jueves, 16 de abril de 2020

Edge vs Randy Orton, Last Man Standing, WWE WrestleMania 36




Seguimos hablando de WrestleMania 36, el evento de WWE que fue grabado sin público y en dos noches, debido al problema, por todos conocido, de salud que somete a las naciones en 2020. Hay una cosa de la que es imprescindible hablar, y que ha quedado sepultada por lo ocurrido: el regreso de Edge a los cuadriláteros.

Como todo el mundo sabe, Edge se retiró en 2011, poco después de derrotar a Alberto Del Río en WrestleMania 27, para defender por última vez el World Heavyweight Championship. Una grave lesión le alejaba de los rings, aparentemente, de manera definitiva.

Pero el nacimiento de AEW ha tenido muchos efectos sobre WWE. Permitió a Daniel Bryan volver a luchar, y también se lo ha permitido a Edge, que tenía una oferta cerrada de la empresa de los Khan. Por supuesto, antes de un regreso, necesitaba permiso de los médicos, y todos se lo dieron. Parece ser que esa lesión se curó, y se le ve realmente en buena forma.

El regreso de Edge, es uno de esos que siempre se rumorean, y que no acabamos de creer. En SummerSlam 2019, le vimos aplicar un Spear sobre Elias, y eso nos dio una pista. Meses después, anunció que abandonaba el podcast que hacía junto a Christian. Esa fue la segunda pista. Finalmente, le vimos en Royal Rumble, y alucinamos.

Edge no ganó este Royal Rumble, pero estuvo cerca. La noche siguiente, apareció en RAW para hacer una promo, y se encontró con su viejo amigo, Randy Orton. Este le propuso reformar Rated R RKO, el tag team que alguna vez formaron. Sin que el canadiense tuviera tiempo de responder, Randy le aplicó un RKO, y, después, lo mató a sillazos, de forma psicopática, asustando y sorprendiendo al público asistente.

Durante semanas, Orton no quiso explicar por qué lo había hecho. Matt Hardy, en sus últimos días en WWE, salió a pedir explicaciones, y se llevó más de lo mismo, para así, poder hacer  su transición a AEW. Finalmente, fue la mujer de Edge, Beth Phoenix, la que se encaró con Randy.

Randy explicó que lo había hecho por ella, y por sus hijas, para devolverle a su padre. Culpó a Beth de todo, y se llevó un sopapo. Como respuesta, Orton aplicó RKO sobre Beth Phoenix.

Al fin, tras meses, Edge reapareció, curado del ataque, que no había dañado su vieja lesión, y, muy enfadado, en una promo muy sentida, retó a Randy Orton a un Last Man Standing Match en WrestleMania, que es el combate que comentamos hoy.

Ya hemos dicho que WWE llevó a cabo cosas muy distintas en este evento. Las luchas entre Undertaker y AJ Styles, y entre Cena y Bray Wyatt, son peleas muy interesantes y muy distintas a todo lo visto antes. Con respecto a la lucha entre Edge y Orton, se intenta innovar también a través de otro camino, pero creo que no funciona en igual medida.

Es un Last Man Standing, un combate en el que los luchadores recorren todo el Performance Center de WWE, peleando, brawleando, usando todos los objetos propios de cada espacio. La verdad es que en términos de ejecución, no está mal, los luchadores pelean bien, y realizan algún movimiento bueno. Lucha en los gimnasios, en los que Randy ahorca a Edge con una máquina para ejercitar los músculos, lo que recuerda a la muerte de Benoit. Y el final, encima de un autobus, está bastante bien. Edge gana, tras pegarle a su rival de la misma manera en que este le golpeó a él, con sillas.

¿Cuál es el problema? Que la lucha es enormemente aburrida. Es muy larga, dura 36 minutos, y muy silenciosa. Ya hemos dicho que no hay publico, pero es que, además, los comentaristas están muy callados. Pasan de todo, no son capaces de rellenar el tiempo con su voz, entre otras cosas, porque hay mucho tiempo en el que no pasa nada, muchos golpes, y, por tanto, muchos descansos, en los que uno o el otro están tirados en el suelo.

El caso es que esto empezaba muy rápido, y es sorprendente que acabe durando tanto, porque Randy, nada más empezar, sorprende a Edge con un RKO de la nada, gracias a que estaba disfrazado de Camera-Man. En cuanto suena la campana, aplica otro RKO. Si, después de esto, se hubieran ido al gimnasio, y hubieran acabado, directamente, sobre el bus, la lucha estaría bastante bien. Pero se hace eterna, muchos ratos aburridos en los que no pasa nada y a mí me cuesta mucho mantener la mirada sobre el combate. Extraña decisión creativa.

Puntuación: **3/4

martes, 14 de abril de 2020

Meiko Satomura vs AJA Kong, Sendai Girls Live Vol 1 09/07/2006



Recientemente, me dispuse a pagar una cuenta pendiente, escribiendo un comentario sobre una lucha recomendada hace mucho tiempo: Meiko Satomura vs Aja Kong, en Sendai Girls Live Vol 1, de 2006. No encontré, sin embargo, este combate, y acabé redactando un post sobre una batalla disputada en 2005 por las mismas mujeres, hecho del que no me he de arrepentir, pues es muy buen combate.

Pero, entonces, un amigo me animó a buscar combates de joshi puroresu en VK.com, una especie de Facebook ruso, en el que, por algún motivo, hay muchos eventos de lucha femenina japonesa subidos al completo. Internet es un lugar maravilloso a veces. Así, podemos pagar, de una vez por todas, esa deuda pendiente, largamente expuesta. Sírvase, pues, esa lucha de 2005, como los intereses correspondientes por demora.

Ya hemos dicho que Meiko y Aja se han enfrentado mil veces en los últimos 20 años. Tienen muchas luchas buenas entre ellas. Una vez más, en esta, consiguen rendir a un gran nivel, y además, hacerla lo suficientemente distinta al resto, como para que no resulte repetitiva.

Estas dos locas llegan al ring, con ganas de darse caña. No se pegan, en principio, tan fuerte como otras veces, pero resulta un combate más estratégico, al menos por parte de Meiko. Esta, intenta dañar el brazo izquierdo de Kong, y aplica buenas llaves para ello. Pero esto no afecta en nada a la ofensiva de la obesa, que muestra toda su virulencia.

Meiko consigue librarse del golpe habitual con papelera de Kong, pero, al final, acaba llevándoselo. La papelera queda totalmente abollada. Después, Aja aplica un Brainbuster sobre esta papelera deformada, que parece dolorosísimo, y busca llevarse el match a través de dormilonas y Coquina Clutch.


Ahora, Satomura busca el brazo derecho de su rival, y esto sí tiene efecto. El brazo derecho es más importante. Meiko hace un buen trabajo, y, cuando Kong intenta usar su golpe en reversa, se duele mucho. Le duele a ella más que a su oponente.

Kong intenta atacar de otras maneras, pero se ve muy mermada. Falla golpes de reversa, o estos son bloqueados, y no puede cerrar las Sleepers. Recibe Deathvalley Driver, y patadas en la cabeza, que acaban con ella.

