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martes, 30 de abril de 2019

Kurt Angle vs Baron Corbin, WWE WrestleMania 35




WrestleMania 35 contiene varios hitos que pueden considerarse históricos. Ya hemos comentado 5 luchas muy importantes, gusten más o menos.

Otro gran momento de WrestleMania 35 es la lucha de retiro de Kurt Angle. O debería haber sido un gran momento, pero WWE se lo negó al luchador, y se lo negó a los aficionados, muy deliberadamente.

En 2006, Angle abandonó WWE, convertido en un alcohólico, y en un adicto a los painkillers. Hubo muchos hombres en esa época en una posición similiar: gente que se mataba luchando 200 veces al año, para que nunca hicieran nada con ellos. Angle se fue, y lo mismo hicieron Rob Van Dam, Chris Jericho, Los Hardy, o Chris Benoit, aunque este se fue más lejos...

Angle se fue, y aunque se suponía que pretendía descansar, en poco tiempo, debutó en TNA. No es que esa compañía supusiera una gran competencia para WWE, pero pretendía llegar a serlo. Angle fue la cara de TNA, y lideró ese intento de revivir las Monday Night Wars, que no le sentó nada bien al chairman de la empresa de entretenimiento. Vince no lo olvidó, y, ahora, ha demostrando su mezquindad, vengándose al arruinar el retiro de Kurt.

Durante años, hubo muchos rumores sobre un regreso de Angle a WWE. Él mismo decía que quería volver a luchar con Brock Lesnar, después de que este retomara su carrera como wrestler. Pero no pasaba. WWE no parecía muy interesa, y Angle estaba bien en TNA.

Pero, a ciertas edades, cada año es un mundo. Como ocurrió en el caso de Sting, cuando, al fin, Angle volvió a competir en la empresa de McMahon, su cuerpo le falló.

El caso es que Angle abandonó Impact Wrestling dando muy buenas luchas con gente como EC3 y Lashley. Pasó un año como luchador esporádico independiente, y también en esa etapa demostró que aún podía rendir a buen nivel. Recuerdo un combate frente a Alberto Del Río que me gustó bastante.

Luego se anunció su entrada al Hall of Fame de WWE, y el sueño de ver un último run del Campeón Olímpico ante las nuevas estrellas de la empresa, renació. Pero se tiró un año haciendo labores de General Manager en RAW, y, cuando se volvió a atar las botas, su cuerpo, como digo, no reaccionó como debía.

Él mismo lo ha dicho: el año que pasó como General Manager, se cargó su carrera. Pero tampoco hay que culpar enteramente a WWE por ello; hay luchadores veteranos que pasan mucho tiempo sin luchar, y cuando vuelven, están en mejor forma que cuando era jóvenes. Ya hemos visto a Triple H y Batista, que tienen una edad similar a la suya, moverse a la perfección. Angle podría haber seguido entrenándose y preparándose para su regreso, pero no lo hizo. La inactividad le convirtió en un viejo.

En sus últimas luchas, hemos visto que sus movimientos son raros, lentos, que está encorvado, y carece de la intensidad que siempre le caracterizó. Ciertamente, no puede volver a ser el Angle de antaño. Pero, no se le ha probado, en realidad, en una lucha de verdad, sólo en combates grupales, o luchitas de 5 minutos. Aún con peores movimientos, un combate es algo más intelectual que físico. Se trata de contar una historia, y un hombre con la carrera que tiene Kurt podría haber sumado sus problemas físicos a su trayectoria, para contar una historia importante con la que acabar su carrera.

En 2018, perdió su puesto como General Mánager en RAW, en una storyline con Baron Corbin como principal antagonista. Era un indicativo de que Angle se preparaba para luchar al 100% de nuevo. Debía, a ojos de cualquiera, regresar para tener un buen combate ante Corbin en un PPV, que cerrara la historia entre ellos, y terminar su carrera por todo lo alto con un match importante en WrestleMania. No hace falta un guionista que cobre 200.000 dólares al año para pensar algo así.

Pero no. La historia con Baron se diluyó. Angle estuvo inmiscuido en combates cortitos, en los que era humillado una vez tras otra, sin que eso fuera a ningún lado. Finalmente, anunció que su último combate sería en el magno evento.

Se hicieron muchas quinielas sobre su rival. Se habló de Cena, o de Undertaker. Ambos estaban libres para WrestleMania, y dispuestos a luchar. Pero, no, WWE anunció a Baron Corbin como su oponente, ahora que nadie recordaba la rivalidad entre ambos.

Tan solo unos meses después de anunciar que esta sería una nueva era, en la que WWE escucharía a los fans, los McMahon, en realidad, les escupieron a la cara a los aficionados. Por todas partes, les dijeron que querían otro rival para Angle. Cena, si pudiera ser. Y lo que hizo WWE es sacar a Corbin, burlándose, y haciendo los gestos de "You Can't Seeme".

Yo, en realidad, no tenía ningún problema con que el rival fuera Corbin. En fin, no le veo la gracia a ese tipo, pero si la historia se trabaja bien, si se le da sentido, podría haberse hecho algo bueno. Incluso, a veces, está bien que un retiro sirva para darle un push a un luchador joven. Pero aquí no hay push ni nada, porque, de la manera en que se ha llevado a cabo este combate, la idea no es que Corbin es tan bueno que puede vencer a Angle, sino que Angle está tan viejo, que pierde hasta con Corbin.

Ric Flair se retiró con una lucha increíble frente a Shawn Michaels; Michaels, por su parte, se enfrentó a Undertaker en una batalla impresionante, para poner fin a sus días como luchador; e incluso Dave Batista ha tenido exactamente la lucha que quería para acabar su carrera. Pero Angle tiene 5 minutillos ante un tal Baron Corbin, y a casita. Vince McMahon no olvida que se fue a TNA, para intentar vencerle. La venganza es un plato que se sirve frío.

Para este combate, ni siquiera hay tiempo para mostrar un vídeo con imágenes de la rivalidad, que es algo que siempre calienta al público. No, los echan a luchar, y que acaben lo más pronto posible. Salvo en un par de casos, cuando Angle usa el Ankle Lock, los aficionados no están muy activos. Es una lucha correcta, de nivel de Raw, pero con un público mucho menos intenso que el habitual en programas semanales. Corbin sobrevive al Olimpic Slam, y Kurt sobrevive al Deep Six. El Campeón Olímpico engancha el pie de su oponente con un Ankle Lock, pero este consigue escapar. Aún así, el veterano aplica sus tres Suplexs seguidos, y se prepara para volar con un precioso Moonsault. Pero no encuentra agua en la piscina. Se pega un buen golpe, y Corbin le remata con un End of Days.

Las cámaras reflejan la decepción del público. Pero no es lo que Vince piensa que está pasando. Quiere mostrar caras de tristeza porque Angle ha sido derrotado, pero lo que encuentra es incomprensión. La gente no puede creer que WWE le haya hecho eso a Angle, y a ellos mismos. No ha habido ninguna sorpresa, ningún momento memorable, ningún cambio de planes, sólo una derrota irrelevante en una lucha irrelevante. WWE lo tenía todo para escribir otro gran momento de la historia del wrestling, y ha decidido no hacer nada. Llevábamos 13 años esperando ver a Angle volver y dar una última gran lucha en la empresa en la que se hizo grande, y eso ya no podrá pasar jamás.

