La mayor fiesta del verano en el negocio del wrestling, ya ha tenido lugar este año. WWE celebró SummerSlam 2019 en Toronto, Canadá, y resultó ser un evento bastante interesante.
Y raro. Durante las semanas previas, vimos en los programas televisivos de la empresa una historia entre Roman Reigns y Daniel Bryan, que no llegó al segundo gran PPV del año, quedando ambos luchadores fuera. Igual que quedaron fuera Braun Strowman, Drew McIntyre, Rey Mysterio y Andrade. Incluso Undertaker, que había tenido una lucha en Extreme Rules y se suponía que eso le llevaría hasta SummerSlam, no hizo acto de presencia.
Pero, como digo, el evento tenía material de sobra para vender todas las entradas. Es correcto que la empresa guarde balas para PPVs que van a tener más problemas para poner el Sold Out, como Clash of Champions. Así, Goldberg volvió a la acción, como lo hizo Trish Stratus, que tuvo la que se supone que será la última lucha de su carrera, en su país de origen. Shane McMahon y Kevin Owens se enfrentaron en una lucha bien construida, Lesnar perdió el Campeonato Universal ante Seth Rollins, y Bray Wyatt hizo su regreso, teniendo el primer match de su nuevo personaje. Mucha tela.
También fue sorprendente ver a Edge, también canadiense. Fue sorprendente, sobre todo, por verle aplicar un Spear sobre Elias. No recuerdo haberle visto ejecutar un movimiento de wrestling desde su retiro. Y WWE, desde luego, no suele permitirlo a los veteranos con problemas de salud. Normalmente, en sus apariciones, tiene que quedarse inmóvil siempre ante el abuso de los rudos, lo que suele dar mucha pena. Pero supongo que este era un día especial.
Hoy vamos a hablar del combate entre Goldberg y Dolph Ziggler. No hay mucho que decir, puesto que es, como cabía esperar, un Squash. Pero hay que comentarlo.
Recordemos que la última lucha de Goldberg fue el enfrentamiento que tuvo ante Undertaker en Arabia Saudita. El exWCW se pegó en la cabeza, antes de salir al ring, y también después de hacerlo, así que no estaba en condiciones para dar un buen combate. La cosa salió regular, y la comunidad de Internet, formada, en general, por gente muy poco sana, cargó en contra de los luchadores, y en contra de su edad.
Mucha gente pensó que lo más indicado para ambos sería un retiro, pero hombres como esos no aceptan bien el fracaso, así que lo que hicieron, en su lugar, fue buscar la oportunidad de luchar lo antes posible, para que el último recuerdo vigente sobre ellos no fuera ese mal combate. Undertaker hizo un buen trabajo en Extreme Rules, y Goldberg, llega a SummerSlam para reivindicarse también.
Pero es Goldberg. Es el mejor haciendo squashes, pero es lo único que se le puede dejar hacer sin riesgo. Su rival, Dolph Ziggler, ya los ha recibido recientemente ante Kevin Owens y Kofi Kingston, así que sería raro que el resultado ante Bill fuera distinto.
Durante las semanas previas, Ziggler había tenido varias discusiones con The Miz. Se suponía que la lucha en este PPV sería entre estos dos luchadores, lo que no sería muy interesante, porque se ha repetido en demasiadas ocasiones. Dolph aplicó una Super Kick a Shawn Michales durante un segmento, así que Goldberg apareció para enseñar respeto al rubito. Dolph cada vez está más desequilibrado, lo que, aunque puede parecer insultante, le aporta una personalidad que nunca ha tenido.
Hay pocas cosas interesantes que se puedan hacer con las posibilidades luchísticas de Bill. Pero lo que se hizo, se hizo bien. La puesta en escena fue brillante, y Goldberg demostró una buena forma física, y un buen sentido del tempo.
Goldberg y Ziggler se miran, y cuando se separan, por sorpresa, Dolph le asesta una Super Kick a su oponen. La cuenta sólo llega a uno, pero le pega otra en cuanto el veterano se levanta. Una vez más, la cuenta no llega a dos.
Cuando Goldberg vuelve a levantarse, esta vez, es él el que consigue aplicar un Spear que parte en dos al Show Off. Si en algo es bueno Ziggler, es vendiendo ataques como ese, gracias a su agilidad.
Goldberg aplica Jackhammer, y se lleva la victoria. Después de eso, tiene que volver en dos ocasiones al ring, y aplicar dolorosas Spears sobre su derrotado rival, que sigue cogiendo el micro y diciendo sandeces.
El público ama a Goldberg, y está feliz por ver las acciones. Todo bien. Por supuesto, la lucha tiene poca lucha.
Puntuación: *1/2