En WCW Bash at the Beach 1996, nació la NWO, y el destino de
WCW y el wrestling americano mainstream cambiaron para siempre.
El stable dirigido por Hollywood Hulk Hogan, dominó WCW
durante los siguientes años. Al principio, generó gran expectación, y la
audiencia subió mucho, llegan a superar a WWF. El público se dividía entre
aquellos que amaban a los malotes de la NWO, y los que deseaban que estos
fueran vencidos de una maldita vez, ya fuera por Lex Luger, Roddy Pipper o,
sobre todo, Sting.
Sin embargo, quizás por terror a perder la audiencia que la
NWO generaba, WCW insistió demasiado en el concepto, no hizo a sus historias
evolucionar, y fue devorada por una WWE que olvidó toda moral y ética, y que
llenó sus programas de basura, de historias de telenovelas llenas de monstruos,
maltratos, bodas y secuestros. Si, esto es aquello que añoran los fans de
Internet, y lo que recuerdan exluchadores de WWE como MVP cuando quieren
ganarse el apoyo de los haters. Esta basura.
Para mediados de 1999, WCW ya iba cuesta abajo. Y una de las
pocas estrellas que había subido desde el mid-card hasta el main event, DDP,
era campeón de los pesos pesados. Una absurda guerra entre los que mandan en la
empresa, que por lo visto, en ese momento, son Ric Flair y Roddy Pipper, acaba teniendo lugar una lucha por el título
entre Page y Sting, que es recordada por muchos como el mejor combate por el
campeonato mundial en esta parte de la historia de WCW.
He visto auténticos fanáticos de esta lucha. A mi me parece
un muy buen combate, pero no la barbaridad de la que hablan. No son, en
cualquier caso, luchadores de los que espero magia, pero son de lo mejorcito
que hay en los puestos altos de la empresa. Y como tales, mantienen un
intercambio de golpes bueno, a veces en el ring, a veces fuera.
Pero es durante los últimos 4 minutos de lucha cuando la
cosa se vuelve veloz e interesante, los ataques se suceden, así como los
intentos de conteos. Notable es el momento en el que Sting aplica dos Tombstone
piledriver, uno mirando hacia delante y otro mirando hacia atrás, que nos
recuerdan a su gran rival histórico, el mismo con el que nunca se haa
enfrentado, aunque quizás lo haga algún día: The Undertaker.
La lucha sigue, ataque tras ataque, cuando Page intenta
aplicar el Diamond Cutter desde el esquinero, pero Sting lo revierte en un
Scorpion Death Drop para convertirse en nuevo campeón.
Muy buen combate, sobre todo para un programa semanal en
abierto, y en el que habría un segundo enfrentamiento por el título, una Fatal
4 Way con los dos mismos protagonistas más Kevin Nash y Godlberg, que comentaré
en un próximo artículo, aunque no espero gran cosa.
Puntuación: ***3/4
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