Ya hemos dicho en varias ocasiones que los nuevos fichajes de AEW, así como sus alianzas con empresas, producen choques muy atractivos. El pasado 15 de octubre, por ejemplo, pudimos ver en el Buy In de Rampage el enfrentamiento de dos auténticas leyendas; un dream match: Bryan Danielson frente a Minoru Suzuki.
Es cierto que ya se habían visto las caras en el pasado. Lo hicieron, concretamente, en el año 2004, en New Japan Pro Wrestling. Entonces, Bryan luchaba con el nombre de American Dragon. Obviamente, estaba muy lejos de ser una estrella. El duelo que mantienen ahora es de otro tipo: una pelea de gallos.
Quizás ese sea su principal problema. Dos grandes estrellas chocan, fuera de toda storyline, y fuera de cualquier torneo o título, y eso implica que están ahí para lucirse delante del público, y darle a este lo que quiere. Nunca es buena idea dar al público lo que quiere: eso sólo produce fanservice. Hay mucho tiempo en el match en el que los luchadores están dándose hostias, demostrando lo mucho que pueden aguantar, para sorprender al respetable, y eso es algo que no aporta mucho. Sin embargo, el match acaba siendo bastante bueno.
Hay unos primeros minutos de llaveo y contrallaveo, que es una metodología afín a ambos. Da la sensación de que Bryan busca la pierna de su rival, pero, tras una patada stiff sobre ella. saca al Suzuki sádico que le dio una paliza hace 17 años. Así, comienzan a pegarse muy fuerte, y Bryan cae redondo, víctima de un golpe de antebrazo.
Después de algunos golpes impactantes, Suzuki se centra, durante un momento, en trabajar el brazo derecho de su rival, quizás con el fin de evitar que sea capaz de aplicar sus llaves con todo su potencial. Y lo hace bastante bien: lanza al dragón contra el poste, con el hombro por delante, y le llavea el brazo con todo tipo de palancas. Pero pronto reacciona el americano, con varios ataques frontales muy efectivos, tras los cuales, olvida por completo cualquier dolor en su brazo.
Los luchadores vuelven a su pelea de gallos original, a demostrar su resistencia al dolor, y su espíritu de guerreros. Se flipan durante un buen rato, hasta que Suzuki vuelve a agarrar el brazo de su oponente. Después de muchas castañas, Danielson busca el Yes Lock sin parar, mientras que Suzuki trata de atrapar a su oponente con sleeper. Finalmente, un Running Knee Strike de la nada acaba con el japonés, de una manera un poco fría, si bien lógica en base a todos los ataques frontales soportados.
La lucha es buena: muy stiff, con llaveo, y momentos de tensión que el público disfruta. Es cierto, no obstante, que la lucha no es todo lo que podría ser; que hemos visto en New Japan demasiados duelos de golpes no vendidos, como para que ahora resulten impactantes. Pero sigue estando bien.
Puntuación: ***3/4