Muy buena lucha. Va de menos a más, y se acaba escribiendo una muy buena historia. Estas dos nunca cansan.

Puntuación: ****1/2

John Cena vs Bray Wyatt, Last Man Standing, WWE Payback 2014



En el anterior post del blog, comentamos la lucha entre John Cena y The Fiend en WrestleMania 36, esa especie de biopic enfervorecido, de gran calidad pero que difícilmente puede considerarse un match de wrestling como tal. Me pareció bien, pues, y dado que en esta rivalidad ha tenido mucha presencia aquella que tuvieron en 2014, ver una de las luchas que tuvieron entonces. En concreto, voy a comentar el combate entre John Cena y Bray Wyatt, que tuvo lugar en Payback 2014, un Last Man Standing muy querido por los aficionados.

Wyatt nos ha recordado, en este 2020, algunas cosas de aquella rivalidad. En Royal Rumble 2014, le vimos derrotar a Daniel Bryan, para finalizar aquella rivalidad entre ellos, en la que Bryan se vio obligado a formar parte de The Wyatt Family. Esa victoria fue sorprendente, y auguraba que había un plan mayor para Bray de cara a WrestleMania. Sólo existía un pez mayor en el río, y ese era John Cena.

Ya sabemos que, a esas alturas, WWE no quería hacer nada interesante con Bryan de cara a WrestleMania. El plan era enfrentarlo con Sheamus por tercera vez, algo que incluso llegó a rumorearse para 2020 otra vez. Es una obsesión de Vince. El caso es que el abandono, esa misma noche, de CM Punk, cambió mucho la historia de ese año, y Daniel se convirtió en el gran héroe de WrestleMania 30, ganando dos grandes combates.

La lucha entre Cena y Wyatt, en WrestleMania, no llamó mucho la atención. Pero la rivalidad fue buena. Esa secta de Bray intentó integrar en sus filas a John Cena, y llevar a cabo el turn heel sobre el actor que todos habríamos querido ver. Fue la última vez en la que pudimos soñar con eso; ya sabemos que nunca pasará. Tras meses de rivalidad, en junio, se vieron las caras en Payback, en un Last Man Standing, tras el cuál, al fin, Cena pudo sonreir.

Una lucha que es puro entretenimiento. Por desgracia, Bray, con todo su talento creativo, no es muy buen luchador, pero en este combate, por la participación de más personas, se ve beneficiado.

Como no hay descalificación, Wyatt llega dispuesto a usar en batalla a sus dos gigantes, Harper y Rowan, pero llegan los hermanos Uso para defender a John. Así, las cosas se igualan. Los dos tag teams se quedan quietos  en ringside, mientras Cena y Bray comienzan a luchar. Tienen unos primeros minutos de intercambios correctos, no demasiado destacables, a través de los cuales, Bray consigue asentar su dominio. 

Los dos consiguen aplicar su finisher, sin que la cuenta llegue a 10. Todos los acompañantes se meten en la batalla, y tenemos un entretenido segmento, en el que vuelan unos encima de otros. Abandonan el lugar, mientras Cena y Bray comienzan a usar objetos.

Usan sillas y mesas, para darse unas buenas castañas. Después agarran los escalones metálicos, y continúan con la masacre. Hay que destacar el lanzamiento de Cena de los escalones, desde el ring, sobre un Bray Wyatt que está en ringside, y se los come. Es un golpe brutal, casi tanto como el que se llevó Umaga en el Last Man Standing de 2007 frente al propio Cena.

El brawl es entretenido, y el público está muy metido. La energía es clara. Estos dos hombres siguen pegándose, hasta que Cena consigue aplicar un AA sobre su oponente en ringside. Harper y Rowan vuelven, para pegarle a Cena, y levantar a Wyatt. Una vez más, los Uso hacen acto de aparición, para volar sobre los gigantes. Uno de los Uso se tira de culo, como su tío Umaga, sobre Rowan, partiendo una mesa con su cuerpo, mientras que Harper aplica Superplex desde el ring a otra mesa en ringside, matando, así, al otro Uso con un gran golpe.

Estos cuatro hombres, que oficialmente no forman parte del match, ofrecen así unos minutos muy entretenidos, que permiten a los protagonistas descansar un rato. Pero vuelven a la carga. Bray se lleva a Cena por delante, y a las vallas de producción, de camino, con otro gran ataque.

Cena y Wyatt brawlean ahora entre el público. Llegan a la zona técnica, en la que están las típicas cajas negras de WWE. Desde una de ellas, Cena lanza a su rival con un AA, rompiendo otra de las cajas, y lanzando una tercera encima, para que Bray no pueda salir. Inteligente y original forma de ganar, aunque creo que, aquí, debería haber sonado una explosión, al caer Wyatt, que suena antes de que ocurra el spot, quitándole un poco de fuerza. El público no lo nota, todo sigue siendo lógico.

Buena brawl, con mucha diversión.

Puntuación: ***3/4

domingo, 12 de abril de 2020

John Cena vs Bray Wyatt, WWE WrestleMania 36




Seguimos hablando sobre WrestleMania 36. Vamos a comentar otra de las extrañas luchas que tuvieron lugar en ese evento, y que sólo se justifican por las condiciones excepcionales en las que vive el mundo, que, entre otras cosas, han provocado el cierre definitivo de la XFL, la liga de fútbol americano de Vince McMahon, un antiguo sueño del dueño de WWE, que estaba teniendo un paso por televisión bastante bueno, y que, por los motivos que todos los conocemos, ve imposible su continuidad, destruyendo de forma aparentemente definitiva la ilusión de este hombre.

La lucha de la que hablamos hoy, es el Match que disputan John Cena y Bray Wyatt, un Firefly Fun House Match. Durante semanas, nos preguntamos en qué consistiría este combate, si sería algo parecido al House of Horrors Match que disputaron Bray y Randy Orton hace unos años. Ahora sabemos que no tiene nada que ver, este combate no se parece a nada que hallamos visto antes.

Aquella lucha entre Randy y Bray no funcionó muy bien, igual que el combate entre Bray y Matt Hardy en la casa de este, que no resultó tan llamativo como los matches de Matt en TNA. No es un problema de calidad, la diferencia es que TNA grababa sus programas, mientras que los de WWE son en directo. Si haces pagar a miles de personas 50 dólares, o más, por una entrada, esas personas no quieren ver algo grabado en una pantalla; eso pueden hacerlo en su casa, así que sus reacciones no son positivas. Por eso creo que, en circunstancias normales, WWE descartó la opción de llevar a cabo segmentos de este tipo demasiado largos.

La actualidad es muy distinta. Hoy, lo que parece inapropiado, es llevar a cabo luchas normales, sin público. Por eso hemos tenido estos combates en WrestleMania, y parece ser que la lucha entre Johnny Gargano y Tommason Ciampa, en el último programa de NXT y en sustitución de lo que debería haber sido el Takeover previo a Wrestlemania, ha sido similar. Ya veremos qué nos depara el futuro en este aspecto.

