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martes, 5 de abril de 2016

AJ Styles vs Chris Jericho, WWE WrestleMania 32



Todo el mundo le está dando duro a WrestleMania. También es cierto que todos odiaban la cartelera antes de que el evento empezara, y por tanto, las opiniones sobre las luchas las tenían pensadas bastante antes de verlas. Yo estoy intentando ver el show sin prejuicios, aunque tampoco la cartelera me emociones, y mucho menos el main event.

El Kick Off estaba formado por 3 luchitas, normaluchas, de programa semanal, pero no malas. La ladder estuvo entretenida, y ahora vamos con un AJ - Jericho, que malo no va a ser, se empeñe quien se empeñe.

La rivalidad entre Styles y Y2J ha sido larga. Salio de la nada. Jericho volvió a la acción en el Royal Rumble, misma batalla en la que debutó AJ. Ambos hicieron un buen papel, con un Jericho en el rol de face, que tan mal se le da, y del que no ha sacado nada bueno en los últimos años (en los que tampoco ha luchado mucho, dicho sea de paso).

El día siguiente a Royal Rumble, tuvimos una pequeña luchita entre los dos en Raw. Volvieron a luchar dos veces más cada vez un poco mejor, pero siempre lejos de un MOTYC. Después de un saldo de 2-1 para AJ, Jericho tuvo que aceptarle en las Grandes Ligas.

Ya como amigos, comenzaron a hacer tag, hasta que Jericho acabó traicionándole, volviendo a su personaje ruín. Como el plan de enfrentarle a Ambrose en WrestleMania se anuló, para que este luchara frente a Lesnar, la rivalidad contra AJ acabó alargándose hasta WrestleMania, pero ya con más odio, con más psicología.

Y de nuevo, esta lucha es un poco mejor que las anteriores. Jericho es malo, y eso siempre es bueno. Y lucha más psicológicamente, buscando ataques a la cara, preparando su Code Breaker, y aplicando Murallas cuando puede. Los primeros minutos son del canadiense, mientras que AJ pone los movimientos más espectaculares.

Hay muchos intentos de conteo rápidos, pero Chris está más impreciso que antes. Aún así, la lucha es buena, Y2J queda muy dominante, no consigue ganar con su Code Breaker, pero resiste bien el face buster, seguido del Styles Clash. Parece una leyenda, de las que es imposible vencer, después de resistir dos impactos grandes en el estómago seguidos.

Jericho consigue aplicar un segundo Code Breaker, cuando Styles volaba hacia él, llevándose la victoria en el combate. Una lucha bastante buena, la mejor de la serie, que se queda a un poquito de convertirse en MOTYC.

Puntuación: ***3/4

domingo, 3 de diciembre de 2023

AJ Styles vs Rey Mysterio vs Edge, WWE Smackdown 12/05/2023

 

Hace unos días, comentamos que se había celebrado el 25 aniversario del comienzo de la carrera de Edge en un programa de Smackdown, y que en el main event de ese show, tuvo lugar el que podría ser el último combate del canadiense en su carrera. Él ya ha dicho que WWE le ha hecho una nueva oferta y que no sabe qué hacer; desde luego en términos físicos rinde muy bien. Ya veremos. Al menos, para celebrar ese cuarto de siglo peleando, además del combate frente a Sheamus del citado show, vamos a revisar la triple amenaza que disputó frente a AJ Styles y Rey Mysterio en mayo.

Esta pelea forma parte de un Torneo por el nuevo WWE World Heavyweigth Championship. Y es que, como sabe el lector, la empresa da muchos bandazos en lo respectivo a sus decisiones. A veces quiere tener los rosters de los distintos programas separados, y otras veces lo quiere juntos; a veces quiere tener dos campeonatos mundiales, y a veces uno solo. Es así desde 2001, cuando se trajo la correa del World Heavyweight Championship de la WCW al comprar esa empresa. En diciembre de 2001, se unificaron los títulos de WWF y WCW, cuando Chris Jericho derrotó a Steve Austin, dando lugar al Undisputed WWF Championship, que fue el título principal de la empresa hasta agosto de 2002, cuando el campeón Brock Lesnar se negó a defender su título frente a luchadores de RAW, y se creó para ese programa el World Heavyweight Championship con la correa de WCW, mientras que el campeonato indiscutido pasó a llamarse WWE Championship, ya que había ocurrido el renombrado de la compañía en ese periodo. Mucho después, en diciembre de 2013, tendría lugar una nueva unificación, después de que el WWE Champion, Randy Orton, derrotara al World Heavyweight Champion John Cena. Entonces, el campeonato principal de la empresa pasó a llamares WWE World Heavyweight Championship, en primera instancia con las dos correas, y después, tan solo, con la de WWE.

