viernes, 10 de abril de 2020

Braun Strowman vs Goldberg, WWE WrestleMania 36




Seguimos hablando sobre el evento WrestleMania 36, uno de los eventos de wrestling más raros de la historia. En la noche 1, Braun Strowman derrotó al Campeón Universal, Goldberg, para convertirse en Campeón por primera vez en su carrera. Este es un hecho histórico, algo que todo el mundo esperaba, aunque creo que todos estamos de acuerdo en que no es así como debería haber pasado.

En febrero de 2020, todo ocurría con normalidad. Bray Wyatt era Campeón Universal, y todo apuntaba a que se tendría que enfrentar a Roman Reigns en WrestleMania 36. WWE volvió, entonces, de improvisto a Arabia Saudita, y contrató a Goldberg, una vez más, para una lucha, que siempre vende bien en el país oriental.

Parecía claro que perdería, y que el retador por el título saldría del evento Elimination Chamber, en el que tendría lugar, según los anuncios locales, un Elimination Chamber Match con tal propósito. WWE planeaba que Roman Reigns, se proclamara como Campeón Universal en WrestleMania, y tuviera el gran reinado que aún no ha podido tener. Dada la Leucemia que pasó, el público ahora reacciona mucho mejor a su presencia.

Sin embargo, acabar el show con Roman Reigns derrotando a Bray Wyatt, podía ser una idea fatal. La gente quiere mucho más al monstruo enmascarado. Es posible que el efecto positivo de la Leucemia desapareciera. Entonces, WWE decidió que Goldberg derrotara a Wyatt en Arabia, y fuera él el objetivo del odio de los insatisfechos fans de Internet. Así pasó: por primera vez en su carrera, la gente odiaba a Goldberg.

El plan de WWE funcionó a la perfección. El día después de que esto ocurriera, Roman tuvo un careo con Bill, y sin que mediara lucha de por medio, se cerró el combate titular para WrestleMania. Reigns partía como favorito de los aficionados en una lucha titular.

Entonces, se intensificó la crisis del Coronavirus, y Roman Reigns decidió mantener la cuarentena, por el riesgo para su salud. Como hemos dicho, hace poco más de un año, Roman Reigns superó una Leucemia, y ha estimado que su situación es de riesgo. No conocemos exactamente qué tipo de Leucemia sufrió, pero sí que sabemos que lo del año pasado fue una recaída. Dependiendo del tipo de enfermedad que tenga, y del tratamiento y control seguidos, efectivamente, puede ser que su sistema inmune no esté al 100%, y que tenga nódulos linfáticos afectados, y en tanto que tal, toda precaución es poca.

WWE estuvo esperando hasta el último segundo, por si Roman cambiaba de opinión, y por eso, no trabajó en lo más mínimo ninguna historia alternativa. Así, Braun Strowman se presenta como sustituto en el combate titular, sin que haya una sola promo, un careo, ni un sólo vídeo en el que se comparen las carreras de campeón y aspirante. Es una pena que su proclamación como campeón ocurra así, y también es una pena para la imagen de Goldberg.

Ni siquiera se puede decir que Braun lo merezca, dentro del Kayfabe. Fuera de él, es obvio que Strowman lo tiene todo para ser una gran estrella de WWE, pero, en las historias llevadas a cabo por la empresa, lo último que ha hecho ha sido perder el Campeonato Intercontinental ante Sami Zayn. No es un gran mérito para luchar por el título principal de Smackdown. 

De hecho, Braun Strowman se acercaba, un año más, a un WrestleMania sin nada importante que hacer. El boxeador Tyson Fury, que tras su lucha en Arabia frente al Monster Among Men, volvió a triunfar en el mundo del boxeo, haciendo historia, al derrotar a Deontay Wilder y convertirse en Campeón Mundial WBC, ha confirmado que tenía previsto participar en WrestleMania. Es posible que hicieran algo juntos; si no enfrentarse, quizás sí hacer equipo.

El caso es que, entre Goldberg y Roman, teníamos una historia. Unos careos, unas palabras en los últimos días, e incluso algún encontronazo ya viejo en algún programa de RAW. En los últimos meses, incluso se pelearon por Twitter, cuando Roman, sin venir a cuento, hizo una comparación que no recuerdo, en la que dijo que algo así como "Es tan estúpido como golpearse la cabeza antes de salir al ring". Esto es una clara alusión a Bill, que hace eso mismo antes de cada salida al escenario, y que, en última instancia, le provocó una conmoción cerebral que estropeó su combate ante Undertaker.

Goldberg contestó, muy educadamente, que ese procedimiento le había permitido, durante toda su carrera, salir ahí fuera con el estado de animo apropiado, ánimo que podía contagiar al público fácilmente, produciendo unas reacciones maravillosas. Goldberg no se atrevió a  decirlo, pero yo sí: la crítica venía de alguien como Roman Reigns, a quién el público ha pitado toda la vida, y que ha necesitado una Leucemia para que dejen de hacerlo. Quizás debería aprender del veterano.

Pero ni Tyson Fury, ni Roman Reigns están en WrestleMania. Es un wrestleMania de mínimos, en el que, varias bajas, han tenido que ser suplidas por gente de NXT o... por nadie. Así, tenemos a Braun Strowman y a Goldberg llegando a un ring vació, sin historia, sin gente, sin nada. Goldberg consigue aplicar 4 veces el Spear, pero Braun sobrevive. Ahora es él el que consigue aplicar 4 veces el Running Power Slam, y gana. Su poder es mayor que el de la leyenda.

Poco más se podía esperar de esto, la verdad. Es un combate lógico. Uno ha demostrado que su técnica final es más poderosa que la del otro, así que ha ganado. Pero creo que WWE está abusando de este tipo de combates, en las luchas de Lesnar y de Goldberg.

Puntuación: **1/2

jueves, 9 de abril de 2020

The Undertaker vs AJ Styles, WWE WrestleMania 36




Es hora de comenzar a hablar de WrestleMania 36, el mayor evento del año en el mundo del wrestling, que en este 2020, ocurre en unas circunstancias muy particulares, únicas en la historia, y que, por tanto, es testimonio de su tiempo. Esto no sólo es historia del wrestling; es historia del mundo.

Ocurre a principios de abril de 2020, la gran semana anual del wrestling. Como cada año, eventos deportivos como la Super Bowl o el All Star de la NBA, tuvieron lugar con total normalidad, mientras una amenaza se cernía sobre el mundo entero: un virus nacido en china, se dice que transmitido, de alguna manera, de animales endémicos a humanos, se ha propagado como la pólvora a pesar de los esfuerzos de los países por contenerlo, que en la mayoría de los casos, han sido insuficientes, por el temor a las consecuencias económicas que acciones más contundentes podrían implicar sobre cada uno de los estados, y por la falta de colaboración entre los mismos.

