Con la llegada de NXT a USA Network, un miembro del roster principal, Finn Balor, llegó a la marca, sorprendiendo gratamente a todo el mundo. Porque los fans del wrestling desprecian a las estrellas de WWE, pero en realidad, las aman, y están deseando verlas en un contexto en el que puedan demostrar su talento.
Yo no creo que sea bueno para NXT tener a Balor o a Owens. Su naturaleza es otra, y el que sus luchadores sean desconocidos, es parte de su espíritu. Balor podría aportar algo mejor a RAW, y dejar espacio en NXT para la presentación de más luchadores, para que estos tengan una oportunidad. Talento hay de sobra.
El caso es que Balor sorprendió al llegar a NXT, con un turn-heel y ataques a gente como Gargano y Riddle. La verdad es que el Balor face no ha resultado muy interesante, así que es bueno verlo así. Al menos, en su lucha frente a Riddle en Takeover: Wargames, me ha gustado más.
Resulta un trabajador más sobrio, más centrado en un objetivo, y eso es raro en NXT. Quizás le venga bien trabajar con alguien como Riddle. Aplica candados, headlocks, y ataques a la cara bastante potentes. Recibe un Ankle lock, e incluso llega a vender el dolor en la pierna, durante un rato.
Matt Riddle evoca su rivalidad con Bill Goldberg, usando su Spear y su Jackhammer. No sé muy bien lo que WWE quiere hacer fomentando esos ataques verbales del ex-MMA hacia el ex-WCW, pero si están pensando en una lucha, podría ser divertido. Matt utiliza también el Go To Sleep, rebautizado como Bro To Sleep, que es algo que la empresa le prohibió a Kenta.
Hay golpes directos por parte de ambos. Algunas patadas de Balor son realmente fuertes y stiff. Se lleva la victoria con el Bloody Sunday, que resulta bastante más impresionante que el Coup de Grace. Buena lucha.
Puntuación: ***1/2