mas comenzar el Rumble, hace acto de aparición Edge, con el número 1, seguido Orton, con el 2. Entendí rápido que esas posiciones se debían a motivos de storyline.
Buen comienzo, pues, del Rumble, a través de una rivalidad que cumple un año de vida. Edge y Orton brawlean por la arena durante los primeros minutos de la pelea, hasta que Randy queda noqueado por un Facebuster sobre la mesa de comentaristas, y recibe varios sillazos en la pierna, motivo por el cuál, es retirado del lugar por los referees (como hemos visto muchos Royal Rumbles, sabemos que volverá después).
La batalla se vuelve un poco aburrida, en el momento en el que se empiezan a acumular luchadores en el ring. Pero tenemos varias apariciones especiales que nos alegran la tarde. Tan sólo lamento que no haya público real, lo que provoca que esas apariciones no tengan suficiente fuerza. Tampoco creo que los comentaristas expresen la emoción que se merecen.
El primero es Carlito, Carlitos Colón, que regresa a la empresa que abandonó hace 11 años, en 2010. Ha pasado muchísimo tiempo, así que los fans que están viendo el evento a través de las pantallas, no parecen reconocerlo, ya que son, en general, muy jóvenes. No hace mal papel, y muestra un estado físico enorme, hasta tal punto, que volvería a luchar en el siguiente programa de RAW. No sé si se mantendrá en la empresa, como ocurrió con MVP el año pasado. Y, es que, es habitual que los exWWE mejoren físicamente cuando se van de la empresa, porque tienen mucho más tiempo para ir al gimnasio, y menos controles antidoping. Recordemos, en cualquier caso, que Carlito se ha mantenido activo siempre, luchando en la WWC de su familia, así como en empresas de todo el mundo, aunque nunca con un ritmo de competición muy alto.
También aparece Kane, que no había luchado en todo el año 2020. Consigue eliminar a dos rivales, aumentando sus números de récord en RR, y se reencuentra con su amigo Daniel Bryan, al que abraza previo ataque, antes de ser eliminado por el luchador de NXT Damien Priest, que también expulsa a la pareja de Morrison y Miz. Da la sensación de que WWE tiene grandes planes para él, dado el nivel de las eliminaciones.
En cuanto al Miz, al llegar al ring, destroza los cacharros de Bad Bunny, que había tocado durante la noche. Parece que podrían meterse en una rivalidad de cara a WrestleMania, y eso puede implicar mucha publicidad para el evento, pues este tío es muy famoso, por lo poco que controlo del tipo de música que hace.
Otra aparición sorpresa es la de Hurricane, Shane Helms, que trabaja como productor en WWE desde 2019. Hasta entonces, había seguido luchando con regularidad, pero, desde su firma, no había hecho nada (de hecho, fue despedido en marzo de 2020, como otra mucha gente; no sé si vuelve a estar en nómina). Este hombre, a sus 48 años, y al contrario que Carlito, no se mantiene en tan buena forma. Pero está aquí para revivir un momento icónico en la historia de Royal Rumble: su intento de doble ChokeSlam sobre Austin y Triple H en 2002. En esta ocasión, las víctimas son Bobby Lashley y Big E, que, como aquellos, abortan la acción y mandan a Helms a su casa.
Pero la gran sorpresa de la noche es el regreso de Christian, el gran amigo de Edge, a quién abraza en el ring. Este hombre, como Daniel Bryan, se retiró debido a problemas con las conmociones cerebrales, en 2014, pero parece que WWE, como a aquel, le ha dado el alta médica, supongo que para evitar que se vaya a AEW como Sting. En 2020, tras la rivalidad entre su amigo y Randy Orton, apareció en RAW para pelear contra el rudo, en un estado de forma no muy bueno. Aquel combate no fue más que una patada traicionera de Orton, así que apenas podía considerarse lucha. Pero, en el Rumble, hace un gran papel, presenta su físico habitual de toda la vida, y se mantiene en la batalla hasta, casi, el final. ¿Seguirá usándolo WWE en el futuro? Espero que sí.