Unos años después, las ideas de los bookers de WWE volvieron a virar violentamente. Se quería tener, de nuevo, dos campeonatos, y por este motivo se creó el Universal Championship, una correa sin la más mínima gracia, que volvió a unificarse con el WWE Championship en 2022 con la victoria de Roman Reigns en WrestleMania, que debía ser presentado como el gran superhéroe de la empresa. De hecho, las historias de Roman son tan importantes y tan potentes, que dejan en segundo lugar al título, sobre todo porque parece imposible que lo pierda. Así pues, era menester uno nuevo, así que se ha vuelto a dar vida a un nuevo World Heavyweight Championship, aunque por desgracia no se usa la correa clásica, que tanto nos gustaba a los viejos que la recordamos en cinturas legendarias. Para decidir al primer campeón, se desarrolló un torneo en el que pariticiparon 12 luchadores, emparejados en cuartos de final en cuatro Triples Amenazas. Pelearon, pues, Damian Priest, Seth Rollins, Shinsuke Nakamura, Cody Rhodes, Finn Balor, The Miz, Austin Theory, Bobby Lashley, Sheamus, y los tres protagonistas de la lucha que comentamos: AJ Styles, Edge y Rey Mysterio. En la final del torneo, Rollins vencería a AJ para convertirse en el primer y único hasta el momento portador de este cetro.

Una lucha entre AJ, Edge y Mysterio es un match de ensueño, sin duda. Son tres leyendas con bastante historia entre ellos, aunque nunca ha habido una rivalidad entre Styles y Rey como debería. Espero que la desarrollen antes de que se jubile uno de los dos. Esta es una lucha a tres en la que los tres saben lo buenos que son, de tal manera que, en última instancia, tratan de crear los grandes spots de siempre, a tres bandas. Es un combate muy entretenido, que quizás se ve un tanto ensuciado por un botch al final del mismo. Después de un 619, Rey se lanza sobre Edge, mas dónde debería ser recibido por un Spear, acaba chocando con su cuerpo torpemente, porque Edge no reacciona como debería. Rey sí que lo vende como si hubiera recibido un poderoso finisher, mientras que AJ ataca con su Phenomental Forearm sobre el canadiense, para así clasificarse para la siguiente ronda.

En el tiempo que ha transcurrido entre que empecé a escribir este post y que lo terminé, Edge debutó en AEW. Hablaremos sobre eso.


Puntuación: ***1/4

miércoles, 2 de febrero de 2022

30 Men Royal Rumble Match, WWE Royal Rumble 2022



Vamos a revisar las dos batallas reales del evento Royal Rumble 2022 de WWE. En ambas, hay sorpresas y ganador final relativamente inesperado. Empezamos por la edición masculina.

Esta edición tiene varias cosas interesantes, si bien creo que no es muy buena en términos de puesta en escena. De hecho, la primera mitad de la misma (o dos tercios, si se quiere) resulta bastante insoportable. Un año más, WWE no se ha dignado a escribir historias para que tengan lugar a lo largo de la hora de pelea; se ha conformado con llenar el ring de tíos en gallumbos, algo que era interesante cuando existían los personajes de verdad, mientras que ahora, como todos los luchadores son más o menos iguales, no hay demasiado que rescatar.

Y ni siquiera hay leyendas del pasado que hagan apariciones especiales, algo imprescindible para prender la llama en este tipo de acontecimientos. Sí que los hay en la versión femenina; entiendo que, tras las olas de despidos de los últimos meses, la empresa ha vuelto a su estado de 2017 en lo respectivo al roster femenino. Por eso esa batalla resulta mucho más entretenida que esta. En la versión masculina, gozamos de la aparición de dos estrellas de la farándula (algo es algo) y un final un poco más brillante.

Styles quería celebrar que han pasado 4 años desde su debut, precisamente en Royal Rumble. En esta ocasión, sale con el número uno, y es el protagonista de los primeros minutos de pelea, si bien acaba siendo expulsado del ring de manera irrelevante. El segundo gran protagonista es el enorme Omos, que entra para limpiar un poco el ring, pues este estaba lleno de Don Nadies (meter tag teams en RR es una política que siempre resulta decepcionante para el público). Pero antes de eso, vemos entrar al ring a Johnny Knoxville, un personaje televisivo famoso en USA, creador de Jackass. Se pelea con Sami Zayn, pero acaba recibiendo finishers de varios luchadores, para ser eliminado por el Helluva Kick de El Genérico. Nada más ocurrir esto, el canadiense es expulsado asimismo por Styles.

Como decíamos antes, Omos aparece para causar el caos, sacando fuera a varios rivales. Parece invencible, mas la entrada de Chad Gable resulta fatal para su causa. Con su inteligencia superior, une a todos los luchadores en contra del gigante, que es rematado por su antiguo mentor, el propio AJ. Así acaba la amenaza de Omos. Esto resulta lo más interesante de cuanto ocurre durante la primera mitad de la pelea.

Los minutos pasan, algunos luchadores entran, y otros salen. Cuando Madcap Moss y Happy Corbin se juntan, consiguen hacer daño en equipo. y eliminar a luchadores como AJ. La cosa se anima un poco cuando llega Drew McIntyre, tras vencer a su lesión, y derrota a los dos payasos en cuestión. Por si acaso, les pega una buena paliza también fuera del ring.

