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domingo, 1 de noviembre de 2020

Dr Wagner vs Solitario, Máscara vs Máscara, Monumental de Monterrey, 01/12/1985


A petición de un oyente, hoy, vamos a hablar de una lucha histórica, un combate legendario, en el que una gran estrella de la lucha libre mexicana, perdió su máscara. Se trata del combate de apuestas entre Dr Wagner y Solitario, ocurrido en 1 de diciembre de 1985, en la plaza de toros Monumental de Monterrey, en el estado de Nuevo León. 

No he dudado mucho a la hora de afrontar el encargo, puesto que me encanta la cultura luchística mexicana, y la manera en la que los grandes duelos de apuestas pasan a la historia, y se convierten en parte del folclore popular, quedando en el recuerdo de una generación. Además, en este caso, la historia que rodea el combate, tanto antes como después de que ocurriera, es muy interesante, y apropiada para estar en el blog.

En general, hay montones de combates de apuestas que deberían estar en el blog, y de los que no hay material audiovisual, y en tanto que tal, es imposible, por razones obvias, hacer un review de los matches en cuestión. Y, aún así, por ser esto un blog de historia del wrestling, en algún momento, tendremos que pasar a dedicar posts a luchas de esa categoría, evitando aventurar juicios de valor sobre la puesta en escena, y dedicándonos a hablar del contexto histórico y deportivo.

La lucha entre Dr Wagner y El Solitario no fue televisada originalmente por televisión, pero fue grabada a pie de ring por un aficionado. La grabación está clipeada, esto es, tiene diversos cortes, por lo que nos perdemos algunos segmentos del combate. Por eso, la nota que le demos no pueder ser considerada al 100%, pero, dado que esta es la única grabación que existe del combate, y la que ha sido utilizada incluso en programas de televisión, no puede haber nada mejor.

El lector no debe confundir a Dr Wagner con su hijo, Dr Wagner Jr, muy famoso en las últimas décadas. Su padre era asimismo una gran estrella, pero tuvo una carrera más corta, debido a los motivos que hoy comentaremos.

Dr Wagner y El Solitario habían sido buenos amigos. Este último, una estrella enorme que, durante su carrera, consiguió muchas y muy buenas victorias en duelos de apuestas, se unió en 1966 a La Ola Blanca, el equipo que formaban Wagner y Ángel Blanco, y que tenía un gran éxito es su época. Es realmente increíble la manera en que acabaron los tres hombres, no demasiado tiempo después de la lucha de la que hablamos hoy.

El Solitario conformó una gran tercia con esos dos hombres, pero nunca llegó a tener una amistad con ellos tan grande como la que ya existía entre Wagner y Ángel. Las rencillas comenzaron un tiempo después, así que los miembros de la Ola Blanca se convirtieron en los más rudos rivales que tuviera El Solitario. Este, no obstante, consiguió acabar con ambos.

En 1972, destapó al Ángel Blanco, y un par de años después, en el 74, lo rapó. La rivalidad, que duró muchísimos años, llegó hasta los 80. A mediados de esta década, en el año 85, en la plaza de toros Monumental de Monterrey, se juntaron 15.000 personas, para ver a dos auténticas leyendas pelear por lo que más querían: sus máscaras. El mejor técnico se enfrentaba al mejor rudo, tras décadas de odio.

Normalmente, la pérdida de la máscara de una gran estrella, supone un evento traumático en la vida del luchador, de los fans, y de la propia lucha libre en sí misma. Y no obstante, el destino quiso que, en este caso, esta pérdida tuviera lugar en el momento oportuno, para despedir a ambos luchadores, y a la Ola Blanca en general, puesto que Solitario y Ángel Blanco morirían poco después, mientras que Dr Wagner quedó postrado en una silla de ruedas.

El solitario murió 4 meses después, el 6 de abril de 1986, a la corta edad de 39 años, como consecuencia de un ataque cardíaco, y, pocas semanas después, el 26 del mismo mes, Wagner y Ángel blanco sufrieron un grave accidente de tráfico. El primero quedó paralítico, y el segundo murió al instante. Suena realmente extraño, pero así es: poco después de que ocurriera la lucha del siglo entre la Ola Blanca, todo acabó, repentinamente.

Centrándonos en la lucha, la verdad es que es una pena que no dispongamos de material de mejor calidad para verla, pero, aún así, hay que dar las gracias por tener lo que tenemos. El ambiente es atronador, el referee es el gran Ray Mendoza, y la lucha es de gran calidad. Quizás podría considerarla perfecta, si la hubiera visto en mejores condiciones, pero aún así, con los cortes que tiene la grabación, puedo deducir que este fue un gran combate.

La primera caída comienza a ras de lona, con palancas, llaves y counters por ambos lados. El Solitario consigue llevarse esta primera parte de la contienda, gracias a una rana, y ataca fuertemente la espalda de su oponente durante la segunda. Pero Wagner saca el rudo que lleva dentro, de harta por completo de esta tontería, y se dispone a matar al Solitario.

Le rompe la máscara, y le parte sillas en la cabeza. O, más bien, lo que le parte es la cabeza, porque Solitario empieza a sangrar sin remedio.Se desangrará durante toda una lucha en la que el fornido Doctor le agrede como si de una pelea callejera esto se tratara. Incluso el referee sale mal parado.

Ahora sí, esto parece una gran lucha de apuestas. Solitario se rinde, tras una palanca al brazo, y ni siquiera después de eso, el rudo deja de atacarle. Es una lástima que el vídeo esté clipeado, porque la virulencia de Wagner es absoluta.

En la tercera caída, Solitario reacciona, también pega fuerte, y también rompe la máscara de Wagner, y le golpea la cabeza para que sangre. Ambos pierden mucha sangre, pero El Solitario está en desventaja, porque lleva mucho rato en ese estado. Cada minuto cuenta.

En el último segmento del combate, los dos hombres van a la desesperada, intentando derribos, rendiciones  y conteos rápidos de mil maneras. Se respira la urgencia, y el miedo a perder. La victoria puede caer de cualquier lado, pero cae del lado de El Solitario.

Gran lucha, de las que ya no se hacen, con la psicología perfecta para este tipo de enfrentamientos. Ambos saben que se lo juegan todo, y ese sentimiento lo ponen en práctica. 

Creo que es un combate que está cerca de la perfección, y que, con una grabación mejor en la que se viera la lucha al 100%, y se advirtiera mejor la emoción del público, posiblemente, yo se la pondría. En las circunstancias de mi visualización, y teniendo en cuenta que hay luchas más largas y sanguinarias, no lo haré, pero eso es un detalle sin importancia.

Puntuación: ****1/2