La gente abuchea. Repito, no abuchea a Corbin, abuchea a WWE. Son cosas distintas. Pero Angle coge el micro, y realiza una promo final que, muy inteligentemente, calma las aguas y deja a la gente con más cariño que enfado en su corazón.

Por supuesto, si Angle tuviera narices, se iría a AEW, o a Impact, donde tantas cosas ha hecho, y daría su verdadera lucha de retiro. Pero parece que pretende tener un trabajito en WWE, y no se lo va a jugar. Una lástima.

Puntuación: **1/2

sábado, 27 de abril de 2019

Ronda Rousey vs Becky Lynch vs Charlotte Flair, WWE WrestleMania 35




Vamos a comentar el primer main event femenino de la historia de WrestleMania. En WrestleMania 35, Ronda Rousey, Charlotte Flair y Becky Lynch luchan en un Triple Thread Match por el Smackdown Women Championship y el Raw Women Championship. La ganadora se lo lleva todo.

Hasta hace poco, parecía que sería imposible ver a mujeres en el main event de WrestleMania. De hecho, hasta hace unos años, parecía imposible que les dejaran luchar el tiempo suficiente para dar un combate serio. Sin embargo, aquí estamos. Quizás más rápido de lo que debería haber sido. ¿O no?

Internet y las redes sociales no solo logran que la información se viralice con mayor velocidad, también hace lo propio con la moral. Refuerzan el pensamiento único, y lo globalizan. Hay pocas cosas de las que se hable más hoy en día que el feminismo, y, por eso, las empresas que viven, en gran medida, de su imagen, necesitan adherirse a la forma de pensar a la que el ciudadano, gregario y necesitado de un sentimiento de pertenencia a grupo, se ha adherido ya.

Así, estamos viendo mucho feminismo de mentira, feminismo forzado. Un ejemplo de esto es la película Capitana Marvel, cuya campaña de promoción ha intentado vender que es feminista afirmar que hay una superheroína que es más poderosa que todos los demás, porque sí, sacada del bolsillo en el momento adecuado. Feminismo inmaduro, que no sirve para nada, porque ninguna idea que se defienda a la fuerza, sin el uso de la razón, puede ser legítima. De hecho, el Universo Marvel tiene varias superheroínas que, efectivamente, son más poderosas que cualquier hombre, sobre las que se ha trabajo durante décadas, y que tendrían una razón de ser.

En ocasiones, con WWE ha dado la sensación de que ocurría lo mismo, cuando se situaba a Charlotte y Sasha Banks en la mejor posición de la cartelera, sólo para poder decir que se hacía. No creo, no obstante, que ese sea el caso de Becky, Ronda y Charlotte.

Estoy seguro de que no habría un main event femenino si no estuvieran estas mujeres en concreto. Varios factores únicos se han unido para que sea el momento idóneo. Por un lado, WWE firmó a una de las mejores deportistas del país, una mujer muy seguida en su carrera olímpica, en su carrera en las MMA, y en su carrera como actriz. Ronda Rousey es una estrella de un nivel muy alto, que, además, se adaptó a la disciplina en muy  poco tiempo, dando combates muy buenos, y comenzando con un gran espectáculo ante Triple H y Stephanie McMahon, en WrestleMania 34. Pero es que, además, apareció en la empresa, de una manera totalmente espontánea, una rival a su altura. 

El caso Becky Lynch es realmente extraordinario. Era una luchadora de Smackdown, metida en algunas storylines secundarias, pero sin ningún objetivo a la vista. A la gente le gustaba, porque luchaba bien, y sabía usar un micrófono. Su acento irlandés es muy llamativo propio de una badass como ella. En un momento dado, consiguió una oportunidad titular para SummerSlam, y la gente se puso de su lado.

El apoyo popular creció mucho más, cuando Charlotte volvió tras una lesión y, como siempre, recibió el derecho de luchar en esa pelea por el Campeonato de Smackdown, convirtiéndola en un Triple Thread Match (la campeona era Carmella). Charlotte, por supuesto, ganó, y eso enfadó mucho al público.

WWE intentó que Becky realizara un Turn Heel, pero no cuajó. La gente quería a Becky, y odiaba a Charlotte. En contra de las Storylines en las que WWE intenta vender que un luchador está siendo tratado injustamente, el público sabe cuando eso está ocurriendo de verdad, fuera del kayfabe. Al final, se volvió a realizar un doble turn, para dejar las cosas como debían estar. La locura por Becky se hizo cada vez mayor, y se convirtió en campeona.

Posteriormente, llegó Survivor Series, y Ronda Rousey entró en la rivalidad. Ese evento tiene como fondo un enfrentamiento entre los luchadores de Smackdown, y los de Raw, y, por eso, la campeona del show azul, Becky, debía luchar contra la campeona del show rojo, Ronda. Así, estuvimos a punto de ver la lucha que, quizás, algún día, estelarice otro gran evento. Pero no ocurrió, porque Becky y las chicas de Smackdown invadieron Raw, y en esa invasión, liderada de forma genial por la chica del pelo naranja, Becky acabó con la cara partida, por un golpe de Nia Jax. Así, tuvo que ser sustituida en Survivor Series, y ella misma eligió a su gran rival, Charlotte, para enfrentar a Ronda.

Las fotos de Becky con la cara partida, y aún así, comportándose como una verdadera guerrera en Raw, dieron la vuelta al mundo. A pesar de que lo intentó, no le dejaron luchar en Survivor Series, y, en ese PPV, Charlotte y Ronda dieron un gran combate, que acabó en descalificación. Charlotte golpeó con sillas a la ex-UFC, sembrando la semilla de la rivalidad, que Becky ya había predispuesto con sus careos en programas anteriores.

Hubo interferencias de unas y otras en los PPVs siguientes, que provocaron que el Campeonato de Smackdown pasara a otras manos, las de Asuka. Becky ganó el Royal Rumble Match, con lo que se confirmó el combate entre Ronda Rousey y Becky Lynch para WrestleMania 35.

Este combate, ya de por sí, habría podido ser el main event del magno evento. Porque la locura por Becky era monumental entre el público. Y Ronda, como hemos dicho, es una figura enorme. Es un main event legítimo, porque las dos tienen las máximas reacciones de la empresa. Aunque WWE no hubiera querido hacer un main event femenino, se habría visto obligada a ello. De hecho, el amor por Lynch llegó a ser tan grande, que Ronda comenzó a recibir abucheos.

La ex-campeona de UFC había disfrutado mucho de las reacciones a su favor. Pero, en contra de lo que quiera ella o Vince McMahon, Becky Lynch es la elegida del público, la que ellos han llevado a lo más alto. Es su caballo, y cualquiera que se oponga, es el enemigo. Incluso Ronda Rousey.

