WrestleMania 35 contiene varios hitos que pueden considerarse históricos. Ya hemos comentado 5 luchas muy importantes, gusten más o menos.
Otro gran momento de WrestleMania 35 es la lucha de retiro de Kurt Angle. O debería haber sido un gran momento, pero WWE se lo negó al luchador, y se lo negó a los aficionados, muy deliberadamente.
En 2006, Angle abandonó WWE, convertido en un alcohólico, y en un adicto a los painkillers. Hubo muchos hombres en esa época en una posición similiar: gente que se mataba luchando 200 veces al año, para que nunca hicieran nada con ellos. Angle se fue, y lo mismo hicieron Rob Van Dam, Chris Jericho, Los Hardy, o Chris Benoit, aunque este se fue más lejos...
Angle se fue, y aunque se suponía que pretendía descansar, en poco tiempo, debutó en TNA. No es que esa compañía supusiera una gran competencia para WWE, pero pretendía llegar a serlo. Angle fue la cara de TNA, y lideró ese intento de revivir las Monday Night Wars, que no le sentó nada bien al chairman de la empresa de entretenimiento. Vince no lo olvidó, y, ahora, ha demostrando su mezquindad, vengándose al arruinar el retiro de Kurt.
Durante años, hubo muchos rumores sobre un regreso de Angle a WWE. Él mismo decía que quería volver a luchar con Brock Lesnar, después de que este retomara su carrera como wrestler. Pero no pasaba. WWE no parecía muy interesa, y Angle estaba bien en TNA.
Pero, a ciertas edades, cada año es un mundo. Como ocurrió en el caso de Sting, cuando, al fin, Angle volvió a competir en la empresa de McMahon, su cuerpo le falló.
El caso es que Angle abandonó Impact Wrestling dando muy buenas luchas con gente como EC3 y Lashley. Pasó un año como luchador esporádico independiente, y también en esa etapa demostró que aún podía rendir a buen nivel. Recuerdo un combate frente a Alberto Del Río que me gustó bastante.
Luego se anunció su entrada al Hall of Fame de WWE, y el sueño de ver un último run del Campeón Olímpico ante las nuevas estrellas de la empresa, renació. Pero se tiró un año haciendo labores de General Manager en RAW, y, cuando se volvió a atar las botas, su cuerpo, como digo, no reaccionó como debía.
Él mismo lo ha dicho: el año que pasó como General Manager, se cargó su carrera. Pero tampoco hay que culpar enteramente a WWE por ello; hay luchadores veteranos que pasan mucho tiempo sin luchar, y cuando vuelven, están en mejor forma que cuando era jóvenes. Ya hemos visto a Triple H y Batista, que tienen una edad similar a la suya, moverse a la perfección. Angle podría haber seguido entrenándose y preparándose para su regreso, pero no lo hizo. La inactividad le convirtió en un viejo.
En sus últimas luchas, hemos visto que sus movimientos son raros, lentos, que está encorvado, y carece de la intensidad que siempre le caracterizó. Ciertamente, no puede volver a ser el Angle de antaño. Pero, no se le ha probado, en realidad, en una lucha de verdad, sólo en combates grupales, o luchitas de 5 minutos. Aún con peores movimientos, un combate es algo más intelectual que físico. Se trata de contar una historia, y un hombre con la carrera que tiene Kurt podría haber sumado sus problemas físicos a su trayectoria, para contar una historia importante con la que acabar su carrera.
En 2018, perdió su puesto como General Mánager en RAW, en una storyline con Baron Corbin como principal antagonista. Era un indicativo de que Angle se preparaba para luchar al 100% de nuevo. Debía, a ojos de cualquiera, regresar para tener un buen combate ante Corbin en un PPV, que cerrara la historia entre ellos, y terminar su carrera por todo lo alto con un match importante en WrestleMania. No hace falta un guionista que cobre 200.000 dólares al año para pensar algo así.
