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lunes, 26 de abril de 2021

Braun Strowman vs Shane McMahon, Steel Cage Match, WWE WrestleMania 37



Especial WrestleMania 37

Seguimos hablando sobre WrestleMania 37, el gran evento de WWE en 2021. La lucha que hoy toca comentar es una muy propia de este tipo de shows, la que mantienen Shane McMahon y el monstruoso Braun Strowman.

Shane es un tipo que genera división de opiniones. Hay mucha gente que lo odia, por su forma de luchar, estimo. Pero yo creo que es el tipo de luchadores que son marca de la casa de WWE, y que son imprescindibles para que una empresa como esta mantenga su esencia, pues siempre está metido en storylines, esto es, no lucha por luchar, no compite, cuenta historias, y el storytelling es lo que define a WWE, y lo que diferencia a esa empresa del montón de luchas aleatorias que se hacen por el mundo. Shane, aunque a la hora de la verdad no pueda mantener un combate de 5 estrellas, es, junto a The Miz, uno de los pocos luchadores que quedan que pueden generar narrativa, que pueden contar historias y justificar el interés de un combate, siendo este interés totalmente indiferente de las expectativas luchísticas: la gente quiere que llegue su próximo combate, para ver cómo le pegan una paliza, y en eso consiste el wrestling, y no en las valoraciones.

Shane estuvo fuera un tiempo, y volvió a televisión en plena pandemia, para ser el presentador de RAW Underground, una idea propia que quería mostrar algo distinto, una lucha más shoot, más realista y con luchadores menos conocidos. Eso no le interesó a nadie, porque la gente sólo quiere ver a estrellas, y se canceló, pero comenzó una historia entre Shane y Strowman quién, a pesar de no saber ni lo que es la lucha shoot, apareció en RAW Underground para atacar a todo el mundo.

Con el tiempo, Shane y Braun se volvieron a encontrar, y el gigante se sintió humillado por los juicios sobre su inteligencia que realizó el heredero del imperio McMahon. Fue atacado y humillado y, cuando tuvo que pelear con Shane, no pudo hacerlo, porque este fingió una lesión. Esa lucha, que estaba prevista para Fastlane, acaba formando parte de la cartelera de WrestleMania, que, obviamente, era el objetivo desde el principio, Como digo, es un combate, este, perfecto para WrestleMania, con mucho storytelling detrás, y en el que, por fin, después de muchos años sin historias, Braun puede contar algo a la altura de su personaje. Los tipos como Shane y como The Miz son los que forman a los grandes héroes.

Braun decide que la lucha sea una Steel Cage Match, que creo que es la primera en WrestleMania desde WrestleMania 2, cuando tuvo lugar el main event titular entre Hulk Hogan y King kong Bundy. En este caso, Braun quiere tener a Shane a tiro, y lejos de sus secuaces, Elias y Jaxson Ryker, que, no obstante, tienen su papel en el combate.

Braun es demasiado poderoso para McMahon, pero este aprovecha su poder en la empresa, para preparar trampas por todas partes. Usando objetos, le hace mucho daño en las piernas, y eso le da más oportunidades para huir, que es su objetivo. No lo logra, y prueba otras estrategias, porque tiene más objetos guardados, para partirle la cabeza a su oponente con ellos. Incluso utiliza un gran Coast to coast, pero su rival es mucho rival.

También sus aliados forman parte de su estrategia. Intentan ayudarle desde fuera, subiéndose en la jaula, pero son expulsados por Braun. Shane celebra, pues está bajando por la parte exterior de la estructura, pero el barbudo le agarra los dedos desde el interior, y revienta la jaula para meterlo para dentro. Lo lanza contra el metal, y lo tira desde la parte superior, una caída muy alta. Braun termina la función con su Running Powerslam. Victoria para él.

Como digo, este es el tipo de luchas que debe haber en un WrestleMania, y las que hace Shane cada vez que está presente en el magno evento: una historia bien trabajada, que crea audiencia en televisión e interés por ver una gran venganza en el PPV, y que, en este, presenta un combate que no es enorme en términos de lucha, pero que tiene una parte de storytelling narrativamente notable. Buen producto, y buena lucha, aunque no muy buena.

Puntuación: ***1/4

viernes, 23 de abril de 2021

The New Day vs AJ Styles y Omos, WWE WrestleMania 37


Especial WrestleMania 37

AJ Styles es uno de los mejores luchadores que tiene WWE, y el mundo entero. No obstante, en esta edición de 2021 de WrestleMania, y tras haber hecho historia el año pasado con su match frente Undertaker, AJ tiene un rol secundario, participando en un match por los RAW Tag Team Championships. Eso sí, este match tiene sentido por la historia de su mánager, Omos, el nuevo gigante que WWE quiere vender al público como invencible.

Este tipo de parejas son clásicas en WWE: un rudo veterano y muy hábil luchísticamente, que utiliza a un gigante rookie como mánager, de tal manera que el rudo sale reforzado en su personaje de tramposo, y el gigante tiene al mejor maestro posible. Es la historia, por ejemplo, de Shawn Michaels con Diesel.

Pero Omos es realmente impresionante. Debutó junto a Akira Tozawa y su equipo de ninjas, pero como aquella historia no era seria, pronto se le sacó, y se le puso en el lugar adecuado para sobresalir. Pero, lo realmente impresionante, es su altura: sobre el papel, es más alto que The Great Khali, y está al nivel de André the Giant, si bien es cierto que, como sabemos, WWE se inventa las alturas y los pesos de sus luchadores, y siempre los exageran. No sé si mide 2.10, o 2.20, pero en cualquier caso, es mucho más alto que sus rivales, y parece invencible de verdad. Además, a diferencia de los gigantes citados, este no sufre una enfermedad que le impide moverse con facilidad: corre bastante. Puede llegar a ser un miembro importante del roster, si se le usa bien y mantiene la cabeza en su sitio.

Sus rivales son los New Day, que sin Big E, vuelven a ser campeones. Pero tienen poco qué hacer en este combate: protagonizan una primera parte en la que dominan sobre AJ, mientras Omos espera con tranquilidad en la esquina, y cuando llega el Tag, este los destroza sin el más mínimo problema. Lucha correcta, que le da a Omos su primer título, y  una imagen imbatible.

Puntuación: **1/2

martes, 20 de abril de 2021

Seth Rollins vs Cesaro, WWE WrestleMania 37


Especial WrestleMania 37

Ya dijimos en anteriores artículos, que la edición 37 de WrestleMania es especial, porque vuelve a haber público en las gradas de WWE después de mucho tiempo sin él, pero no el suficiente como para tener muchas grandes estrellas, como las que se programaron el año pasado y que acabaron luchando, a cambio de millones, en un triste Performance Center vacío. Pero esto, a su vez, genera cosas muy interesantes y que no eran posibles otros años, como el hecho de que Cesaro tenga un combate individual en WrestleMania. Y no uno cualquiera: su rival es Seth Rollins.

Cesaro es Claudio Castagnoli, uno de los grandes luchadores de las últimas décadas en todo el mundo. Desde que llegó a WWE, no obstante, y a pesar de dar siempre buenos combates, no tuvo oportunidades en puestos principales, dado que Vince McMahon piensa que es un hombre muy soso, y que no es capaz de levantar pasiones, algo que posiblemente sea cierto. Ha hecho ya un millón de cosas en la empresa, pero no parecía posible verlo en posiciones de main eventer. Sin embargo, algún cable se ha cruzado en la cabeza de Vince, porque, ahora sí, Cesaro parece ser el elegido para convertirse en una estrella. Llega a WrestleMania para vencer a Seth Rollins y comenzar una rivalidad con Roman Reigns en Smackdown que le llevará a luchar por el Universal Championship por primera vez en su vida.

La historia es esa. Seth Rollins es un luchador muy consagrado, varias veces campeón, que ha tenido momentos estelares en WrestleMania. Venció a Triple H, a Lesnar y Reigns por el título, peleó con Owens, con Orton, disputó luchas en equipo con The Shield... Una carrera larga, mientras que Cesaro siempre ha estado atrapado en la división tag, y lo único mínimamente relevante que ha hecho en WrestleMania es ganar el André the Giant Battle Royal hace muchos años.

Rollins le ha recordado esta clara superioridad, mientras que Cesaro le respondió humillándolo con el uso de la Cesaro Swing, esa ruleta que marea a los rivales, dándole 22 vueltas. Y eso lo quiere reproducir en la lucha, buscándolo desde el principio.

La gente está muy a tope con Cesaro, en parte, porque Rollins es un tío muy asqueroso, así que buena parte del trabajo de poner over al europeo está hecho. El resto queda para la lucha, que, sin ser una gran lucha en términos de wrestling puro, resulta genial en lo relativo al estilo de WWE de contar historias,  que en este caso, es muy original. Cesaro busca sin parar la ruleta, y aplica muchos de sus ataques impresionantes. Se hace daño, no obstante, en el brazo derecho y en el costado, al ser lanzado contra el esquinero, lo que provoca que falle un par de veces, incluyendo el Swing, y eso permite a a Seth ir con todo contra él.

Cesaro sobrevive al Pedegree, y Rollins hace lo propio con varios Neutralizers. Así se lo hace saber con burlas. Ni el Swing ni el Neutralizer han servido de nada contra él. Le golpea duramente en la nuca, con dos golpes realmente dolorosos, y va a rematar a través del Curb Stomp. Sin embargo, en pleno vuelo, Cesaro lo transforma en un Uppercut, y vuelve a ponerlo a dar vueltas. Pero, esta vez, lo hace con su versión especial, esa que hace sobre sus hombros. La gente se vuelve loca. Supera su propio record con un Swing de 23 vueltas, y remata con Neutralizer. Gran victoria para Cesaro, que cumple el objetivo de ponerle muy over, de hacer que conecte con el público, y  que cuenta una historia bastante entretenida.