Durante años, hemos dicho que resultaba increíble que los spots al límite de Kofi Kingston siempre salieran bien en el Rumble. Pues bien, el de este año sale mal. El luchador es lanzado fuera por Sheamus (creo), y se engancha a la barrera de protección. Pero la caída es demasiado fuerte, y sus pies tocan el suelo un instante. Es imposible verlo a simple vista, y WWE podría haber defendido que no había tocado, si no hubiera ofrecido una toma en la que se viera todo. Pero toca, y WWE sigue sus reglas: Kofi es eliminado nada más llegar, sin ofrecer su locura anual. Otra cosa mal.

El aburrimiento continúa, hasta que se anima un poco con la llegada de Bad Bunny, quien ya participara en Wrestlemania, con buenos resultados. Una vez más, aplica varios movimientos a la perfección, y se apoya en un hispano hablante, Rey Mysterio, para permitirle aplicar un 619. En lugar de la habitual aparición sorpresa que no aporta nada, Bad aguanta en el ring un buen rato, lo que tiene su mérito. También lanza fuera a Sheamus y Dolph Ziggler, que 15 años después, sigue aquí, no haciendo nada.

Los tres últimos participantes continúan con el gran trabajo de Bunny para animar la pelea. Con el 28 llega inesperadamente Shane McMahon, que se encuentra con un clásico rival: Kevin Owens, y lo elimina. Con el 29 entra Randy Orton, que tras 20 años peleando, sigue generando una reacción del público enorme (quizás la mayor de la noche), y entra para hacer equipo con su amigo Riddle y eliminar varios rivales con diversos RKO. Con el 30 entra Brock Lesnar, y el estadio se viene abajo.

Lesnar llegó a este show como Campeón de WWE, pero perdió el título ante Bobby Lashley, debido a la interferencia Roman Reigns. Ahora que lo vemos aquí, sabemos lo que significa: el capítulo final de la rivalidad entre ambos en el mayor evento del año. 

Entre pitos del respetable, Lesnar elimina a Orton, y aplica F5 al pobre Bad Bunny. Por eso aguantaba tanto el... ¿cantante?, para recibir el mayor ataque del mundo, algo que, supongo, se repetirá mucho en televisión. Lesnar continúa con la destrucción, hasta que se queda solo frente a Drew.

La verdad es que el final no es muy dramático: carece de emoción, tal y como ocurre en la batalla femenina. Estos dos tipos, que ya se vieron las caras en WrestleMania, se enfrentan, y la victoria se va para La Bestia, sin excesiva dificultad. Así termina un Royal Rumble aburrido como ninguno, pero un poco mejor en su parte final. A partir de la salida de Bad Bunny, pasan muchas cosas.

Puntuación: ***1/4


sábado, 29 de febrero de 2020

Bobby Lashley vs R-Truth vs Andrade vs Erick Rowan vs AJ Styles vs The Undertaker, WWE Super Showdown 2020




Volvemos a Arabia Saudita, país en el que actualmente se celebran un montón de eventos deportivos de carácter internacional, y entre ellos, dos shows de WWE anuales. En 2020, se adelanta la llegada de las superestrellas de la empresa a medio oriente, probablemente para evitar el extremo calor sufrido en años anteriores, en los eventos de primavera o verano.

Esto implica que este show tiene lugar en plena campaña del road to WrestleMania. Así, y tal como comentaba en el review de Royal Rumble, WWE enlaza tres shows muy importantes y muy lucrativos, en poco tiempo, lo que le permite utilizar a leyendas de una forma muy provechosa, y armar sus rivalidades a través de los PPVs.

Si en WrestleMania 35 la empresa renunció a usar a gente como Undertaker, Cena o Godlberg, y se centró en cosas bastante interesantes pero más relativas a las estrellas del día a día, como La rivalidad entre Kofi Kingston y Daniel Bryan, o el primer main event femenino de la historia, parece ser que este año no va a pasar lo mismo. La temporada de WrestleMania es la temporada alta de WWE, y las audiencias tienen que subir, aunque sea durante un par de meses. Además, ahora tienen que subir la de los dos programas, Raw y Smackdown, mientras que en épocas pasadas, los esfuerzos se centraban en el show rojo. De esta manera, es casi segura ya la presencia en WrestleMania 36 de Goldberg, Lesnar, Undertaker, Cena y Edge, quienes, además, no se enfrentarán entre sí, sino que lo harán contra las estrellas del roster actual, lo que es bueno tanto para leyendas, que podrán tener combates más dignos, como para estrellas, que reforzarán su imagen gracias a participar en historias de importancia.

Así, en Super Showdown, tenemos la presencia de Undertaker, Goldberg y Lesnar, como plato previo a WrestleMania. Pero, finalmente, los tres se dedican a ganar combates a través de poco más que squashes, lo que ha enfadado mucho a los fans, como siempre, obsesionados con la idea de que los jóvenes deben ganar. Lo cierto es que el bookeo en este sentido ha sido excesivo. Dan ganas de matar a Vince.