Pero es obvio, desde hace mucho tiempo, que Vince quería que fuera Charlotte la que estuviera en esa posición. No sólo porque le encantan las rubias, sino porque en su cabeza, es la gran estrella femenina. Y, desde luego, teniendo en cuenta las luchas que ha dado en los últimos 3 años ante mujeres como Asuka, Sasha, Bayley, Natalya, Ronda o Becky, se puede decir que es una de las mejores en todo el mundo, contando, también, a los hombres. Ha hecho mérito, si bien siempre ha recibido un respaldo de la empresa que casi resulta odioso.

Los McMahon se inventaron una storyline similar a la que llevaron a cabo con Kofi Kingston, en la que dejaban fuera a Becky de WrestleMania, y metían, en su lugar a Charlotte. Por supuesto, después de muchos careos y muchos golpes, esa decisión cambió totalmente.

Ronda se pasó al lado oscuro definitivamente, con muchas declaraciones y tweets insultando al wrestling y a su veracidad, y a las luchadoras a las que se enfrenta. Es cierto que las rivalidades de cara a WrestleMania han sido más realistas de lo que suelen serlo en WWE, pero declarar que el wrestling es falso es pasarse de realismo. Se tiene que crear una historia humana y realista dentro de la ficción, no poner en duda la legitimidad de esta, como si esto fuera una película de Deadpool. Recuerda un poco a las declaraciones de Cain Velazquez tras su firma con Triple A, pero en México se puede entender, dada la falta de guiones y de madurez que hay en el negocio. Transportar la realidad a la ficción de debe realizar de manera distinta,  hablando de las MMA como algo mucho más duro o peligroso que el Wrestling, y no hacer la tontería de decir que los golpes son de mentira. Parece la reacción de una niña enfadada porque la gente ha dejado de quererla.

Pero, de nuevo, es de entender que esas palabras entran dentro del storytelling, si bien no uno muy hábil. Aún así, tras el combate, Ronda deja WWE, en teoría, para formar una familia. Veremos cuando vuelve, si es que lo hace. Muchos otros luchadores de MMA parecen estar disponibles para hacer el salto al wrestling, como su enemiga, Cris Cyborg; el propio Caín Velazquez, verdugo de Lesnar en UFC, que empezará a luchar en Mexico; Conor McGregor, recientemente retirado de su deporte; o incluso Frank Mir, que, tras luchar recientemente en GCW, declaró su intención de enfrentarse a Brock Lesnar, con el apoyo del público ante un presente William Regal.

Este combate también supuso un duro golpe para Asuka. La japonesa era Campeona de Smackdown, y esperaba que se decidiera una rival para WrestleMania. Pero, con una cartelera tan grande, la empresa se quedó sin sitio para un combate irrelevante más, así que le hizo perder el campeonato, ante Flair, porque sí, en un programa de Smackdown, de tal manera que todos los títulos de la empresa pudieran estar en juego, sin ocupar una plaza más. Asuka pasó a la batalla real femenina, y ni siquiera la ganó, dado que el trofeo fue a manos de Carmella. Un motivo más para odiar a Charlotte Flair.

En los programas previos a WrestleMania, las cosas se fueron de las manos entre Becky, Ronda y Charlotte, hasta el punto de que se hizo un segmento en el que la policía se las tenía que llevar a las tres, sin apenas conseguir que parasen de pelear. Incluso se rompieron vidrios de coches patrulla, y Ronda condujo uno, con las esposas puestas, para estrellarlo. Por supuesto, si eso hubiera pasado de verdad, el main event no hubiera tenido lugar, porque estarían las tres en la cárcel. Y es un poco grotesco ver lo cobardes y pequeños que son los policías que se usan en WWE. Aún así, es divertido, no vamos a buscar un hiperrealismo en la ficción.

Tras el vídeo de presentación, se muestran imágenes de un helicóptero. En él, llega Charlotte Flair, que, así, emula la gran entrada de su padre al Charlotte Stadium en The Greast American Bash 1986. Está claro que Vince quería hacer esto desde hace tiempo, de ahí su empeño en poner a Flair en esta posición.

Ronda Rousey, por su parte, entra mientras su tema de entrada es tocado en directo. Joan Jett toca Bad Reputation, a la vez que todo el mundo abuchea a la Campeona de Raw.

Parece que las dos wrestlers saben que el rival a batir es Ronda, así que se lanzan a por ella. Esta puede con sus oponentes por separado, pero no puede con las dos juntas. Cuando se engancha en las cuerdas, aplicando una palanca al brazo a Charlotte, Becky se lanza con patadas voladoras, que provocan que Ronda salga despedida a ringside, cayendo de una forma muy peligrosa.

Cada vez que Rousey sale de escena, las luchadoras pelean entre sí, y esos momentos resultan más aburridos. Por suerte, cada vez que la Campeona de Raw vuelve, la cosa se pone interesante de nuevo.

Ronda y Charlotte se llaman "perra" la una a la otra, haciendo esto un poco más personal, pero es cierto que, cada vez que algo parece ponerse interesante entre dos competidoras, parece reaparecer la tercera, cortando la historia que se pudiera contar entre ellas.

Los gestos y las palabras de Ronda son bastante buenos. Utiliza una interesante psicología heel. Se engancha en una doble palanca a los brazos de sus rivales, que hasta tres veces tienen que lanzarla con una Power Bomb para librarse del ataque.

Los movimientos utilizados durante la lucha son bastante interesantes, pero no consiguen que las reacciones del público sean lo suficientemente buenas, pues la gente parece agotada por la duración del evento. Eso sí, parece mucho más interesada en los intercambios entre Becky y Ronda. Las triples amenazas siempre consumen un poco de interés, le restan el carácter personal a la rivalidad.

Flair ataca la pierna de Rousey, preparando la Figura 8. Esa pierna parece tener heridas, no sé muy bien por qué. Pero los ataques son muy buenos, y Ronda los vende bien. Se cierra la Figura 8, pero Becky cae desde el cielo con un Leg Drop sobre Charlotte, que también sangra tras el golpe.

El público se alegra cuando entran las mesas en juego, pero Ronda la tira, pues no está dispuesta a darle a la gente lo que quiere. Charlotte, que cojea de una manera aparentemente legítima, pues no ha sido atacada en las piernas, no obstante aplica un gran Spear doble, seguido de un segundo Spear sobre Becky. No consigue ganar con ello, y, cuando lo intenta de nuevo, acaba siendo lanzada contra la mesa por sus rivales.

Estos movimientos resultan un poco lentos, quizás por las lesiones que están sufriendo las competidoras. Los tempos de esta secuencia se van a la mierda, porque el impacto de Charlotte contra la mesa no resulta lo suficientemente fuerte, mientras que WWE está intentando contar al público que Becky y Ronda se quedan definitivamente solas, y eso no se puede extrapolar del golpe. El público, por eso, no reacciona como debería por ese enfrentamiento definitivo entre las dos favoritas. Cuando Ronda se intenta levantar para aplicar su Piper's Pit, no consigue hacerlo hasta que se agarra a las cuerdas, porque tampoco le quedan fuerzas. Así, el movimiento reversal de Becky, para llevarsela con un paquetito, tampoco ocurre a la velocidad que debería, y la espalda de Rousey ni siquiera está plana cuando el referee realiza el conteo de 3 que le da la victoria a Becky. El público queda muy sorprendido, porque siente que ha sido un final un poco raro.