Puntuación: ***3/4

lunes, 19 de abril de 2021

Tag Team Turmoil Match, WWE WrestleMania 37


Especial WrestleMania 37

Seguimos con el repaso exhaustivo del evento WrestleMania 37 de WWE. Después de comentar el potente opener entre Drew McIntyre y Bobby Lashley, vamos con algo que da un poco de bajón: el Tag Team Turmoil por una oportunidad en la noche siguiente por el título femenino de parejas.

Normalmente, hay battle royales en WrestleMania, tanto masculinos como femeninos, para introducir en el gran evento del año al mayor número de luchadores posible. Sin embargo, con el COVID, meter a tantos tíos y tías juntos en un ring suena del todo inmoral. Por tanto, lo más parecido que tenemos este año a eso es un torneo por el título tag de mujeres, en el que comienzan luchando dos equipos, y cuando uno es derrotado, es sustituido por otro, hasta que se acaban los equipos participantes, y el que queda vivo es el vencedor.

Creo que la lucha es bastante mala por momentos. Sobre todo, en el primer choque. WWE, una vez más, hace honor, también en la división femenina, a su política de juntar a luchadores y luchadoras con los que no sabe qué hacer, para que hagan equipo. Lana y Naomi se enfrentan a Billie Jay y Carmella.

Recordemos que, en 2020, WWE separó al genial equipo que formaban Billie Kay y Peyton Roice, las Iconics. El objetivo parecía ser un push para la segunda. Pero el resultado, es el mismo de siempre cuando esta empresa hace cosas como estas: la pusheada está fuera de WM, y la no pusheada forma parte de un equipo mucho menos natural, para tener su último combate: ambas serían despedidas en la siguiente ola de despidos. Fuck You, Vince.

No he seguido la historia de Billie con Carmella, pero tiene pinta de ser graciosa. En cualquier caso, en este primer choque, hay demasiadas luchadoras de poca calidad, y por eso, nada sale bien. Kay y Carmella ganan.

Salen posteriormente The Riott Squad, que se sacrifican por el espectáculo, y ganan a Kay y Carmella, y al siguiente equipo, el que forman Dana Brooke y Mandy Rose, dos rubias fornidas y pechugonas con una equipación rosa muy explícita sexualmente. En ese tercer enfrentamiento, mejora un poco la cosa, pues Morgan y Riott hacen un gran esfuerzo para ganar, y continúan haciéndolo en la ronda final. Su arma principal es la Rana.

Las ganadoras son las luchadoras que salen en último lugar, las veteranas Natalya y Tamina, que empezaron su carrera como rivales, y ahora están juntas. Parecen dispuestas a apalizar a sus rivales, que son más débiles y están más cansadas, pero la verdad es que estas se sacan de la manga varios movimientos realmente peligrosos. Finalmente, las bombas de las grandotas marcan la diferencia. Natalya va a aplicar el Sharpshooter para terminar el enfrentamiento, pero, en última instancia, deja que sea Tamina la que remate con su Frog Splash, y da la sensación de que eso no estaba en el guión, y que la canadiense le hace un regalo a su amiga, que no ha tenido muchas opciones de brillar en su carrera. Buen gesto.

La lucha comienza siendo un desastre, pero las Squad acaban arreglándolo un poco.


Puntuación: **1/2

sábado, 17 de abril de 2021

Bobby Lashley vs Drew McIntyre, WWE WrestleMania 37


Especial Wrestlemania 37

WrestleMania 37, el gran evento anual en el mundo del wrestling, ha llegado, y pienso hacer un resumen extenso. Y no porque la edición de este año del show me interese especialmente (de hecho, me interesa menos que nunca), sino porque necesito coger carrerilla en esto de publicar en el blog, y no hay nada mejor para eso que ir viendo el mismo show poco a poco, sobre todo teniendo en cuenta que estimo que la mitad de las luchas serán poca cosa, y en tanto que tal, no requerirán de un gran trabajo en su revisión.

Y es que, yo publiqué el primer post de este blog en diciembre de 2010, si bien es cierto que anteriormente hice algún experimento con otros formatos. Así pues, esta web tiene más años que un bosque. Pero no fue hasta finales de 2014 cuando empecé a publicar con regularidad, y esto fue así porque pillé los reviews de todas las luchas de WrestleMania 25 y 26 que tenía en otro sitio, y las publiqué todas seguidas, una por día. Desde entonces, no pude parar de revisar luchas para el blog, lo cuál siempre me sirvió como vía de escape. Quizás, publicando todos los combates de WrestleMania 37, logre, ahora, algo similar.

Esta edición del evento es especialmente importante, porque es el primer show con público en WWE desde hace más de un año. La empresa quiso lograr una entrada de unas 40.000 o 50.000 personas, pero las autoridades tan sólo le dejaron vender 25.000. Así las cosas, aunque esto vuelve a ser una fiesta maravillosa, obviamente la recaudación no va a ser la misma que otros años. Eso sí, parece ser que WWE ha integrado todo su contenido en Peacock, la plataforma de streaming de la NBC, y quizás eso le de un impulso económico. Yo, por ahora, sigo teniendo mi WWE Network, no sé cuanto durará en antena a nivel internacional.

al igual que el año pasado, este WrestleMania está dividido en dos noches. Pero es un WrestleMania raro, sin la participación de demasiadas estrellas. Undertaker se despidió en el pasado Survivor Series, y ahora sí que parece definitivo. Tampoco está Brock Lesnar, que en situación de pandemia, no sale rentable, así que no tiene contrato con WWE; ni John Cena, ni Goldberg. Esta edición es un poco descafeinada en términos de luchadores a tiempo parcial, contando tan sólo con la presencia de Edge, Shane McMahon y el músico Bad Bunny, que no es mucho decir; pero no sé si esto es bueno o malo. Puede ser malo, en tanto que la parafernalia es lo que más me interesa de WWE, y ahora parece que incluso en eso está por debajo de AEW, pero quizás nos devuelva a tiempos de las WrestleManias 23 a 26, que presentaban las mejores combinaciones posibles entre luchadores, con un wrestling de buena calidad. Hay algunas cosas que tienen buena pinta y que no hubieran sido posibles si estuvieran estrellas de más nombre. Iremos comentándolo todo durante las próximas fechas.

El evento comienza con la lucha por el WWE Championship, lo que implica que el combate va a terminar con victoria ruda. Bobby Lashley se enfrenta a Drew McIntyre, en un match entre pesos pesados que bien pueden ser la nueva generación de grandes estrellas de la empresa, pero, por la posición que tienen en la cartelera, esta parece negarles ese derecho.

Drew ha tenido un gran reinado como campeón en 2020, pero no tenía público, y eso me producía dudas con respecto a la acogida que tendría en realidad. El público en carne y hueso es el único que tiene derecho a juzgar, porque es el que introduce la energía en las batallas. Y parece tener un gran cariño por el escocés, mientras que Bobby no genera el odio que debería, como es sabido.

Drew reinó durante todo 2020, pero perdió su campeonato en Elimination Chamber cuando Lashley posibilitó a The Miz cobrar su maletín de Dinero en el Banco. Me alegré del triunfo del Miz, que sigue aumentando su leyenda de gran rudo del midcard, con la historia que protagoniza en una nueva edición de WM. Lashley, después, derrotó a Miz y le quitó la correa, y eso parecía indicar que había otros planes para el mayor evento del año. Olía a un Lashley vs Lesnar en WrestleMania, y eso explicaba el reinado de transición del rudo, que se equiparaba a los que existían antiguamente, en tiempos de WWWF, cuando, cada vez que había que cambiar de héroe campeón, aparecía un rudo tramposo para hacer el trasvase. No obstante, no se supo nada de Lesnar, y es posible que el bajo aforo permitido sea la causa de eso. En su lugar, fue el propio Drew qel que retó a Bobby para el PPV, reto que a mí me dejó bastante indiferente. 

Porque ambos ya se habían enfrentado durante el año, así que esto no es muy especial. Parece una lucha propia de Impact Wrestling, no el main event de un WrestleMania. Es cierto que Bobby ha crecido mucho gracias a su equipo con MVP, que le aporta toda la personalidad y el carácter que a él le faltan, pero, aún así, da la sensación de que ni siquiera WWE confía en estos luchadores para tener una gran lucha en WM, y por eso están en el opener.

No creo, no obstante, que sea este opener un mal combate. Es un choque de pesos pesados muy fuertes, que empiezan peleando de manera muy stiff. Los golpes de Bobby son muy buenos. Tienen un par de problemas de conexión, y a veces parece que olvidan la coreografía, pero eso, con tipos con tanto peso, no queda mal. Drew reacciona a los ataques del Superman moreno con Suplexs.

Los dos luchadores parecen innovar con sus slams y movimientos, algunos de los cuáles, no han usado mucho. Drew tira de Suplexs, mientras que Bobby alcanza algún facebuster, y dos Spinebusters. El escocés parece interesado en el brazo de su rival, aplicando técnicas de MMA como la palanca al brazo y la Kimura, lo que le puede servir para debilitar su Nelson, y vuela por encima de la tercera, como si fuera Undertaker, pero se pega una buena torta (como si fuera Undertaker), porque Lashley y MVP no pueden sujetar semejante peso. Finalmente, busca su patada final, la Claymore, pero MVP le distrae (distracción que no queda del todo bien), para que Bobby lo atrape con su llave maestra. El retador es incapaz de soltarse durante un buen rato, y se rinde. Victoria para Lashley, y sorpresa para el público, que no se puede creer que Drew se haya rendido.