Cena y Wyatt se enfrentaron hace 6 años. Parece increíble que haya pasado tanto tiempo, pero así es; la carrera de Bray, sin darnos cuenta, en sus distintas etapas, es ya muy rica. El caso es que entonces, el heroico Cena derrotó al líder de The Wyatt Family, un enemigo cuyo mensaje en contra de la adicción a los héroes por parte del ganado, le venía como anillo al dedo. Tras WrestleMania, Cena derrotó a Bray en un Last Man Standing, que comentaremos en el próximo post, porque parece apropiado para este momento.

En 2019, nació The Fiend, una nueva personalidad de Bray que quiso vengarse de todos aquellos que habían humillado al pobre Wyatt original. De hecho, lleva una horrible cabeza de Bray, que parece un experimento de Josef Mengele. Wyatt perdió el Campeonato Universal ante Goldberg, aunque, en cierta medida, a través de sus mensajes en Twitter, dio a entender que se había dejado ganar, para poder enfrentarse a John Cena en WrestleMania, y acabar su obra redentora.

En estos meses, The Fiend ha hecho daño a muchos de los rivales que tuvieron rivalidades con Bray: Daniel Bryan, Kane, etc. Pero Cena es su principal objetivo, y la lucha que dan en WrestleMania es muy consecuente con esta historia.

Si en el caso del match entre Undertaker y AJ Styles, tuvimos que dejar claro que, aunque fuera un combate como tal, no podíamos darle nota, por el nivel de posproducción que soportaba, en este caso, ni siquiera podemos decir que esto sea un combate. Me parece un producto cinematográfico excelente, una especie de experiencia onírica que recorre varios momentos de la historia de WWE y de lka carrera de John Cena, y que es terriblemente entretenida y evocadora, pero no es un combate.

Narrativamente, este es un producto notable, por las capas semánticas que incluye. John Cena, se presenta en el Performance Center para enfrentarse a Bray Wyatt, pero es transportado a la Firefun House por arte de magia. En su persecución de Wyatt, se encuentra en diversos escenarios que repasan, básicamente, su vida.

Lo vemos en un segmento en el que se encuentra con el muñeco de Vince McMahon, que amenaza con despedirle, y nos recuerda ese concepto que muchos tenían de Cena como la marioneta de Vince. Por orden del Chairman, llega al ring, emulando su primer combate en WWE, con su primera equipación, frente a Kurt Angle, pero, esta vez, no consigue golpear a su oponente, que es Bray, a pesar de gritar, mil y una veces, como hizo entonces, "Ruthless Aggression". De hecho, Wyatt le pregunta si es esto lo que quería hacer con su vida, y muestra imágenes del pequeño John  jugando a la lucha libre cuando era pequeño. ¿Soñaba con se un esclavo que nunca tuvo derecho a disfrutar de verdad de su éxito?

El siguiente segmento tiene una estética ochentera. Nos trasladamos a un programa clásico de Saturday Night Main Event, en el que Cena y Bray tienen una conversación muy del estilo de esa época. Aquí subyace la idea de que el pobre John, como gran héroe de la empresa, siempre fue comparado con Hulk Hogan. Sólo fue un héroe estereotipado de tantos que ha habido en la empresa. John levanta pesas sin parar, hasta que se rompe los brazos, y no puede golpear a Wyatt. También fracasa en su misión de ser el nuevo héroe de Vince.

Cena vuelve al ring, con la ropa del Doctor of Thuganomics. Entona una canción con la que intenta humillar a Bray, como hizo siempre en su etapa de rapero. Tras sus intentos de humillación, Bray le responde que no es un héroe, que es un bully, una persona horrible, que se ha convertido en "El Hombre", gracias a sus bromas y burlas, gracias a pisotear a sus compañeros. Cena se lanza a por Wyatt, pero este desaparece, y a su espalda, aparece de nuevo, golpeándolo con una cadena en la mano, algo muy propio del Cena de la época.

Ahora es el antiguo Wyatt el que habla, desde su silla. Recuerda su rivalidad con John, el momento en WrestleMania, en el que estuvo a punto de vencer a través del Sister Abigail, mientras todo el público cantaba eso de "The Whole World In His Hands". Se suponía que Cena era hombre de la gente, pero nadie cantaba a su favor. Eso despistó a Bray, que cometió el mayor error de su vida. El Sister Abigail se convirtió en un Attitude Ajustment, y la victoria se fue para el lado de John Cena. Es hora de arreglar eso.

Bray está sentado en su silla, en el ring, mientras John está confuso. Bray advierte: "Run". Corre para atacar a Cena, y le golpea de nuevo. Cena esquiva el Sister Abigail. Ahora, Wyatt le ofrece una oportunidad: le recuerda el error que cometió hace 6 años, al no golpearle con una silla, y acabar con todo definitivamente, dejándose llevar por la ira, y pasándose al lado oscuro. Esta vez sí que lo intenta, pero Wyatt desaparece. Suena la música de WCW Monday Night Nitro.

Todo esto tiene mucho sentido. Porque, durante muchos años, buena parte de los fans esperó un Turn Heel de John Cena que nunca ocurrió. La NWO estaba todavía muy reciente. Si alguien podía llevar a cabo una gesta como la creación de aquel stable, ese era el héroe Cena. Pero nunca ocurrió, y esa rivalidad frente a Wyatt en 2014, fue la última oportunidad de que pasara.

Wyatt está en el ring, imitando a Eric Bischoff, miembro bocazas de la NWO. Recibe a un Cena en un modo Hollywood Hulk Hogan, tocando el Air Guitar como aquel. Pero Cena vuelca toda su ira contra él. Al fin, en este onírico turn heel, suelta todo lo que lleva dentro. Vemos imágenes de algunas de sus derrotas más dolorosas, incluido el momento en que CM Punk huyó con el título de WWE. Pero, de pronto, la víctima de sus golpes no es Bray, sino el cerdo de juguete que forma parte de su cuadrilla. Detrás de Cena aparece The Fiend, que, ahora sí, aplica el Sister Abigail, mientras suenan las palabras del propio Cena, sobre su victoria hace 6 años. Fiend ahoga a Cena, y el Wyatt normal hace el conteo.

Victoria para The Fiend en este combate, o lo que sea. Vemos a Titus O'Neal, que ha sustituido a Rob Gronkowski como host, que se ha proclamado campeón 24/7 un rato antes. Titus dice que no sabe qué acaba de ver, y yo tampoco, No sabría darle una nota. Pero me ha gustado mucho.

Puntuación: -

viernes, 10 de abril de 2020

Braun Strowman vs Goldberg, WWE WrestleMania 36




Seguimos hablando sobre el evento WrestleMania 36, uno de los eventos de wrestling más raros de la historia. En la noche 1, Braun Strowman derrotó al Campeón Universal, Goldberg, para convertirse en Campeón por primera vez en su carrera. Este es un hecho histórico, algo que todo el mundo esperaba, aunque creo que todos estamos de acuerdo en que no es así como debería haber pasado.