En general, la participación es muy buena. Aparecen Daniel Bryan, AJ Styles, Seth Rollins y Braum Strowman. Y aparece Rey Mysterio, momento que Michael Cole aprovecha para anunciar una cerveza mexicana. Bookeos dirigidos por anuncios, eso es algo muy novedoso. Esta empresa es una máquina de hacer dinero. Styles cuenta con guardaespaldas, un gigante negro que mide 7 metros, y que le ayuda, expulsando gente, y evitando que él caiga fuera. Braun Strowman, finalmente, aprende la lección, y lanza a AJ por otro lado, evitando su interferencia.
Edge y Christian hacen equipo, y aplican doble Spear sobre Braun. Daniel Bryan y Matt Riddle son eliminados por Rollins, tras varios intercambios geniales entre ellos, tras lo cuál queda la pareja canadiense frente a Strowman y Seth. Este trata de poner de su parte al monstruo, señalando que ellos son el futuro, pero no tiene suerte, y es atacado. Braun maltrata a los veteranos, pero en un forcejeo, acaba cayendo fuera junto al Capitán Carisma. El mismo resultado le espera a Rollins. Cuando Edge se cree ganador, aparece Randy Orton para aplicar RKO y expulsarlo. No obstante, en el último segundo, el Rated-R Superstar se revuelve y lanza fuera a su odiado rival, consiguiendo así su segunda victoria en un Rumble.
Buena batalla. Tiene sus momentos de aburrimiento, y un bookeo simplón, pero la calidad de la participación, incluyendo la de las leyendas, es tan grande, que la habilidad de los luchadores es suficiente para que este sea un muy buen Rumble.
Puntuación: ***3/4
jueves, 22 de octubre de 2020
Randy Orton vs Drew McIntyre, WWE Clash of Champions 2020
Especial WWE Clash of the Champions 2020
Vamos a ver una tercera lucha del evento Clash of the Champions 2020. Es necesario comentar algunas cosas sobre la lucha por el WWE Championship, en la que participaron Drew McIntyre, actual portador del título, y Randy Orton. Este es el segundo match titular entre ellos, después de que, en SummerSlam, WWE alargara la rivalidad al terminar su lucha con un paquetito, recurso habitual que permite al perdedor defender que el resultado ha sido producto de la suerte.
Recordemos que Randy estaba metido en un storyline en el que retomaba su labor de Legend Killer, con su rivalidad frente a Edge, sacando de escena a Matt Hardy, que luego acabaría en AEW, y atacando a otras leyendas, tras la lesión legítima del canadiense. Big Show, Christian, Ric Flair y Shawn Michaels fueron sus víctimas.
Y de eso va esta lucha. Es un Ambulance Match, con motivo de que ambos se han atacado muy violentamente en los programas previos, teniendo que salir en ambulancia, los dos, en alguna ocasión. Ya sabe el lector que una lucha de este tipo acaba cuando uno de los oponentes mete al otro en la ambulancia, y cierra la puerta. No es el colmo del wrestling.
Los dos se pegan y brawlean por toda la arena, sin mucha historia. Lo único interesante del match son las apariciones de las cuatro leyendas nombradas, para atacar a Orton. El primero es Show, que le aplica un ChokeSlam sobre la mesa de comentaristas; el segundo es Christian, que le pega una paliza y lo lanza contra las mesas del comedor; el tercero es Michaels, que le pega una Sweet Chin Music cuando está sobre la ambulancia, tirándolo, después, al vacío; y el cuarto es Ric, que conduce el vehículo, llevándose a Orton herido en su interior.
Por lo demás, el match resulta un poco aburrido. La parte que transcurre sobre la ambulancia está bien, pero se nota mucho que las caídas son preparadas, y se juega mucho con las cámaras, aprovechando que el público del Thunderdome observa los mismos planos que nosotros. Las caídas son sobre acolchado, lo cuál es bueno (ya comenté, tras la reciente caída de Matt Hardy en AEW, la negligencia que supone lo contrario), pero resulta demasiado obvio que WWE coloca las cámaras para que no se note, y para que no se vea que Shawn está subiendo por unas escaleras en la ambulancia, para atacar a Randy. Queda raro.
