Volvemos al Tokio Dome. Tras hablar de temas pertinentes, como
el fallecimiento de La Parka, o el
Campeonato Mundial de Tessa Blanchard, tenemos que continuar hablando del magno evento anual de New Japan Pro Wrestling. Como comentamos en su momento, Wrestle Kingdom, en 2020, ha tenido 2 jornadas, lo que implica muchas cosas de las que charlar.
Vamos, ahora, con los combates principales de cada noche. El ganador del G1 Climax, Kota Ibushi, se enfrentaba al Campeón Kazuchika Okada, por el IWGP Heavyweight Championship, aunque, en esta ocasión, esto no era definitivo.
Porque, el día siguiente, los ganadores por los campeonatos IWGP e Intercontinental, se enfrentaban entre sí, con los dos títulos en juego. Por tanto, el ganador del Okada vs Ibushi se enfrentaba al ganador del Naito vs White en el main event de la segunda noche, mientras que los perdedores peleaban entre sí, en una especie de lucha de consolación que bien vale de poco. Así, me parece que eso le quita valor al ganador del G1 Climax.
De hecho, yo apostaba por Ibushi como ganador del torneo, porque me parecía un buen y necesario paso de antorcha frente a Okada. No ocurrió así, como ya sabemos. Este cambio en las carteleras, dejaba claro que eso no sería así, porque no era de imaginar un nuevo Ibushi vs Naito como batalla final. Ibushi, por tanto, pierde ante Okada, y es Naito el que se lleva los títulos al final de las dos noches, como ya comentaremos en el próximo post.
Pero nos quedamos en la 1ª Noche. Kazuchika Okada realiza una entrada increíble, que deja a la magia de Undertaker a la altura del betún. Gracias a una pantalla 3D, consigue efectos geniales, propios de Son Goku. Llega al ring, utilizando algún otro efecto, relacionado en este caso con la pintura corporal, con su cuerpo totalmente en negro, y su capa brillando.
Eso es especial. Una cosa que se guarda para el día más importante del año. Okada debería aprender algo de ello, pero no lo hace. No lo pilla. Una vez más, llega al Tokio Dome, a hacer su lucha, y a hacerla igual que siempre. Le da igual que sea Wrestle Kingdom, que sea la jornada 4 del G1 Climax, o la New Japan Cup. Siempre propone el mismo combate.
Eso sí, lo realiza a la perfección, con un despliegue físico importante. Parece que eso es lo que busca New Japan, alguien que se ciña a su forma de promover combates, y eso Okada lo hace muy bien. Así, cuando Okada tiene delante a alguien que realmente lo lleva a contar una gran historia, la lucha puede ser increíble. Pero, si no es así, tenemos más de lo mismo.
Okada propone lo mismo de siempre, pero como es Wrestle Kingdom, lo hace por más tiempo. Así, se hace un poco tedioso. Incluso, viendo la lucha, tuve que pararla, porque me quedaba dormido. La retomé tras un par de horas de sueño.
En un momento dado, el narrador dice que llevamos 30 minutos de lucha, y me parece increíble, porque no ha pasado nada realmente relevante. Los dos luchadores hacen su trabajo, se dan buenos golpes, van a ringside y tienen sus típicos spots, pero no parece que esto siga una dinámica demasiado concreta. A partir de ese minuto, la cosa se pone un poco mejor.
Algunos golpes de Kazuchika no le hacen mucha gracia a su oponente. Tras un Oppercut realmente poderoso, Ibushi se enfada, se convierte en Terminator, y deja de vender los golpes. Pega con el puño cerrado, y parece que va a matar al campeón. Este se defiende en el suelo, como si esto fuera un combate de MMA. Cuando el referee, Red Shoes, intenta llevarse al retador, advirtiendo que esos puñetazos no son legales, este patea a su tirado rival como si fuera un saco.
La fase rebelde se le pasa a Ibushi, cuando recibe un Tombstone en el filo del ring. A partir de ahí, comienza la batalla final, en la que Okada intenta destrozar el cuello de Ibushi, con muchos golpes a esa altura, mientras este se defiende con lo mejor de su arsenal, incluyendo rodillazos que vienen de todas partes. Tras un millón de Big Moves, la victoria cae de parte de Okada, que usa 300 Rain Makers. Hay un intento final de supervivencia por parte de Ibushi, que pone al público japonés en pie.
Lo de siempre, pero más largo. No está mal, la parte final, al menos, es emocionante, y tiene, como cualquier lucha de Okada, varios segmentos de castigo notables, pero no es una lucha que vería una segunda vez.
Puntuación: ***1/2