En cualquier caso, lo ocurrido en Super Showdown dará pie a interesantes rivalidades de cara a WrestleMania, y a segmentos televisivos muy remarcables, con todas estas figuras involucradas. Yo no me estresaría mucho por la calidad de los eventos de Super Showdown, ni por los cambios titulares. Habrá gente que odie el hecho de que Goldberg sea el nuevo campeón, pero, en estas fechas, lo único que importa es cuadrar una cartelera para WrestleMania, y, con las cosas que han pasado en Arabia, está cuadrada, y es interesante.

La velada comienza con un Guantlet Match por un trofeo especial de estos que WWE se inventa para los eventos de Arabia. Es el Tuwaiq Trophy, y los participantes, seleccionados casi aleatoriamente, son Bobby Lashley, R-Truth, Andrade, que vuelve tras sanción, Erick Rowan, AJ Styles y Rey Mysterio, que sustituye a Rusev.

Es un tipo de producto raro, que no tiene mucho que ver con lo que hace WWE normalmente, nunca interesada en torneos ni trofeos. Pero esto es Arabia, y es un universo paralelo, hasta el punto de que R-Truth juega un papel muy protagónico, al que no está acostumbrado.

Porque los únicos faces presentes son él y Rey Mysterio, que, como ya veremos, ni siquiera llega a luchar. Por tanto, la historia aquí es que Truth gana sus enfrentamientos gracias a la suerte. Se enfrenta a Lashley, y sale triunfante, a pesar de la diferencia de fuerza, después esquivar un Spear, provocando la colisión del Superman Moreno con el poste, para después llevárselo con un Rollup. 

Después de eso, Lashley le pega una buena paliza a R-Truth, para que llegue Andrade. El mexicano, Campeón USA, vuelve tras una sanción de 30 días por incumplir la política de bienestar de WWE. Durante los minutos en los que se enfrenta a Killings, se dedica a atacarle el brazo con bastante maldad. Hace un buen trabajo, pero, cuando pega su típico codazo de espaldas, similar al finisher de Chris Jericho, se lleva él otro golpe en el choque, y cae KO. Truth le cae encima, y la cuenta llega a tres.

Después de eso, llega Rowan, para continuar con la paliza sobre el pobre excampeón 24/7, habitual personaje cómico, que nunca ha sido un gran wrestler, y que no tiene la capacidad de Mysterio de convertir esto en una gran lucha de Underdog, pero que quizás encaja mejor con esos finales cómicos. Truth sigue recibiendo, ya manco por los ataques de Andrade, y es lanzado contra las escaleras metálicas. Eso provoca que la extraña jaula que siempre lleva Rowan se caiga al suelo, lo que enfada gigante. Rowan acaba eliminado, por usar las escaleras metálicas contra su adversario, así que Truth pasa a la siguiente ronda, destrozado.

Ahora llega AJ Styles, que recibe una gran ovación por parte del público. La gente le adora, pero él se encarga, con talento, de demostrar lo malo que es. Sigue atacando el brazo del herido rival, y se burla de sus bailes, imitándolos. Lo derrota sin problemas, y espera, entre risas, a su próximo oponente, que debe ser Rey Mysterio. Pero no aparece, y él sabe por qué.

El resto de los miembros de The OC, Gallows y Anderson, han atacado a Mysterio en backstage, impidiendo su salida. Mientras eso se ve en la pantalla, AJ ríe, maliciosamente. No obstante, la pantalla vuelve a mostrar imágenes, y en esta ocasión, son Gallows y Anderson los que están en el suelo. La gente se vuelve loca cuando ve las botas del Undertaker pasar junto a ellos.

Taker llega al ring, con su habitual y mítica performance. Ni siquiera se quita el sombrero. AJ le insulta, y le toca con el dedito en el pecho, a lo que Taker responde con un ChokeSlam, que le da la victoria, y el trofeo. La salida de Taker del lugar es asimismo legendaria.

Este es un producto raro. El papel de Truth es inesperado, pero no está mal. El de Taker es especialmente raro. Ni siquiera se quita la ropa, ni siquiera aplica un Tombstone; directamente, gana con ChokeSlam. Además, al hacerlo con el sombrero, la ejecución no es tan buena como debería. No sé si esto se ha hecho así por pereza, por inseguridades del Enterrador en esta etapa de su preparación de cara a WrestleMania, o porque se quería reforzar el valor del ChokeSlam, ya que fue la técnica con la que se derrotó al poderoso Goldberg. El caso es que esto se podría haber hecho un poco mejor, para dar más valor a AJ en su rivalidad con Taker, pero está bien.

Con respecto a esto, hay que decir que fue el propio Undertaker el que eligió a Styles como su próximo rival. Parece ser que el veterano está obsesionado con tener luchas de gran nivel, y por eso, él mismo se habría mostrado contrario a luchar con otro señor mayor como Sting en WrestleMania. Es interesante, volver a verle en un contexto que pueda llevarlo a tener combates buenos de verdad. Esperemos que así sea.