La parte final también está bien. Randy aplica un RKO, pero Drew sobrevive, y consigue ganar, pegándole su propia patada asesina. Combate apoyado por las apariciones de las leyendas, pero con poco contenido, más allá de ese final.
Puntuación: ***
jueves, 3 de septiembre de 2020
Drew McIntyre vs Randy Orton, WWE SummerSlam 2020
Vince McMahon tiene muchas manías, y una de ellas es que, si tiene, en sus programas algo interesante, no tarda mucho tiempo en lanzarlo de cabeza a las luchas por el título máximo, donde se quema el invento, porque un título mundial está ceñido a cierto número de reglas que complican que las historias concluyan en la manera en la que deberían. Porque, al fin y al cabo, la elección de un nuevo campeón, o la forma de ganar un título, son cosas muy serias.
Eso ha pasado con la rivalidad entre el Campeón de WWE, Drew McIntyre, que ganó el título en WrestleMania 36 y lo ha defendido con buen rendimiento desde entonces; y Randy Orton, un hombre que ha estado enfrascado en varias rivalidades, que se han saldado con unas cuantas leyendas en el hospital. Los dos subían como la espuma, y enfrentarlos ahora, de tal manera que uno tenga que salir derrotado, es precipitado. Si bien es cierto que un choque de trenes así suena interesante, y que SummerSlam es un evento en el que se tienen que ver cosas interesantes, los dos pushs se han disparado en los últimos meses, así que la sensación es que todavía requieren de un tiempo para consolidarse y para encontrarse.
Pero aquí estamos. Quizás un poco antes de tiempo, pero Randy Orton se ve las caras con Drew McIntyre en SummerSlam, en una lucha con final aparentemente incierto. Quizás eso es lo mejor, que cualquiera puede salir ganador. Se trata de una rivalidad no muy personal, en la que unas palabras de Drew provocaron una reacción violenta de Randy contra el anciano Ric Flair, que había hecho de mánager suyo en los últimos meses, lo que aportó un poco de enjundia a la cuestión, por el sentimiento de culpa y venganza que podía nacer en el escocés.
Eso lo traslada bien en el combate, en el que intenta atacar la pierna del rival, para hacerlo rendir con la Figura 4 legendaria del 16 veces campeón, sin éxito, eso sí. Asimismo, le pega un par de chops realmente fuertes, que se le quedan marcados hasta el día siguiente.
Por lo demás, este es un combate de prototipos de main eventers de WWE. Es un combate de los que se le dan bien a John Cena, una lucha en la que, en realidad, no se cuenta una historia demasiado clara, sino que se alimenta del in crescendo ambiental, y del desgaste a base de costalazos, para convertirse en algo realmente relevante. Cena consiguió grandes éxitos en este campo, sobre todo, en RAW, y sin embargo, aquí nos encontramos con un problema: que el sonido ambiental es falso. No responde a lo que realmente está ocurriendo en el cuadrilátero, y por tanto, no eleva la lucha de la manera en que debería ocurrir en un combate de este género.
No es mal combate, pero pierde mucho en este contexto. El final llega cuando los dos fallan sus respectivos finishers, especialistas en pillar al contrario por la espalda, y McIntyre se lleva la victoria a través de un counter rápido, estilo rollup o similar. Eso nos lleva a otro debate: ¿es buen final o no?
Hay gente que odia los finales con paquetitos, y otros que los justifican, en base al factor sorpresa que introducen. En este sentido, los dos luchadores de los que hablamos ya ejecutan ataques sorpresa como finisher, así que el final tiene un único problema: que se le ven las costuras a WWE.
Porque sabíamos que un final limpio entre estos dos implicaba, necesariamente, cortar un push. Sería pernicioso para el futuro a corto plazo de ambos. Por eso, cuando yo vi el final, pensé que WWE, una vez más, estaba tomando el camino fácil. O sea, el final no es malo en sí, sino que lo es el motivo por el que se hace. No es un caso en el que se use un counter como parte de la historia que se está contando, sino que se introduce de una manera artificial para poder mantener arriba la rivalidad, lo que confirma los dicho anteriormente: que era demasiado pronto. Además, a esto hay que sumar que el sonido no es apropiado para este tipo de finales, y que WWE ha abusado de ellos desde WrestleMania, y por lo tanto, causa más frustración.
