En mis tiempos mozos, cuando escribía por aquí con mayor fruición, solía yo comentar algún Royal Rumble Match clásico durante los días previos al evento homónimo del año en curso. Me gustan mucho esas batallas desde que era un niño. Así pues, he querido mirar si faltaba alguna edición en el blog, y de hecho así es. No he tardado mucho en vislumbrar que una de las primeras, y es más, una de las que vi cuando era pequeño, no ha sido comentada. Hablo de la edición de 1991, que por otro lado no tiene mucho que comentar, pero que debe estar en el blog, como todas. Hagámoslo.
Hoy en día pensamos en un Royal Rumble con la ilusión de ver sorpresas, regresos, expulsiones espectaculares, buenos momentos de wrestling, y el primer paso de cara a WrestleMania. En 1991 no había nada de esto. Hoy todos los frikis cuarentones con barba, como yo, leen cómics, juegan a videojuegos, ven wrestling, anime... pero en 1991 todo eso era para niños. Sí, era para niños; que un adulto pueda apreciarlo no significa que no fuera así. Y WWF era un producto para niños muy pequeños como yo. Un Royal Rumble no significaba nada más que el hecho de poder ver a 30 personajes juntos en un ring, saliendo de uno en uno. Y funcionaba; esa cuenta atrás es storytelling puro. Si un adulto mira hoy en día estos combates, la verdad es que le resultarán tediosos e infantiles, pero, cuando yo vi esta batalla con seis años recién cumplidos, la disfruté mucho... si no fuera porque en ese mismo evento, mi ídolo. The Ultimate Warrior, había perdido el Campeonato Mundial de WWF frente al Sargento Slaughter, gracias a las trampas de Macho King. En realidad yo, al ver la batalla, lo único que quería es que participara el Warrior, para así redimirse y volver a la senda del título, pero eso no pasó. Por lo demás, pude ver en ella a algunas de mis figuras de acción predilectas: El Serpiente, Mr Perfecto, Modelitos Martel, Greg "Martillo" Valentine, "Terremoto" Earthquake, El Marinero Tarugo, Hulk Hogan, El Enterrador, El Matador, El Tornado Texano, Bret Hart... Note el lector que en las transmisiones españolas los nombres mutaban un tanto.
Si aquellas retransmisiones empezaron a partir de WrestleMania 6 y la pelea entre Hogan y Warrior, los Rumble de 1991 y 1992 seguramente fueran las dos batallas que yo vi originalmente. Parece poco, pero piense el lector que un par de años, cuando uno tiene entre 5 y 7, es una cantidad enorme de tiempo, mientras que dos años, a los 40, no son nada. Así pues, esta Battel Royal, a pesar del enorme coñazo que supone, es símbolo de una parte para mí relevante de mi infancia.
Originalmente no existía la estipulación que indicaba que el ganador de Royal Rumble tendría una oportunidad titular en WrestleMania. No recuerdo si en 1991 eso ya había cambiado, pero, por un motivo u otro, el triunfante, Hulk Hogan, se enfrentó al Sargento Slaughter en el mayor evento del año, recuperando, así, su título, perdido en la edición del año anterior. Royal Rumble 1991 supuso su segunda victoria consecutiva, aunque pasaron muchos minutos antes de su aparición. El combate empezó con Bret Hart y Dino Bravo sobre el tatami.
Hart es uno de los luchadores con más pop de la contienda. Aún luchaba en la división de parejas junto a Jim Neidhart, aunque, como Shawn Michaels, se iba posicionando de cara a una carrera en solitario. De cualquier modo, los miembros de los tags de la época eran más considerados por el público y por la empresa que en la actualidad. Hart apaliza a Bravo, pero no consigue eliminarlo. Sí que lo hace el tercer participante, Greg Valentine. Hart, no obstante, es el protagonista de la primera parte de la batalla, que se llena de luchadores sin que ocurra nada realmente relevante.