Como digo, esta lucha no es mala, y de hecho, ha gustado bastante, en general. Yo creo, eso sí, que le falta algo de ritmo, si bien el ritmo de Drew, su tempo, es bastante bueno, mientras que el de Bobby, que además es impreciso, y es incapaz de mostrar emociones, no lo es tanto. El combate se centra mucho en el spot, en el golpe contra la lona, y eso, con hombres tan fuertes, es lógico, pero no sobresaliente. A duras penas, le voy a otorgar un notable bajo, que no es poco, pero creo que le falta calidad para llegar a ser una gran lucha por el WWE Championship en WrestleMania.

Puntuación: ***1/2


lunes, 26 de octubre de 2020

Chris Jericho vs Fandango, WWE WrestleMania 29

 


Especial 30 Aniversario de Chris Jericho

En octubre del fatídico 2020, se han cumplido 30 años desde la primera vez que Chris Jericho se subió a un ring de wrestling de manera profesional. Tal y como hizo su actual empresa, AEW, estamos aprovechando la eventualidad para celebrar, y para comentar algunas cosas sobre él.

Después de hablar de la primera pelea de su carrera, aquella que mantuvo con Lance Storm en Canadá, hoy charlamos de un momento que no resulta muy digno, pero del que se habla comúnmente. Se trata de su derrota en WrestleMania 29 frente a Fandango.

Fandango es un personaje de luchador bailarín, que llevaba unos meses apareciendo en los programas de WWE, y que se había lanzado a atacar a Chris Jericho, por entonces, face, de manera violenta, animado por una musiquilla muy pegadiza. Eso los llevó a pelear a WrestleMania, siendo esa pelea la primera en WWE del personaje.

Pero no la primera del luchador. El tipo que hace de Fandango, es un luchador que, previamente, utilizaba el nombre de Johnny Curtis. Después de unos años en FCW, participó en la irrelevante cuarta temporada de NXT, resultando ganador. A esas alturas, y tras la salida del programa de Syfy, este tenía tan poca importancia que el ganador, Curtis, que tenía derecho a un match titular, lo gastó en un combate por los campeonatos en parejas junto a su mentor, R-Truth. 

Curtis no pasó del papel de jobber en Smackdown, y con razón. Posteriormente, desde finales de 2012, dio ese giro a su personaje, que, aunque debutó en live shows, no disputó ningún match frente a las cámaras hasta WrestleMania.

Jericho alucinó por el hecho de tener que pelear contra este mindundi a esas alturas de su carrera, y en un evento como WrestleMania. Él pensaba que podía ser mucho más interesante un combate frente a Wade Barret, que era Campeón Intercontinental, y que acabó en el preshow, porque Vince McMahon pensaba, según sus palabras textuales, que el Campeonato Intercontinental no le interesa a nadie.

Jericho quería proclamarse 10 veces Campeón Intercontinental, pero McMahon quería convertir a Fandango en una estrella. No hay manera de saber por qué a ese anciano se le ocurrió que Fandango podía ser un gran éxito, si incluso, como dice Jericho, las viñetas en las que participaba eran una bobada. Jericho incluso colgó el teléfono a Vince, enfadado. Este, le dijo que dominaría el 90% del combate, para luego acabar, y eso hizo pensar a Chris que, al menos, ganaría, pero no. Finalmente, la victoria se fue del lado de Fandango, que puede contar este hito como el combate más importante de su carrera.

Poco después, Fandango se convirtió en una broma, una canción pegadiza que el público cantaba como loco al aparecer el luchador. Cuando tanto la gente como Vince se aburrieron de la canción, Fandango desapareció, hasta que llegó a formar un dúo cómico junto a Tyler Breeze, que ha acabado en NXT. 

La lucha entre Fandango y Jericho en WrestleMania, sin ser mala, es bastante irrelevante, teniendo en cuenta el tipo de show en el que nos encontramos. El público recibe, eso sí, un match entretenido, de relleno, en el que aplauden a un ídolo, Jericho, y alucinan al verlo derrotado ante el chiquillo debutante, cuya entrada, con un coro de bailarinas, es mona.

Jericho domina la mayor parte del match, siendo superior, y utilizando sus movimientos de marca. La diferencia es grande, pero el canadiense encaja algunos golpes a la cara bastante buenos, que incluso le hacen sangrar. Fandango remata mediante su finisher, el Leg Drop volador, pero Chris lo resiste. Cuando está a punto de ganar, intentando conectar las Walls of Jericho, el héroe, que está más delgado que nunca, es atrapado en un paquetito que le da la victoria a Fandango en WrestleMania. La gente no se lo cree.


Puntuación: ***

miércoles, 23 de septiembre de 2020

Shawn Michaels vs John Cena, WWE WrestleMania 23


En los últimos días, hemos comentado un par de luchas recomendadas por lectores a través de la sección de comentarios, que es algo que todo hijo de vecino puede hacer si así lo estima oportuno. Hoy continuamos con esa misión, pues un fiel lector, The Comedian, refirió en su día la lucha entre John Cena y Shawn Michaels en el main event de WrestleMania 23. Es un combate muy conocido, así que no creo que sorprenda a nadie su presencia aquí. El el tipo de luchas que deben estar, sí o sí, en el blog, así que, hoy, cubrimos esa carencia.

Los primeros meses del año 2007 en WWE fueron bastante buenos. En el Road to WrestleMania, presenciamos el devenir de dos rivalidades titulares muy simétricas. Dos leyendas atemporales como Undertaker y Shawn Michaels, se enfrentarían en el magno evento del show más grande del año a las dos grandes superestrellas del momento: Batista (Smackdown) y John Cena (RAW). Las dos eran rivalidades entre Faces, así que estamos en un WrestleMania sin heels en los combates principales. Todo muy raro, y genial.

Undertaker ganó el Royal Rumble Match, eliminando a Shawn Michaels en último lugar. La verdad es que nada hubiera cambiado de cara a WrestleMania si hubiera habido un final en el último momento que hubiera alterado la identidad del ganador, puesto que el perdedor, Shawn, también luchó por un título en el magno evento. De hecho, creo que esa circunstancia se ha dado muchas veces, y no creo que sea casualidad. Pero Michaels ya había ganado dos veces la batalla real en sus años mozos, así que era el turno del Enterrador, quién, además, conseguiría su respectivo campeonato en el mayor evento del año. HBK, pues, se conformó con conseguir una oportunidad titular al derrotar a Edge y Randy Orton en una triple amenaza por la posición de Number One Contender. No es tan evocador, pero el resultado es el mismo.

Como digo, fueron dos rivalidades simultaneas entre faces, muy interesantes, pues se trabajaron los caracteres sin recurrir a nada sucio. Batista y Undertaker hicieron equipo varias veces, pero acabaron peleándose, pues había demasiada testosterona acumulada. Mientras que los dos tops de Smackdown se enfrentaban a dos rudos jóvenes pero bien posicionados como Mr Kennedy y MVP, Cena y Michaels se veían las caras con Edge y Orton, quitándoles los veteranos World Tag Team Championships. 

En No Way Out 2007, Batista y Taker se enfrentaron a Cena y Michaels. Los de Smackdown no mantuvieron la compostura, mientras que los de RAW supieron mantener la calma, y gracias a eso, se llevaron la victoria, a pesar de haber estado contra las cuerdas, gracias a la traición de Batista sobre su compañero. En lo relativo a RAW, aunque existía cierta tensión, por el momento, los contendientes se comportaban como caballeros.

Pero la batalla entre los cuatro legendarios guerreros se repitió en el programa de RAW previo a WrestleMania 23, un show en el que todas las rivalidades se prepararon de cara al PPV, incluyendo el Money in the Bank, y el enfrentamiento de millonarios entre Donald Trump y Vince McMahon. En el main event, los dos equipos se vieron una vez más las caras y en esta ocasión, fue Taker el que traicionó al Animal. Pero la cosa no acabó ahí. Al fin, Michaels sacó lo que llevaba dentro, y le pegó una Sweet Chin Music al Campeón de WWE, con un desprecio que concuerda con la actitud que demuestra en la lucha que mantienen en WrestleMania 23.

Una buena lucha, en la que Shawn se muestra muy superior la mayor parte del tiempo. Cena, que había entrado al estadio conduciendo un coche deportivo, de una manera muy espectacular, está a merced del veterano, que lo mira como si no valiera nada. John es el campeón, pero es el campeón de una era menor, de una categoría que no le llega ni a la suela de los zapatos a los tiempos en los que HBK batalló. O eso parece pensar este, que lo trata como a un niñato.

Shawn casi se ríe de él mientras aplica algunas llaves, y esquiva todo lo que lanza el musculado héroe. La fuerza de este es muy superior, pero Shawn elimina esa diferencia con su mayor conocimiento. E incluso se permite aplicar un Springboard Moonsault desde la segunda cuerda a la mesa de comentaristas.

Shawn le da una clase de wrestling a John, y este no consigue hacer prácticamente nada en buena parte de la batalla. Michaels se estrella contra el esquinero, y se abre la cabeza, así que, por primera vez, tiene un objetivo en la batalla.