Puntuación: ***

miércoles, 24 de febrero de 2016

AJ Styles vs Chris Jericho, WWE FastLane 2016



Todo hacía apuntar que Chris Jericho lucharía contra Dean Ambrose en WrestleMania, pero le ha quitado el rival Brock Lesnar, que se enfrentará al lunático en el mayor evento de todos. Ahora, no sabemos que va a pasar con el canadiense, ni con AJ, que mientras tanto, han tenido una pequeña rivalidad.

AJ viene de dar increíbles combates en la New Japan, mientras que Chris no ha dado una lucha destacable en varios años. Yo esperaba que volviera a la senda de los MOTYs con esta rivalidad, pero no ha podido ser. Las luchas que ha tenido con el ex-TNA han sido buenas, pero lejos de las 4 estrellas todas. Incluso esta, en PPV, en la que yo tenía muchas esperanzas. 

Uno de los principales problemas de AJ es que no lo pasan a rudo ni por narices, y ahora que su rivalidad con Ambrose se ha cancelado, no sé si lo harán. Así, su personaje no cuenta mucho, aunque está teniendo problemas psicológicos que son interesantes.

La lucha de AJ y Jericho en FastLane va de menos a más, como es habitual en los combates de Y2J. En la primera parte hay movimientos rápidos, pero no llevan a ningún lado, y el público, que había empezado con mucha ilusión, se apaga. Pero a partir de un momento, la cosa va subiendo.

Jericho comienza a coger ventaja. Le hace daño en la espalda a su rival con las Walls, y le aprieta más aún en ringside, estampándolo contra el protector. Mete en el ring a su rival, y le aplica el codebreaker, pero AJ tiene el brazo bajo la cuerda.

Jericho le insulta, le desprecia. poco a poco, ha ido dominándolo, y le recuerda que no está a la altura de WWE. Pero AJ se recompone, y cambia unas Walls por un Styles Clash. La cuenta no llega a tres, pero Chris se rinde después de que AJ le aplique el Calf Crusher. Eso sí, aguanta mucho, vende muy bien la llave.

No sé muy bien para qué sobrevivió Jericho al Styles Clash, le quita un poco de credibilidad al finisher, pero vende muy bien la llave de AJ, queda muy bien su rendición, es como una aceptación de AJ. Después de la lucha, Jericho vuelve a dudar, si atacar o saludar a su rival. Veremos a donde van ambos luchadores, ahora mismo no tengo ni idea.

Puntuación: ***1/2

sábado, 28 de octubre de 2017

Finn Balor vs AJ Styles, WWE TLC 2017



Finn Balor, como demonio, y Bray Wyatt, como la Hermana Abigail, debían verse las caras en TLC, y cerrar así la larga rivalidad que han tenido, para que Balor pasara, posiblemente, a luchar por el título de WWE ante Brock Lesnar. Pero esa epidemia de varicela, o lo que sea, que se ha cebado con el roster de WWE, dejó fuera a Bray, así que ese enfrentamiento tendrá que aplazarse, posiblemente, hasta Survivor Series.

AJ Styles abandonó la expedición se Smackdown para sustituir, por una noche, a Bray, y luchar frente a Finn en TLC 2017. Es una lucha muy interesante, porque ambos eran miembros fundamentales del Bullet Club. Pero, a pesar de haber coincidido en otras empresas, y en storylines importantes, no se han enfrentado nunca en una lucha individual. Bueno, eso es algo que no se puede afirmar tan fácilmente, pero si lo han hecho, no ha sido muy importante. Y esta pelea, por la forma que se ha dado, tampoco lo va a ser, pero son buenos atletas, y seguro que nos dan algo entretenido.

También es interesante que se de en este momento. Ha habido algo de polémica, porque actuales miembros del Bullet Club, los Young Bucks, llevaron a cabo una pequeña invasión contra WWE. Aparecieron  cerca del recinto en el que se grababa un capítulo de Monday Night Raw, haciendo su símbolo "too sweet", los cuernos de Heavy Metal, que en realidad es un homenaje al gesto que llevaban a cabo los miembros de The Kliq, un grupo de colegas, que no formaban parte de un stable delante de las cámaras, sino detrás, en el que estaban Triple H, Sean Waltman, Kevin nash, Scott Hall y Shawn Michaels, en la época en la que coincidieron en WWE, y no tenían mucha madurez intelectual. 

Los Young Bucks también son muy niños. Se grabaron haciendo eso junto a Jimmy Jacobs, trabajador de WWE, y buen amigo suyo desde tiempos en los que luchaba en las indies. Como consecuencia, Jimmy fue despedido, y los Bucks recibieron una carta de "Cese y desista", una extorsión que suelen llevar a cabo los abogados en USA, con la que informan de que, si alguien insiste en seguir haciendo uso de una propiedad intelectual ajena, será demandando. Pero, como dijo algún miembro de The Kliq hace poco, no sé yo si un gesto puede ser registrado como propiedad intelectual.