En febrero de 2020, todo ocurría con normalidad. Bray Wyatt era Campeón Universal, y todo apuntaba a que se tendría que enfrentar a Roman Reigns en WrestleMania 36. WWE volvió, entonces, de improvisto a Arabia Saudita, y contrató a Goldberg, una vez más, para una lucha, que siempre vende bien en el país oriental.

Parecía claro que perdería, y que el retador por el título saldría del evento Elimination Chamber, en el que tendría lugar, según los anuncios locales, un Elimination Chamber Match con tal propósito. WWE planeaba que Roman Reigns, se proclamara como Campeón Universal en WrestleMania, y tuviera el gran reinado que aún no ha podido tener. Dada la Leucemia que pasó, el público ahora reacciona mucho mejor a su presencia.

Sin embargo, acabar el show con Roman Reigns derrotando a Bray Wyatt, podía ser una idea fatal. La gente quiere mucho más al monstruo enmascarado. Es posible que el efecto positivo de la Leucemia desapareciera. Entonces, WWE decidió que Goldberg derrotara a Wyatt en Arabia, y fuera él el objetivo del odio de los insatisfechos fans de Internet. Así pasó: por primera vez en su carrera, la gente odiaba a Goldberg.

El plan de WWE funcionó a la perfección. El día después de que esto ocurriera, Roman tuvo un careo con Bill, y sin que mediara lucha de por medio, se cerró el combate titular para WrestleMania. Reigns partía como favorito de los aficionados en una lucha titular.

Entonces, se intensificó la crisis del Coronavirus, y Roman Reigns decidió mantener la cuarentena, por el riesgo para su salud. Como hemos dicho, hace poco más de un año, Roman Reigns superó una Leucemia, y ha estimado que su situación es de riesgo. No conocemos exactamente qué tipo de Leucemia sufrió, pero sí que sabemos que lo del año pasado fue una recaída. Dependiendo del tipo de enfermedad que tenga, y del tratamiento y control seguidos, efectivamente, puede ser que su sistema inmune no esté al 100%, y que tenga nódulos linfáticos afectados, y en tanto que tal, toda precaución es poca.

WWE estuvo esperando hasta el último segundo, por si Roman cambiaba de opinión, y por eso, no trabajó en lo más mínimo ninguna historia alternativa. Así, Braun Strowman se presenta como sustituto en el combate titular, sin que haya una sola promo, un careo, ni un sólo vídeo en el que se comparen las carreras de campeón y aspirante. Es una pena que su proclamación como campeón ocurra así, y también es una pena para la imagen de Goldberg.

Ni siquiera se puede decir que Braun lo merezca, dentro del Kayfabe. Fuera de él, es obvio que Strowman lo tiene todo para ser una gran estrella de WWE, pero, en las historias llevadas a cabo por la empresa, lo último que ha hecho ha sido perder el Campeonato Intercontinental ante Sami Zayn. No es un gran mérito para luchar por el título principal de Smackdown. 

De hecho, Braun Strowman se acercaba, un año más, a un WrestleMania sin nada importante que hacer. El boxeador Tyson Fury, que tras su lucha en Arabia frente al Monster Among Men, volvió a triunfar en el mundo del boxeo, haciendo historia, al derrotar a Deontay Wilder y convertirse en Campeón Mundial WBC, ha confirmado que tenía previsto participar en WrestleMania. Es posible que hicieran algo juntos; si no enfrentarse, quizás sí hacer equipo.

El caso es que, entre Goldberg y Roman, teníamos una historia. Unos careos, unas palabras en los últimos días, e incluso algún encontronazo ya viejo en algún programa de RAW. En los últimos meses, incluso se pelearon por Twitter, cuando Roman, sin venir a cuento, hizo una comparación que no recuerdo, en la que dijo que algo así como "Es tan estúpido como golpearse la cabeza antes de salir al ring". Esto es una clara alusión a Bill, que hace eso mismo antes de cada salida al escenario, y que, en última instancia, le provocó una conmoción cerebral que estropeó su combate ante Undertaker.

Goldberg contestó, muy educadamente, que ese procedimiento le había permitido, durante toda su carrera, salir ahí fuera con el estado de animo apropiado, ánimo que podía contagiar al público fácilmente, produciendo unas reacciones maravillosas. Goldberg no se atrevió a  decirlo, pero yo sí: la crítica venía de alguien como Roman Reigns, a quién el público ha pitado toda la vida, y que ha necesitado una Leucemia para que dejen de hacerlo. Quizás debería aprender del veterano.

Pero ni Tyson Fury, ni Roman Reigns están en WrestleMania. Es un wrestleMania de mínimos, en el que, varias bajas, han tenido que ser suplidas por gente de NXT o... por nadie. Así, tenemos a Braun Strowman y a Goldberg llegando a un ring vació, sin historia, sin gente, sin nada. Goldberg consigue aplicar 4 veces el Spear, pero Braun sobrevive. Ahora es él el que consigue aplicar 4 veces el Running Power Slam, y gana. Su poder es mayor que el de la leyenda.

Poco más se podía esperar de esto, la verdad. Es un combate lógico. Uno ha demostrado que su técnica final es más poderosa que la del otro, así que ha ganado. Pero creo que WWE está abusando de este tipo de combates, en las luchas de Lesnar y de Goldberg.

Puntuación: **1/2

jueves, 9 de abril de 2020

The Undertaker vs AJ Styles, WWE WrestleMania 36




Es hora de comenzar a hablar de WrestleMania 36, el mayor evento del año en el mundo del wrestling, que en este 2020, ocurre en unas circunstancias muy particulares, únicas en la historia, y que, por tanto, es testimonio de su tiempo. Esto no sólo es historia del wrestling; es historia del mundo.

Ocurre a principios de abril de 2020, la gran semana anual del wrestling. Como cada año, eventos deportivos como la Super Bowl o el All Star de la NBA, tuvieron lugar con total normalidad, mientras una amenaza se cernía sobre el mundo entero: un virus nacido en china, se dice que transmitido, de alguna manera, de animales endémicos a humanos, se ha propagado como la pólvora a pesar de los esfuerzos de los países por contenerlo, que en la mayoría de los casos, han sido insuficientes, por el temor a las consecuencias económicas que acciones más contundentes podrían implicar sobre cada uno de los estados, y por la falta de colaboración entre los mismos.

Hoy en día, es tarde. El ser humano se defiende panza arriba sin demasiado éxito, mientras la enfermedad mata a miles de personas cada día. La principal arma que los gobiernos han encontrado para paliar su lentas medidas y la falta de colaboración de los miembros más mezquinos de sus sociedades, es encerrar a todos los humanos en sus respectivos hogares, a riesgo de que, si no los mata el virus, quizás lo haga el hambre.

En un contexto como este, parece casi trivial hablar de un banal espectáculo como el wrestling, pero el show debe continuar. Muchas empresas quebrarán, pues no pueden, desde hace un tiempo, llevar a cabo espectáculos en vivo. Empresas televisivas como WWE y AEW siguen en el aire con versiones de su programación muy disminuidas, realizando combates sin público que, obviamente, no funcionan, y bajo la sospecha de que las medidas de confinamiento que impongan los estados, pronto, harán imposible hasta grabar programas de la manera en que se está haciendo. 