Hoy en día, es tarde. El ser humano se defiende panza arriba sin demasiado éxito, mientras la enfermedad mata a miles de personas cada día. La principal arma que los gobiernos han encontrado para paliar su lentas medidas y la falta de colaboración de los miembros más mezquinos de sus sociedades, es encerrar a todos los humanos en sus respectivos hogares, a riesgo de que, si no los mata el virus, quizás lo haga el hambre.

En un contexto como este, parece casi trivial hablar de un banal espectáculo como el wrestling, pero el show debe continuar. Muchas empresas quebrarán, pues no pueden, desde hace un tiempo, llevar a cabo espectáculos en vivo. Empresas televisivas como WWE y AEW siguen en el aire con versiones de su programación muy disminuidas, realizando combates sin público que, obviamente, no funcionan, y bajo la sospecha de que las medidas de confinamiento que impongan los estados, pronto, harán imposible hasta grabar programas de la manera en que se está haciendo. 

De hecho, es comprensible que así sea. Ya hemos visto que Japón fue uno de los primeros países en tomar este tipo de acciones en el mundo. Todos los espectáculos cesaron, y la gente se metió en sus casas. 15 días después, volvieron a hacer vida normal, con excesiva celeridad. Pudimos ver, de hecho, unos cuantos shows de wrestling celebrados en el país. Como consecuencia de ello, nuevos brotes de coronavirus se dispararon. Demasiado pronto. Japón ha parado otra vez.

Aún así, estamos viendo cosillas. Hemos visto algunos eventos en estos días en Japón, vemos los programas grabados de Impact, MLW, AEW o WWE, y hemos podido ver algunos eventos sin público en México, que buscan abastecer a luchadores y promotores a través de las donaciones que los aficionados hacen telemáticamente. Pero, pronto, quizás ni esto tengamos.

El arte siempre ha convivido bien con las restricciones; con las restricciones morales, políticas o técnicas. Fiedrich Nietzsche nombró alguna vez al artista como un bailarín encadenado, poniendo en valor la manera en la que esas cadenas, esto es, esas restricciones, no hacen sino obligar al artista a innovar, a buscar soluciones, a hacer cosas nuevas. Eso es, en cierta medida, lo que ocurrió con WrestleMania.

WWE, por primera vez en su historia, dividió WrestleMania en dos noches. Ya había hecho, en su segunda edición, aquello de dividir wrestleMania en tres sedes, pero, al final, eran tres partes de un mismo evento. Esta vez, tenemos dos shows, que se justifican, por un lado, por la imposibilidad de realizar un NXT Takeover, un Hall of Fame, y otros productos que la empresa vende normalmente en el finde de WrestleMania, y, por otro lado, porque tenía muchas cosas preparadas para WrestleMania, y determinó que muchas horas seguidas de wrestling sin público podían ser insoportables.

Seguramente así sería. Los single matches sin público son muy sosos, aunque hay que decir que los combates normales en estos programas van mejorando poco a poco, hasta el punto de que hay varios bastante buenos. También se llevaron a cabo luchas titulares muy cortas, que no dieron pie a aburrir a nadie, y tres combates un poco fuera de lo habitual, que son los más interesantes.

Por un lado, tenemos el esperado enfrentamiento entre Edge y Randy Orton. Muchas luchas en estos shows tuvieron estipulaciones, que ayudaron mucho, y ese fue el caso de esta, que fue un Last Man Standing que recorrió todo el Performance Center, y que creo que no iba mal, si no fuera porque duró una eternidad innecesaria.

Además de esto, cada una de las partes del PPV tuvo un combate especial, un combate grabado previamente, con elementos de ficción cinematográfica muy interesantes. En ambos casos, no podremos darles nota como tal, como ocurrió con las luchas del Broken Universe de Matt Hardy, puesto que hay edición y producción más allá de las simples posibilidades deportivas de los competidores, así que no sería justo. Pero es importante reseñar las luchas, porque, oficialmente, son combates. De todos modos, aunque no podamos darles una nota que pueda considerarse definitiva por parte de este blog, podremos señalar una nota "no oficial", que, en realidad, tiene el mismo valor que la otra.

Vamos a hablar de Undertaker y AJ Styles. El match entre ellos gustó mucho, fue realmente genuino, y pasará a la historia. Me parece maravilloso que Undertaker, a estas alturas de su carrera, todavía haya podido participar en un momento como este, y que haya podido agrandar su leyenda una vez más. Porque, más allá de los grandes combates, que también son importantes, lo que más resuena en el subconsciente colectivo son los grandes momentos, las grandes historias, y Undertaker tiene, sin duda alguna, más momentos de este tipo que nadie, desde sus primeras rivalidades frente a Ultimate Warrior y Hulk Hogan, a los que introducía en una bolsa de cadáveres, hasta este match en un cementerio frente a AJ Styles, pasando por decenas de cosas increíbles, como la Hell in a Cell frente a Michaels; la jaula frente a Mankind en la que lo lanzó desde la parte superior en dos ocasiones; el momento en el que ahorcó a Big Bossman; el primer Casket Match frente a Yokozuna, en el que resucitó después de ser asesinado por muchos hombres; el primer Buried Alive Match, en el que fue enterrado vivo y acabó sacando la mano al final del show; su serie de combates frente a Shawn en WrestleMania; su serie de combates frente a Triple H en WrestleMania; sus rivalidades frente a Kane; el American Badass; sus rivalidades frente a Batista y Edge; el Streak en WrestleMania; y tantas cosas... Vaya carrera.

Pero, en los últimos años, se ha puesto en duda su capacidad, y eso le obsesiona. Es un hombre de vieja escuela, de los que todavía quieren dar buenos combates, y se esforzó mucho durante toda su vida por eliminar sus carencias, y mejorar en todos los aspectos de un luchador. Por eso, no quería retirarse con el mal sabor de boca que dejaron algunos de sus últimos combates.

A riesgo de no volver a luchar, se sometió a operaciones muy importantes. Volvió, físicamente, mejor que en mucho tiempo, pero, pronto, se topó en el ring con un Goldberg conmocionado que le dejó en ridículo. En cierta medida, pudo librarse de ese estigma, al tener un buen Tag Team Match en Extreme Rules 2019, pero, desde entonces, no hemos podido verle luchar, más allá del ChokeSlam que le aplicó a AJ en Super Showdown.