Esta es una lucha entre un bruto que pega Clotheslines muy fuertes, y un veterano con mucho más conocimiento, pero también más soberbia. Es una pelea entre un perro y un gato. El félido consigue dañar la pierna del can, y disminuir su velocidad, pero tras sufrir esa herida, la cosa se complica para él.

El referee, que es Chioda, el veterano despedido en marzo de 2020, recibe una Sweet Chin Music, y queda fuera de juego. Cena empieza a buscar sus finishers sin parar, pero falla una y otra vez. Recibe un fuerte DDT, y un Piledriver asesino sobre los escalones de metal. Ahora también él tiene una herida en la parte posterior de la cabeza.

Pero Michaels tiene un problema: Cena tiene dos armas mortales que hacen demasiado daño como para soportarlas: el FU y el STF. Huye sin parar de ambos, pero acaba soportándolos. Tras varios STFs, se tiene que rendir, no hay otra. El público lo lamenta, porque estaba muy a favor del veterano. Cena retiene, en un muy buen main event.

Puntuación: ****

sábado, 18 de abril de 2020

Drew McIntyre vs Brock Lesnar, WWE WrestleMania 36




Si algo debe ser WrestleMania, The Showcase of Inmortals, es el lugar en el que pasan cosas importantes, en el que los luchadores se convierten en leyendas. Y es que, son muchos los casos de wrestlers que han ganado su primer título mundial WrestleMania. Entre ellos, están Rey Mysterio, Randy Savage, Batista, John Cena, The Ultimate Warrior, Shawn Michaels o Steve Austin. 

Pues bien, este año, en 2020, eso ha ocurrido en 2 ocasiones. La primera no estaba en los planes de WWE, pero ha pasado: es la victoria de Braun Strowman frente a Goldberg. La segunda, es la de Drew McIntyre frente a Lesnar.

Con estas dos victorias, los campeonatos vuelven a manos de trabajadores del día a día, dejando aparte a los luchadores temporales, que creo que no van a tener un papel muy importante en esta época de pandemía, en la que la empresa se está ajustando el cinturón presupuestariamente. Creo que no está tan bien, eso sí, que ocurran estas dos victorias al mismo tiempo.

Porque WrestleMania tiene que ser un sitio en el que se recuerde la ansiada y soñada victoria de una persona, como ocurrió con Kofi Kingston el año pasado. En 2020, ha ocurrido con dos luchadores, y ha ocurrido en circunstancias muy similares, con combates muy similares. Por no decir, que ha ocurrido sin público, y eso implica convertir un momento épico, en algo muy frío.

Yo no entiendo muy bien por qué WWE ha decidido ir por este camino con las dos luchas titulares. Me vale lo de Goldberg, porque es obvio que en la empresa no confían en su habilidad como luchador; pero, en el caso de Lesnar, dar un combate del mismo tipo, 24 horas después, quedó muy raro.

La cosa entre ambos empezó muy bien en Royal Rumble. Lesnar estaba llevando a cabo una absoluta masacre, pero llegó el escocés, y lo despachó a través de su excelente patada, el Claymore. Los dos luchadores se miraron durante largo rato. Parecía que no había rivales para Brock, que nadie podría hacerle frente. Entonces, apareció McIntyre, y ganó el Rumble. Da la sensación de que Vince ha elegido su nueva gran estrella.

McIntyre apareció por WWE hace 11 o 12 años. Un escocés alto, delgado e imberbe, que fue denominado por el propio Vince McMahon, como The Choosen One, el elegido, pues parecía tener un gran futuro. En sus primeros meses, tuvo bastante éxito, pero no pasó mucho tiempo hasta que los creativos de la empresa se aburrieron de él.

En esos primeros meses, no pudimos estimar nada demasiado llamativo en su estilo luchistico, y, sin embargo, fue cuando acabó en WWE Superstars, teniendo combates intrascendentes frente a gente como Jack Swagger, Low Ki o Chris Masters, cuando dejó ver una habilidad bastante notable.

Drew pasó a formar parte de 3MB, un stable humorístico que formaba con Heath Slater y Jinder Mahal, tipos cuya conexión era, simplemente, su estatus de jobbers. McIntyre y Mahal perdieron totalmente su identidad, aunque hicieron algunas cosas entretenidas. Los dos acabaron despedidos.

Pero los dos volvieron, tras un tiempo fuera, y mejorar mucho su forma física. En el caso de Drew, este se curtió mucho en territorios independientes, en EVOLVE, y en TNA. Mejoró en todos los aspectos, y volvió a WWE, con un físico y una actitud mucho mejores. Ahora, parece que lo tiene todo para ser una gran estrella.

Salvo, quizás, un poco de personalidad. Las grandes estrellas de WWE hasta ahora, tipos como Hogan, Austin, The Rock o Cena, eran personas con muchísimo carisma, hombres a los que siempre gusta oír hablar, y eso ayudó mucho a convertirlos en estrellas. Ya hemos visto en los casos de Roman Reigns o Becky Lynch, que convertir a personas en estrellas, para ponerlos a leer guiones escritos por un guionista mediocre de telefilm, no funciona. Se nota a kilómetros que no hablan ellos mismos. Temo que con Drew pase algo similar, porque ya he visto en él algunas de esas sonrisas, algunas de esas palabras escritas sin talento. 

Así, con un McIntyre que ya recibe buenas reacciones, pero sin nadie en las gradas para reaccionar a su victoria, llegamos a esta lucha titular, el main event de la segunda noche de WrestleMania. Drew empieza sacándose un Claymore de la nada, pero la cuenta no llega a tres. Ese finisher se está convirtiendo en algo aún más sorprendente que un RKO.

Lesnar consigue librarse del ataque del escocés, y lo introduce en Suplex City, para terminar con un F5. Pero la cuenta... ¡sólo llega a 1!

Segundo F5, y la cuenta llega a 2. Tercer F5, y la cuenta se acerca a 3. Lesnar se desespera, pero Heyman le recuerda que no hay prisa ninguna, que tenemos toda la noche. "All Night Long" grita Lesnar, pero, cuando busca otro F5, se come un Claymore. Dos más, y la victoria se va para McIntyre, que no puede creerlo. Tenemos nuevo campeón, y nueva estrella.

La lucha, de por sí, no está mal, pero deja mal sabor de boca, porque ya hubo una similar la noche anterior. Incluso la noche siguiente, en su lucha frente a Big Show, Drew tuvo un combate más digno. No sé por qué WWE hizo esto con Lesnar. A veces me pregunto si es que cobra menos por combates de este tipo. En fin.

Puntuación: **1/2

jueves, 16 de abril de 2020

Edge vs Randy Orton, Last Man Standing, WWE WrestleMania 36




Seguimos hablando de WrestleMania 36, el evento de WWE que fue grabado sin público y en dos noches, debido al problema, por todos conocido, de salud que somete a las naciones en 2020. Hay una cosa de la que es imprescindible hablar, y que ha quedado sepultada por lo ocurrido: el regreso de Edge a los cuadriláteros.

Como todo el mundo sabe, Edge se retiró en 2011, poco después de derrotar a Alberto Del Río en WrestleMania 27, para defender por última vez el World Heavyweight Championship. Una grave lesión le alejaba de los rings, aparentemente, de manera definitiva.

Pero el nacimiento de AEW ha tenido muchos efectos sobre WWE. Permitió a Daniel Bryan volver a luchar, y también se lo ha permitido a Edge, que tenía una oferta cerrada de la empresa de los Khan. Por supuesto, antes de un regreso, necesitaba permiso de los médicos, y todos se lo dieron. Parece ser que esa lesión se curó, y se le ve realmente en buena forma.

El regreso de Edge, es uno de esos que siempre se rumorean, y que no acabamos de creer. En SummerSlam 2019, le vimos aplicar un Spear sobre Elias, y eso nos dio una pista. Meses después, anunció que abandonaba el podcast que hacía junto a Christian. Esa fue la segunda pista. Finalmente, le vimos en Royal Rumble, y alucinamos.

Edge no ganó este Royal Rumble, pero estuvo cerca. La noche siguiente, apareció en RAW para hacer una promo, y se encontró con su viejo amigo, Randy Orton. Este le propuso reformar Rated R RKO, el tag team que alguna vez formaron. Sin que el canadiense tuviera tiempo de responder, Randy le aplicó un RKO, y, después, lo mató a sillazos, de forma psicopática, asustando y sorprendiendo al público asistente.

Durante semanas, Orton no quiso explicar por qué lo había hecho. Matt Hardy, en sus últimos días en WWE, salió a pedir explicaciones, y se llevó más de lo mismo, para así, poder hacer  su transición a AEW. Finalmente, fue la mujer de Edge, Beth Phoenix, la que se encaró con Randy.

Randy explicó que lo había hecho por ella, y por sus hijas, para devolverle a su padre. Culpó a Beth de todo, y se llevó un sopapo. Como respuesta, Orton aplicó RKO sobre Beth Phoenix.

Al fin, tras meses, Edge reapareció, curado del ataque, que no había dañado su vieja lesión, y, muy enfadado, en una promo muy sentida, retó a Randy Orton a un Last Man Standing Match en WrestleMania, que es el combate que comentamos hoy.

Ya hemos dicho que WWE llevó a cabo cosas muy distintas en este evento. Las luchas entre Undertaker y AJ Styles, y entre Cena y Bray Wyatt, son peleas muy interesantes y muy distintas a todo lo visto antes. Con respecto a la lucha entre Edge y Orton, se intenta innovar también a través de otro camino, pero creo que no funciona en igual medida.

