El Hijo del Santo ha anunciado su
retirada de los encordados de forma oficial. Una lesión no le
permitirá luchar nunca más al hijo de la leyenda más importante de
la historia de la lucha libre.
Pero el currículum de
Hijo del Santo
no se compone, tan solo, de genes, ni de haber heredado una gran
máscara. El Hijo del Santo es uno de los mejores luchadores de la
historia, es una barbaridad, tanto en técnica, como en lucha
técnica. Cuando ha tenido que ser rudo, ha sido un gran rudo, y
cuando ha tenido que dar una brawl super-violenta, también ha
rendido. Es un crack.
Así, vamos a repasar algunas de las
mejores luchas de su vida, empezando, por la que posiblemente sea la
más famosa a nivel internacional. Se trata de su duelo de máscaras
vs cabelleras, junto a Octagón y frente a los Gringos Locos.
El Santo y Gory Guerrero formaron una
pareja legendaria, una gran cominación. De hecho, el finisher del
Santo: La de a Caballo, la heredó el Enmascarado de Plata de su
compañero.
El Hijo del Santo estuvo ligado a la
AAA desde los inicios de la liga. En ella, Santo Jr hizo pareja con
el hijo pequeño de Gory Guerrero, el legendario Eddie. Fue la pareja
atómica, que rememoró los éxitos de sus ancestros, hasta que Eddie
traicionó al enmascarado.
Eddie formó un stable conocido como
Los Gringos Locos, encabezados principalmente por Eddie y su amigo
Art Barr, un pedazo de luchador que, como tantos, murió demasiado
joven, y que Eddie recordaría durante años utilizando su mismo
finisher, el Forg Splash.
La rivalidad entre El Hijo del Santo y
Los Gringos acabó desembocando en una lucha por parejas de máscaras
contra cabelleras, en la que Santo tendría como compañero a otra
leyenda, Octagón. Esta lucha sería el Main Event del primer PPV de
lucha Mexicana de Estados Unidos: When Worlds Collide 1994.
Y así, llegamos a la lucha, que he
visto con comentarios americanos, que reflejaban la ignorancia
americana sobre la lucha mexicana. Esta lucha les sorprendió tanto,
que el Wrestling Observer le concedió 5 estrellas, lo que me parece
demasiado exagerado. Pero ojo, no por mucho, porque es muy buena.
El combate comienza con dominio
aplastante por parte de los Gringos, que son más grandes y
musculosos. Apalizan a los mexicanos, y se llevan la primera caída
bastante rápido. Y cuidado, porque la segunda está apunto de acabar
igual.
El Hijo del Santo sucumbe a la
frankesteiner de Eddie en la primera caída, y en la segunda vuelve a
perecer ante la misma técnica. Octagón se queda solo frente a los
americanos, y tiene la gran responsabilidad de defender, no solo su
máscara, sino también la más importante que existe en el mundo, la
del Hijo del Santo. Parece imposible, parece que la leyenda se va a
acabar.
Octagon recibe por todos lados. Los
Gringos estan a punto de ganar, pero cuando Art Barr celebra sin
mirar, Octagon se lleva con una hurracarrana a Eddie y lo elimina.
Art no se lo puede creer, pero cuando se da cuenta ya es demasiado
tarde: Octagón le atrapa y le hace rendir. El estadio se viene
abajo, hay una gran emoción: Octagón a salvado su máscara, y la
del Santo, de unos malditos yankis.
Pero todavía queda la tercera caida,
que tiene un ritmo de lucha tag normal yanki, hasta que todo vuelve a
ponerse genial. Art asesina a Octagón con un tombstone polidriver
(los martinetes en méxico son considerados llaves asesinas). Es lo
lleva la ambulancia, y de nuevo, hay dos contra uno: El Santo se la
juega. Pero, por suerte para él y Octagón, su second, que no es
otro que el gran Blue Panther, aprovecha que
Eddie y el enmascarado
de plata está luchando en ringside y el árbitro está despistado,
para subir al ring, y pegarle otro rompecuellos a Barr, asesinándolo
también, y dejándolo en manos de Hijo del Santo, que le cubre. Esto
se vuelve un 1 contra 1 entre los dos hijos de leyenda.
Santo está muy dañado después de la
batalla, y Eddie lo domina. Comienza a darle golpes sobre la espalda:
Supor-Bomb, pero el Santo resiste. Super-plex, pero el Santo resiste.
La tercera frankesteiner, pero el Santo resiste. ¡Su máscara vale
demasiado!
Siguen los golpes de poder por parte de
Eddie, todos hacia la espalda. Pero aparece la hurracarrana del Santo
y gana ante el clamor. Los Gringos se tienen que rapar, llorando, y
los yankis no entienden por qué tanto dolor y alegría. Esto es otro
mundo.
Puntuación: ****1/2