Se hablaba de que, este año, al fin, podríamos ver un Taker vs Sting, pero parece ser que el Deadman no quiso volver a exponerse a la posibilidad de hacer el ridículo. Quería tener un buen combate, y para eso, Kurt Angle le recomendó a AJ Styles.

El Deadman respeta a Angle. De hecho, siempre quiso enfrentarse al Campeón Olímpico en WrestleMania. Estuvo a punto de hacerlo en 2006, pero cambiaron los planes, pasando la lucha entre ellos a No Way Out. El resultado fue una de las mejores batallas en la carrera de ambos. Ahora, Angle le ha recomendado al fenómeno un match frente al fenomenal, para, así, volver a la senda del buena hacer.

Undertaker no tendrá, al menos por ahora, la posibilidad de tener un combate en tales circunstancias. No podrá dar una lucha normal, en la que probar, fuera de toda duda, que está en buena forma. Pero ha tenido este interesante combate, en el que, más allá de la parte física, que es más fácil de esconder, puede demostrar que es un enorme contador de historias. Quizás, WWE debería aprovechar la coyuntura, para realizar, ahora sí, su rivalidad frente a Sting, dentro de este formato. Podría ser genial, aunque ambos luchadores, por su edad, están ya casi en grupo de riesgo, así que no es muy conveniente hacerlos salir de sus mansiones.

La rivalidad entre AJ y Taker no ha estado mal, y ha dado pie al retorno del American Bad Ass. Styles la ha centrado mucho en la transformación del Enterrador en los últimos años, en el abandono de su personaje, para comportarse como una persona normal, poner selfies en Instagram, etc. De esto, AJ Styles culpa a la mujer del Taker, la luchadora Michelle McCool.

Me gusta esta historia, porque estoy de acuerdo con lo que dice Styles. Y si ha sido promovida en WWE, es porque, seguramente, hay gente en la empresa que comparte esa opinión. En los últimos años, ese gran trabajo que había hecho Undertaker durante toda su vida, de mantenerse siempre en el Kayfabe, de no salir de ahí, ha sido tirado por tierra, principalmente, por las necesidades de su mujer de llamar la atención, de tener redes sociales como todas las figuras públicas, y compartir soplapolleces para tener muchos fans. Encima, ha metido al Taker en eso, un tipo que tiene 20 años más que ella, que ahora incluso twittea fuera del kayfabe. 

Taker realizó una promo realmente buena, en el programa de RAW previo a WrestleMania. Edge dice que su promo no fue guionizada, que dijo lo que quiso, y es probable que Undertaker hiciera lo mismo. A ambos se les vio muy naturales. 

Mientras que Styles defiende que el Enterrador no es lo que fue, que está mayor, que ha perdido toda la grandeza de su personaje mágico, para caer en esa banalización gracias a su mujer, Taker dice que Styles es un cobarde, que pudo estar en WWE mucho antes, pero esperó. Esperó a que se fueran todos los grandes: Austin, The Rock etc, porque les temía. Pero Undertaker todavía está aquí, y va a hacer pagar a Styles haber faltado al respeto a su mujer.

Se dice que las palabras de Undertaker pudieron ser un poco hirientes para el backstage, dado que, a su manera, menospreció a las estrellas actuales, en favor de las leyendas de otros tiempos, algo que, por otro lado, hace WWE a todas horas. La promo fue natural, estuvo bien, y, además, forma parte de ese regreso del American Bad Ass, que se confirma con la llegada en moto del Undertaker al cementerio donde tiene lugar su batalla frente a AJ Styles.

Como digo, esto es una película, más que un combate de wrestling, pero las acciones, la mayor parte del tiempo, pueden considerarse lucha. No tengo claro que haya cortes entre escena y escena, y los efectos especiales que se producen, son muy físicos, son parecidos a los que tienen lugar en las arenas en directo, cuando Undertaker o Kane, hacen "su magia". Aún así, es más que probable que haya elementos introducidos más allá del mérito de los luchadores.

Llega un coche fúnebre al lugar. Se saca un féretro, con la marcha funebre del Undertaker de fondo, y de él, sale AJ, riendo, burlesco. De fondo, escucha la Harley del de su rival. La producción enfoca a la carretera, con un plano alto, y vemos a la leyenda llegar en su moto.

Como decía, este combate sigue la línea de narrativa de ficción en la lucha, que marcaron previamente Lucha Underground, o Matt Hardy, tanto en TNA como en su rivalidad con Bray Wyatt en WWE. Pero el nivel de esto es muy superior, todo es muy profesional, de mucho nivel. Está muy bien hecho, y la aportación de los luchadores, en los diálogos que se entablan, sin guión alguno, aporta mucho a la historia.

Los luchadores brawlean por los escenarios, y sobre los coches. Taker pega un golpe, que es esquivado por su oponente, lo que provoca que reviente la ventanilla de un coche, hiriéndose en el brazo. También Styles sale mal parado, pues parece que se rompe un dedo al golpear a su rival.

Esto es un Boneyard Match, pero para ganar, la cosa funciona de la misma manera que en un Buried Alive Match. Creo que el cambio de nombre responde a la situación sensible por el número de muertos que hay como resultado de la pandemia del COVID-19. Junto a la zanja cavada para el correspondiente cadáver, hay una excavadora, para lanzar la arena. El Enterrador lanza a Styles al agujero, pero no puede echarle la arena encima, porque llegan los lacayos de The Original Club.

Luke Gallows y Karl Anderson juegan su importante papel aquí también. Su entrada ocurre con un cambio musical muy interesante. Como digo, la producción es notable. Se enciende una luz en un establo, y de él sale un montón de hombres encapuchados, para enfrentarse a Undertaker. No son muy fuertes, pero resultan una buena distracción para que el tag team de calvos ataque al veterano gigante. Ahora es Styles el que llega por la espalda, para romperle un ladrillo en la cabeza al Taker.

Tanto la gesticulación como las palabras que sueltan ambos son muy buenas. Styles le pregunta a Taker por Michelle, le llama viejo y le dice que no se levante, mientras que este le llama "hijo", e "hijo de perra", y le recuerda que está luchando con un viejo acabado, irónicamente.

Styles se burla de su oponente, de su edad, de lo que ha sido de él. Debe hacerle un favor al mundo, dice, y desaparecer, puesto que ya no es lo que era, todo el poder del antiguo Enterrador ha desaparecido. Le pega con una pala, y cae al agujero.