Es un Last Man Standing, un combate en el que los luchadores recorren todo el Performance Center de WWE, peleando, brawleando, usando todos los objetos propios de cada espacio. La verdad es que en términos de ejecución, no está mal, los luchadores pelean bien, y realizan algún movimiento bueno. Lucha en los gimnasios, en los que Randy ahorca a Edge con una máquina para ejercitar los músculos, lo que recuerda a la muerte de Benoit. Y el final, encima de un autobus, está bastante bien. Edge gana, tras pegarle a su rival de la misma manera en que este le golpeó a él, con sillas.

¿Cuál es el problema? Que la lucha es enormemente aburrida. Es muy larga, dura 36 minutos, y muy silenciosa. Ya hemos dicho que no hay publico, pero es que, además, los comentaristas están muy callados. Pasan de todo, no son capaces de rellenar el tiempo con su voz, entre otras cosas, porque hay mucho tiempo en el que no pasa nada, muchos golpes, y, por tanto, muchos descansos, en los que uno o el otro están tirados en el suelo.

El caso es que esto empezaba muy rápido, y es sorprendente que acabe durando tanto, porque Randy, nada más empezar, sorprende a Edge con un RKO de la nada, gracias a que estaba disfrazado de Camera-Man. En cuanto suena la campana, aplica otro RKO. Si, después de esto, se hubieran ido al gimnasio, y hubieran acabado, directamente, sobre el bus, la lucha estaría bastante bien. Pero se hace eterna, muchos ratos aburridos en los que no pasa nada y a mí me cuesta mucho mantener la mirada sobre el combate. Extraña decisión creativa.

Puntuación: **3/4

domingo, 12 de abril de 2020

John Cena vs Bray Wyatt, WWE WrestleMania 36




Seguimos hablando sobre WrestleMania 36. Vamos a comentar otra de las extrañas luchas que tuvieron lugar en ese evento, y que sólo se justifican por las condiciones excepcionales en las que vive el mundo, que, entre otras cosas, han provocado el cierre definitivo de la XFL, la liga de fútbol americano de Vince McMahon, un antiguo sueño del dueño de WWE, que estaba teniendo un paso por televisión bastante bueno, y que, por los motivos que todos los conocemos, ve imposible su continuidad, destruyendo de forma aparentemente definitiva la ilusión de este hombre.

La lucha de la que hablamos hoy, es el Match que disputan John Cena y Bray Wyatt, un Firefly Fun House Match. Durante semanas, nos preguntamos en qué consistiría este combate, si sería algo parecido al House of Horrors Match que disputaron Bray y Randy Orton hace unos años. Ahora sabemos que no tiene nada que ver, este combate no se parece a nada que hallamos visto antes.

Aquella lucha entre Randy y Bray no funcionó muy bien, igual que el combate entre Bray y Matt Hardy en la casa de este, que no resultó tan llamativo como los matches de Matt en TNA. No es un problema de calidad, la diferencia es que TNA grababa sus programas, mientras que los de WWE son en directo. Si haces pagar a miles de personas 50 dólares, o más, por una entrada, esas personas no quieren ver algo grabado en una pantalla; eso pueden hacerlo en su casa, así que sus reacciones no son positivas. Por eso creo que, en circunstancias normales, WWE descartó la opción de llevar a cabo segmentos de este tipo demasiado largos.

La actualidad es muy distinta. Hoy, lo que parece inapropiado, es llevar a cabo luchas normales, sin público. Por eso hemos tenido estos combates en WrestleMania, y parece ser que la lucha entre Johnny Gargano y Tommason Ciampa, en el último programa de NXT y en sustitución de lo que debería haber sido el Takeover previo a Wrestlemania, ha sido similar. Ya veremos qué nos depara el futuro en este aspecto.

Cena y Wyatt se enfrentaron hace 6 años. Parece increíble que haya pasado tanto tiempo, pero así es; la carrera de Bray, sin darnos cuenta, en sus distintas etapas, es ya muy rica. El caso es que entonces, el heroico Cena derrotó al líder de The Wyatt Family, un enemigo cuyo mensaje en contra de la adicción a los héroes por parte del ganado, le venía como anillo al dedo. Tras WrestleMania, Cena derrotó a Bray en un Last Man Standing, que comentaremos en el próximo post, porque parece apropiado para este momento.

En 2019, nació The Fiend, una nueva personalidad de Bray que quiso vengarse de todos aquellos que habían humillado al pobre Wyatt original. De hecho, lleva una horrible cabeza de Bray, que parece un experimento de Josef Mengele. Wyatt perdió el Campeonato Universal ante Goldberg, aunque, en cierta medida, a través de sus mensajes en Twitter, dio a entender que se había dejado ganar, para poder enfrentarse a John Cena en WrestleMania, y acabar su obra redentora.

En estos meses, The Fiend ha hecho daño a muchos de los rivales que tuvieron rivalidades con Bray: Daniel Bryan, Kane, etc. Pero Cena es su principal objetivo, y la lucha que dan en WrestleMania es muy consecuente con esta historia.

Si en el caso del match entre Undertaker y AJ Styles, tuvimos que dejar claro que, aunque fuera un combate como tal, no podíamos darle nota, por el nivel de posproducción que soportaba, en este caso, ni siquiera podemos decir que esto sea un combate. Me parece un producto cinematográfico excelente, una especie de experiencia onírica que recorre varios momentos de la historia de WWE y de lka carrera de John Cena, y que es terriblemente entretenida y evocadora, pero no es un combate.

Narrativamente, este es un producto notable, por las capas semánticas que incluye. John Cena, se presenta en el Performance Center para enfrentarse a Bray Wyatt, pero es transportado a la Firefun House por arte de magia. En su persecución de Wyatt, se encuentra en diversos escenarios que repasan, básicamente, su vida.

Lo vemos en un segmento en el que se encuentra con el muñeco de Vince McMahon, que amenaza con despedirle, y nos recuerda ese concepto que muchos tenían de Cena como la marioneta de Vince. Por orden del Chairman, llega al ring, emulando su primer combate en WWE, con su primera equipación, frente a Kurt Angle, pero, esta vez, no consigue golpear a su oponente, que es Bray, a pesar de gritar, mil y una veces, como hizo entonces, "Ruthless Aggression". De hecho, Wyatt le pregunta si es esto lo que quería hacer con su vida, y muestra imágenes del pequeño John  jugando a la lucha libre cuando era pequeño. ¿Soñaba con se un esclavo que nunca tuvo derecho a disfrutar de verdad de su éxito?

El siguiente segmento tiene una estética ochentera. Nos trasladamos a un programa clásico de Saturday Night Main Event, en el que Cena y Bray tienen una conversación muy del estilo de esa época. Aquí subyace la idea de que el pobre John, como gran héroe de la empresa, siempre fue comparado con Hulk Hogan. Sólo fue un héroe estereotipado de tantos que ha habido en la empresa. John levanta pesas sin parar, hasta que se rompe los brazos, y no puede golpear a Wyatt. También fracasa en su misión de ser el nuevo héroe de Vince.

Cena vuelve al ring, con la ropa del Doctor of Thuganomics. Entona una canción con la que intenta humillar a Bray, como hizo siempre en su etapa de rapero. Tras sus intentos de humillación, Bray le responde que no es un héroe, que es un bully, una persona horrible, que se ha convertido en "El Hombre", gracias a sus bromas y burlas, gracias a pisotear a sus compañeros. Cena se lanza a por Wyatt, pero este desaparece, y a su espalda, aparece de nuevo, golpeándolo con una cadena en la mano, algo muy propio del Cena de la época.

Ahora es el antiguo Wyatt el que habla, desde su silla. Recuerda su rivalidad con John, el momento en WrestleMania, en el que estuvo a punto de vencer a través del Sister Abigail, mientras todo el público cantaba eso de "The Whole World In His Hands". Se suponía que Cena era hombre de la gente, pero nadie cantaba a su favor. Eso despistó a Bray, que cometió el mayor error de su vida. El Sister Abigail se convirtió en un Attitude Ajustment, y la victoria se fue para el lado de John Cena. Es hora de arreglar eso.

Bray está sentado en su silla, en el ring, mientras John está confuso. Bray advierte: "Run". Corre para atacar a Cena, y le golpea de nuevo. Cena esquiva el Sister Abigail. Ahora, Wyatt le ofrece una oportunidad: le recuerda el error que cometió hace 6 años, al no golpearle con una silla, y acabar con todo definitivamente, dejándose llevar por la ira, y pasándose al lado oscuro. Esta vez sí que lo intenta, pero Wyatt desaparece. Suena la música de WCW Monday Night Nitro.

Todo esto tiene mucho sentido. Porque, durante muchos años, buena parte de los fans esperó un Turn Heel de John Cena que nunca ocurrió. La NWO estaba todavía muy reciente. Si alguien podía llevar a cabo una gesta como la creación de aquel stable, ese era el héroe Cena. Pero nunca ocurrió, y esa rivalidad frente a Wyatt en 2014, fue la última oportunidad de que pasara.

Wyatt está en el ring, imitando a Eric Bischoff, miembro bocazas de la NWO. Recibe a un Cena en un modo Hollywood Hulk Hogan, tocando el Air Guitar como aquel. Pero Cena vuelca toda su ira contra él. Al fin, en este onírico turn heel, suelta todo lo que lleva dentro. Vemos imágenes de algunas de sus derrotas más dolorosas, incluido el momento en que CM Punk huyó con el título de WWE. Pero, de pronto, la víctima de sus golpes no es Bray, sino el cerdo de juguete que forma parte de su cuadrilla. Detrás de Cena aparece The Fiend, que, ahora sí, aplica el Sister Abigail, mientras suenan las palabras del propio Cena, sobre su victoria hace 6 años. Fiend ahoga a Cena, y el Wyatt normal hace el conteo.