El caso es que esta polémica ha coincidido con esta lucha entre el creador del Bullet Club, y un miembro fundamental de otra época. Obviamente, el público actual se lo sabe todo, y se pasa la lucha haciendo el gesto, y gritando "too sweet".

Esto también es interesante, y habla mucho de la forma en la que está evolucionando el fan del wrestling. En 2010, cuando Bryan Danielson volvió a WWE en SummerSlam, prácticamente no hubo reacción, porque, a pesar de ser, sin duda, el mejor luchador del mundo, casi nadie conocía nada que no ocurriera en WWE. Unos años después, la cosa ha cambiado mucho.

La lucha es pareja. Los dos son faces, y eso se nota, ya que no hay ningún claro dominante. Hay muchos movimientos hábiles, buenos ataques, y llaves, aunque sin mucha historia.

Tras el paso de los minutos, el nivel de la lucha sube. Styles comienza a dar buenos ataques en la cara: a un Phenomenal Porearm, y un face buster. Balor aplica una lanza al estilo Hijo del Perro Aguayo, que es como su Coupe de Grace, pero sin saltar desde la esquina. Parece bastante doloroso, y AJ lo paga. En ringside, es dominado, pero lanza a  su rival contra las mesas. Ambos llegan al ring justo al mismo tiempo, antes de que la cuenta llegue a 10.

Es un momento que expresa bien la igualdad entre ambos contendientes, que, creo, es de lo que va esto. En el ring, refuerzan esa hipótesis, con un doble Crossbody del que los dos salen mal parados. Pero, poco a poco, Balor consigue, de nuevo, ponerse por delante, para rematar con un Coup de Grace. Victoria limpia para Finn, que se supone que será el próximo rival de Lesnar, y por eso debe ganar siempre. Aunque poco después, perdería con Kane en un programa de Raw, lo que no se entiende muy buen.

Buena lucha, muy entretenida e igualada, aunque sin una gran historia. Más historia tiene el post-match, en el que Finn y AJ hacen el gesto de "too sweet". Por ahora, no parece que eso vaya a llevarles a ningún sitio, pero, quizás, tarde o temprano, pasará algo.

Hay que recordar que Balor entró a esta batalla como "The Demon". Ese personaje, parece, solo sirve para la entrada. No hay nada en la lucha que diferencie a este Balor del semanal. Alguien tiene que decirle a Finn que si no lucha como un demonio, no es un demonio.

Puntuación: ***1/2

viernes, 28 de junio de 2019

Eric Bischoff vs Vince McMahon, WWE Raw 23/02/2004



Pocas horas antes de escribir este artículo, WWE realizó un anuncio muy interesante, que me ha impelido a publicar algo rápidamente. Por el formato del blog, he tenido que elegir una lucha que sirva de excusa para ello. Pero, obviamente, la cuestión principal no es el combate en sí mismo.

WWE ha anunciado oficialmente la contratación de Paul Heyman y Eric Bischoff como directores ejecutivos de los programas RAW y Smackdown, respectivamente. Quizás sea la mejor noticia para la empresa en muchos años, por encima de las firmas de cualquier luchador. Porque, independientemente de que estos dos tipos sean los más adecuados o no, WWE necesita un cambio creativo ya, o muere.

Quizás muchos piensen que Heyman y Bischoff son dinosaurios, gente del pasado. Pero hay que tener en cuenta que los puestos para los que se les ha firmado no son los de simples guionistas o bookers, sino que son directivos de la empresa, y tratarán con las cadenas de televisión de forma directa. Para eso, hacía falta alguien con experiencia, y en ese contexto, son ellos, o Dixie Carter. 

Por otro lado, tendrán pleno poder sobre los programas, teniendo que rendir cuentas, tan solo, ante Vince McMahon. Este seguirá introduciendo muchas restricciones, pero esperemos que respete cierta libertad creativa para estos dos hombres. Porque, los productos que ambos encabezaron en sus etapas dentro del negocio, pueden gustar más o menos, pero nunca fueron conservadores. Y lo que necesita WWE, precisamente, es que pasen cosas, porque, ahora mismo, no hay nada que ver ahí.

Recordemos que Bischoff fue presidente de WCW durante su etapa de gloria en los 90. Él inventó la NWO, llevó a muchas estrellas a los rings, a luchadores de todo el planeta, y estableció storylines para todos los gustos, aunque acabó siendo derrotado por Vince, y los excesivos gastos que había hecho para mantener a la WCW en la lucha, provocaron que la empresa cerrara cuando las audiencias cayeron. 10 años después, fue llevado a TNA para volver a intentar ser competencia de WWE. De nuevo, los gastos fueron demasiado grandes para los resultados obtenidos, aunque, en este caso, el rol de Eric no era tan importante. De todos modos, si algo tenían WCW y TNA, es que siempre había storylines estrambóticas y, en un contexto de depresión como el que sufre la actual WWE, hasta eso sería mejor.