Otro participante que hace su aparición en estos minutos es el odioso Rick Martel, que permanece en la batalla 52 minutos. Valentine, The Hammer, por su parte, tampoco lo hace mal: supera los 44 minutos. La lucha se anima un poco cuando entra, con el número 9, Jake Roberts, que utiliza sus mejores ataques contra Martel. Está a punto de eliminarlo en un par de ocasiones, pero este escapa siempre in extremis. Finalmente, es Martel el que elimina a Snake.
Otra entrada fundamental para la batalla es la de The Undertaker, con el número 12. Esta es su primera participación en Royal Rumble, competición que conseguiría ganar, finalmente, en 2007, 16 años después. Recordemos que había debutado un par de meses antes, en Survivor Series 1990. Su mánager, por el momento, es Brother Love Bruce Prichard. Poco tiempo después, en The Brother Love Show, se presentaría la figura de Paul Bearer
Taker llega haciendo daño, pues expulsa del ring a dos de los favoritos de la afición: Bret Hart y Bushwhacker Butch, uno de los Sacamantecas. La derrota del canadiense resulta especialmente espectacular, pues Taker lo levanta en peso agarrándolo del cuello para sacarlo por encima de la tercera. Me da la sensación de que, en general, las fuerzas del bien están en desventaja durante esta batalla, quizás porque WWF lo deja todo en manos de Hulk Hogan, aunque en ocasiones debe resultar frustrante para la afición. El Enterrador expulsa a un tercer héroe: Texas Tornado (Kerry von Erich), si bien es lanzado por encima de la tercera poco después, por el trabajo combinado de Hawk y Animal, los Road Warriors (The Legion of Doom en WWF). Un par de rudos aprovechan la ocasión asimismo para hacer lo propio con Hawk.
Gran pop del público en la eliminación del Taker. Es gracioso ver al joven Shane McMahon, en el papel de referee, intentando sacar al Deadman del escenario; quién le iba a decir que 25 años después se enfrentarían en WrestleMania.
Con el número 18 no sale nadie, para decepción del público. Después de revelados los 30 participantes, queda claro que el que se ha quedado fuera es Randy Savage. Los presentadores se preguntan si sufre alguna lesión, mas sabemos que la cuestión está relacionada con su participación en la lucha entre Warrior y Slaughter. Randy había huido del lugar debido al peligro que corría. Esto le llevó a luchar contra el Último Guerrero en WrestleMania.
Me sorprende el pop que recibe Shane Douglas, luchador cuyo paso por WWF no recuerda nadie. Otro tipo amado por todos es Jim Duggan, que hace acto de aparición, así como Earthquake, uno de los principales malos del momento en la empresa, que seguía insistiendo en la fórmula "Hogan vs bestia obesa en bañador de señora mayor". Con el número 24 entra al ring el ídolo, Hogan, y el estadio se viene abajo. A partir de aquí, el ring lleno empieza a vaciarse poco a poco. Mientras que Earthquake expulsa a los chicos buenos, Hulk hace propio con los malos. Hay que decir que la mayoría de los participantes nuevos son rudos. Con el número 30 entra Tugboat
Douglas es eliminado en su disputa con Brian Knobbs, de los Nasty Boys, que había entrado un poco torpe, cayéndose, como si hubiera bebido, pero que tiene un papel importante en el match. Quedan nueve hombres en el ring, y entre ellos, sólo Hulk, Jim Neidhart y Davey Boy Smith, el British Bulldog, son realmente queridos por el respetable. Tugboat, en ese tiempo, estaba haciendo equipo con Hulk, enfrentándose en varios match a Earthquake, mas recordemos que, durante el año, el Marinero Tarugo traicionaría al Inmortal expulsándolo de una Battle Royal y formando equipo con el Terremoto. No es de extrañar, porque aquí ya saltan chispas (ha sido abucheado al salir). Hulk lo elimina.
