Acabamos, al fin, el especial sobre WrestleMania 37 que comenzamos ya hace tiempo. Hoy, vamos a charlar sobre el Main Event de este evento, esa Triple Amenaza que enfrenta a Roman Reigns con Edge y Daniel Bryan, con el Campeonato Universal en juego.
Edge, después de su lesión, volvió para ganar el Royal Rumble 2021, y finalizar, en el transcurso de la batalla, con su rivalidad frente a Randy Orton, que marcó su regreso en 2020. Entonces, supimos que el main event de WrestleMania sería Roman Reigns vs Edge, lo que, sobre el papel, no suena mal, en tanto que son dos personajes muy poderosos, mas deja algunas dudas sobre el resultado arriba del ring.
Reigns se ha convertido en un monstruo. WWE se empeñó en imponerlo como un gran héroe, pero eso nunca funcionó, o no lo hizo al nivel que la gran estrella que la empresa requiere. Pero como rudo, puede sacar toda la potencia, la energía que lleva dentro y que ya demostró en sus tiempos como miembro de Shield. Por su parte, Edge es una gran leyenda, que lo ha hecho todo en su carrera. Sobre el papel, como digo, por nombres, no hay nada de malo en este combate, salvo el hecho de que no hay una gran historia entre ambos, y que es demasiado obvia la victoria de Reigns sobre la leyenda (una más). Así pues, era muy necesario meterle algo más a ese combate, y ese algo más es Daniel Bryan.
Me sorprendió mucho que WWE metiera a Bryan en el main event de WrestleMania. Es un luchador que, obviamente, no le interesa en absoluto a Vince, mas le viene bien tenerlo en su roster, sobre todo, para evitar que se vaya a otro sitio. Pero su contrato tocaba a su fin, así que se le intentó vender la idea de que habría cosas interesantes para él si se quedaba en la empresa. Es obvio, asimismo, que eso es mentira, y por eso, por ahora, no ha renovado, y no sería de extrañar que, el día menos pensado, apareciera en AEW, o, como él siempre ha dicho desear, volviera a luchar en México o Japón. Pero este intento de expresión falaz de amor nos regaló un main event muy apañado.
Main event marcado por el hecho de que Bryan hizo rendir a Roman en los programas previos, un hecho único en la historia, que yo recuerde. Roman se rindió cuando se le aplicaba un Yes! Lock, si bien, el referee (Edge) no lo vio, durante un combate por el Universal Championship en el que el barbudo estuvo involucrado gracias a ganar una Elimination Chamber. No he visto estas dos luchas, pero parecen tener nivel, por las notas que observo por ahí, para estar en el blog. El caso es que Bryan se merecía una oportunidad titular, y se le fue concedida, al introducirlo en el main event de WrestleMania, que pasaba a convertirse en una Triple Amenaza.
Como digo, esa rendición se convierte en un hecho importante dentro del storytelling que se desea transmitir durante el match. La pelea, en cualquier caso, empieza muy bien, pues, al ser una Triple Amenaza, no existe la descalificación, así que Roman aprovecha la presencia de su primo Jey Uso para atacar a todos con Superkicks. Se convierte en un arma poderosa, pues sus patadas llegan desde cualquier parte, y hacen mucho daño. Edge, no obstante, consigue sacarlo de la ecuación, al reventarlo contra los escalones de metal.
Esto es una Triple Amenaza, y en tanto que tal, muchas veces puede ser confundida con un conjunto de power moves sin demasiado criterio. Eso ocurre, por supuesto, pues todos tienen su momento para aplicar sus movimientos de marca. Esto no es lucha de arte y ensayo, pero es divertida, y a la gente presente, que se agradece mucho, le gusta. Creo que el público de WrestleMania 37 es más amable que en otras ocasiones; es de entender, después de tanto tiempo sin estar en un evento en vivo.
Como digo, después de esa rendición durante las semanas previas, la bestia Roman Reigns, que parecía invencible, ha demostrado una pequeña debilidad. Ahora es mucho más creíble que sea derrotado, así que podemos decir que WWE ha hecho un buen trabajo escribiendo esta historia. Bryan pisotea la cara de Roman con violencia, hasta marcársela legítimamente, y aplica su candado, ante el clamor de Paul Heyman. Edge evita la rendición, pero no será la última oportunidad. Los grandes ataques continúan, por parte de los tres, produciendo momentos de gran interés, y gritos que dicen "This is Awesome", hasta que Edge coloca a Roman en un nuevo Crossface, ayudándose del metal que se ha desprendido de una silla. Roman no aguanta tanto dolor, y está a punto de rendirse, más su mano es frenada por Daniel, que no le permite ser derrotado. Lejos de eso, apoya la llave del canadiense, aplicando, por su parte, el Yes! Lock. El castigo es tremendo, pero se termina cuando Bryan y Edge se pelean entre ellos. Daniel busca la Running Knee, pero se traga un Spear. Y lo mismo le pasa a Roman cuando busca un Superman Punch.
Edge, desesperado tras no poder vencer a ninguno de sus rivales con su Spear, va a por sillas. Pretende destrozar a ambos, poniendo sus cabezas sobre una silla, y golpeándolos con otra silla. Lo ejecuta correctamente en el caso de Daniel, mas Jey Uso evita que haga lo propio con su primo. Aunque Uso es apalizado, permite a Roman acabar con Edge. Le pega un sillazo tal y como el que él debía recibir, y de esa manera, se lleva la batalla, al colocar el cadáver de Edge sobre el de Bryan, y cubrir a ambos.
Como digo, en muchas ocasiones, esta batalla es un compendio de ataques de poder, lo que es muy divertido, pero no muy virtuoso. No obstante, es obvio, aquí, que cada uno tenía una estrategia, y todos la usan para ganar: Bryan tenía sus Crossfaces, que ya habían demostrado su poder para derrotar al campeón; Edge tenía sus sillas y Roman tenía a su primo. La familia resulta, finalmente, ser lo más poderoso.
Puntuación: ****