Entre una etapa y otra, Eric pasó una época en WWE, pero su contrato fue de intérprete; no tomó una sola decisión.

El talento de Heyman es mucho más obvio que el de su nuevo compañero. Como Bischoff, a nivel empresarial, Heyman pasará a la historia por ser un gran mentiroso. Sería difícil decidir cuál de los dos ha contado más mentiras en su carrera. Pero, como creativo, Heyman es considerado un genio. Innovó con la ECW, que también se fue a la quiebra, pero dejó momentos inolvidables, y marcó el futuro de la lucha libre. Después de eso, llegó a ser creativo principal de Smackdown durante una época que también es recordada como la mejor en la historia de la marca azul. Tras eso, cuando se creó la nueva ECW, intentó hacer algo bueno, pero Vince no le dejó, y acabaron peleados, hasta el punto de que Heyman dejó la empresa.

No volvió hasta 2012, para acompañar a Brock Lesnar (y a otros, como CM Punk). En estos años, ha sido personaje frente a las cámaras, pero se sabe que ha ayudado a escribir combates, y a escribir promos con gente como Ronda Rousey. Él creó la rivalidad entre Lesnar y Goldberg, que tan buen resultado dio. Hace tiempo que la empresa quería que tomara un rol mayor, y, ahora, ha aceptado. No me cabe duda que, con un puesto directivo, va a ganar un buen dinero.

Hay dos personas nuevas dirigiendo los programas principales de WWE, y, con suerte, les darán un carácter claramente diferenciado. Se dice que su rol será similar al que juega Triple H en NXT. The Game, por cierto, de pronto, se ve por debajo de estos dos hombres. No sé si se lo habrá tomado bien. Su caso recuerda al de Shane McMahon, que tuvo que dejar la empresa cuando se dio cuenta de que el cambio generacional que tanto esperaba, no se daría nunca.

El caso es que en WWE, hacía falta un cambio. Mientras que la nueva competencia, AEW, vende sus PPVs enteros en 15 minutos, el último gran evento de la empresa de los McMahon, Stomping Grounds, vendió unas 6000 entradas, que es la cantidad más baja en un PPV que yo recuerdo. Y las entradas a los programas semanales posteriores fue ridícula. Pero no me extraña. Yo tengo WWE Network, y no he visto ese PPV, ni gratis, ni voy a ver el programa de Smackdown. Vince se lo ha cargado todo con sus últimas decisiones, y esto no puede seguir así, porque el barco, ahora sí, se hunde.

El año pasado, WWE logro acuerdos millonarios que aseguraban el futuro de la empresa a largo plazo. Arabia Saudi le pagará millones por un par de visitas anuales, y la Fox le pagará más millones, por llevar Smackdown a la cadena. Esto, sumado a las ventas de WWE Network, y al contrato con USA Network para retransmitir RAW, eran señales de tiempos dorados para la compañía.

Lo que chocaba con su capacidad para crear. Ahora mismo, tiene muchas responsabilidades en muchos campos, y no tiene capacidad creativa para cubrirlos. Pero, realmente, ¿quién pagaría una entrada de 50 dólares para ver un Seth Rollins vs Baron Corbin, o un Dolph Ziggler vs Kofi Kingston?

Se habla de un problema a la hora de crear estrellas. Pero es una empresa que tiene a lo mejor del mundo. El roster de AEW es ridículo en comparación. WWE tiene a Seth Rollins y a Matt Riddle; a Triple H y a Walter; a Daniel Bryan y a Io Shirai; a Ronda Rousey y a AJ Styles; a Keith Lee y a Shinsuke Nakamura. Lo tiene todo, en múltiples estilos, nacionalidades y generaciones. Y, aún así, en Extreme Rules, tendremos, como combate por el título máximo, una lucha mixta para aprovechar que Rollins y Becky Lynch son novios en el mundo real. Si con un roster así, produces carteleras como esa, es que eres muy tonto.

No es un problema de nombres. Ya hemos visto que Jon Moxley causa locura en AEW o NJPW, mientras que en WWE, no hubiera vendido una sóla entrada, al menos en su últimos meses. Porque, aunque a la gente le guste un luchador, si saben que van a ver una versión minúscula de él, no van a ir a verle.

Los acuerdos millonarios de WWE no encajaron con la creatividad de la empresa. Las apariciones de leyendas como Undertaker o Goldberg, se guardaron para Arabia Saudi, lo que provocó que las audiencias de cara a WrestleMania no aumentaran como es habitual, y la empresa comenzara la primavera en un rango inferior al de otros años. Cuando esta comenzó, lo hizo con la regla de Wild Card, que, en la práctica, se cargó la división de marcas, por el miedo de Vince McMahon a no tener a Roman Reigns en los dos programas. Eso, arruinó tanto el programa azul, como los PPVs.