El Bulldog y Hogan se quedan solos ante cuatro rudos, si bien estos no gestionan bien su superioridad. El inglés echa fuera a Hakú, y se enfrenta en solitario a Rick Martel mientras Earthquake y Brian Knobbs le pegan una paliza al Hulkster. Davey expulsa a Martel, que fija un nuevo record de tiempo dentro de un rumble, pero para entonces los otros dos rudos ya han dejado grogui a Hulk, así que se lanzan a por él y lo eliminan sin resistencia. Continúan, pues, con su paliza sobre el bigotudo, aplastándolo varias veces con el peso de ambos. No en vano, todas las ediciones hasta el momento han acabado de la misma forma: dos heels pegándole a un face, que finalmente contraataca y se lleva la victoria. Esto es lucha libre de dibujos animados. Hogan entra en modo "baile de San Vito", y deja de vender los ataques de los rivales. Se levanta, golpea con doble Clothesline, y elimina al Nasty Boy con un Big Boot. Se queda sólo con el obeso canadiense y ataca, mas cuando lo levanta en peso para aplicar Body Slam, este cae sobre su cuerpo, pues el peso resulta excesivo para él. Eartquake se lanza de nuevo con planchas, y aplica un potente Power Slam, lo que no le sirve de nada, porque Hulk resucita de nuevo, ahora con su ataque definitivo. Para los golpes del rival, aplica tres puñetazos, Big Boot y busca Leg Drop. Como Eartquake no cae, lo agarra y lo tira con un Body Slam que, ahora sí, consigue aplicar con éxito. Después de eso, su oponente es presa fácil, y se va a la calle. Victoria para Hulk Hogan, para variar.
Batalla bastante aburrida, en general, con algunos buenos momentos. El final es paródico, pero es bueno en cuanto a la historia que se cuenta. Las historias, entonces, eran simples e infantiles, pero funcionaban bien. Las heroicidades de Hogan tienen grandes reacciones, y las ejecuta a la perfección. Hondea, tras la batalla, la bandera americana. El traidor Sargento Slaughter debe temerle.
Puntuación: **3/4
sábado, 27 de enero de 2024
WWF Royal Rumble Match 1991
lunes, 22 de enero de 2024
Bryan Danielson vs Kazuchika Okada, NJPW Wrestle Kingdom 18
Comentamos, hace unos días, la lucha que Bryan Danielson y Kazuchika Okada mantuvieron en el evento Forbidden Door que organizaron en conjunto AEW y New Japan en Toronto, Canadá. El combate fue bueno, y ambos wrestlers se citaron para repetir en un escenario aun mejor: el Tokyo Dome, en Wrestle Kigdom 18, ante, casi 30.000 personas. ¿Superará esta lucha a su predecesora?
Danielson se fue de WWE soñando con cumplir con algunas de sus cuentas pendientes en el mundo del wrestling. Ya ha tenido grandes luchas en WrestleMania, y ahora hace lo propio en Wrestle Kingdom. Solo resta, para conquistar los tres grandes países del wrestling mundial, que se juegue la cabellera en la Arena México, en una función de Aniversario del Consejo Mundial de Lucha Libre. Eso sí, teniendo en cuenta que los bookers del Consejo no han visto a las estrellas del wrestling americano desde que fueron a México Hulk Hogan y André the Giant, resulta mucho más probable que Bryan participe en una TripleManía de AAA. Pero centrémonos en el combate que nos trae aquí, la primera lucha del Dragón Americano en New Japan desde 2004, cuando, por su tamaño, todavía participaba en la división junior de la empresa. Y es que, aunque todo el mundo critica a WWE por su obsesión histórica con el tamaño, lo cierto es que eso en Japón es mucho más evidente. Aun en NOAH, entre los años 2007 y 2009, participó en innumerables batallas, generalmente enmarcadas en esa división, a pesar de haber demostrado en Estados Unidos poder enfrentarse a gigantes como Takeshi Morishima. En lo relativo a rivales japoneses, son destacables asimismo su matches frente a Shingo y Yamato, en Dragon Gate USA en 2010.
Danielson sufrió una lesión en el hueso orbital en octubre, durante una lucha frente Andrade. Después de eso, ha luchado con un parche en el ojo. Oficialmente su objetivo es proteger el ojo, mas eso es obviamente mentira. Un parche no protege una mierda. Lo usa como parte de su historia, y le da cierto carácter. Llega al Tokyo Dome con él puesto, por supuesto.