AJ arranca la excavadora, para lanzar la arena, pero, a su espalda, aparece una luz, y de ella, sale el Enterrador. Esto es interesantísimo, y se refuerza cuando Undertaker invoca, momentos después, unas llamas. Parte de esta historia es que Undertaker ha perdido su magia, que sólo es un hombre viejo, que pone fotitos y tonterías en Instagram, por culpa de su mujer. Pero, con estas acciones, Undertaker demuestra que sigue siendo un ser mágico.

En el tejado del establo, Undertaker lucha contra The Original Club. Lanza a Gallows por los aires, y aplica Tombstone Piledriver sobre Anderson. Se enfrenta a AJ, y lo lanza con un ChokeSlam hacia abajo, a unos 3 metros de altura.

Undertaker sigue hablando. Le pide a AJ que vuelva a nombrar a su mujer. Le pregunta si recuerda su nombre. Le recuerda que ha puesto en duda su legado. Lo coge en brazos, lo trata con condescendencia. Mientras AJ pide perdón, él le pregunta qué es lo que siente. Le dice que sea un hombre, le mesa el cabello, y le da un abrazo. Le da la espalda y finge irse, pero vuelve, le pega un Big Boot, lanzándolo al hoyo. Se sube a la excavadora, y lanza la arena. Tan solo una mano sobresale del montón, que recuerda a la del propio Taker en el Buried Alive Match que disputó en su día frente a Mankind.

Undertaker descubre la lápida, en la que está escrito el nombre de su derrotado rival. Se sube a su moto, y mientras suena su música y salen llamas del establo, se va.

Grandísimo combate. No sé si es un combate de wrestling, aunque me consta que la mayor parte de las acciones son legítimas, y están hechas bajo las reglas del wrestling, si bien en un decorado muy preparado, y con una producción audiovisual muy importante. Creo, eso sí, que tiene menos cosas ilegítimas que las luchas de Matt Hardy en el Broken Universe, que parece que volverá próximamente en AEW.

No puedo poner nota al match, por ese nivel de posproducción, pero puedo decir que, si se la pusiera, seguramente le daría unas ****1/2. Por todo lo mencionado, por el storytelling, y por la psicología mostrada por los luchadores, hablando y reforzando la historia con sus diálogos, me parece un producto maravilloso.

Puntuación: -

martes, 7 de abril de 2020

Josh Barnett vs Chris Dickinson, Josh Barnett Bloodsport II



Como ya decíamos en el anterior post, ha tenido lugar el fin de semana de WrestleMania de 2020, la edición más rara de la historia. Por el decreto de cuarentena en muchos países del mundo, y en muchos estados de Estados Unidos, no ha podido haber eventos en directo, lo que provocará problemas económicos a muchas promotoras de wrestling, que se unen, por otro lado, a los que vamos a sufrir todos. WWE emitió por su Network dos shows pregrabados, con cosas bastante llamativas, que ya comentaremos a partir de mañana, pero otras empresas no han tenido esa oportunidad.

Una de ellas es GCW, que este año preparaba eventos muy interesantes. Entre otras cosas, y por segunda vez consecutiva, nos hemos perdido la oportunidad de ver a Jon Moxley enfrentarse a Josh Barnett en Bloodsport, el evento de lucha shoot de la promotora. En la edición que se celebró en septiembre, iba a tener lugar este match, pero la lesión en el codo de Moxley impidió que eso ocurriera. Quizás ocurra algún día.

Entonces, en Josh Barnett Bloodsport II, el host del evento, el propio Barnett, que ya tuvo un inmenso match ante Minoru Suzuki en la primera edición de este evento, tuvo que buscarse un nuevo rival. El elegido fue Chris Dickinson, obviamente menos conocido que Moxley, de un perfil muy distinto. Es una elección extraña, a nivel de márketing, porque no va a vender tantas entradas como aquel, ni de lejos, pero es de entender que hay pocos luchadores en el mundo que se pueden agarrar en un ring sin cuerdas con Josh Barnett. Chris es conocido por su trabajo en los últimos años en Beyond Wrestling, donde tuvo luchas realmente buenas. Aquí, la verdad es que está a la altura, sin duda.

Esto es un evento de estilo shoot, y todos los participantes son practicantes de artes marciales o, cuando menos, tipos muy físicos y duros. Barnett, es una auténtica leyenda de las MMA, y un practicante de wrestling clásico ocasional, que sólo parece interesado en este tipo de combates. El match que mantiene con Dickinson es una buena muestra de ello.

Ya hemos dicho que no hay cuerdas en el ring de esta lucha. Tampoco hay posibilidad de pinfall. Ni falta que hacen. Los dos se tiran al suelo desde el primer momento, y ahí se agreden, como si esto fuera una pelea de MMA. Cuando uno se pone encima del otro, intenta golpear con fiereza, mientras el otro se defiende, tapando todas las opciones de recibir golpes en la cara, que pueden ser, literamente, mortales, e intentando revertir la situación, a través de alguna llave a cuello o brazos de la que el rival no pueda escapar.

Los golpes de Barnett son muy duros. Los de Chris tampoco están mal, pero me parece que hay mucha más maldad en Josh. De todos modos, al exUFC le caen un par de patadas y rodillazos muy potentes.

Dickinson insiste con las dormilonas y similares, mientras Barnett busca la palanca al brazo. Así pasan los minutos de lucha muy muy real, muy física, y con mucho golpe, mientras el agotamiento va haciendo mella en ambos. Finalmente, los dos hombres se levantan, y se matan. Dickinson aplica un Suplex, seguido de una patada atroz, que provoca la ira del veterano. Barnett ataca con un par de golpes muy fuertes, y una gran Power Bomb. Ojo con el efecto que estos ataques, que se han banalizado tanto en otro tipo de empresas, tienen en un combate como este. Barnett continúa, pegando rodillazos, y deja KO a su rival con una patada. El referee no se lo piensa, y decreta el final de match.

Muy buena lucha, muy realista, y muy bien ejecutada. Quizás haya una parte de la afición que no entienda bien este tipo de matches, que necesite algo más entretenido, pero, para aquel al que le guste la técnica y el realismo, este combate es muy recomendable.

Puntuación: ****1/2

sábado, 4 de abril de 2020

Anthony Carelli vs Simon Grimm, GCW Josh Barnett's Bloodsport 2



Escribimos esto el 4 de abril de 2020, un día que debería ser festivo para el mundo del wrestling. Es el fin de semana de WrestleMania, y, en estos días, deberíamos tener montones de eventos de lucha libre sensacionales, de empresas como MLW, GCW, ROH, Impact Wrestling, así como muchas empresas independientes. En lugar de eso, el planeta entero se enfrenta a una crisis sanitaria cuyas consecuencias pueden ser desastrozas.