La lucha es bastante buena. Si hubiera tenido un final correcto, con una secuencia de intentos de palanca al brazo entre las dos, que para eso son especialistas en ello, hubiera levantado al público y hubiera acabado en alto.

Puntuación: ***1/2

viernes, 26 de abril de 2019

Daniel Bryan vs Kofi Kingston, WWE WrestleMania 35




La edición número 35 de WrestleMania, a diferencia de otras ediciones, tuvo como principal protagonista a gente de la casa. Y gente nueva, que jamás habría soñado con estar en esta posición hace 365 días. Kofi Kingston, un hombre negro, y Becky Lynch, una mujer, salieron con los brazos en alto del Metlife Stadium de New Jersey.

Quizás este no sea el mejor, ni el más llamativo WrestleMania de la historia, pero incluye un componente social que no es propio de un negocio como este. Tiene algo bueno por lo que ser recordado.

Kofi Kingston es el primer Campeón de WWE negro. Se ha dicho muchas veces que el racismo en la empresa ha impedido que esto ocurriera antes, pero, en realidad, han sido campeones hombres de muchos países y razas. Latinos como Alberto del Río, Rey Mysterio o Eddie Guerrero, Samoanos como The Rock o Yokozuna, o un mulato, como Pedro Morales, han portado la correa en el pasado. De hecho, WWE no ha promocionado a Kofi como el primer negro en campeonar, porque, hacerlo, implicaría decir que Pedro Morales o The Rock no lo son, y eso no es tan fácil de medir.

En cualquier caso, al fin y al cabo, Kofi ha ganado el título máximo de Smackdown, así que está en la misma posición en la que estuvieron Booker T y Mark Henry cuando ganaron el World Heavyweight Championship en la marca azul. Un afroamericano como campeón máximo en Raw se ve difícil hoy en día, dado el nivel de los hombres negros que hay en la empresa.

Nadie podría haber predicho que alguien como Kofi Kingston se convertiría en campeón. De hecho, cuando comenté el Royal Rumble de 2019, dije que los malabarismos de Kingston en la batalla real son lo más importante que hará durante el año. Quién me iba a decir que ocurriría esto.

Es obvio que WWE no tenía ningún plan para Kofi en estos términos. Pretendía hacer regresar a Kevin Owens como babyface y enfrentarlo a Daniel Bryan. Pero la Kofimanía se abrió paso.

Cuando comentamos Elimination Chamber 2019, ya hablamos de la carrera de Kofi Kingston, y de la manera en la que llegó aquí. También recordamos aquel intento de push que tuvo en 2009, con una buena rivalidad frente a Randy Orton. Siempre se ha dicho que fue este último el que le puso fin a dicho push, cuando se enfadó con Kofi durante un match, en el que se equivocó con el tiempo que dejó a Orton para realizar su numerito pre-RKO. Randy tuvo que aplicar su finisher con menos espacio, y gritó sin parar "Estupid!, Estupid!", claramente enfadado con su compañero. Es gracioso, porque cuando Kofi ganó el campeonato en WrestleMania, Randy mandó felicitaciones a través de Twitter, haciendo referencia, precisamente, a esas palabras.

El caso es que, en EC, ni siquiera tenía rol, pero fue añadido al final a la Elimination Chamber por el WWE Championship, gracias a la lesión de uno de los participantes, Mustafa Alí. Realizó una gran pelea, pero en última instancia, fue derrotado por Daniel Bryan.

Más allá del resultado, algo ocurrió. La gente se volcó con Kofi. Llevan toda la vida viéndole, dando saltos, peleando por el título Intercontinental, siempre presente en ladders y batallas grupales, y, en última instancia, uniéndose al New Day, la gran creación de su carrera. Ha entretenido a mucha gente durante mucho tiempo, y, ahora, a todo el mundo le hacía ilusión verle siendo Campeón Mundial.

Tanto en el caso Becky como en el caso Kofi, la familia McMahon ha jugado un papel importante en las rivalidades previas a WrestleMania, intentando emular el rol de jefes injustos que llevaron a cabo en la Era Attitude. Aún así, las audiencias, que siempre suben en la temporada de WrestleMania, esta vez no lo hicieron, por la ausencia de gente como Undertaker, Cena, Goldberg, Sting, y esas figuras llamativas que tanta ilusión provocaban de cara al magno evento.

Durante semanas y semanas, Kofi hacía méritos para conseguir la lucha titular en WrestleMania. Ganaba a montones de rivales, tan solo para enfrentar posteriormente a una estipulación terriblemente injusta impuesta por Vince McMahon, que se reía en la cara de los aficionados. Estos, cada vez con más ganas, exigían el puesto del africano en el PPV más grande del año. Incluso sus compañeros de New Day se vieron expuestos a las injusticias del Chairman pero, finalmente, le consiguieron el hueco en esa lucha titular.

Fue una historia muy trabajada, que no estuvo mal, aunque el papel de Daniel Bryan fue menor. No pudo aprovechar bien ese carisma de Heel inmenso que tiene, aunque participó en todas las injusticias llevadas a cabo en contra de Kofi. El Storyline, aunque de forma indirecta, mostró las facilidades y el trato de favor que recibe el hombre blanco, frente a la injustica que se comete contra el hombre negro, al no valorar de igual manera su labor en su lugar de trabajo.

Pero, tras 11 años de currar como un negro, y nunca mejor dicho, Kofi tiene la que es su primera lucha en WrestleMania en modo single. Y es frente a Daniel Bryan, que es el mejor luchador del mundo, y en consecuencia, proporciona la mejor lucha de la noche, y la mejor lucha de la carrera de Kofi Kingston.

Es ciertamente irónico lo ocurrido con respecto a Daniel Bryan, porque, precisamente él estaba en una posición similar en WrestleMania 31, cuando WWE quiso eliminarle de la ecuación por el título de WWE, porque no cumplía, físicamente, con el prototipo de campeón. Sin embargo, mientras que, en aquella ocasión sí que existía, realmente, la intención de hacer tal cosa fuera del kayfabe, en este caso ha sido todo una storyline. Está claro que la decisión de llevar a Kofi a WrestleMania se tomó mucho antes de que la obtuviera en los programas de Smackdown.

Como ha hecho con otras luchas durante la noche, WWE muestra imágenes del Empire State Building, en cuya fachada se pueden ver las figuras de los dos luchadores involucrados en el match, enormes, sobre la ciudad de Nueva York. Una pasada.

Kofi llega con sus compañeros de New Day al ring, mientras que Daniel Bryan está acompañado por su lacayo, el gigante Rowan.

Esta es una de las luchas en la que el público está más metido en todo el evento. Bryan se muestra muy técnico, aplicando buenas llaves, y tiene suerte, porque Kofi vuela a ringside, y se traga la mesa de comentaristas, haciéndose mucho daño en el pecho. Después de eso, el barbudo aplica llaves, golpes y candados a espalda y cuerpo. Es el único hombre en el mundo capaz de mantener a 80.000 personas interesadas en un Bear Hug.

Bryan recuerda a Jericho, aplicando un Liontamer, y convirtiéndolo en Walls of Jericho, como haría aquel. Las cosas se igualan cuando Kofi consigue volar sobre el campeón, y tenemos un montón de secuencias super veloces de ataques, golpes, intentos de conteo, y movimientos reversados.