Si Bryan consiguió rendir al imbatible Okada gracias a su trabajo en el brazo, en su anterior pelea, sería estúpido si no insistiera de nuevo. Esa es su estrategia desde el principio. Mas, si aquella lucha, a pesar de su trabajo técnico, acabó desbocada, desencadenando la épica propia de todas las luchas de Okada, en esta ocasión este no tiene la posibilidad de llevar el match a su terreno. Daniel se asegura de mantener el control en todo momento porque quiere hacer algo que pueda ser recordado. Creo que lo consigue, o al menos, que esta lucha es mejor que la anterior, si bien ambas se mueven en un nivel muy alto.
Bryan ataca al brazo sin parar. Conecta patadas muy stiff que dejan el cuerpo del rival marcado a la altura del hombro y coloca a este en una situación cercana a la rendición en varias ocasiones. Kaz consigue contraatacar aplicando Tombstone en el borde del ring. Es interesante, porque, si sumamos, a los problemas con las conmociones de Bryan, su lesión en el ojo, se puede justificar así una estrategia del japonés más allá de los lariatos, pues el estado de sus brazos no debería permitirle aplicarlos con fuerza. Okada le quita el parche a Daniel y le pega patadas a la altura del ojo; eso está bien. A diferencia de su lucha anterior, y de todas sus luchas, en general, no hay un momento en el que olvide el dolor en los brazos y se lance al ataque enloquecido: mantiene la psicología durante todo el match.
Pero no se rinde ante nada. Cada golpe; cada patada que recibe, apoya el estado evidente de dolor que sufre. Pero ninguno de los Crossfaces del americano consiguen doblegarlo, a pesar de doblar sus brazos de forma peligrosa. Finalmente, el japonés consigue aplicar dos veces el Rain Maker y ganar.
Vamos a ver; esta es una lucha muy clásica americana en la que "el malo", en este caso el de fuera, domina el combate, mientras el público espera la reacción del oponente. Pero no es una lucha enfocada a las rudezas: Bryan domina con mucha técnica y conocimiento; verdadera superioridad. Domina dentro del kayfabe y fuera, porque, de igual forma que necesita dominar dentro para ganar, necesita dominar fuera para conseguir que el combate sea como debe ser, teniendo en cuenta que su rival pelea de una manera muy manufacturada. Pero es una pena ese final. No me parece mal que Okada gane con el Rain Maker a pesar del dolor en los brazos; no podría hacerlo de otra forma. Pero ese Tombstone en el filo del ring y el parche en el ojo de Danielson le daban otra vía para colocar a su oponente en un estado físico lo suficientemente malo como para que un par de Rain Makers debilitados pudieran acabar con el match de una forma más creíble. Si hubiera insistido por ahí, se habría acercado a las cinco estrellas.
Creo que, en cualquier caso, la lucha es bastante mejor que la que mantuvieron en Norteamérica, a pesar de que la nota numérica, como observa el lector debajo, sólo difiere por un cuarto de punto. Porque esta es una lucha a la que doy 4.5, pensando en la posibilidad de ponerle 4.75, mientras que la anterior, más que opciones de recibir algo más, las tenía de recibir algo menos. Al fin y al cabo, los números son números.
Puntuación: ****1/2
martes, 16 de enero de 2024
Bryan Danielson vs Kazuchika Okada, AEW/NJPW Forbidden Door 2023
Tuvo lugar hace unos días la edición número 18 de Wrestle Kingdom, el evento anual más importante de la lucha libre en Japón. Hay un par de combates de ese evento que quiero comentar en el blog, y entre ellos está el que mantuvieron Bryan Danielson y Kazuchika Okada. Pero antes de hablar de esa lucha, debo hacer lo propio con aquella que mantuvieron en Estados Unidos en 2023; en Forbidden Door, show en el que chocaron AEW y NJPW.