Ninguno de estos eventos se llevará a cabo, salvo WrestleMania, que se ha grabado sin público, y no tenemos ni idea de lo que va a salir. Para la mayoría de los luchadores del mundo, los luchadores cuya labor en el ring apenas les da para vivir, en estos momentos de cuarentena, sin eventos, además de temer a una enfermedad, tienen que temer la incertidumbre económica que produce el hecho de no tener derecho a realizar la actividad profesional con la que llevan el pan a casa.

La empresa Game Changes Wrestling, promotora independiente afincada en New Jersey, muestra uno de los productos más interesantes de la actualidad, y, en la semana de WrestleMania, siempre nos ofrece eventos geniales, en los que se mezcla la lucha de estilo shoot, con otros eventos más humoristicos, y apariciones de grandes leyendas de la historia del wrestling. Son tres de las cosas más guay del wrestling, y se ofrecen en estos shows, que suelen ser de lo mejor del año.

Este año, no vamos a tener, por ahora, este tipo de eventos. Por suerte para nosotros, el año pasado, GCW realizó dos ediciones del evento Josh Barnett's Bloodsport, pues repitió este tipo de show de estilo shoot, en el que el ring no tiene cuerdas, y los combates son muy duros y realistas. En el fin de semana de WrestleMania, se llevó a cabo Josh Barnett Bloodsport, evento del que comentamos un par de combates en su momento, destacando el match entre Minoru Suzuki y Barnett; pero, del show de septiembre, Josh Barnett Bloodsport II, aún no hemos podido hablar. Vamos a hacerlo ahora.

Ese show es muy bueno. Hay varias luchas en él, que merecerían estar aquí, aunque, como siempre, es la agenda la que determinará qué luchas podemos revisar, y cuándo podemos hacerlo. Hoy, al menos, vamos a reseñar un combate curioso por los hombres que se enfrentan en él: Anthony Carelli, al que todos conocemos como Santino Marella en WWE, se ve las caras en un combate shoot con Simon Grimm, que pasó por la empresa de los McMahon con el nombre de Simon Gotch.

Es genial ver a Santino luchar de esta manera. Porque él es un wrestler que pasará a la historia por su comicidad, por un personaje que, en modo heel o en modo face, causaba una hilaridad tremenda. Era uno de los pocos hombres distintos en WWE y siempre merecía la pena verlo, porque creaba cosas. Pero que nunca tuvo derecho a luchar de verdad.

Sobre Santino, ya se decía, en sus inicios en WWE, que tenía un background en Judo, que sabía luchar. Y, de hecho, en el programa Sunday Night Heat, programa que no veía nadie, se le podía ver pelear a ras de lona de una manera más que correcta. Pero ese no era su personaje. Salvo en la Elimination Chamber en la que participó y en la que estuvo a punto de vencer a Daniel Bryan, nunca le vimos tener un main event de calidad.

Y podríamos decir que es otro de esos luchadores que WWE malgastó, pero no creo que sea así. Puede ser que, como luchador, sea mucho mejor de lo que pudo mostrar en esa empresa, pero, en realidad, esa capacidad cómica, ese personaje, es oro puro, es mucho más raro de encontrar que la habilidad técnica, y da mucho más dinero. Creo que el paso de Santino por WWE, bastante largo, es muy bueno, y creo que aún todavía podría aportar cosas en la empresa, que se deshizo de él porque, supuestamente, tenía problemas físicos que le impedían luchar. Aunque así fuese, algo que obviamente no se comparece con el hecho de que tenga el tipo de matches del que hablamos hoy, podría jugar un buen papel como no-wrestler, pero WWE, como parte de las ridículas decisiones creativas que parecen no tener otro objetivo que destruir su propio producto, hace tiempo que eliminó, casi por completo, las figuras no-wrestlers, que tanto juego dan en las historias.

Santino, cuyo nombre real es Anthony Carelli, es un hombre que sigue muy vivo en su negocio, y que ahora, realmente, puede demostrar un interés en un estilo muy distinto al que le hizo famoso. Junto a unos socios, ha abierto la Battle Arts Academy en Ontario, Canada, cuyo nombre honra a la original promotora japonesa Battlarts de estilo shoot, en la que él tuvo la suerte de entrenar. 

También ha vuelto a practicar judo, consiguiendo buenos resultados en torneos, ha trabajado como comentarista en retransmisiones de este deporte, y ha sido nombrado, recientemente, Judo Canada's first official ambassador. No es de extrañar pues que, después de ser conocido como un italiano gracioso durante tantos años, ahora realice combates como el que comentamos hoy.

Recordemos también a su rival, que, en WWE, fue parte del equipo The Vaudevillains, que no tuvo mucho éxito en el roster principal, y que tuvo que abandonar la empresa después de tener bastantes problemas personales en backstage. Se ganó, pues, la fama de ser un idiota, y eso lo ha utilizado bien en empresas como MLW, para consolidarse como un rudo que no gusta a nadie.

Aquí se enfrentan en un combate totalmente shoot, que tiene lugar, básicamente, a ras de lona, y que parece real. Santino realiza derribos de judo realmente geniales, y, siempre, intenta aplicar una palanca al brazo, pero, de todas las maneras, Simon evita que eso se cierre. Este también tiene sus armas, intenta algunos Ankle Locks, pero la mayor parte del tiempo está a la defensiva. Después de muchos intentos, Anthony cierra su palanca, y Grimm se rinde sin dudar.

Buena lucha, muy realista, ruda, con forcejeos, movimientos de judo... parece un combate real. Carelli se muestra muy superior a su rival, que no se es que sea manco,

Puntuación: ****

viernes, 3 de abril de 2020

Shingo vs Bandido vs Jeff Cobb, PWG Battle of Los Ángeles 2018




Tras ver un par de luchas de la edición 2018 del torneo Battle of Los Ángeles, vamos a repasar la final. En ella, se enfrentaron Shingo Takagi, Bandido y Jeff Cobb.

Es interesante, dada la naturaleza de Pro Wrestling Guerrilla, y la mezcla de estilos y de luchadores de distintas nacionalidades que suele presentar la empresa, que estos tres tipos sean los que llegan a la final. Un japonés, un mexicano y un americano, muy buenos exponentes de cada nacionalidad, disputan el combate definitivo de este torneo, un combate que resulta bastante bueno.