Kofi convierte una Running Knee en un SOS, pero Bryan transforma ese empaquetado en un Yes Lock, incluyendo golpes en el dañado costado del retador. Kofi realiza el Rope Break, pero Daniel ríe maléficamente. Hiere a su enemigo con sus patadas al pecho, pero este revela un espíritu mayor. Atrapa la pierna del campeón con un movimiento desconocido, y aplica un Facebuster que casi le hace ganar.

Rowan hace acto de aparición, tan sólo para que los New Day le derroten, y tengan su parte de protagonismo en el show. Eso anima al público aún más, si es que hacía falta, porque la pelea es excepcional. Kofi falla el Troubles in Paradise, y se come una Running Knee. La cuenta no llega a tres, y, claro, la reacción de las gradas es brutal.

Bryan pisotea como un demonio la cara del ídolo, para volver a aplicar el Yes Lock. Todo parece realmente perdido. Pero los cantos a favor de New Day se hacen escuchar. Kofi se revela, y, en lo que parece una auténtica pelea de MMA escapa de una llave al brazo que Bryan no quería soltar, para pegar un montón de golpes con el antebrazo, y pisotear el rostro del rival, como él lo hizo. Con un Troubles in Paradise, se lleva el campeonato.

Grandísima lucha, con un final a la altura, que demuestra un conocimiento del tempo que no tendrán las mujeres en el main event. Por desgracia, en las semanas posteriores, Bryan desaparecería, en un caso que recuerda demasiado al momento en el que se halló su grave lesión en la cabeza. Esperemos que, esta vez, no sea nada.

Puntuación: ****1/2

sábado, 13 de abril de 2019

Batista vs Triple H, WWE WrestleMania 35




Dada la ausencia de Undertaker y John Cena, había pocas estrellas en este WrestleMania, más allá de las que aparecen, cada día, en los programas de WWE. Es un evento que será más recordado por incluirse en ese movimiento moralista inclusivo que está devorando toda forma de creatividad en occidente. Así, este siempre será el WrestleMania del primer main event femenino, y del primer campeón de WWE negro.

Pero, si hay algo que se sale de lo habitual, es el regreso de Batista para tener la última lucha que siempre quiso tener en WWE. Después de ignorarle durante mucho tiempo, la empresa se lo concedió. Yo no tenía un gran interés en esta última aparición del Animal, a nivel de wrestling, pero creo que todas las historias deben ser terminadas, y esta, se ha finalizado de la manera que Dave deseaba. Además, añade a este WrestleMania la aparición de leyenda retirada que necesita para ser un gran evento. Todo bien, hasta este punto.

Hace unos días, comentamos la lucha entre Triple H y Batista en Hell in a Cell, ocurrida en Vengeance 2005. Entonces, comentamos los inicios del animal en Evolution, y el final de esa relación con su rivalidad frente a The Game. Batista acabó con un 3 - 0 a su favor.

El animal tuvo una buena carrera en WWE, siendo varias veces campeón, y protagonizando grandes encuentros. Revisaremos algunos, en un pequeño especial por su retiro. Siempre fue Face en esta etapa, y tenía muy buenas reacciones por parte del público. Ya en esa época había una incipiente comunidad de Internet que declaraba un gran odio hacia tipos como Cena y Batista, igual que lo hacen hoy con respecto a gente como Roman Reigns, pero aún no tenían una gran incidencia sobre el público general que llenaba las arenas.

Pero Batista nunca se vio feliz como héroe. Echaba de manos sus inicios como bestia destructora, igual que hacíamos todos. En sus últimos meses en la empresa, Dave protagonizó un turn heel, atacando de forma muy violenta a su pequeño amigo Rey mysterio. En esos meses, ayudó a Vince en su rivalidad frente a Bret Hart, y este le recompensó al ponerle el WWE Championship en bandeja de plata, ante un John Cena que salía victorioso de una Elimination Chamber. Así, el paso de Batista por WWE finalizó con una rivalidad ante el otro gran héroe hipermusculado de la empresa. El Animal salió derrotado en cada uno de sus enfrentamientos, pero estos estuvieron muy bien. Hubiera sido una pena que se fuera sin tener un gran feudo con Cena.

Batista se fue, y empezó a hacer cosas. Inició una carrera como luchador de MMA, aunque sólo llegó a disputar un combate. En octubre de 2012, derrotó a Vince Lucero por KO, tras 4 minutos de contienda. A diferencia de gente como CM Punk, el Animal no se fue a una gran empresa en la que le pagaron millones por ser una estrella, sino que consiguió su combate por méritos propios. Y lo mismo puede decirse de su carrera como actor.

Todos hemos visto a Cena y a The Rock triunfar en Hollywood. Tenían millones y millones de fans en WWE, y empezaron a grabar películas mientras estaban ahí, apoyándose en esa base de seguidores. Ahora, trabajan muchísimo, pero no nos engañemos, no hacen una película buena. Sin embargo, Batista empezó desde más abajo. Primero se fue, se puso a pelear en MMA, hizo sus castings, y, poco a poco, le fueron saliendo proyectos.

De hecho, cuando en diciembre de 2013 volvió a la compañía de los McMahon, todavía no había hecho nada de valor, en realidad. Vince lo volvió a presentar como un héroe, y le hizo ganar el Royal Rumble 2014. No era lo que él quería, y, desde luego, no era lo que los fans querían, pues estaban obsesionados con Daniel Bryan. Cuando el barbudo fue expulsado en la batalla, la ira del público se hizo presente. En la parte final de la contienda, todos se pusieron de parte de Roman Reigns, porque aún no era main eventer, así que todavía no le odiaban. Pero Batista ganó, y se montó una muy gorda.

Vince no se había dado cuenta, todavía, de la manera en la que Internet estaba cambiando la forma de ver el wrestling de los fans. Ahora sí, el poco gusto del friki de Internet por Batista, se había extendido al mundo real. Dave sabía qué tipo de luchador es, y qué podía ofrecer, pero en la empresa, aún no se daban cuenta de eso. Todavía querían ofrecer un Randy Orton vs Batista en el main event de WrestleMania, pero nadie iba a comprarlo. El clamor popular a favor de Daniel era demasiado grande. Finalmente, el ex ROH acabó WrestleMania derrotando, primero a Triple H, y después, a sus dos pupilos de Evolution.

En sus últimos meses en esta nueva etapa en WWE, Batista volvió a hacer equipo con Triple H y Randy Orton, refundando Evolution, para tener un enfrentamiento de ensueño con otro gran stable, The Shield. Los dos equipos dieron dos muy buenas luchas.

Aunque, a nivel de wrestling, se puede decir que este nuevo paso del Animal por la empresa dio tres luchas muy destacables, el uso del personaje, y las pitadas de los aficionados, quedaron en el subconsciente de Dave. Por segunda vez, dijo las dos palabras mágicas: "I Quit". Se suponía que tenía contrato para hacer más cosas, pero comenzó la campaña publicitaria de Guardianes de la Galaxia, y el éxito de esta película truncó los planes de regreso del Power House.