Victoria para The Fiend en este combate, o lo que sea. Vemos a Titus O'Neal, que ha sustituido a Rob Gronkowski como host, que se ha proclamado campeón 24/7 un rato antes. Titus dice que no sabe qué acaba de ver, y yo tampoco, No sabría darle una nota. Pero me ha gustado mucho.

Puntuación: -

viernes, 10 de abril de 2020

Braun Strowman vs Goldberg, WWE WrestleMania 36




Seguimos hablando sobre el evento WrestleMania 36, uno de los eventos de wrestling más raros de la historia. En la noche 1, Braun Strowman derrotó al Campeón Universal, Goldberg, para convertirse en Campeón por primera vez en su carrera. Este es un hecho histórico, algo que todo el mundo esperaba, aunque creo que todos estamos de acuerdo en que no es así como debería haber pasado.

En febrero de 2020, todo ocurría con normalidad. Bray Wyatt era Campeón Universal, y todo apuntaba a que se tendría que enfrentar a Roman Reigns en WrestleMania 36. WWE volvió, entonces, de improvisto a Arabia Saudita, y contrató a Goldberg, una vez más, para una lucha, que siempre vende bien en el país oriental.

Parecía claro que perdería, y que el retador por el título saldría del evento Elimination Chamber, en el que tendría lugar, según los anuncios locales, un Elimination Chamber Match con tal propósito. WWE planeaba que Roman Reigns, se proclamara como Campeón Universal en WrestleMania, y tuviera el gran reinado que aún no ha podido tener. Dada la Leucemia que pasó, el público ahora reacciona mucho mejor a su presencia.

Sin embargo, acabar el show con Roman Reigns derrotando a Bray Wyatt, podía ser una idea fatal. La gente quiere mucho más al monstruo enmascarado. Es posible que el efecto positivo de la Leucemia desapareciera. Entonces, WWE decidió que Goldberg derrotara a Wyatt en Arabia, y fuera él el objetivo del odio de los insatisfechos fans de Internet. Así pasó: por primera vez en su carrera, la gente odiaba a Goldberg.

El plan de WWE funcionó a la perfección. El día después de que esto ocurriera, Roman tuvo un careo con Bill, y sin que mediara lucha de por medio, se cerró el combate titular para WrestleMania. Reigns partía como favorito de los aficionados en una lucha titular.

Entonces, se intensificó la crisis del Coronavirus, y Roman Reigns decidió mantener la cuarentena, por el riesgo para su salud. Como hemos dicho, hace poco más de un año, Roman Reigns superó una Leucemia, y ha estimado que su situación es de riesgo. No conocemos exactamente qué tipo de Leucemia sufrió, pero sí que sabemos que lo del año pasado fue una recaída. Dependiendo del tipo de enfermedad que tenga, y del tratamiento y control seguidos, efectivamente, puede ser que su sistema inmune no esté al 100%, y que tenga nódulos linfáticos afectados, y en tanto que tal, toda precaución es poca.

WWE estuvo esperando hasta el último segundo, por si Roman cambiaba de opinión, y por eso, no trabajó en lo más mínimo ninguna historia alternativa. Así, Braun Strowman se presenta como sustituto en el combate titular, sin que haya una sola promo, un careo, ni un sólo vídeo en el que se comparen las carreras de campeón y aspirante. Es una pena que su proclamación como campeón ocurra así, y también es una pena para la imagen de Goldberg.

Ni siquiera se puede decir que Braun lo merezca, dentro del Kayfabe. Fuera de él, es obvio que Strowman lo tiene todo para ser una gran estrella de WWE, pero, en las historias llevadas a cabo por la empresa, lo último que ha hecho ha sido perder el Campeonato Intercontinental ante Sami Zayn. No es un gran mérito para luchar por el título principal de Smackdown. 

De hecho, Braun Strowman se acercaba, un año más, a un WrestleMania sin nada importante que hacer. El boxeador Tyson Fury, que tras su lucha en Arabia frente al Monster Among Men, volvió a triunfar en el mundo del boxeo, haciendo historia, al derrotar a Deontay Wilder y convertirse en Campeón Mundial WBC, ha confirmado que tenía previsto participar en WrestleMania. Es posible que hicieran algo juntos; si no enfrentarse, quizás sí hacer equipo.

El caso es que, entre Goldberg y Roman, teníamos una historia. Unos careos, unas palabras en los últimos días, e incluso algún encontronazo ya viejo en algún programa de RAW. En los últimos meses, incluso se pelearon por Twitter, cuando Roman, sin venir a cuento, hizo una comparación que no recuerdo, en la que dijo que algo así como "Es tan estúpido como golpearse la cabeza antes de salir al ring". Esto es una clara alusión a Bill, que hace eso mismo antes de cada salida al escenario, y que, en última instancia, le provocó una conmoción cerebral que estropeó su combate ante Undertaker.

Goldberg contestó, muy educadamente, que ese procedimiento le había permitido, durante toda su carrera, salir ahí fuera con el estado de animo apropiado, ánimo que podía contagiar al público fácilmente, produciendo unas reacciones maravillosas. Goldberg no se atrevió a  decirlo, pero yo sí: la crítica venía de alguien como Roman Reigns, a quién el público ha pitado toda la vida, y que ha necesitado una Leucemia para que dejen de hacerlo. Quizás debería aprender del veterano.

Pero ni Tyson Fury, ni Roman Reigns están en WrestleMania. Es un wrestleMania de mínimos, en el que, varias bajas, han tenido que ser suplidas por gente de NXT o... por nadie. Así, tenemos a Braun Strowman y a Goldberg llegando a un ring vació, sin historia, sin gente, sin nada. Goldberg consigue aplicar 4 veces el Spear, pero Braun sobrevive. Ahora es él el que consigue aplicar 4 veces el Running Power Slam, y gana. Su poder es mayor que el de la leyenda.

Poco más se podía esperar de esto, la verdad. Es un combate lógico. Uno ha demostrado que su técnica final es más poderosa que la del otro, así que ha ganado. Pero creo que WWE está abusando de este tipo de combates, en las luchas de Lesnar y de Goldberg.

Puntuación: **1/2

jueves, 9 de abril de 2020

The Undertaker vs AJ Styles, WWE WrestleMania 36




Es hora de comenzar a hablar de WrestleMania 36, el mayor evento del año en el mundo del wrestling, que en este 2020, ocurre en unas circunstancias muy particulares, únicas en la historia, y que, por tanto, es testimonio de su tiempo. Esto no sólo es historia del wrestling; es historia del mundo.

Ocurre a principios de abril de 2020, la gran semana anual del wrestling. Como cada año, eventos deportivos como la Super Bowl o el All Star de la NBA, tuvieron lugar con total normalidad, mientras una amenaza se cernía sobre el mundo entero: un virus nacido en china, se dice que transmitido, de alguna manera, de animales endémicos a humanos, se ha propagado como la pólvora a pesar de los esfuerzos de los países por contenerlo, que en la mayoría de los casos, han sido insuficientes, por el temor a las consecuencias económicas que acciones más contundentes podrían implicar sobre cada uno de los estados, y por la falta de colaboración entre los mismos.

Hoy en día, es tarde. El ser humano se defiende panza arriba sin demasiado éxito, mientras la enfermedad mata a miles de personas cada día. La principal arma que los gobiernos han encontrado para paliar su lentas medidas y la falta de colaboración de los miembros más mezquinos de sus sociedades, es encerrar a todos los humanos en sus respectivos hogares, a riesgo de que, si no los mata el virus, quizás lo haga el hambre.

En un contexto como este, parece casi trivial hablar de un banal espectáculo como el wrestling, pero el show debe continuar. Muchas empresas quebrarán, pues no pueden, desde hace un tiempo, llevar a cabo espectáculos en vivo. Empresas televisivas como WWE y AEW siguen en el aire con versiones de su programación muy disminuidas, realizando combates sin público que, obviamente, no funcionan, y bajo la sospecha de que las medidas de confinamiento que impongan los estados, pronto, harán imposible hasta grabar programas de la manera en que se está haciendo. 

De hecho, es comprensible que así sea. Ya hemos visto que Japón fue uno de los primeros países en tomar este tipo de acciones en el mundo. Todos los espectáculos cesaron, y la gente se metió en sus casas. 15 días después, volvieron a hacer vida normal, con excesiva celeridad. Pudimos ver, de hecho, unos cuantos shows de wrestling celebrados en el país. Como consecuencia de ello, nuevos brotes de coronavirus se dispararon. Demasiado pronto. Japón ha parado otra vez.

Aún así, estamos viendo cosillas. Hemos visto algunos eventos en estos días en Japón, vemos los programas grabados de Impact, MLW, AEW o WWE, y hemos podido ver algunos eventos sin público en México, que buscan abastecer a luchadores y promotores a través de las donaciones que los aficionados hacen telemáticamente. Pero, pronto, quizás ni esto tengamos.

El arte siempre ha convivido bien con las restricciones; con las restricciones morales, políticas o técnicas. Fiedrich Nietzsche nombró alguna vez al artista como un bailarín encadenado, poniendo en valor la manera en la que esas cadenas, esto es, esas restricciones, no hacen sino obligar al artista a innovar, a buscar soluciones, a hacer cosas nuevas. Eso es, en cierta medida, lo que ocurrió con WrestleMania.