Puntuación: ***1/4
miércoles, 12 de agosto de 2020
Randy Orton vs Big Show, Unsanctioned Match, WWE RAW 20/07/2020
Hace poco, comentamos un par de combates del último PPV de WWE, Extreme Rules. Como ya comenté entonces, los PPVs han perdido un poco de peso en tiempos de pandemia, puesto que no se pueden vender entradas. Existe una urgencia mayor por mejorar las audiencias de los programas semanales que se emiten por televisión, que están muy bajas, y por eso, dos de las luchas que debían ser para este evento, (Randy Orton vs Big Show y Jeff Hardy vs Sheamus), acabaron emitiéndose por televisión. Vamos a comentar esas dos luchas.
Empezando por el combate entre Big Show y Randy Orton, dentro de la historia del Legend Killer. La audiencia de RAW ha descendido especialmente, así que hay que introducir cosas interesantes. En las últimas semanas, hemos presenciado ese experimento llamado Raw Underground, en el que Shane McMahon presenta una especie de show alternativo, con muchos luchadores desconocidos del Performance Center juntándose para pelear en un estilo shoot como si estuvieran en el Club de la Lucha. Asimismo, se está intentando llevar a los programas los disturbios producidos por los autodenominados grupos antifascistas en las calles americanas, introduciendo a un stable de enmascarados que llevan a cabo infantiles ataques terroristas sobre las instalaciones de WWE, con el problema de que son todos tan bajitos y delgaduchos, que no asustan a nadie. Si yo me los encuentro por la calle, les pego una hostia que los viste de toreros.
Veremos a dónde llevan estas historias. Antes de eso, seguimos hablando de Randy Orton, que, tras destrozar a Edge y a Christian (y a Matt Hardy, no lo olvidemos), busca una nueva leyenda a la que sacar de circulación. Big Show reaccionó violentamente contra él, defendiendo a sus amigos, y se encontró con las amenazas de La Víbora. Así, llegamos a este Unsactioned Match que tiene lugar en el programa de RAW del 20 de julio de 2020.
Que no es una mala lucha, pero que no cumple con las normas de esta estipulación. Un Unsanctioned Match debe ser algo tan salvaje, que la empresa no se hace responsable de sus consecuencias. Es posible que mantener la lucha en un programa de televisión, haya jorobado los planes, pero lo cierto es que no pasa nada que no pueda ser propio de un Street Fight, o algo así. De hecho, lo más grave para la salud de Big Show, ocurre tras la lucha, que es la patada en la cabeza. Como ocurre fuera de la lucha, la empresa sí es responsable de la lesión de Show, ¿no?
El gigante empieza con mucha fuerza, muy enfadado, golpeando el tronco de su rival, con puñetazos al estómago, con raquetazos, que tienen fama de ser legítimamente dolorosos, y con un Spear, de nuevo, al estómago. Cuando Big Show sigue atacando, llegan Andrade y Ángel Garza, que habían tenido algún problema con él en anteriores programas, y le atacan, para cambiar las tornas de la lucha.
Orton castiga con sus headlocks habituales. Big Show no consigue la victoria a con el ChokeSlam, y falla un salto, destrozándose contra una mesa. A partir de ahí, todo es una tortura por parte del Legend Killer. Su primer RKO no le da la victoria, pero pega un montón de sillazos al dolorido y envejecido cuerpo del veterano, un DDT desde las cuerdas, y un segundo RKO, para llevarse la lucha. Tras la cuenta, golpea a su oponente con una Running Kick, para mandarlo al hospital, junto a Edge y Christian.
Luchita simple, entretenida, pero no lo suficientemente violenta para ser un Unsanctioned Match. La patada debería haberse incluido en el combate, para justificar la estipulación.
Puntuación: ***