En 2015, Daniel Bryan, el mejor luhador de su generación, tuvo que dejar el wrestling debido a sus problemas con las conmociones cerebrales. La decisión no fue suya, sino de WWE, que tiene reglas muy específicas acerca de este tipo de problemas de salud, pues los estudios desarrollados sobre el tema durante las últimas décadas han puesto en el punto de mira a los violentos deportes americanos. En esa época, la empresa no tenía competencia, así que Daniel no tenía otra opción. Sin embargo, años después, el mundillo del wrestling se animó bastante, y en tanto que WWE temía que sus luchadores nutrieran a las crecientes promotoras ajenas, tuvo que dejarle volver a los cuadriláteros. No obstante esto, existía la sensación de que Bryan podía hacer cosas mejores que las que le dejaban hacer en la empresa de los McMahon. Por ejemplo, no había luchado en NJPW desde 2004, y ahí había una potencialidad enorme para él.
Porque WWE es la mejor empresa para crear historias y grandes momentos, así que, en el caso de algunos luchadores, su salida supone un problema. Hay personajes que no funcionan fuera de ahí. Pero Danielson es otra clase de luchador; lo que necesita no son historias, sino rivales. Ya se había enfrentado a todo el mundo en WWE; lo mejor para él era pelear fuera. Así, en 2021, llegó a AEW. La verdad es que, mirando el listado de sus luchas en las bases de datos de Wrestling, lo cierto es que hay un montón de matches que me gustaría ver de cuantos ha mantenido en esta época.
Finalmente, en 2024, se cumple eso que yo esperaba: Danielson lucha en NJPW 20 años después, enfrentándose a Okada en Wrestle Kingdom, antes de hacer lo propio con Zack Sabre Jr. Pero ambos combates han ocurrido previamente en Estados Unidos en 2023, así que hay que ver esos primero. Creo, no obstante, que los de Japón serán mejores, porque el público de las empresas "no-WWE" de Estados Unidos no me gusta mucho (el de la actualidad, digo).
Sabe el lector que NJPW mantenía una triple alianza con ROH y CMLL que nos proporcionaba muchos crossovers. ROH, finalmente, fue adquirida por AEW, y si bien sigue operando, su independencia no es tal. Es normal, pues, que NJPW colabore con su empresa madre, si bien es cierto que tiene acuerdos, hoy en día, con todo el mundo, incluyendo Impact Wrestling y MLW. De hecho, en los últimos días se habla de un acuerdo con WWE, que como sabe el lector, tiene nuevos dueños y, por tanto, nuevas posibilidades.
El 25 de junio de 2013, AEW y NJPW produjeron el show Forbidden Door, en el que todos los matches enfrentaron a estrellas de una y otra empresa. Hay varias cosas que a mí me interesa comentar de cuantas ocurrieron. Pero hoy nos quedamos con el main event, que enfrenta a Danielson y Okada.
No hay mucha historia detrás del match. En un evento de New Japan, apareció Danielson en la pantalla para retar a Okada y este aceptó. La única historia necesaria entre ambos es que esto es un dream match para encontrar al "mejor del mundo". Danielson vuelve a ser el American Dragon; the best in the world, mientras que Okada ha sido durante años el gran campeón de Japón, quien colmaba los main events de los shows principales de New Japan y quien protagonizaba los mejores combates.
Creo que de entre todos los dream matches que podría tener Danielson fuera de WWE, este no es uno de los que más me apetecería ver. Porque Danielson es creatividad pura, mientras que Okada es Strong Style. Sus luchas son como las películas de Pixar; son buenas, pero se les ven las costuras; siempre mantienen una estructura similar, como un modelo a seguir sin autoría detrás. No recuerdo ninguna gran lucha de Okada que se saliera de esa estructura. En este caso creo que Danielson la limita sólo parcialmente, lo que no implica que la lucha no sea, como lo es, bastante buena.
Okada intenta llevar la lucha en ese rumbo, y sacar al rival del ring para aplicar las patadas habituales que desarrolla en su tierra en la primera parte de cada match. Danielson lo evita hiriéndole el brazo y comenzando una muy buena rutina de dominio sobre la extremidad, que será vital para el resultado final del enfrentamiento. Aplica sus llaves clásicas, que siempre son placenteras de ver, hasta que Okada reacciona. Vende temporalmente bien su dolor, atacando con DDT y Facebuster sin necesidad de usar su brazo derecho.