WWE, por primera vez en su historia, dividió WrestleMania en dos noches. Ya había hecho, en su segunda edición, aquello de dividir wrestleMania en tres sedes, pero, al final, eran tres partes de un mismo evento. Esta vez, tenemos dos shows, que se justifican, por un lado, por la imposibilidad de realizar un NXT Takeover, un Hall of Fame, y otros productos que la empresa vende normalmente en el finde de WrestleMania, y, por otro lado, porque tenía muchas cosas preparadas para WrestleMania, y determinó que muchas horas seguidas de wrestling sin público podían ser insoportables.

Seguramente así sería. Los single matches sin público son muy sosos, aunque hay que decir que los combates normales en estos programas van mejorando poco a poco, hasta el punto de que hay varios bastante buenos. También se llevaron a cabo luchas titulares muy cortas, que no dieron pie a aburrir a nadie, y tres combates un poco fuera de lo habitual, que son los más interesantes.

Por un lado, tenemos el esperado enfrentamiento entre Edge y Randy Orton. Muchas luchas en estos shows tuvieron estipulaciones, que ayudaron mucho, y ese fue el caso de esta, que fue un Last Man Standing que recorrió todo el Performance Center, y que creo que no iba mal, si no fuera porque duró una eternidad innecesaria.

Además de esto, cada una de las partes del PPV tuvo un combate especial, un combate grabado previamente, con elementos de ficción cinematográfica muy interesantes. En ambos casos, no podremos darles nota como tal, como ocurrió con las luchas del Broken Universe de Matt Hardy, puesto que hay edición y producción más allá de las simples posibilidades deportivas de los competidores, así que no sería justo. Pero es importante reseñar las luchas, porque, oficialmente, son combates. De todos modos, aunque no podamos darles una nota que pueda considerarse definitiva por parte de este blog, podremos señalar una nota "no oficial", que, en realidad, tiene el mismo valor que la otra.

Vamos a hablar de Undertaker y AJ Styles. El match entre ellos gustó mucho, fue realmente genuino, y pasará a la historia. Me parece maravilloso que Undertaker, a estas alturas de su carrera, todavía haya podido participar en un momento como este, y que haya podido agrandar su leyenda una vez más. Porque, más allá de los grandes combates, que también son importantes, lo que más resuena en el subconsciente colectivo son los grandes momentos, las grandes historias, y Undertaker tiene, sin duda alguna, más momentos de este tipo que nadie, desde sus primeras rivalidades frente a Ultimate Warrior y Hulk Hogan, a los que introducía en una bolsa de cadáveres, hasta este match en un cementerio frente a AJ Styles, pasando por decenas de cosas increíbles, como la Hell in a Cell frente a Michaels; la jaula frente a Mankind en la que lo lanzó desde la parte superior en dos ocasiones; el momento en el que ahorcó a Big Bossman; el primer Casket Match frente a Yokozuna, en el que resucitó después de ser asesinado por muchos hombres; el primer Buried Alive Match, en el que fue enterrado vivo y acabó sacando la mano al final del show; su serie de combates frente a Shawn en WrestleMania; su serie de combates frente a Triple H en WrestleMania; sus rivalidades frente a Kane; el American Badass; sus rivalidades frente a Batista y Edge; el Streak en WrestleMania; y tantas cosas... Vaya carrera.

Pero, en los últimos años, se ha puesto en duda su capacidad, y eso le obsesiona. Es un hombre de vieja escuela, de los que todavía quieren dar buenos combates, y se esforzó mucho durante toda su vida por eliminar sus carencias, y mejorar en todos los aspectos de un luchador. Por eso, no quería retirarse con el mal sabor de boca que dejaron algunos de sus últimos combates.

A riesgo de no volver a luchar, se sometió a operaciones muy importantes. Volvió, físicamente, mejor que en mucho tiempo, pero, pronto, se topó en el ring con un Goldberg conmocionado que le dejó en ridículo. En cierta medida, pudo librarse de ese estigma, al tener un buen Tag Team Match en Extreme Rules 2019, pero, desde entonces, no hemos podido verle luchar, más allá del ChokeSlam que le aplicó a AJ en Super Showdown.

Se hablaba de que, este año, al fin, podríamos ver un Taker vs Sting, pero parece ser que el Deadman no quiso volver a exponerse a la posibilidad de hacer el ridículo. Quería tener un buen combate, y para eso, Kurt Angle le recomendó a AJ Styles.

El Deadman respeta a Angle. De hecho, siempre quiso enfrentarse al Campeón Olímpico en WrestleMania. Estuvo a punto de hacerlo en 2006, pero cambiaron los planes, pasando la lucha entre ellos a No Way Out. El resultado fue una de las mejores batallas en la carrera de ambos. Ahora, Angle le ha recomendado al fenómeno un match frente al fenomenal, para, así, volver a la senda del buena hacer.

Undertaker no tendrá, al menos por ahora, la posibilidad de tener un combate en tales circunstancias. No podrá dar una lucha normal, en la que probar, fuera de toda duda, que está en buena forma. Pero ha tenido este interesante combate, en el que, más allá de la parte física, que es más fácil de esconder, puede demostrar que es un enorme contador de historias. Quizás, WWE debería aprovechar la coyuntura, para realizar, ahora sí, su rivalidad frente a Sting, dentro de este formato. Podría ser genial, aunque ambos luchadores, por su edad, están ya casi en grupo de riesgo, así que no es muy conveniente hacerlos salir de sus mansiones.

La rivalidad entre AJ y Taker no ha estado mal, y ha dado pie al retorno del American Bad Ass. Styles la ha centrado mucho en la transformación del Enterrador en los últimos años, en el abandono de su personaje, para comportarse como una persona normal, poner selfies en Instagram, etc. De esto, AJ Styles culpa a la mujer del Taker, la luchadora Michelle McCool.

Me gusta esta historia, porque estoy de acuerdo con lo que dice Styles. Y si ha sido promovida en WWE, es porque, seguramente, hay gente en la empresa que comparte esa opinión. En los últimos años, ese gran trabajo que había hecho Undertaker durante toda su vida, de mantenerse siempre en el Kayfabe, de no salir de ahí, ha sido tirado por tierra, principalmente, por las necesidades de su mujer de llamar la atención, de tener redes sociales como todas las figuras públicas, y compartir soplapolleces para tener muchos fans. Encima, ha metido al Taker en eso, un tipo que tiene 20 años más que ella, que ahora incluso twittea fuera del kayfabe. 

Taker realizó una promo realmente buena, en el programa de RAW previo a WrestleMania. Edge dice que su promo no fue guionizada, que dijo lo que quiso, y es probable que Undertaker hiciera lo mismo. A ambos se les vio muy naturales. 

Mientras que Styles defiende que el Enterrador no es lo que fue, que está mayor, que ha perdido toda la grandeza de su personaje mágico, para caer en esa banalización gracias a su mujer, Taker dice que Styles es un cobarde, que pudo estar en WWE mucho antes, pero esperó. Esperó a que se fueran todos los grandes: Austin, The Rock etc, porque les temía. Pero Undertaker todavía está aquí, y va a hacer pagar a Styles haber faltado al respeto a su mujer.

Se dice que las palabras de Undertaker pudieron ser un poco hirientes para el backstage, dado que, a su manera, menospreció a las estrellas actuales, en favor de las leyendas de otros tiempos, algo que, por otro lado, hace WWE a todas horas. La promo fue natural, estuvo bien, y, además, forma parte de ese regreso del American Bad Ass, que se confirma con la llegada en moto del Undertaker al cementerio donde tiene lugar su batalla frente a AJ Styles.

Como digo, esto es una película, más que un combate de wrestling, pero las acciones, la mayor parte del tiempo, pueden considerarse lucha. No tengo claro que haya cortes entre escena y escena, y los efectos especiales que se producen, son muy físicos, son parecidos a los que tienen lugar en las arenas en directo, cuando Undertaker o Kane, hacen "su magia". Aún así, es más que probable que haya elementos introducidos más allá del mérito de los luchadores.

Llega un coche fúnebre al lugar. Se saca un féretro, con la marcha funebre del Undertaker de fondo, y de él, sale AJ, riendo, burlesco. De fondo, escucha la Harley del de su rival. La producción enfoca a la carretera, con un plano alto, y vemos a la leyenda llegar en su moto.

Como decía, este combate sigue la línea de narrativa de ficción en la lucha, que marcaron previamente Lucha Underground, o Matt Hardy, tanto en TNA como en su rivalidad con Bray Wyatt en WWE. Pero el nivel de esto es muy superior, todo es muy profesional, de mucho nivel. Está muy bien hecho, y la aportación de los luchadores, en los diálogos que se entablan, sin guión alguno, aporta mucho a la historia.

Los luchadores brawlean por los escenarios, y sobre los coches. Taker pega un golpe, que es esquivado por su oponente, lo que provoca que reviente la ventanilla de un coche, hiriéndose en el brazo. También Styles sale mal parado, pues parece que se rompe un dedo al golpear a su rival.

Esto es un Boneyard Match, pero para ganar, la cosa funciona de la misma manera que en un Buried Alive Match. Creo que el cambio de nombre responde a la situación sensible por el número de muertos que hay como resultado de la pandemia del COVID-19. Junto a la zanja cavada para el correspondiente cadáver, hay una excavadora, para lanzar la arena. El Enterrador lanza a Styles al agujero, pero no puede echarle la arena encima, porque llegan los lacayos de The Original Club.

