El Hijo del Santo ha tenido muchas
grandes rivalidades en sus 32 años de carrera, contra maestros del
ring. Como Brazo de Oro, Fuerza Guerrera o el Hijo del Solitario.
Espero, con el tiempo, poder ir comentándolas todas. En este
especial por el retiro del enmascarado de plata, vamos a comentar una
lucha contra quien, quizás, es su mayor rival: El Negro Casas.
Cuando hablamos del Negro, no estamos
hablando de un cualquiera. Es toda una leyenda, un rudo increible, de
los que saben bien como generar odio en el ring de verdad, y de los
que saben luchar. Posiblemente, es el tipo más fiel al Consejo
Mundial Lucha Libre que exista, porque lleva allí décadas, dejando
grandes combates contra una gran variedad de rivales.
Ha tenido grandes luchas con el Hijo
del Santo durante 3 décadas, incluyendo varias luchas de apuestas,
las cuales, como podéis imaginar, ha perdido siempre. La mejor es,
seguramente, la que tuvieron en el año 87, cuando ambos eran todavía
jovencitos. El enmascarado de Plata es el técnico, mientras que
Negro es el rudo de hueso colorado.
En esta lucha, las dos primeras caidas
desaparecen rápido: Negro se lleva la primera, con una casita,
mientras que Santo se lleva la segunda, haciendo rendir al rudo con
una tapatía. Ray Mendoza arbitra una tercera caída que se presenta
extremadamente interesante.
Durante la segunda caída, Santo le ha
dado un rodillazo en la cara a Negro, que le ha dejado tocado. El
técnico quiere aprovechar esto, golpeando a Negro Casas en la cara.
Este se recupera, para enviar al Hijo del Santo sobre el poste
exterior. Este consigue volver al cuadrilatero, para ser dominado por
Negro, que además, intenta destrozar su máscara irrompible. Santo
llega a las cuerdas, pero Casas no para de abusar de él, así que el
referee, el gran Ray Mendoza, padre de los Villanos, le aplica una
llave al cuello, para que pare. Negro no se da por aludido, y siguen
así los tres un rato, hasta que Ray deja sin aire al rudo. Momento
notable.
Llega el come-back del Santo, que le da
con todo a su rival. El Negro no se deja aplicar la de a caballo,
pero sí una tapatía, de la que esta vez sí consigue escapar. Le
sigue un montón de hurracarranas velocísimas, que están apunto de
darle la victoria. Pero Negro se sale de todo.
Los asesinos topes del Santo, que van
dejando blandito al Negro, se suceden. Finalmente, una gran plancha
desde la tercera le dejan destrozado, y no puede evitar la llave
maestra del Santo. Aunque la aguanta durante varios segundos, acaba
rindiéndose.
Un gran combate, sin duda, aunque
esperaba un poco más, para qué nos vamos a engañar.
Puntuación: ***3/4
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