La lucha se va normalizando, de igual manera que el público se va durmiendo. El público friki no tiene el alma de niño que es necesario para vivir las cosas de verdad. Se anima, eso sí cuando Okada consigue aplicar el Tombstone a su rival sobre la rampa metálica de entrada al escenario. La gente grita "Holy Shit", si bien es obvio que el japonés ha protegido lo suficiente a su rival como para que no sufra daños. El historial de lesiones de Danielson siempre juega a favor de la historia. Comienza el in crescendo propio de las luchas de Okada, en el que se suceden los finishers y los contra-finishers. Okada busca sin cesar el Rainmaker, y Bryan lo esquiva para aplicar las Running knees en un par de ocasiones. Kazuchika consigue, finalmente, conectar su Lariato, y aplica otros de menor nivel para preparar el definitivo. Cuando trata de hacerlo y partir, con él, a su más pequeño rival, este esquiva y conecta su llave. Durante varios minutos, el japo se revuelve, pero el Crossface se cierra. Okada no se rinde, mas Danielson continúa, tuerce su brazo sin parar. Ahora los dos brazos de la víctima, tan dañados previamente, sufren todavía más daño. Finalmente, y sin que haya otra opción, Okada se rinde al Lebell Lock. Victoria para el local en una lucha que, si bien no rompe moldes, a decir verdad, es muy buena.
Puntuación: ****1/4
viernes, 5 de enero de 2024
Bray Wyatt vs Finn Balor, WWE SummerSlam 2017
Especial fallecimiento de Bray Wyatt
Vamos a terminar este pequeño especial sobre el fallecimiento de Bray Wyatt con una tercera lucha del devorador de mundos. Ya anticipé que la última elección sería un tanto arbitraria, y hoy se confirma. Arbitraria y errática, en tanto que en primera instancia estimé oportuno comentar la primera lucha de The Fiend, que tuvo lugar en SummerSlam 2019 y que enfrentó a nuestro protagonista con Finn Balor, mas a la hora de buscar el combate, me equivoqué y acabé viendo otro match entre ambos propio de SummerSlam 2017. Me voy a quedar con esta lucha, finalmente, porque creo que es mejor.
Ya conoce el lector el gusto de WWE por enfrentar a personajes demoníacos entre sí. En este caso, tenía por un lado a Bray, que había abandonado la Wyatt Family, y a un Finn Balor que ponía en práctica su versión Demon King. Un año antes, se había convertido de manera sorprendente en el primer Universal Champion, pero tuvo que dejar vacante el título al instante por una lesión. A través de su rivalidad con Bray, WWE trataba de llevarlo una vez más a la parte superior de las carteleras, sin demasiado éxito.
Así pues, WWE enfrentaba a dos personajes con los que no sabía qué hacer, pero que encajaban bien. Una lucha entre ellos parece un David vs Goliat de manual, pero el hecho de que Balor se convierta en demonio, como si fuera Kazuya Mishima, cambia la cuestión. Si bien yo me he quejado varias veces de que esa transformación no tenga el efecto que debería sobre las luchas del irlandés, en este caso no es así. Quizás sea gracias a la guía de su rival, mucho más interesado en contar historias que en desarrollar movimientos, pero la cuestión es que este sí es un Balor especial: mucho más violento y psicológico. WWE se sale de la dinámica habitual, que implica que el rudo domine al técnico; que el grande domine al chico, y acierta.
Como decía, cuando puse el vídeo en cuestión, esperaba ver a un The Fiend dominador, y me encontré al Bray dos años anterior, que a pesar de su oscuridad, aquí desarrolla un papel muy clásico de villano cobarde que se sale del ring cada vez que puede. Balor utiliza patadas y golpes muy stiff, beneficiado de tener un rival de mucho más peso que él, que permite que utilice esos golpes sin miedo a hacer daño. Por su parte, a pesar de ser dominado, Wyatt ataca cuando quiere con golpes increíbles, de nuevo aprovechando esa diferencia de tamaño, pues Balor los vende muy bien. En definitiva creo que es una lucha entretenida y con golpes fuertes, apoyada por la buena reacción del publico hacia la presentación del Rey Demonio. Notable. Balor gana.
Puntuación: ***1/2