De hecho, es comprensible que así sea. Ya hemos visto que Japón fue uno de los primeros países en tomar este tipo de acciones en el mundo. Todos los espectáculos cesaron, y la gente se metió en sus casas. 15 días después, volvieron a hacer vida normal, con excesiva celeridad. Pudimos ver, de hecho, unos cuantos shows de wrestling celebrados en el país. Como consecuencia de ello, nuevos brotes de coronavirus se dispararon. Demasiado pronto. Japón ha parado otra vez.

Aún así, estamos viendo cosillas. Hemos visto algunos eventos en estos días en Japón, vemos los programas grabados de Impact, MLW, AEW o WWE, y hemos podido ver algunos eventos sin público en México, que buscan abastecer a luchadores y promotores a través de las donaciones que los aficionados hacen telemáticamente. Pero, pronto, quizás ni esto tengamos.

El arte siempre ha convivido bien con las restricciones; con las restricciones morales, políticas o técnicas. Fiedrich Nietzsche nombró alguna vez al artista como un bailarín encadenado, poniendo en valor la manera en la que esas cadenas, esto es, esas restricciones, no hacen sino obligar al artista a innovar, a buscar soluciones, a hacer cosas nuevas. Eso es, en cierta medida, lo que ocurrió con WrestleMania.

WWE, por primera vez en su historia, dividió WrestleMania en dos noches. Ya había hecho, en su segunda edición, aquello de dividir wrestleMania en tres sedes, pero, al final, eran tres partes de un mismo evento. Esta vez, tenemos dos shows, que se justifican, por un lado, por la imposibilidad de realizar un NXT Takeover, un Hall of Fame, y otros productos que la empresa vende normalmente en el finde de WrestleMania, y, por otro lado, porque tenía muchas cosas preparadas para WrestleMania, y determinó que muchas horas seguidas de wrestling sin público podían ser insoportables.

Seguramente así sería. Los single matches sin público son muy sosos, aunque hay que decir que los combates normales en estos programas van mejorando poco a poco, hasta el punto de que hay varios bastante buenos. También se llevaron a cabo luchas titulares muy cortas, que no dieron pie a aburrir a nadie, y tres combates un poco fuera de lo habitual, que son los más interesantes.

Por un lado, tenemos el esperado enfrentamiento entre Edge y Randy Orton. Muchas luchas en estos shows tuvieron estipulaciones, que ayudaron mucho, y ese fue el caso de esta, que fue un Last Man Standing que recorrió todo el Performance Center, y que creo que no iba mal, si no fuera porque duró una eternidad innecesaria.

Además de esto, cada una de las partes del PPV tuvo un combate especial, un combate grabado previamente, con elementos de ficción cinematográfica muy interesantes. En ambos casos, no podremos darles nota como tal, como ocurrió con las luchas del Broken Universe de Matt Hardy, puesto que hay edición y producción más allá de las simples posibilidades deportivas de los competidores, así que no sería justo. Pero es importante reseñar las luchas, porque, oficialmente, son combates. De todos modos, aunque no podamos darles una nota que pueda considerarse definitiva por parte de este blog, podremos señalar una nota "no oficial", que, en realidad, tiene el mismo valor que la otra.

Vamos a hablar de Undertaker y AJ Styles. El match entre ellos gustó mucho, fue realmente genuino, y pasará a la historia. Me parece maravilloso que Undertaker, a estas alturas de su carrera, todavía haya podido participar en un momento como este, y que haya podido agrandar su leyenda una vez más. Porque, más allá de los grandes combates, que también son importantes, lo que más resuena en el subconsciente colectivo son los grandes momentos, las grandes historias, y Undertaker tiene, sin duda alguna, más momentos de este tipo que nadie, desde sus primeras rivalidades frente a Ultimate Warrior y Hulk Hogan, a los que introducía en una bolsa de cadáveres, hasta este match en un cementerio frente a AJ Styles, pasando por decenas de cosas increíbles, como la Hell in a Cell frente a Michaels; la jaula frente a Mankind en la que lo lanzó desde la parte superior en dos ocasiones; el momento en el que ahorcó a Big Bossman; el primer Casket Match frente a Yokozuna, en el que resucitó después de ser asesinado por muchos hombres; el primer Buried Alive Match, en el que fue enterrado vivo y acabó sacando la mano al final del show; su serie de combates frente a Shawn en WrestleMania; su serie de combates frente a Triple H en WrestleMania; sus rivalidades frente a Kane; el American Badass; sus rivalidades frente a Batista y Edge; el Streak en WrestleMania; y tantas cosas... Vaya carrera.

Pero, en los últimos años, se ha puesto en duda su capacidad, y eso le obsesiona. Es un hombre de vieja escuela, de los que todavía quieren dar buenos combates, y se esforzó mucho durante toda su vida por eliminar sus carencias, y mejorar en todos los aspectos de un luchador. Por eso, no quería retirarse con el mal sabor de boca que dejaron algunos de sus últimos combates.

A riesgo de no volver a luchar, se sometió a operaciones muy importantes. Volvió, físicamente, mejor que en mucho tiempo, pero, pronto, se topó en el ring con un Goldberg conmocionado que le dejó en ridículo. En cierta medida, pudo librarse de ese estigma, al tener un buen Tag Team Match en Extreme Rules 2019, pero, desde entonces, no hemos podido verle luchar, más allá del ChokeSlam que le aplicó a AJ en Super Showdown.

Se hablaba de que, este año, al fin, podríamos ver un Taker vs Sting, pero parece ser que el Deadman no quiso volver a exponerse a la posibilidad de hacer el ridículo. Quería tener un buen combate, y para eso, Kurt Angle le recomendó a AJ Styles.

El Deadman respeta a Angle. De hecho, siempre quiso enfrentarse al Campeón Olímpico en WrestleMania. Estuvo a punto de hacerlo en 2006, pero cambiaron los planes, pasando la lucha entre ellos a No Way Out. El resultado fue una de las mejores batallas en la carrera de ambos. Ahora, Angle le ha recomendado al fenómeno un match frente al fenomenal, para, así, volver a la senda del buena hacer.

Undertaker no tendrá, al menos por ahora, la posibilidad de tener un combate en tales circunstancias. No podrá dar una lucha normal, en la que probar, fuera de toda duda, que está en buena forma. Pero ha tenido este interesante combate, en el que, más allá de la parte física, que es más fácil de esconder, puede demostrar que es un enorme contador de historias. Quizás, WWE debería aprovechar la coyuntura, para realizar, ahora sí, su rivalidad frente a Sting, dentro de este formato. Podría ser genial, aunque ambos luchadores, por su edad, están ya casi en grupo de riesgo, así que no es muy conveniente hacerlos salir de sus mansiones.

La rivalidad entre AJ y Taker no ha estado mal, y ha dado pie al retorno del American Bad Ass. Styles la ha centrado mucho en la transformación del Enterrador en los últimos años, en el abandono de su personaje, para comportarse como una persona normal, poner selfies en Instagram, etc. De esto, AJ Styles culpa a la mujer del Taker, la luchadora Michelle McCool.