Pero no. La historia con Baron se diluyó. Angle estuvo inmiscuido en combates cortitos, en los que era humillado una vez tras otra, sin que eso fuera a ningún lado. Finalmente, anunció que su último combate sería en el magno evento.
Se hicieron muchas quinielas sobre su rival. Se habló de Cena, o de Undertaker. Ambos estaban libres para WrestleMania, y dispuestos a luchar. Pero, no, WWE anunció a Baron Corbin como su oponente, ahora que nadie recordaba la rivalidad entre ambos.
Tan solo unos meses después de anunciar que esta sería una nueva era, en la que WWE escucharía a los fans, los McMahon, en realidad, les escupieron a la cara a los aficionados. Por todas partes, les dijeron que querían otro rival para Angle. Cena, si pudiera ser. Y lo que hizo WWE es sacar a Corbin, burlándose, y haciendo los gestos de "You Can't Seeme".
Yo, en realidad, no tenía ningún problema con que el rival fuera Corbin. En fin, no le veo la gracia a ese tipo, pero si la historia se trabaja bien, si se le da sentido, podría haberse hecho algo bueno. Incluso, a veces, está bien que un retiro sirva para darle un push a un luchador joven. Pero aquí no hay push ni nada, porque, de la manera en que se ha llevado a cabo este combate, la idea no es que Corbin es tan bueno que puede vencer a Angle, sino que Angle está tan viejo, que pierde hasta con Corbin.
Ric Flair se retiró con una lucha increíble frente a Shawn Michaels; Michaels, por su parte, se enfrentó a Undertaker en una batalla impresionante, para poner fin a sus días como luchador; e incluso Dave Batista ha tenido exactamente la lucha que quería para acabar su carrera. Pero Angle tiene 5 minutillos ante un tal Baron Corbin, y a casita. Vince McMahon no olvida que se fue a TNA, para intentar vencerle. La venganza es un plato que se sirve frío.
Para este combate, ni siquiera hay tiempo para mostrar un vídeo con imágenes de la rivalidad, que es algo que siempre calienta al público. No, los echan a luchar, y que acaben lo más pronto posible. Salvo en un par de casos, cuando Angle usa el Ankle Lock, los aficionados no están muy activos. Es una lucha correcta, de nivel de Raw, pero con un público mucho menos intenso que el habitual en programas semanales. Corbin sobrevive al Olimpic Slam, y Kurt sobrevive al Deep Six. El Campeón Olímpico engancha el pie de su oponente con un Ankle Lock, pero este consigue escapar. Aún así, el veterano aplica sus tres Suplexs seguidos, y se prepara para volar con un precioso Moonsault. Pero no encuentra agua en la piscina. Se pega un buen golpe, y Corbin le remata con un End of Days.
Las cámaras reflejan la decepción del público. Pero no es lo que Vince piensa que está pasando. Quiere mostrar caras de tristeza porque Angle ha sido derrotado, pero lo que encuentra es incomprensión. La gente no puede creer que WWE le haya hecho eso a Angle, y a ellos mismos. No ha habido ninguna sorpresa, ningún momento memorable, ningún cambio de planes, sólo una derrota irrelevante en una lucha irrelevante. WWE lo tenía todo para escribir otro gran momento de la historia del wrestling, y ha decidido no hacer nada. Llevábamos 13 años esperando ver a Angle volver y dar una última gran lucha en la empresa en la que se hizo grande, y eso ya no podrá pasar jamás.
La gente abuchea. Repito, no abuchea a Corbin, abuchea a WWE. Son cosas distintas. Pero Angle coge el micro, y realiza una promo final que, muy inteligentemente, calma las aguas y deja a la gente con más cariño que enfado en su corazón.
Por supuesto, si Angle tuviera narices, se iría a AEW, o a Impact, donde tantas cosas ha hecho, y daría su verdadera lucha de retiro. Pero parece que pretende tener un trabajito en WWE, y no se lo va a jugar. Una lástima.
Puntuación: **1/2