A diferencia de lo que han hecho Rocky y Cena, Batista ha participado en producciones de calidad, gracias a que su perfil se adaptaba bien al papel. Guardianes de la Galaxia, de Marvel, se convirtió en una saga muy aclamada de aventuras espaciales, muy divertida, y con buena música. Batista juega el rol de Drax The Destroyer, un alien de fuerza física sobrehumana, perteneciente a una raza muy literal, que no entiende las metáforas o la ironía, y que busca venganza por la muerte de su familia.

Es un gran personaje, dentro de una saga que tuvo una secuela, y tendrá una tercera parte, a pesar de algunos problemas en su producción. Este éxito le permitió, también, aparecer en Avengers: Infinity Ward, y en el episodio final de todo el universo Marvel, que se estrenará próximamente: Avengers: Endgame, que es, quizás, la película más esperada de la historia del cine. 

Además de todo esto, Batista ha estado en otros proyectos, como Blade Runner 2049, y Dunne, dos películas que pertenecen a los universos de clásicos de la literatura de Ciencia Ficción. Por tanto, Batista, que tiene ya 50 años, no pudo regresar a WWE en, casi, 5 años, porque estaba trabajando mucho, y, además, estaba haciendo cosas muy interesantes. No es que sea protagonista de El Padrino, pero, dentro del campo del entretenimiento, las aventuras y la acción, estas películas son mucho mejores que Transformers, The Fast and the Furious, o G.I.Joe, que son las pelis que hacen Cena y The Rock.

Pero Batista ama el wrestling de verdad. De hecho, en más de una ocasión, había comentado que le gustaría volver a WWE, tan solo para participar en eventos en vivo. Es una experiencia que le gusta. Pero su agenda como actor no se lo ha permitido. Aún así, tenía otro plan desde hace mucho tiempo: volver, y tener una rivalidad final con Triple H, siendo rudo, y actuando como a él le diera la gana. Pero Triple H no le hacía ni puto caso. WWE no parecía estar interesada. 

Absolutamente toda la historia de Dave desemboca en esta rivalidad final. En otoño de 2018, se celebró el capítulo número 1000 de Smackdown, con Evolution presente. Ric Flair, Randy Orton, Triple H y Batista se reunieron. El Animal tuvo buenas palabras para todos, pero cuando le tocó hablar sobre Hunter, recordó una cosa: este hombre lo ha hecho todo en el negocio, salvo una cosa: vencerle a él.

Batista comenzaba a sembrar semillas de lo que sería la rivalidad final de su carrera. Meses después, tuvo lugar el cumpleaños número 70 de Ric Flair, el mejor luchador de la historia, y WWE le preparó una fiesta, para RAW.

Finalizando el programa, subieron al ring Triple H, Kurt Angle, Sting, Ricky Steamboat y Shawn Michaels, que son algunos de los grandes rivales en la carrera de Flair. Fuera del ring estaban, además, todos los miembros del roster de Raw.

Es raro que WWE le conceda algo a leyendas como Flair. Estamos acostumbrados a que esta empresa pisotee su propio legado, una y otra vez. Pero, claro, la cosa tenía trampa. Cuando el Nature Boy debía hacer acto de aparición, algo falló. Batista apareció en pantalla, forzando a un cámara a seguirle. Entró en el camerino de Ric, y se escucharon golpes. Batista sacó al anciano, arrastrándolo, y le peguntó a Triple H si ahora le prestaría atención.

Recordemos que, durante su tiempo fuera de la empresa, Batista ya había comentado que había presentado esta idea de rivalidad, pero Triple H no le había hecho el más mínimo caso. Por eso es esto tan interesante, porque es real, y el wrestling gana con la realidad. Triple H, muy enfadado con el ataque a Ric, le especificó que, sí, había ganado su atención. Batista, actuando bastante bien, y rodeado de seguridad, como una verdadera estrella de Hollywood, le gritó que le diera lo que quería, y lo repitió mil veces. Un último encuentro, en las condiciones que él imponía. De nuevo, justo lo mismo que pedía en sus declaraciones en el mundo real.

Triple H le recordaba que había abandonado la empresa varias veces, que se había convertido en una estrellita de Hollywood. Que no sabía qué quería de él, pero si lo que quería era pelear, que subiera al ring. Pero no, esta vez, las cosas se harían de la forma en que Batista decidiera. Quería a Triple H en WrestleMania. Es todo lo que quería; terminar una carrera en sus términos.

En una entrevista con Michael Cole, ya declaró que quería tener su último run en la empresa, y que por eso está aquí. Habló de Triple H, de la forma en la que siempre le ha tratado con desdén, menospreciándole. No le gusta ser controlado, le gusta estar en posición de controlar. Por eso dejó la empresa, porque Triple H es un obseso del control. Claro, WWE, a la hora de promocionar la rivalidad, usó imágenes de Evolution, como si Batista se refiriera, todavía, a eso, pero la parte de storytelling sobre Evolution es lo que menos le interesa a Dave. Debe recordar, una y otra vez, que Triple H nunca consiguió ganarle, porque es la historia que quiere contar WWE, pero esa parte tiene, claramente, mucho menos interés.

Triple H decidió que esto fuera un No Holds Barreds Match. Batista exigió que la carrera de Triple H estuviera en juego. En la última promo, WWE volvió a poner imágenes de Evolution, y de las declaraciones de Batista diciendo que Triple H nunca le había vencido. El actor remató esto diciendo: "Hunter, bésame el culo", pasando totalmente del vídeo, que, al fin y al cabo, vuelve a ser un intento de WWE de imponer una historia insignificante. Gran final, moviendo la cámara para que el logo de WrestleMania 35 se vea tras él. Todo queda preparado para la última lucha en la carrera de Batista.

Una de las cosas guay de WrestleMania son las entradas especiales. Este año, en la rampa de entrada, hay una pantalla enorme curvada. Con ella, Elias realiza una intervención en la que parece que está tres veces en la arena, tocando tres instrumentos simultáneos. Pero no se aprovecha mucho más, salvo en la entrada de Triple H.

Este año no hay grandes entradas, porque no hay tiempo para nada. Pero a Triple H no le puedes quitar eso. Siempre hace lo que le da la gana. Batista aparece con varios coches, de los que salen muchos escoltas, colocados en posición. Al hacer su metralleta, se lanzan muchos fuegos de artificio. Y después aparece Hunter, en un vehículo al estilo Mad Max. En la pantalla curva, hay otros, de manera que parece que se mueve en el desierto junto a ellos. O ese es el efecto que se pretende, al menos. 

La lucha se lleva a cabo con un estilo muy extremo, enfocada en el uso de objetos para dañar al rival. Está bien que en un evento tan largo como este, haya variedad, como he dicho en posts anteriores, así que no es mala elección. De esta manera, también se diferencia mucho de la otra lucha sin reglas que hay, la de Shane y el Miz. Pero no me parece que sea un gran combate.

Es una lucha que presenta varios spots violentos con objetos, y poco más. Son buenos, pero no existe una continuidad. Hay muchos tiempos de descanso entre unos y otros, de tal manera, que la cosa se extiende mucho, y en algún momento, llega a aburrir, aunque el siguiente gran impacto borra el aburrimiento de los aficionados.