Luke Gallows y Karl Anderson juegan su importante papel aquí también. Su entrada ocurre con un cambio musical muy interesante. Como digo, la producción es notable. Se enciende una luz en un establo, y de él sale un montón de hombres encapuchados, para enfrentarse a Undertaker. No son muy fuertes, pero resultan una buena distracción para que el tag team de calvos ataque al veterano gigante. Ahora es Styles el que llega por la espalda, para romperle un ladrillo en la cabeza al Taker.

Tanto la gesticulación como las palabras que sueltan ambos son muy buenas. Styles le pregunta a Taker por Michelle, le llama viejo y le dice que no se levante, mientras que este le llama "hijo", e "hijo de perra", y le recuerda que está luchando con un viejo acabado, irónicamente.

Styles se burla de su oponente, de su edad, de lo que ha sido de él. Debe hacerle un favor al mundo, dice, y desaparecer, puesto que ya no es lo que era, todo el poder del antiguo Enterrador ha desaparecido. Le pega con una pala, y cae al agujero.

AJ arranca la excavadora, para lanzar la arena, pero, a su espalda, aparece una luz, y de ella, sale el Enterrador. Esto es interesantísimo, y se refuerza cuando Undertaker invoca, momentos después, unas llamas. Parte de esta historia es que Undertaker ha perdido su magia, que sólo es un hombre viejo, que pone fotitos y tonterías en Instagram, por culpa de su mujer. Pero, con estas acciones, Undertaker demuestra que sigue siendo un ser mágico.

En el tejado del establo, Undertaker lucha contra The Original Club. Lanza a Gallows por los aires, y aplica Tombstone Piledriver sobre Anderson. Se enfrenta a AJ, y lo lanza con un ChokeSlam hacia abajo, a unos 3 metros de altura.

Undertaker sigue hablando. Le pide a AJ que vuelva a nombrar a su mujer. Le pregunta si recuerda su nombre. Le recuerda que ha puesto en duda su legado. Lo coge en brazos, lo trata con condescendencia. Mientras AJ pide perdón, él le pregunta qué es lo que siente. Le dice que sea un hombre, le mesa el cabello, y le da un abrazo. Le da la espalda y finge irse, pero vuelve, le pega un Big Boot, lanzándolo al hoyo. Se sube a la excavadora, y lanza la arena. Tan solo una mano sobresale del montón, que recuerda a la del propio Taker en el Buried Alive Match que disputó en su día frente a Mankind.

Undertaker descubre la lápida, en la que está escrito el nombre de su derrotado rival. Se sube a su moto, y mientras suena su música y salen llamas del establo, se va.

Grandísimo combate. No sé si es un combate de wrestling, aunque me consta que la mayor parte de las acciones son legítimas, y están hechas bajo las reglas del wrestling, si bien en un decorado muy preparado, y con una producción audiovisual muy importante. Creo, eso sí, que tiene menos cosas ilegítimas que las luchas de Matt Hardy en el Broken Universe, que parece que volverá próximamente en AEW.

No puedo poner nota al match, por ese nivel de posproducción, pero puedo decir que, si se la pusiera, seguramente le daría unas ****1/2. Por todo lo mencionado, por el storytelling, y por la psicología mostrada por los luchadores, hablando y reforzando la historia con sus diálogos, me parece un producto maravilloso.

Puntuación: -

sábado, 23 de noviembre de 2019

Trish Stratus vs Mickie James, WWE WrestleMania 22




Seguimos repasando luchas de Trish Stratus, celebrando su carrera, ahora que ha tocado a su fin de manera oficial. Tenía ganas comentar su rivalidad con Mickie James.

Hablamos del año 2006, en la última etapa de su carrera como luchadora regular de WWE. Mickie James había debutado en la empresa, como una gran fan, obsesionada con ella, acosándola incluso en la ducha. La rivalidad tenía un toque homoerótico, pues James besó a su ídolo varias veces. Esto convirtió la historia en algo distinto, muy recordado por todo el mundo.

Además, fue una historia que llevó a un combate en WrestleMania. Esto también es digno de mención, porque, en esa época, las luchas femeninas en WrestleMania, si no eran luchas grupales o de 2 minutos, apenas tenían la más mínima importancia. 

Esta historia fue buena, y fue importante para los fans. No hay la más mínima indiferencia aquí. Finalmente, ante los desprecios de Trish y su victoria titular en New Years Revolution, y dada su amistad con Ashley, Mickie fue enloqueciendo, y la atacó sin piedad. Incluso llegó a secuestrar a Ashley, y a atarla, para ofrecerla como regalo a Stratus.

Así llegan a enfrentarse en esta edición de WrestleMania. Trish comienza la lucha con mucha intensidad, lanzándose con la violencia que la rivalidad marca como apropiada. Pero, en ringside, falla una patada, pegándosela al poste.

El trabajo de las mujeres aquí, una vez más, es encomiable. No hay ninguna intención de lucirse o sobresalir; lo que buscan es contar la historia que se ha preparado. Fit Finlay les enseñaba bien, y ellas siempre cumplían, a pesar del pequeño hueco del que disponían. Todo lo contrario de lo que vemos en las estrellas del wrestling contemporáneo.

Mickie hace un gran trabajo sobre la pierna de Stratus, con todo tipo de llaves y artimañas, mientras que la campeona vende el dolor como si estuviera totalmente coja. Tiene sus comebacks buenos, pero Mickie se lo pone difícil.

Es raro, pero el público está con la ruda. Realmente, ha disfrutado la historia contada durante los meses previos. Stratus, a pesar de su lesión, consigue asestar algunos ataques desesperados, pero, cuando parece que se acerca a la victoria, Mickie la pilla desprevenida, primero, agarrándola de sus partes, como si se tratara de Donald Trump, y después, desde el suelo, haciéndola caer sobre su rodilla. Con ese golpe en la cabeza, una patada la deja KO. Victoria para Mickie, que se convierte en Women's Champion.

La historia continuaría en programas posteriores, hasta el punto de que la pobre Mickie seguiría enloqueciendo, y creyendo ser la propia Trish. Un segmento con el novio de la rubia secuestrado estuvo muy bien.

Puntuación: ***1/2

sábado, 12 de octubre de 2019

Shawn Michaels vs Razor Ramon, WWF WrestleMania 10




El Intercontinental Championship de WWE ha cumplido 40 años de existencia en septiembre de 2019, y la empresa no ha perdido la oportunidad para publicar documentales especiales, vídeos y todo eso. Y nosotros tampoco la perdemos.

Estamos publicando un pequeño especial con tres luchas en las que el Campeonato Intercontinental estaba en juego. En el primer artículo de ese especial, comentamos una genial batalla entre Bret Hart y British Bulldog, en la que un campeón, Hart, al que se le había dado la correa como parte de un push que le convertiría en Campeón Mundial, se enfrentaba a un hombre que luchaba en su país natal. Así, Bret cedía el cetro, de cara a cosas mejores, mientras que Bulldog protagonizaba uno de los mejores momentos de su carrera.

Es un gran combate para el Título IC, como lo es la lucha que comentamos hoy: Shawn Michaels defiende el campeonato ante Razor Ramon en WrestleMania X, en la primera lucha de escaleras de la historia. Un combate, además, que recibió muy buenas críticas, en tanto que introducía novedades muy interesantes para la industria. Aunque, en realidad, hubo una lucha de escaleras antes de esta, entre Shawn y Bret, en el 92, que nunca fue emitida, si bien hoy se puede visualizar.

Es el año 1994. Shawn Michaels es un gran rudo, que lleva a Diesel (Kevin Nash) consigo, como mánager y guardaespaldas. Esta es una lucha, en realidad, en la que se determina el Campeón Indiscutido Intercontinental, porque ambos portan la correa.

En otoño del 93, el Campeón, Michaels, fue desposeído del campeonato, por no defenderlo. Este fue ganado por Razor Ramon, en una Battle Royal, pero HBK se negó a admitir ese cambio titular. En WrestleMania, en esta Ladder, se determina quién es el verdadero campeón. Recordemos que los dos, en cualquier caso, volverían a verse las caras en otra ladder, año y medio después, en SummerSlam 1995.

Esta es una buena lucha, pero, vista en 2019, no puede ser considerada, ni de lejos, una lucha de 5 estrellas, como se dijo entonces. Es, eso sí, un buen combate, pero ha sido superado con mucho, y desde la perspectiva actual, lo que entonces se consideró innovación, es el día a día.

La cosa empieza con una expulsión de Diesel, por atacar a Ramon en ringside. Esto es una Ladder, y no hay descalificación, así que no sé muy bien con qué derecho hace eso el referee, el eterno Hebner. Pero es algo que alegra al público.

Hay buenos spots, golpes duros con las escaleras, lanzamientos de estas, caídas sobre cuerdas muy dolorosas, y vuelos de Shawn. También hay un momento en el que Razor le tira del bañador a este, para que no consiga su objetivo, y se queda con el culo al aire. WWE lo censura, pero el público se vuelve loco. 

Michaels intenta agarrar, de nuevo, las correas, pero es lanzado contra las cuerdas, y se queda atado en ellas. Cuando se suelta la pierna, se le engancha el brazo. Mientras tanto, Ramon sube las escaleras, y agarra las correas. Victoria para él.

La lucha es buena. Se hace un buen uso de la estipulación, y el público reacciona muy bien a lo que ve. Pero, como digo, en 2019, si eliminamos la parte de innovación que caracteriza a la lucha, no está a la altura de otras cosas que hemos visto desde entonces.

Puntuación: ***1/4