Me gusta esta historia, porque estoy de acuerdo con lo que dice Styles. Y si ha sido promovida en WWE, es porque, seguramente, hay gente en la empresa que comparte esa opinión. En los últimos años, ese gran trabajo que había hecho Undertaker durante toda su vida, de mantenerse siempre en el Kayfabe, de no salir de ahí, ha sido tirado por tierra, principalmente, por las necesidades de su mujer de llamar la atención, de tener redes sociales como todas las figuras públicas, y compartir soplapolleces para tener muchos fans. Encima, ha metido al Taker en eso, un tipo que tiene 20 años más que ella, que ahora incluso twittea fuera del kayfabe. 

Taker realizó una promo realmente buena, en el programa de RAW previo a WrestleMania. Edge dice que su promo no fue guionizada, que dijo lo que quiso, y es probable que Undertaker hiciera lo mismo. A ambos se les vio muy naturales. 

Mientras que Styles defiende que el Enterrador no es lo que fue, que está mayor, que ha perdido toda la grandeza de su personaje mágico, para caer en esa banalización gracias a su mujer, Taker dice que Styles es un cobarde, que pudo estar en WWE mucho antes, pero esperó. Esperó a que se fueran todos los grandes: Austin, The Rock etc, porque les temía. Pero Undertaker todavía está aquí, y va a hacer pagar a Styles haber faltado al respeto a su mujer.

Se dice que las palabras de Undertaker pudieron ser un poco hirientes para el backstage, dado que, a su manera, menospreció a las estrellas actuales, en favor de las leyendas de otros tiempos, algo que, por otro lado, hace WWE a todas horas. La promo fue natural, estuvo bien, y, además, forma parte de ese regreso del American Bad Ass, que se confirma con la llegada en moto del Undertaker al cementerio donde tiene lugar su batalla frente a AJ Styles.

Como digo, esto es una película, más que un combate de wrestling, pero las acciones, la mayor parte del tiempo, pueden considerarse lucha. No tengo claro que haya cortes entre escena y escena, y los efectos especiales que se producen, son muy físicos, son parecidos a los que tienen lugar en las arenas en directo, cuando Undertaker o Kane, hacen "su magia". Aún así, es más que probable que haya elementos introducidos más allá del mérito de los luchadores.

Llega un coche fúnebre al lugar. Se saca un féretro, con la marcha funebre del Undertaker de fondo, y de él, sale AJ, riendo, burlesco. De fondo, escucha la Harley del de su rival. La producción enfoca a la carretera, con un plano alto, y vemos a la leyenda llegar en su moto.

Como decía, este combate sigue la línea de narrativa de ficción en la lucha, que marcaron previamente Lucha Underground, o Matt Hardy, tanto en TNA como en su rivalidad con Bray Wyatt en WWE. Pero el nivel de esto es muy superior, todo es muy profesional, de mucho nivel. Está muy bien hecho, y la aportación de los luchadores, en los diálogos que se entablan, sin guión alguno, aporta mucho a la historia.

Los luchadores brawlean por los escenarios, y sobre los coches. Taker pega un golpe, que es esquivado por su oponente, lo que provoca que reviente la ventanilla de un coche, hiriéndose en el brazo. También Styles sale mal parado, pues parece que se rompe un dedo al golpear a su rival.

Esto es un Boneyard Match, pero para ganar, la cosa funciona de la misma manera que en un Buried Alive Match. Creo que el cambio de nombre responde a la situación sensible por el número de muertos que hay como resultado de la pandemia del COVID-19. Junto a la zanja cavada para el correspondiente cadáver, hay una excavadora, para lanzar la arena. El Enterrador lanza a Styles al agujero, pero no puede echarle la arena encima, porque llegan los lacayos de The Original Club.

Luke Gallows y Karl Anderson juegan su importante papel aquí también. Su entrada ocurre con un cambio musical muy interesante. Como digo, la producción es notable. Se enciende una luz en un establo, y de él sale un montón de hombres encapuchados, para enfrentarse a Undertaker. No son muy fuertes, pero resultan una buena distracción para que el tag team de calvos ataque al veterano gigante. Ahora es Styles el que llega por la espalda, para romperle un ladrillo en la cabeza al Taker.

Tanto la gesticulación como las palabras que sueltan ambos son muy buenas. Styles le pregunta a Taker por Michelle, le llama viejo y le dice que no se levante, mientras que este le llama "hijo", e "hijo de perra", y le recuerda que está luchando con un viejo acabado, irónicamente.

Styles se burla de su oponente, de su edad, de lo que ha sido de él. Debe hacerle un favor al mundo, dice, y desaparecer, puesto que ya no es lo que era, todo el poder del antiguo Enterrador ha desaparecido. Le pega con una pala, y cae al agujero.

AJ arranca la excavadora, para lanzar la arena, pero, a su espalda, aparece una luz, y de ella, sale el Enterrador. Esto es interesantísimo, y se refuerza cuando Undertaker invoca, momentos después, unas llamas. Parte de esta historia es que Undertaker ha perdido su magia, que sólo es un hombre viejo, que pone fotitos y tonterías en Instagram, por culpa de su mujer. Pero, con estas acciones, Undertaker demuestra que sigue siendo un ser mágico.

En el tejado del establo, Undertaker lucha contra The Original Club. Lanza a Gallows por los aires, y aplica Tombstone Piledriver sobre Anderson. Se enfrenta a AJ, y lo lanza con un ChokeSlam hacia abajo, a unos 3 metros de altura.

Undertaker sigue hablando. Le pide a AJ que vuelva a nombrar a su mujer. Le pregunta si recuerda su nombre. Le recuerda que ha puesto en duda su legado. Lo coge en brazos, lo trata con condescendencia. Mientras AJ pide perdón, él le pregunta qué es lo que siente. Le dice que sea un hombre, le mesa el cabello, y le da un abrazo. Le da la espalda y finge irse, pero vuelve, le pega un Big Boot, lanzándolo al hoyo. Se sube a la excavadora, y lanza la arena. Tan solo una mano sobresale del montón, que recuerda a la del propio Taker en el Buried Alive Match que disputó en su día frente a Mankind.

Undertaker descubre la lápida, en la que está escrito el nombre de su derrotado rival. Se sube a su moto, y mientras suena su música y salen llamas del establo, se va.

Grandísimo combate. No sé si es un combate de wrestling, aunque me consta que la mayor parte de las acciones son legítimas, y están hechas bajo las reglas del wrestling, si bien en un decorado muy preparado, y con una producción audiovisual muy importante. Creo, eso sí, que tiene menos cosas ilegítimas que las luchas de Matt Hardy en el Broken Universe, que parece que volverá próximamente en AEW.

No puedo poner nota al match, por ese nivel de posproducción, pero puedo decir que, si se la pusiera, seguramente le daría unas ****1/2. Por todo lo mencionado, por el storytelling, y por la psicología mostrada por los luchadores, hablando y reforzando la historia con sus diálogos, me parece un producto maravilloso.