No creo que nunca se juegue demasiado con la idea de que Triple H se tiene que retirar si pierde. Shawn Michaels está en la mesa de comentarios, y tiene algún buen careo con Batista, pero no llega a hacer nada.

Triple H le pega con una caja de herramientas a Batista, y saca una cadena similar a la que usó en el Hell in a Cell de 2005. Utiliza una llave inglesa para retorcerle los dedos, y le atrapa con una silla, y le arranca el aro de la nariz con otra herramienta.No es el real, pero Batista tiene sangre en la nariz.

Triple H saca el sádico que lleva dentro. Es raro que haya luchas de este tipo en WWE, pero, realmente, consigue meter a los aficionados en la lucha.

Hay batalla en las mesas de comentaristas. Triple H recibe muchas caídas sobre ellas. Cuando la lucha regresa al ring, aburre bastante, así que Batista la vuelve a llevar a las mesas. Quiere utilizar una Batista Bomb sobre ella, pero es él el que se lleva el golpe, y un Spear con el que atraviesa la tercera mesa. 

Triple H busca su mazo, pero recibe los mejores ataques del Animal. Recibe Spear, Spine Buster, y Batista Bomb. Al ser alzado para la bomba, Hunter lleva su mazo en la mano, para intentar darle en la cabeza a su enemigo, pero no consigue hacerlo. Es lo mismo que pasó en 2005. A pesar de todos estos ataques, HHH sobrevive, y salva su carrera.

Ahora, es Batista el que recibe una poderosa Power Bomb en las escaleras metálicas, y un Pedegree, pero sobrevive a ello. Utiliza un DDT en las mismas escaleras sobre Triple H, pero llega Ric Flair, para vengarse de su agresor. Le pasa el mazo a Hunter, y este se lanza para dejar KO con él a Drax el Destructor. Después de darle, le remata con un Pedegree. Victoria para Triple H, que celebra con Flair.

Como digo, es una lucha de estilo extremo, que tiene buenos spots, pero, también, excesivos descansos. No en vano, ambos rondan los 50 años. La brawl es buena, pero tampoco existe una gran estrategia, ni una psicología muy explícita, sólo dos tipos pegándose. No obstante, hay que premiar que se presente una lucha distinta como esta, y que Triple H lo haya dado todo, a pesar de que se sometió a una operación importante, tras una lesión sufrida en Crown Jewell.

Puntuación: ***

viernes, 12 de abril de 2019

Shane McMahon vs The Miz, WWE WrestleMania 35




Creo que la rivalidad entre The Miz y Shane McMahon ha sido una de las cosas más interesantes del camino a WrestleMania, y la lucha final ha estado a la altura, recordando a combates de otras eras. Cierta parte de los fans no tenían mucha fe en esto, porque no son dos hombres que estén en el top por sus habilidades en el ring. Pero son dos grandes contadores de historias, que es lo que, realmente, ahora hace falta en el wrestling. Hay que tener en cuenta que WWE comienza su PPV más importante del año con un vídeo en el que sus estrellas repiten, una y otra vez, "Somos storytellers". Pero muchos no lo son. Estos dos hombres, desde luego, han contado una historia.

Todo empezó en el PPV Crown Jewell, uno de los peores shows de los últimos años. WWE presentó un torneo para buscar al mejor luchador del mundo, y demostró que no sabe llevar a cabo torneos. No solo fue malo a nivel de luchas, sino que estuvo mal bookeado. Y, en la final, The Miz se lesionó, y fue sustituido por Shane, que era el comisionado de Smackdown, y estaba obsesionado por que su marca se llevara la victoria.

Sin participar en el torneo, Shane ganó, y se proclamó a sí mismo "mejor del mundo". Esto daba pie a a un turn heel, aunque la historia se extendió en el tiempo.

Recordemos que, en ese momento, The Miz era rudo, y Shane, técnico. Y eran muy buenos en su papel. La rivalidad terminaría con un doble turn, y la cosa no ha bajado de nivel. Siempre he pensado que convertir en técnico a The Miz es un desperdicio de su personaje. En dos meses, veremos si WWE sigue teniendo historias para él. Por ahora, el público le quiere, lo que quizás venga bien de cara a la audiencia del reality The Miz and Miss.

La historia entre Shane y The Miz es interesante, porque tiene un componente de verdad. Los dos, son hijos que nunca han conseguido un reconocimiento por parte de sus padres, que nunca han sentido que sus progenitores estuvieran orgullosos de ellos. Eso es obvio en el caso de Shane, como hijo de millonario obsesionado con el trabajo, de ahí que acabe cada lucha jugándose la vida de forma innecesaria, para satisfacer a papá. Por otro lado, The Miz ha admitido muchas veces que costó mucho trabajo que sus padres entendieran que se dedicara al wrestling, o que reconocieran su buen desempeño. 

Este tipo de problemas freudianos unió a los dos hijos no deseados, que acabaron haciendo tag. En Royal Rumble, vencieron a The Barr, y se convirtieron en Smackdown Tag team Champions. Esto, obviamente, provocó la ira, de nuevo, de una parte de los aficionados, que pensaban que The Bar debían seguir siendo campeones, por el simple hecho de que son mejores luchadores que estos dos. No se dan cuenta de la importancia de contar historias, de tener personajes claramente diferenciados. Mezclando personajes como los de The Miz y Shane, con otros tan puramente guerreros, todos ganan, pues unos tienen la oportunidad de tener una buena lucha, y los otros, de participar en historias, que son las que,realmente, cimientan una carrera de cara al aficionado.

Así que esta parte de la rivalidad fue bastante interesante. The Miz y Shane tuvieron también buenas luchas con The Usos, con los que perdieron los campeonatos. The Miz se autoculpó, pero Shane le dio otra oportunidad de rehacerse. Tras perder en la revancha por los campeonatos, ocurrió el turn heel de McMahon.

Eso pasó en Cleveland, Ohio, la tierra del Miz. Por eso, su padre estaba en ringside. En primera instancia, pareció que Shane no culpaba a su compañero, pero, delante de su padre, le agredió. Le dejó KO, mientras el anciano, que es el peor actor de la historia, lo veía todo. Shane se pasó de la ralla también con él, zarandeándolo. Así pasó un poco desapercibida su mala interpretación.

Shane McMahon humilló al Miz, y a su padre. Nunca existió la igualdad entre ambos. Él es el mejor del mundo, porque nació siendo el mejor. Para Miz, sin embargo, haber nacido dentro de la familia McMahon, lo convierte, en realidad, en lo peor. Tras semejante historia, tan sólo quedaba que se vieran las caras en el marco de WrestleMania 35. Lo harían en un Falls Counts Anywhere.

Con el padre de The Miz entre el público, Shane McMahon pide que se le presente como el mejor del mundo, hasta tres veces. Parece que no queda satisfecho con el trabajo del anunciador, y usa su poder para abusar de él. Como rudo, es un genio.

Comienza la batalla. Lo primero que hace Shane es intentar atacar al señor mayor, para provocar la ira de su oponente. Este, le persigue a toda velocidad, y, así, cae en un error. Shane pega muy fuerte; parece que, después de 20 años, ha aprendido a usar los puños. Piensa volar, desde el ring, sobre The Miz, que está encima de una de las mesas de comentaristas. Pero su señor padre lo evita.

