Estamos hablando sobre AEW Revolution, el primer gran PPV de AEW en 2020. Hemos comentado, hasta ahora, las luchas por el World Championship y por los World Tag Team Championships, y ninguna de ellas nos ha resultado demasiado interesante. Por eso, finalmente, he optado por revisar una tercera lucha del evento, una en la que tengo más fe.
Desde que AEW abrió sus puertas, Cody se ha convertido en una figura indiscutible dentro de la empresa. Obviamente, es vicepresidente, y como tal, se va a colocar a sí mismo en un lugar privilegiado; el wrestling, históricamente, siempre ha sido un campo muy endogámico. Y, en realidad es muy importante que lo haga, puesto que es uno de los pocos luchadores de vieja escuela que hay en la empresa, uno de los pocos hombres capaces de contar una historia. Es una suerte, para AEW, que uno hombre como él sea vicepresidente; si hubiera ocupado un rol secundario dentro de la jerarquía, no quedaría, apenas, esperanza.
Las luchas de Cody pueden ser mejores o peores, pero siempre tienen una parte de storytelling que es apreciable. En Revolution, se enfrenta a un joven que comparte su talento, MJF, el traidor. Este hombre comenzó su carrera en AEW como face, como aliado de Cody, y era obvio que ese papel no se adaptaba a su forma de ser. Era de esperar que el Turn Heel se diera en algún momento, y así pasó. MJF traicionó a Cody, y le costó su lucha titular ante Chris Jericho. Además, debido a esa derrota, el pequeño de los Rhodes no podrá, tampoco, ser retador jamás por el título. En fin, ya sabemos que eso no va a ser así.
MJF defiende sus acciones, aduciendo que Cody quería aplastar su progresión, minimizarlo por completo, y convertirlo en su marioneta. Tras esto, obviamente, Cody quería una lucha frente al traidor, pero este puso tres condiciones: que no podía tocarle hasta esa lucha; que tuviera un combate frente a su nuevo y enorme guardaespaldas, Wardlow, dentro de una Steel Cage; y que le permitiera pegarle 10 correazos, a modo de latigazos. Así, la verdad es que hemos visto muy buenos segmentos, y una buena rivalidad.
En Revolution, pues, Friedman y Rhodes se ven las caras, en una lucha que es storytelling puro. Quizás, de hecho, hay demasiadas historias, demasiadas interferencias en ringside, y no el suficiente odio por parte de Cody, que ha recibido humillaciones y dolores excesivos en esta bien trabajada historia.
El héroe tiene en su esquina a su mujer, Brandi, y a Arn Anderson, mientras que MJF siempre va acompañado por el Wardlow. Durante los primeros minutos, evita todo lo que puede subir al ring, para no tener que vérselas directamente con el cabreado Cody, que hoy estrena un patriótico tatuaje en su cuello que queda... raro. Seguro que en su cabeza era espectacular, pero hay otras zonas en el cuerpo más apropiadas.
MJF vacila a la gente en el público. Le tira la gorra a un aficionado, y lanza una cerveza sobre otro. Es de esperar que sean actores, porque en USA, cualquiera te denuncia por daños contra la moral y el honor de una persona por menos que eso.
Cody domina, sin muchos problemas, tirando de su arsenal habitual. En ringside, Brandi se pelea con Wardlow, tirándole una cerveza encima, y Cody vuela sobre él, ante la posibilidad de que ataque a su mujer. Sin embargo, estas tonterías le cuestan caro, puesto que Wardlow consigue aplicarle un golpe en el brazo, cuando el referee está distraído.
MJF comienza con su dominio a partir de ahí. Primero, aplica buenos ataques al brazo dañado de su rival, y, después, le quita la bota, y le muerde el pie.
Cody consigue reponerse con un buen golpe contra el esquinero, y lanza a su oponente a ringside. Tras un rato, vemos a Maxwell sangrando profusamente en su frente; es de suponer que se lo ha provocado él cuando estaba tirado en ringside, aunque no ha quedado muy bien, porque no hay ningún ataque demasiado claro que haya podido causar tanta sangre. Cody golpea la sangrante cabeza de su oponente pero, una vez más, los problema en ringside vuelven a ponerse en su contra. Cuando va a salvar a su mujer de las manos de Wardlow, tras un innecesario ataque de esta sobre el gigante, acaba pegándole una buena patada al pobre Arn Anderson.
MJF vuelve a aprovechar esto, para aplicar un Low Blow. Transcurren los minutos, y Cody se va imponiendo. Utiliza su cinturón contra su rival, recordando los ataques recibidos en semanas previas, y le hace mucho daño. MJF se humilla, y pide perdón, cuando Cody le recuerda su amistad, pero el villano acaba escupiendo al Nieto de un Fontanero. Cody aplica dos Cross Rhodes para ganar, pero, en el último momento, Friedman se pone su anillo, y le pega en la cabeza, dejándolo KO, para llevarse la victoria.
La lucha es buena, con mucho storytelling, y referencias a la rivalidad. Ese golpe final no queda tan bien como debería, porque nadie en el público llega a darse cuenta de que MJF se pone el anillo, así que parece que Cody ha sido derrotado por un simple puñetazo. De hecho, yo sé que MJF se pone el anillo, porque lo dicen los comentaristas, porque ni siquiera se puede apreciar viéndolo en televisión. Tampoco es muy normal que, tras dos Cross Rhodes, MJF esté en condiciones de atacar con un anillo, y que este ataque resulte mucho más letal que dos iteraciones del finisher del héroe. Pero bueno, más allá de estos detalles, la lucha está bastante bien.
Puntuación: ***1/2