Shingo es un luchador japonés muy duro, muy fan del strong style, mientras que Bandido es un highflyer enmascarado mexicano, de los que se están adaptando bien a la forma de trabajar de Estados Unidos. Por su lado, Jeff Cobb es un luchador americano, fuerte, y de gran habilidad técnica, que, aunque no es muy alto, hace siempre un gran papel  como monster heel. Así lo hizo en Lucha Underground, con el personaje de Matanza Cueto, que funcionó muy bien.

Aquí reproduce ese comportamiento. Sus dos rivales se unen contra él, para poder hacerle, apenas, frente. Pero Shingo no es muy leal, y en un par de ocasiones, traiciona a Bandido. Con su comportamiento, consigue que el enmascarado se alíe con el americano, para ir en su contra, y, así, Shingo termina eliminado.

Ahora sí que tenemos una batalla de David vs Goliat, en la que Jeff aplica slams tremendos, mientras que Bandido realiza comebacks aéreos impresionantes. En los últimos minutos de la contienda, el mexicano parece cerca de la victoria, con algunos ataques increíbles, que no parecen propios de él. Está a muy buen nivel, y el público le quiere mucho. Pero Cobb es un animal, y aplica dos Tour of the Islands, para ganar el torneo BOLA 18. 

Muy buena lucha, con dos fases bien diferenciadas: una triple amenaza con alianzas, storytelling e incluso un poco de humor, y un single match, con el clásico estilo de David vs Goliat.

Puntuación: ****

jueves, 2 de abril de 2020

Walter vs Shingo, PWG Battle of Los Ángeles 2018




Seguimos hablando sobre el BOLA 18, el gran torneo de Pro Wrestling Guerrilla, que en su edición de 2018, tuvo una de sus mejores versiones. En ese torneo, había gente de la calidad de Walter, Timothy Thatcher, Shingo Takagi, Jeff Cobb, Darby Allin, PCO, Bandido, David Starr o Joey Janela, que protagonizaron combinaciones muy interesantes.

En el anterior post, comentamos un combate de primera ronda, en la que se enfrentaban los dos miembros del Ringkampf. Hoy, nos vamos a semifinales, en las que el ganador de aquel match, Walter, se enfrenta al japonés Shingo Takagi.

Es una agradable sorpresa tener aquí a Shingo, luchador que estaba a punto, en el momento de participar en este torneo, de dar el salto a New Japan desde Dragon Gate, empresa en la que estuvo muchos años, haciendo cosas muy interesantes. Es uno de mis luchadores favoritos en Japón, y me pareció genial verlo enfrentarse a Walter.

Por desgracia, la lucha que tienen el japonés y el austríaco no me parece muy buena. Walter sigue en modo asesino, pero no es tan asesino como en su combate frente a su amigo, Timothy Thatcher. Donde hay confianza, da asco. Shingo, otro hombre de armas tomar, parece que, en algún momento, quiere castigar la pierna del gigante, pero decide ir a por él frente a frente, con sus mismas armas, y lo único que consigue es llevarse palos. 

Pero los aguanta todos, y consigue dar alguno propio, sin mucho éxito, en general. Sin que medie un gran comeback de por medio, pega un Lariato muy violento, tumba a Walter, y consigue que la cuenta llegue a tres, a pesar de que este intenta zafarse continuamente. No está mal la lucha, pero no me parece muy emocionante.

Puntuación: ***

martes, 31 de marzo de 2020

Timothy Thatcher vs Walter, PWG Battle of Los Ángeles 2018




Hace tiempo que tengo ganas de hablar de la edición de 2018 del torneo Battle of Los Ángeles, la competición anual que lleva a cabo la promotora independiente PWG. De hecho, ni siquiera he visto nada de la edición de 2019, porque no quería hacerlo hasta escribir sobre la del año 18. Y, sin embargo, no había tenido tiempo de hacerlo hasta ahora, que ha pasado año y medio desde la realización del torneo.

Dada la situación actual de encierro y prohibición de realización de espectáculos, que, aunque escalonadamente, ha llegado ya a todos los rincones del planeta (los civilizados, al menos), no vamos a tener muchas luchas que visionar en, más o menos, 5 meses. Comentaremos, a partir de la próxima semana, WrestleMania 36, pero la verdad es que ni siquiera eso apetece demasiado, ya que las luchas de ese PPV se están grabando en plató para ser emitidas durante el finde del 4 y 5 de abril de 2019, y la verdad es que no sé qué esperar de semejante experimento. Más allá de eso, pocas novedades habrá.

Pero tenemos muchas luchas pendientes. Luchas históricas, a través de los especiales que hacemos periódicamente, y también, luchas más o menos actuales, que se han ido acumulando durante el último par de años. Hay material de sobra del que hablar, porque, al fin y al cabo, esto no es un blog de actualidad, sino de historia del wrestling.

Como digo, una de las cosas que tenía pendiente por comentar era el BOLA 18, edición del torneo muy aclamada, quizás, la mejor de la historia, rivalizando con la de 2008. Voy a hacer un review de tres combates de ese torneo, durante los próximos días.

Los dos principales miembros del Ringkampf, Walter y Timothy Thatcher, participan en el torneo. Tras tener una muy buena lucha tag como equipo en la primera noche de las tres que conforman el BOLA 18, se enfrentan en la primera ronda del torneo, en una iteración más de esa relación de amistad-rivalidad que tienen desde siempre. Quizás volvamos a verlos enfrentarse en WWE en los próximos meses, puesto que Thatcher ha firmado por la empresa.

En este combate, los dos luchadores demuestran la amistad fraternal que tienen, dándose una paliza que duele a kilómetros. Thatcher lleva la pelea a la lona, para aplicar llaves de estilo shoot a su oponente, para dañar su espalda. Pero, en un momento dado, como si esto fuera un combate de MMA, empieza a dar mamporros, y despierta a la bestia.

Walter se levanta, y empieza con lo suyo, que es pegar. Sus golpes son excesivos, no son de este mundo. Puede, perfectamente, hacer algo grave a su compi.  Con el puño cerrado, con la mano abierta, con los pies, con el antebrazo, y con todo, Walter castiga a Thatcher con mucha fuerza, y con golpes que parecen totalmente reales.

Tim se defiende como puede, pobrecillo. Aplica un Suplex en ringside, pero acaba llevándose un Brainbuster en el filo del ring. Se duele del cuello, porque ha acumulado ya mucho dolor ahí, después de tanto golpe, aunque consigue aplicar un par más de Suplexs buenos, y engancharse al cuello del gigante cuando puede.

De poco sirven los Sleepers de Thatcher ante la magnitud de los golpes de Walter. Se libra de él, lanzándose de espaldas desde el esquinero, y comienza, otra vez, a pegar. Finalmente, conecta un Lariato asesino, que manda a Timothy a su casa.

