Seguimos repasando luchas de Trish Stratus, celebrando su carrera, ahora que ha tocado a su fin de manera oficial. Tenía ganas comentar su rivalidad con Mickie James.
Hablamos del año 2006, en la última etapa de su carrera como luchadora regular de WWE. Mickie James había debutado en la empresa, como una gran fan, obsesionada con ella, acosándola incluso en la ducha. La rivalidad tenía un toque homoerótico, pues James besó a su ídolo varias veces. Esto convirtió la historia en algo distinto, muy recordado por todo el mundo.
Además, fue una historia que llevó a un combate en WrestleMania. Esto también es digno de mención, porque, en esa época, las luchas femeninas en WrestleMania, si no eran luchas grupales o de 2 minutos, apenas tenían la más mínima importancia.
Esta historia fue buena, y fue importante para los fans. No hay la más mínima indiferencia aquí. Finalmente, ante los desprecios de Trish y su victoria titular en New Years Revolution, y dada su amistad con Ashley, Mickie fue enloqueciendo, y la atacó sin piedad. Incluso llegó a secuestrar a Ashley, y a atarla, para ofrecerla como regalo a Stratus.
Así llegan a enfrentarse en esta edición de WrestleMania. Trish comienza la lucha con mucha intensidad, lanzándose con la violencia que la rivalidad marca como apropiada. Pero, en ringside, falla una patada, pegándosela al poste.
El trabajo de las mujeres aquí, una vez más, es encomiable. No hay ninguna intención de lucirse o sobresalir; lo que buscan es contar la historia que se ha preparado. Fit Finlay les enseñaba bien, y ellas siempre cumplían, a pesar del pequeño hueco del que disponían. Todo lo contrario de lo que vemos en las estrellas del wrestling contemporáneo.
Mickie hace un gran trabajo sobre la pierna de Stratus, con todo tipo de llaves y artimañas, mientras que la campeona vende el dolor como si estuviera totalmente coja. Tiene sus comebacks buenos, pero Mickie se lo pone difícil.
Es raro, pero el público está con la ruda. Realmente, ha disfrutado la historia contada durante los meses previos. Stratus, a pesar de su lesión, consigue asestar algunos ataques desesperados, pero, cuando parece que se acerca a la victoria, Mickie la pilla desprevenida, primero, agarrándola de sus partes, como si se tratara de Donald Trump, y después, desde el suelo, haciéndola caer sobre su rodilla. Con ese golpe en la cabeza, una patada la deja KO. Victoria para Mickie, que se convierte en Women's Champion.
La historia continuaría en programas posteriores, hasta el punto de que la pobre Mickie seguiría enloqueciendo, y creyendo ser la propia Trish. Un segmento con el novio de la rubia secuestrado estuvo muy bien.
Puntuación: ***1/2