El Señor Mizanin (no sé cómo llamarle), acepta el reto de Shane y sube a pelear. Pone una pose de boxeador un tanto ridícula. Pero hasta para esto, Shane sabe hacer bien de rudo. Finge que no va a pegarle, para engañarle y tirarse sobre él a traición. Le pega un rodillazo muy realista, pero en ese momento llega Miz para vengarse, cegado por la ira.

Los luchadores pelean por toda la arena. The Miz le pega en la pierna a Shane, y este lo vende muy bien. Excesivamente bien, yo diría que podría estar cojo de verdad. Se pegan con sillas, luchan entre el público, y en las mesas de comentaristas internacionales, que tiene WWE más arriba. Le rompen todos los aparatos a Funaki, que es uno de los comentaristas de la emisión japonesa. Después de golpes muy violentos, The Miz hace que Shane atraviese una mesa, y lo tira por encima de una valla a la planta inferior. Shane rebota en un carrito que hay abajo, y cae al suelo.

Este es un producto bastante original, no muy habitual en los WrestleManias de los últimos años. Y, en un PPV tan largo, hacen falta estímulos como este. Miz y McMahon pelean en una estructura que recuerda a aquella a la que subieron Undertaker y Triple H en WrestleMania 17. Sobre el metal, Miz aplica el Skull Crushing Finale,pero no es suficiente para ganar.

Shane esta destrozado. Ha recibido mucho dolor, y está cojo, pero sigue subiendo, perseguido por su oponente. Llegan muy alto. McMahon pide clemencia, pero esta no es concedida. Miz le golpea, y lo lanza, con un súplex, hacia el suelo, a unos 4 metros de altura. Ambos se pegan un golpe tremendo, atravesando uno de esos suelos falsos que pone WWE siempre que tiene que haber una caída un tanto peligrosa. Pero Shane tiene los brazos encima después de caer, así que es para él la victoria. 

Shane suma a su carrera un nuevo gran spot en WrestleMania. Muy buen combate, mezclando storytelling, psicología, y acción. Pasa un rato antes de que los luchadores puedan ser movidos.

Puntuación: ****

jueves, 11 de abril de 2019

Seth Rollins vs Brock Lesnar, WWE WrestleMania 35




Vamos a empezar a hablar del mayor evento de 2019 en la industria del wrestling, WrestleMania 35, un show largo, con 7 horas de duración, y 16 combates. En tales circunstancias, tanto la resistencia del público como la duración de los combates implican decisiones complicadas. Porque, con 16 luchas, y 12 en el show principal, sabemos que tiene que haber varias que sean demasiado cortas. Pero, también es cierto, que es necesario que las haya, porque no se puede exigir a 80.000 personas que estén interesadas en todos los combates, si estos se proponen de la misma manera. Tiene que haber variedad de situaciones, y los squashes son únicos, a la hora de conseguir una reacción rápida, sin dar tiempo a aburrir o descansar.

Pero no esperábamos que esto ocurriera en la lucha por el Título Universal, ni que este fuera colocado en el opening de la noche. Eso sí, es cierto que, en un show en el que no estaban programadas luchas de Undertaker y Cena, había muchas cosas interesantes, pero pocas que sobresalieran sobre el resto, y la rivalidad entre Lesnar y Rollins no se había bookeado al mismo nivel en que se habían trabajado otras.

Como todo el mundo sabe, en otoño de 2018, Roman Reigns tuvo que retirarse de los encordados temporalmente, por su recaída en la enfermedad que había sufrido siendo más joven, la leucemia. En ese contexto, había que decidir a qué luchador había que dar push para ocupar su puesto, y, con su victoria en Royal Rumble, Seth Rollins se convertía en firme candidato para esa posición. No obstante, con su rápido regreso, The Big Dog se volvió a colocar como líder, y ahora, más querido que nunca.

Eso seguramente le restó importancia a la lucha titular, pero Rollins ganó, sorprendentemente. Raw vuelve a tener título.

Hay que comentar, también, la historia que hay entre estos dos tipos. En Royal Rumble 2016, el Arquitecto se metió en la rivalidad entre John Cena y Brock Lesnar, convirtiendo la lucha titular, en aquella ocasión, en una Triple Amenaza. Rollins recibió el pinfall por parte del entonces Campeón de la WWE, y recibió el menosprecio de todos. Se decía que no estaba a la altura de los otros dos participantes.

Sin embargo, después de eso, le ha amargado la vida a La Bestia. Primero, en WrestleMania 31, cobró su maletín de Money in the Bank,  metiéndose en la lucha entre Roman Regins y Brock Lesnar, y convirtiéndose en Campeón de WWE, con pillería. Ahora, 4 años después, de nuevo en WrestleMania, se la vuelve a jugar a Brock, al usar la maña para ganarle rápidamente.

Como digo, de cara a WrestleMania 35, hay historias muy trabajadas, aunque esta no lo está tanto. Lesnar y Heyman insinúan que Seth no está a la altura de esta contienda, pero este les recuerda que le ganó por poco a Styles, a Bryan o a Balor, y él no es más pequeño que ellos. Si Lesnar quiere llevarle a Suplex City, él va a hacer arder Suplex City.

Vamonos a lo ocurrido en WrestleMania 35. El show comienza con Alexa Bliss, que hace de host del mismo, presentando a Hulk Hogan. Este saluda y dice sus frases típicas, y sus gestos junto a la pequeñina y malévola rubita, que le imita. Pero sale a cortarles el rollo Paul heyman, que dice que su cliente ya sabe que no va a ser main eventer, así que prefiere agarrar su avión privado e irse. Por eso, se adelanta la lucha por el WWE Universal Championship. 

Pero Lesnar no está dispuesto a esperar a que suene la campana. Le da una paliza, y le aplica un F5 en ringside. Lo lanza contra las mesas, y lo tira contra el protector de los televisores, que se parte. Con la espalda llena de moratones, Rollins es introducido al ring. El Campeón exige que se inicie la lucha, y el referee acepta, cuando Seth consigue ponerse en pie para pelear.

Rollins visita Suplex City, pues Brock lo maneja como si fuera un muñeco. Pero, cuando está a punto de llegar el F5, Rollins se libra, y empuja al bestiajo contra el referee. Sin este atento, consigue pegarle un Low Blow, seguido de tres Curb Stomps veloces. Lesnar no tiene ni tiempo de reaccionar. 

Victoria para Rollins. Esperaba que WWE aprovechara la falta de tiempo y la excusa de los ataques pre-match de Brock, para que este ganara, pero, así, le da una victoria inteligente a Seth, y hace arder WrestleMania con un comienzo emocionante y sorprendente. 

WWE sigue buscando fórmulas extrañas para que un combate corto de Lesnar sea impactante, y, un año más, lo consigue. El combate no deja de ser un squash, ya que los ataques de Brock fuera del ring no pueden ser considerados para la nota final, aunque aportan un contexto que la mejora. De todos modos, sigue siendo un squash... más o menos.

Puntuación: ***