Este es el Walter que me gusta. Vaya golpes.

Puntuación: ****1/4

lunes, 30 de marzo de 2020

Jushin Thunder Liger vs Chris Benoit, WCW Starrcade 1995




Seguimos con el especial sobre los inducidos al Salón de la Fama de WWE en 2020, y en concreto, sobre el recientemente retirado luchador japonés Jushin Thunder Liger. Tras revisar la famosa batalla que disputó contra Brian Pillman en 1992, en WCW, vamos a comentar un combate frente a uno de los grandes rivales de su carrera, Chris Benoit.

Benoit y Liger se vieron las caras en múltiples ocasiones. En 1991, Liger desenmascaró a su personaje Pegasus Kid, poco después, eso sí, de que el canadiense perdiera su máscara ante el igualmente inmenso Villano III en México. Entonces, no había Internet, así que las máscaras se podían exponer varias veces, sin que el público se enterara de que la capucha había caído ya. Asimismo, ambos se vieron las caras en múltiples peleas titulares, y en torneos. Los dos tuvieron grandes participaciones en los míticos torneos Super J Cup de 1994 y 1995, aunque no llegaron a verse las caras, porque iban por cuadros distintos.

En esta parte del especial sobre el Salón de la Fama, queremos ceñirnos a la carrera de Liger en USA, por eso elegimos este match que, sin duda, no es el mejor que tienen estos dos luchadores. Pero está bien. 

El combate tiene lugar en el evento Starrcade 1995, en el que WCW llevó a cabo una especie de Copa Mundial de Lucha Libre, de esas que nunca funcionan, con la colaboración de NJPW, que presenta a muchos luchadores japoneses. Asimismo, los wrestlers de origen internacional de la empresa americana, participan representando a sus respectivos países. Chris Benoit representa a Canadá.

La lucha es ligerita, cortita, y, sin embargo, está muy bien ejecutada. Los dos se dedican a atacar la espalda del rival, con mucho talento. La cosa comienza a una velocidad de vértigo, hasta que Chris la frena un poco de castigo zonal, con quebradoras, con Suplexs, con llaves a la espalda. Hace un trabajo muy bueno. 

Liger pasa a la carga, con un objetivo similar, usando las llaves mexicanas más clásicas, así como Power Bomb y Brainbuster. Asimismo, Benoit vuelve a atacar con un Superplex, pero falla el Flying Headbutt.

Buenos ataques a la espalda por parte de ambos, que demuestran ser igual de nuevos. Cuando la victoria parece cerca de Benoit, llega Kevin Sullivan para despistarle, gracias a lo cual, el japonés se lo lleva con una Hurracarrana, para ganar el match.

Hay que decir que Sullivan y Benoit se metieron en una larga rivalidad, coincidiendo con el hecho de que, en la vida real, Benoit le quito la novia al booker de WCW, misma novia que acabó asesinando, presuntamente, años después.

La lucha son 10 minutos de talento e igualdad. Muy disfrutable.

Puntuación: ***1/2

domingo, 29 de marzo de 2020

Jushin Thunder Liger vs Brian Pillman, WCW Superbrawl II




Como todo el mundo sabe, Jushin Thunder Liger se retiró de los encordados a principios de 2020, tras participar en las dos jornadas que compusieron, ese año, Wrestle Kingdom. Por tanto, hay que llevar a cabo un especial en el que repasemos algunas luchas históricas de su carrera.

Pero, poco después de su retiro, comenzaron los rumores sobre su posible entrada en El Salón de la Fama de WWE. Por tanto, yo estaba esperando a que esto se confirmara, para poder continuar con el especial sobre el Salón, incluyendo dos luchas de Jushin en Estados Unidos. De esta manera, podemos separar esta parte de la carrera del japonés de su especial definitivo, de igual forma que aprovechamos la función honorífica que llevó a cabo el Consejo Mundial de Lucha Libre, para comentar algunas cosas de las que hizo en México.

Así pues, vamos a dedicar estos dos artículos pertenecientes al especial sobre el Salón de la Fama, para Liger, centrándonos, exclusivamente, en sus viajes a Estados Unidos. Porque este hombre nunca ha pasado temporadas largas en ese país, sino que, normalmente, ha aprovechado los acuerdos de colaboración de la New Japan, para luchar en él eventualmente. Es cierto que, en los últimos años de su carrera, sin un contrato laboral como tal con la empresa, con la que mantenía un acuerdo como freelance, se dedicó a viajar con bastante libertad, pero no se puede decir que en estos últimos años haya tenido demasiadas grandes luchas.

La carrera de Liger en Estados Unidos comenzó en el 91, gracias al acuerdo de colaboración que existía entre WCW y New Japan Pro Wrestling, que dio lugar a muchas cosas interesantes. En esa primera mitad de los 90, vimos a luchadores japoneses haciendo cosas interesantes en USA, y a luchadores americanos haciendo cosas interesantes en Japón. A finales de 1991, Liger se convirtió en WCW Light Heavyweight Champion, al vencer a Brian Pillman en un House Show. Este es el campeonato que luego daría pie al conocido WCW Cruiserweight Championship, y jugaba un papel similar en la empresa, aunque duró poco tiempo. 

Durante el año 1992, Liger llegó a pasar mucho tiempo en Estados Unidos, peleando más de 20 veces en WCW. Después de eso, a partir del año 1995, en la WCW de Nitro, formó parte de la División Cruiserweight, división que estaba formada por montones de luchadores de peso junior, muchos de ellos freelance, de muchas partes del mundo. Había luchadores mexicanos, japoneses, americanos, canadienses o europeos. De esta parte de su carrera, destacamos su lucha frente a Rey Mysterio, que ya comentamos hace un año. Por lo demás, hay que decir que las apariciones de Liger en esta temporada fueron muy puntuales.

Durante la primera década de este siglo, tras la defunción de WCW, Liger fue poco a USA. Estuvo en algunos shows de TNA, si nada, en realidad, destacable. Ha sido en esta última década, ya sin demasiada ambición en su vida como luchador, cuando el enmascarado se ha dedicado, como freelance, a viajar mucho por México, USA, Reino Unido, o incluso por otras empresas de Japón, para vivir otros tipos de lucha. Ha peleado mucho en ROH, CMLL y RPW, empresas que mantienen un acuerdo con New Japan, y tuvo la primera lucha de su vida en WWE, en un evento de NXT, en el que se enfrentó a Tyler Breeze

Hay quién dice que Liger no tiene una carrera en WWE lo suficientemente buena como para entrar en el Salón de la Fama de la empresa. Yo creo que ya es hora de darnos cuenta de que eso no es excluyente. Hay varios luchadores que han entrado en el Hall of Fame sólo por su trabajo en WCW, que, al fin y al cabo, forma parte de la cultura luchística que da pie a lo que es la industria hoy en día. Además, a veces, una pequeña aparición, como la lucha de Liger en NXT, es una excusa para poder decir que un luchador como este sí ha estado en WWE.