Puntuación: -

martes, 7 de abril de 2020

Josh Barnett vs Chris Dickinson, Josh Barnett Bloodsport II



Como ya decíamos en el anterior post, ha tenido lugar el fin de semana de WrestleMania de 2020, la edición más rara de la historia. Por el decreto de cuarentena en muchos países del mundo, y en muchos estados de Estados Unidos, no ha podido haber eventos en directo, lo que provocará problemas económicos a muchas promotoras de wrestling, que se unen, por otro lado, a los que vamos a sufrir todos. WWE emitió por su Network dos shows pregrabados, con cosas bastante llamativas, que ya comentaremos a partir de mañana, pero otras empresas no han tenido esa oportunidad.

Una de ellas es GCW, que este año preparaba eventos muy interesantes. Entre otras cosas, y por segunda vez consecutiva, nos hemos perdido la oportunidad de ver a Jon Moxley enfrentarse a Josh Barnett en Bloodsport, el evento de lucha shoot de la promotora. En la edición que se celebró en septiembre, iba a tener lugar este match, pero la lesión en el codo de Moxley impidió que eso ocurriera. Quizás ocurra algún día.

Entonces, en Josh Barnett Bloodsport II, el host del evento, el propio Barnett, que ya tuvo un inmenso match ante Minoru Suzuki en la primera edición de este evento, tuvo que buscarse un nuevo rival. El elegido fue Chris Dickinson, obviamente menos conocido que Moxley, de un perfil muy distinto. Es una elección extraña, a nivel de márketing, porque no va a vender tantas entradas como aquel, ni de lejos, pero es de entender que hay pocos luchadores en el mundo que se pueden agarrar en un ring sin cuerdas con Josh Barnett. Chris es conocido por su trabajo en los últimos años en Beyond Wrestling, donde tuvo luchas realmente buenas. Aquí, la verdad es que está a la altura, sin duda.

Esto es un evento de estilo shoot, y todos los participantes son practicantes de artes marciales o, cuando menos, tipos muy físicos y duros. Barnett, es una auténtica leyenda de las MMA, y un practicante de wrestling clásico ocasional, que sólo parece interesado en este tipo de combates. El match que mantiene con Dickinson es una buena muestra de ello.

Ya hemos dicho que no hay cuerdas en el ring de esta lucha. Tampoco hay posibilidad de pinfall. Ni falta que hacen. Los dos se tiran al suelo desde el primer momento, y ahí se agreden, como si esto fuera una pelea de MMA. Cuando uno se pone encima del otro, intenta golpear con fiereza, mientras el otro se defiende, tapando todas las opciones de recibir golpes en la cara, que pueden ser, literamente, mortales, e intentando revertir la situación, a través de alguna llave a cuello o brazos de la que el rival no pueda escapar.

Los golpes de Barnett son muy duros. Los de Chris tampoco están mal, pero me parece que hay mucha más maldad en Josh. De todos modos, al exUFC le caen un par de patadas y rodillazos muy potentes.

Dickinson insiste con las dormilonas y similares, mientras Barnett busca la palanca al brazo. Así pasan los minutos de lucha muy muy real, muy física, y con mucho golpe, mientras el agotamiento va haciendo mella en ambos. Finalmente, los dos hombres se levantan, y se matan. Dickinson aplica un Suplex, seguido de una patada atroz, que provoca la ira del veterano. Barnett ataca con un par de golpes muy fuertes, y una gran Power Bomb. Ojo con el efecto que estos ataques, que se han banalizado tanto en otro tipo de empresas, tienen en un combate como este. Barnett continúa, pegando rodillazos, y deja KO a su rival con una patada. El referee no se lo piensa, y decreta el final de match.

Muy buena lucha, muy realista, y muy bien ejecutada. Quizás haya una parte de la afición que no entienda bien este tipo de matches, que necesite algo más entretenido, pero, para aquel al que le guste la técnica y el realismo, este combate es muy recomendable.

Puntuación: ****1/2

sábado, 4 de abril de 2020

Anthony Carelli vs Simon Grimm, GCW Josh Barnett's Bloodsport 2



Escribimos esto el 4 de abril de 2020, un día que debería ser festivo para el mundo del wrestling. Es el fin de semana de WrestleMania, y, en estos días, deberíamos tener montones de eventos de lucha libre sensacionales, de empresas como MLW, GCW, ROH, Impact Wrestling, así como muchas empresas independientes. En lugar de eso, el planeta entero se enfrenta a una crisis sanitaria cuyas consecuencias pueden ser desastrozas.

Ninguno de estos eventos se llevará a cabo, salvo WrestleMania, que se ha grabado sin público, y no tenemos ni idea de lo que va a salir. Para la mayoría de los luchadores del mundo, los luchadores cuya labor en el ring apenas les da para vivir, en estos momentos de cuarentena, sin eventos, además de temer a una enfermedad, tienen que temer la incertidumbre económica que produce el hecho de no tener derecho a realizar la actividad profesional con la que llevan el pan a casa.

La empresa Game Changes Wrestling, promotora independiente afincada en New Jersey, muestra uno de los productos más interesantes de la actualidad, y, en la semana de WrestleMania, siempre nos ofrece eventos geniales, en los que se mezcla la lucha de estilo shoot, con otros eventos más humoristicos, y apariciones de grandes leyendas de la historia del wrestling. Son tres de las cosas más guay del wrestling, y se ofrecen en estos shows, que suelen ser de lo mejor del año.

Este año, no vamos a tener, por ahora, este tipo de eventos. Por suerte para nosotros, el año pasado, GCW realizó dos ediciones del evento Josh Barnett's Bloodsport, pues repitió este tipo de show de estilo shoot, en el que el ring no tiene cuerdas, y los combates son muy duros y realistas. En el fin de semana de WrestleMania, se llevó a cabo Josh Barnett Bloodsport, evento del que comentamos un par de combates en su momento, destacando el match entre Minoru Suzuki y Barnett; pero, del show de septiembre, Josh Barnett Bloodsport II, aún no hemos podido hablar. Vamos a hacerlo ahora.

Ese show es muy bueno. Hay varias luchas en él, que merecerían estar aquí, aunque, como siempre, es la agenda la que determinará qué luchas podemos revisar, y cuándo podemos hacerlo. Hoy, al menos, vamos a reseñar un combate curioso por los hombres que se enfrentan en él: Anthony Carelli, al que todos conocemos como Santino Marella en WWE, se ve las caras en un combate shoot con Simon Grimm, que pasó por la empresa de los McMahon con el nombre de Simon Gotch.

Es genial ver a Santino luchar de esta manera. Porque él es un wrestler que pasará a la historia por su comicidad, por un personaje que, en modo heel o en modo face, causaba una hilaridad tremenda. Era uno de los pocos hombres distintos en WWE y siempre merecía la pena verlo, porque creaba cosas. Pero que nunca tuvo derecho a luchar de verdad.

