Royal Rumble es el modo de lucha
favorito de muchos desde niños. A mi, en mi tierna infancia, me
encantaba ver esa batalla en la que los luchadores iban saliendo poco
a poco, todos tus héroes se concentraban en el ring, y nunca sabías
quien iba a ser el siguiente.
Es cierto que, en la práctica, y desde
el punto de vista de un crítico, la mayoría de los battle royal son
muy aburridos. Pero desde el punto de vista de un niño, son
geniales. Y hay que reconocer que de vez en cuando salen buenas. No
es el caso del primer Royal Rumble, que fue malillo de narices,
aunque causó sensación, y sentó las bases de uno de los PPVs más
longevos de la historia del Wrestling.
El primer Royal Rumble tuvo lugar el 24
de enero de 1988, eran otros tiempos. Participaban 20 luchadores, y
aún no estaba enmarcado en un evento de pago por visión, fue un
programa especial que retransmitió USA Network, que quería
boicotear el PPV de NWA de ese día, Bunkhouse Stampede. Así, El
bueno de Pat Patterson inventó una lucha especial para una noche
especial, aunque a Vince McMahon no le convencía en absoluto. Le
pareció que sería demasiado larga, 20 chicos ahí metidos...
Pero a los ejecutivos de NBC les
encantó la idea, les pareció que sería un producto televisivo
fantástico, luchadores nuevos cada 2 minutos, y sin tener ni idea de
cual saldrá el siguiente. Vince se desvinculó por completo del
proyecto, Pat tuvo que hacerlo todo.
Y el público de Ontario, Canadá,
vibró con cada salida, con cada entrada. Pero, como digo, a mi me
aburrió bastante. Parten Tito Santana y Bret Hart luchando, y
vemos a gente como Jim Neidhart, Jake Roberts, Harley Race o Ultimate Warrior pasar por el ring. Finalmente, se queda Jim Duggan solo con
dos malosos, One Man Gang y Dino Bravo. Aunque lleva las de perder,
con astucia, consigue llevarse la victoria, en el que es el mayor
trofeo de su carrera.
Puntuación: **