Dicho todo esto, vamos a comentar un par de luchas de Jushin Thunder Liger en Estados Unidos, empezando por esos primeros años en WCW, con una lucha ya demandada por los seguidores del blog. En WCW Superbrawl II, en un show en el que Sting y Lex Luger se enfrentaban en el main event, Liger defendía el WCW Light Heavyweight Championship ante Brian Pillman.

Esta es una lucha entre pesos cruceros, que crearía escuela de cara a la división definitiva que se desarrollaría años después. Los combatientes muestran una habilidad y una velocidad que resultan sorprendente para los estándares de la época, y aporta algo distinto a los shows.

Pillman no se queda en absoluto atrás. Entrenado por la familia Hart en Canadá, era un hombre de gran talento, a pesar de haber muerto muy joven, y de pasar a la historia como The Loose Canon, por su trabajo impredecible. No obstante, en esta etapa de su carrera, era Flyin' Brian, un luchador habilidoso, y atlético, muy destacable en su contexto.

Tenemos unos primeros minutos de lucha interesante, con un Brian que pone en su sitio al japonés, con buenas llaves y buenos movimientos. Los dos son muy buenos, y Pillman no parece, en absoluto, inferior. Hay counters, y un buen Belly to Belly Suplex del americano, que resulta muy poderoso, en comparación a como lo aplican, normalmente, los pesos pesados en USA.

Brian falla un rodillazo en la esquina, y se golpea la pierna, haciéndose mucho daño. Lo vende bien, y Liger lo aprovecha para protagonizar algunos minutos de trabajo zonal notables. Aplica la Figura 4, mientras el público grita "USA!", en apoyo al rubito.

Después de un rato, Pillman se recupera, excesivamente rápido, de su dolor en la pierna, y comienza un bien Comeback, con varios vuelos. En esta etapa, los dos luchadores demuestran una gran igualdad, aplicando varias patadas al mismo tiempo. Los dos usan varios slams, Suplexs y Power Bombs, así como counters, que los colocan cerca de la victoria. Cualquiera puede ganar. La lucha se vuelve trepidante, y se acaba tras un counter a favor del americano, que devuelve el campeonato a la empresa.

Muy buena lucha de cruceros.

Puntuación: ****

sábado, 28 de marzo de 2020

Aja Kong vs Meiko Satomura, GAEA 04/03/2005



Estamos, en los últimos días, ocupándonos de algunas cuentas pendientes que teníamos con el Joshi Puroresu, esto es, con el wrestling femenino japonés. Hoy, hablamos de una de las rivalidades más interesantes de los últimos 20 años, la que han mantenido, durante estas dos décadas, Aja Kong y Meiko Satomura.

Hace un tiempo, cuando estaba realizando el especial sobre el retiro de Manami Toyota, un lector habitual del blog me habló de un combate entre Aja y Meiko de 2006, una lucha de gran fama, que mantuvieron ambas luchadoras en la empresa Sendai Girls. Entonces, mi intención fue comentar esa lucha al acabar el especial sobre Toyota, pero, hasta el momento, no he tenido tiempo para avanzar en ese proyecto.

Pero nunca olvido una lucha que esté en mi lista de pendientes, por mucho tiempo que pase. Este ha sido un buen momento para comentar otras luchas históricas dentro de lo que entendemos como Joshi Puroresu, así que he introducido este combate pendiente dentro de estas jornadas.

No obstante, no he encontrado la lucha que Kong y Satomura mantuvieron en Sendai Girls en 2006. Conozco la lucha, he leído sobre ella, y posiblemente la haya visto en el pasado, pero no puedo recordarlo con precisión actualmente, porque estas dos mujeres tienen al menos 7 luchas entre ellas. Me temo que, en tanto que esto es así, no puedo hacer un review sobre ese combate en este momento, así que tendré que volver a posponerlo para más adelante. Por ahora, me voy a conformar con revisar otro combate entre estas dos mujeres.

De todos los que hay en Internet, he elegido uno que tuvo lugar en 2005, en la empresa GAEA, con el AAAW Championship en juego. Hay que tener en cuenta que Meiko y Aja empezaron su rivalidad en 1999, en tiempos en que la primera era aún muy joven, y se encontró a un rival de un tamaño muy grande para ella. Sin embargo, con el paso de los años, se repuso, y fue capaz de hacerle frente, y de vencerle, en batallas titulares, en distintas promotoras. Hoy, es ella la que defiende su campeonato ante una mujer que es lo más parecido a Vader que hay entre las mujeres luchadoras.

Las palizas que se meten estas dos tipas no son normales. Es raro que, hoy en día, 15 años después, sigan luchando como si nada, sin consecuencias por pelear de esta manera. Meiko empieza lanzándose contra su rival, dando patadas y patadas muy poderosas, pero es frenada por la superioridad física de su oponente, que opta por destrozar su espalda.

Utiliza golpes muy stiff, pero también sabe luchar a ras de lona. No es una bruta sin cerebro, aunque lo parezca la mayor parte del tiempo. Meiko se ve realmente dañada en su espalda después de las maniobras y los golpes recibidos, y decide atacar los brazos de su oponente, con la intención de dificultar esa ofensiva. Los ataques a la espalda de Aja son bestiales, pero, en un momento dado, pasa al siguiente nivel: aquel en el que mata a sus rivales.

Aplica un Brainbuster loco, y coge la papelera de metal que tanto le gusta, para partirle la cabeza a Meiko. Esta también coge una, e intenta defenderse, en un duelo de papeleras, que pierde. Aja le pega otro golpe con la papelera, y aplica otro Brainbuster sobre ella. Esto es demencial, a Aja no le importa lo más mínimo la integridad física de sus rivales.

Meiko se repone, atacando con sus Drivers y sus Sleepers. Pero Aja le responde con lo mismo. Las dos copian los finishers de la otra, y se adentrar en una guerra entre las patadas de martillo al estilo de Kazuya en Tekken de Meiko, y los golpes de reversa de Kong. Las dos se parten la crisma, pero, es la segunda la que sale victoriosa, después de quitarse el guante y seguir pegando a Satomura.

Brutal paliza.

Puntuación: ****1/2