Sobre Santino, ya se decía, en sus inicios en WWE, que tenía un background en Judo, que sabía luchar. Y, de hecho, en el programa Sunday Night Heat, programa que no veía nadie, se le podía ver pelear a ras de lona de una manera más que correcta. Pero ese no era su personaje. Salvo en la Elimination Chamber en la que participó y en la que estuvo a punto de vencer a Daniel Bryan, nunca le vimos tener un main event de calidad.

Y podríamos decir que es otro de esos luchadores que WWE malgastó, pero no creo que sea así. Puede ser que, como luchador, sea mucho mejor de lo que pudo mostrar en esa empresa, pero, en realidad, esa capacidad cómica, ese personaje, es oro puro, es mucho más raro de encontrar que la habilidad técnica, y da mucho más dinero. Creo que el paso de Santino por WWE, bastante largo, es muy bueno, y creo que aún todavía podría aportar cosas en la empresa, que se deshizo de él porque, supuestamente, tenía problemas físicos que le impedían luchar. Aunque así fuese, algo que obviamente no se comparece con el hecho de que tenga el tipo de matches del que hablamos hoy, podría jugar un buen papel como no-wrestler, pero WWE, como parte de las ridículas decisiones creativas que parecen no tener otro objetivo que destruir su propio producto, hace tiempo que eliminó, casi por completo, las figuras no-wrestlers, que tanto juego dan en las historias.

Santino, cuyo nombre real es Anthony Carelli, es un hombre que sigue muy vivo en su negocio, y que ahora, realmente, puede demostrar un interés en un estilo muy distinto al que le hizo famoso. Junto a unos socios, ha abierto la Battle Arts Academy en Ontario, Canada, cuyo nombre honra a la original promotora japonesa Battlarts de estilo shoot, en la que él tuvo la suerte de entrenar. 

También ha vuelto a practicar judo, consiguiendo buenos resultados en torneos, ha trabajado como comentarista en retransmisiones de este deporte, y ha sido nombrado, recientemente, Judo Canada's first official ambassador. No es de extrañar pues que, después de ser conocido como un italiano gracioso durante tantos años, ahora realice combates como el que comentamos hoy.

Recordemos también a su rival, que, en WWE, fue parte del equipo The Vaudevillains, que no tuvo mucho éxito en el roster principal, y que tuvo que abandonar la empresa después de tener bastantes problemas personales en backstage. Se ganó, pues, la fama de ser un idiota, y eso lo ha utilizado bien en empresas como MLW, para consolidarse como un rudo que no gusta a nadie.

Aquí se enfrentan en un combate totalmente shoot, que tiene lugar, básicamente, a ras de lona, y que parece real. Santino realiza derribos de judo realmente geniales, y, siempre, intenta aplicar una palanca al brazo, pero, de todas las maneras, Simon evita que eso se cierre. Este también tiene sus armas, intenta algunos Ankle Locks, pero la mayor parte del tiempo está a la defensiva. Después de muchos intentos, Anthony cierra su palanca, y Grimm se rinde sin dudar.

Buena lucha, muy realista, ruda, con forcejeos, movimientos de judo... parece un combate real. Carelli se muestra muy superior a su rival, que no se es que sea manco,

Puntuación: ****

viernes, 3 de abril de 2020

Shingo vs Bandido vs Jeff Cobb, PWG Battle of Los Ángeles 2018




Tras ver un par de luchas de la edición 2018 del torneo Battle of Los Ángeles, vamos a repasar la final. En ella, se enfrentaron Shingo Takagi, Bandido y Jeff Cobb.

Es interesante, dada la naturaleza de Pro Wrestling Guerrilla, y la mezcla de estilos y de luchadores de distintas nacionalidades que suele presentar la empresa, que estos tres tipos sean los que llegan a la final. Un japonés, un mexicano y un americano, muy buenos exponentes de cada nacionalidad, disputan el combate definitivo de este torneo, un combate que resulta bastante bueno.

Shingo es un luchador japonés muy duro, muy fan del strong style, mientras que Bandido es un highflyer enmascarado mexicano, de los que se están adaptando bien a la forma de trabajar de Estados Unidos. Por su lado, Jeff Cobb es un luchador americano, fuerte, y de gran habilidad técnica, que, aunque no es muy alto, hace siempre un gran papel  como monster heel. Así lo hizo en Lucha Underground, con el personaje de Matanza Cueto, que funcionó muy bien.

Aquí reproduce ese comportamiento. Sus dos rivales se unen contra él, para poder hacerle, apenas, frente. Pero Shingo no es muy leal, y en un par de ocasiones, traiciona a Bandido. Con su comportamiento, consigue que el enmascarado se alíe con el americano, para ir en su contra, y, así, Shingo termina eliminado.

Ahora sí que tenemos una batalla de David vs Goliat, en la que Jeff aplica slams tremendos, mientras que Bandido realiza comebacks aéreos impresionantes. En los últimos minutos de la contienda, el mexicano parece cerca de la victoria, con algunos ataques increíbles, que no parecen propios de él. Está a muy buen nivel, y el público le quiere mucho. Pero Cobb es un animal, y aplica dos Tour of the Islands, para ganar el torneo BOLA 18. 

Muy buena lucha, con dos fases bien diferenciadas: una triple amenaza con alianzas, storytelling e incluso un poco de humor, y un single match, con el clásico estilo de David vs Goliat.

Puntuación: ****

jueves, 2 de abril de 2020

Walter vs Shingo, PWG Battle of Los Ángeles 2018




Seguimos hablando sobre el BOLA 18, el gran torneo de Pro Wrestling Guerrilla, que en su edición de 2018, tuvo una de sus mejores versiones. En ese torneo, había gente de la calidad de Walter, Timothy Thatcher, Shingo Takagi, Jeff Cobb, Darby Allin, PCO, Bandido, David Starr o Joey Janela, que protagonizaron combinaciones muy interesantes.

En el anterior post, comentamos un combate de primera ronda, en la que se enfrentaban los dos miembros del Ringkampf. Hoy, nos vamos a semifinales, en las que el ganador de aquel match, Walter, se enfrenta al japonés Shingo Takagi.

Es una agradable sorpresa tener aquí a Shingo, luchador que estaba a punto, en el momento de participar en este torneo, de dar el salto a New Japan desde Dragon Gate, empresa en la que estuvo muchos años, haciendo cosas muy interesantes. Es uno de mis luchadores favoritos en Japón, y me pareció genial verlo enfrentarse a Walter.

Por desgracia, la lucha que tienen el japonés y el austríaco no me parece muy buena. Walter sigue en modo asesino, pero no es tan asesino como en su combate frente a su amigo, Timothy Thatcher. Donde hay confianza, da asco. Shingo, otro hombre de armas tomar, parece que, en algún momento, quiere castigar la pierna del gigante, pero decide ir a por él frente a frente, con sus mismas armas, y lo único que consigue es llevarse palos. 

Pero los aguanta todos, y consigue dar alguno propio, sin mucho éxito, en general. Sin que medie un gran comeback de por medio, pega un Lariato muy violento, tumba a Walter, y consigue que la cuenta llegue a tres, a pesar de que este intenta zafarse continuamente. No está mal la lucha, pero no me parece muy emocionante.

Puntuación: ***