Smackdown siempre ha sido mi programa favorito. Pero lo ha sido, cuando ha tenido un roster separado al de Raw. Creo que el trabajo de Road Dogg no era malo, como líder de este show. Pero Vince le mandó a NXT, y puso a los niñatos que guionizan RAW al frente, esos que vienen de reality shows y no tienen el más mínimo interés en el wrestling. Con él a la cabeza, claro. Smackdown se convirtió, otra vez, en un show B, que redunda sobre todo lo contado en el RAW anterior. No hay el más mínimo motivo para verlo. Y no solo eso, sino que, mientras que, con los roster partidos, las dos marcas generaban varias rivalidades para rellenar los PPVs, juntas, generan la mitad, de tal manera que no hay material suficiente para tener una cartelera digna. No me cabe duda de que la calidad in ring en Stomping Grounds fue buena, porque hay buenos luchadores, pero no hay nada que me lleve a entrar en WWE Network a ver el evento.

Veremos si ahora cambia todo. O si cambia lo suficiente, porque, aunque Bischoff y Heyman son directores ejecutivos de las marcas, siempre van a tener que responder ante Vince. Raro será que no acabe todo en un Triple Thread Match. Asimismo, mientras que la elección de Heyman alegra a todo el mundo, la de Eric no está tan clara. Recordemos que ahora, en WWE, hay mucha gente de TNA, y no tienen buen recuerdo de él. 

Como decía, Bischoff estuvo en WWE, pero sin cargo ejecutivo, ni creativo. Hacía de personaje en televisión, rol que ya jugó en WCW. En este caso, su trabajo concreto fue el de General Manager de Raw, puesto que mantuvo entre 2002 y 2005, llegando a tener rivalidades importantes con Steve Austin, Shane McMahon, Theodore Long, y otros muchos.  

La lucha que comento hoy está protagonizada por el propio Bischoff. Desde luego, él no es luchador, pero hizo muchas tonterías en WCW, y se preparó, entrenando Karate. Aquí, se enfrenta a Vince McMahon. Es un sueño hecho realidad para el Chairman, coger al mequetrefe que casi le arruina el negocio, y darle una paliza.

La historia entre los dos era amplia. Y, en su tiempo como GM, Bischoff no había parado de pelearse con gente, incluido Shane, el hijo de Vince. También estuvieron involucradas con él su hija, Stephanie, y su mujer, Linda. Se había ganado una paliza. Y, ahora, WWE ponía a la venta un DVD sobre las Monday Night Wars, durante las que Bischoff insultó y retó a Vince montones de veces. Había que vender el DVD y, aunque estábamos en la ruta hacia WrestleMania XX (que, entonces, duraba meses), había tiempo para que estos dos señores se pelearan en un programa de RAW. Steve Austin, que ya no luchaba, pero aún estaba bajo contrato, les dio un empujoncito.

Esta lucha, en realidad, sirve para construir una de las luchas de WrestleMania XX. Goldberg y Lesnar se enfrentarían entonces, pero a WWE no le quedaban apariciones de Goldberg para montar la historia, así que había que buscar otros mecanismos. Austin apareció, para pedir la oportunidad de ser el referee especial en la lucha entre las dos bestias, y Vince aceptó, aunque también le pidió que fuera practicando, haciendo lo propio en la lucha de esa noche. 

Esta comienza, con un Vince, ya bastante viejo, pero fuerte y alto, y un Bischoff, enano y con un tinte de pelo excesivamente negro, vestido de karateka, e intentando pegar patadas altas. Vince siempre lo agarra con más fuerza y mucho odio, pegándole rodillazos, y ahorcándolo, mientras Austin se rie de todo. Vince empuja al referee, y se lleva un puñetazo, lo que anima a Eric para golpear a su jefe.

La lucha no dura nada, y no hay ningún movimieno de wrestling como tal, y, aún así, es mas creíble que los combates de muchos ídolos actuales del wrestling independiente. No obstante, no hay final, puesto que Lesnar aparece en el ring, a espaldas de Steve, y le aplica un F5, dejandolo KO, para terminar el programa.

Aunque Austin siempre dijo que la lesión en su cuello fue el motivo de su retiro, es obvio, por movimientos como este, que aún podía luchar. Por otro lado, es una pena la forma en la que se le usó en la lucha entre Brock y Goldberg, ya que no hizo absolutamente nada en ella, a pesar de recibir este ataque.

Puntuación: *1/2

miércoles, 27 de enero de 2016

Aj Styles vs Chris Jericho, WWE Raw 25/01/2016



Destacadas las actuaciones de AJ Styles y Chris Jericho en el Royal Rumble 2016. El primero debutaba en WWE, y el segundo, tenía su primera lucha de esta nueva incursión a tiempo completo, que esperemos, dure más que las anteriores y sea de mayor calidad. 

Lo más interesante ahora es ver qué podrán hacer en WrestleMania, porque los main events no pintan muy bien. Es obvio que Jericho se va a pasar a rudo, comenzó con ello en su aparición en Night of Champions, y su eliminación en el rumble a manos de Dean Ambrose no debería ser en vano.

Pero, en el siguiente Raw, le han puesto en una lucha frente a AJ, y su final es prometedor.

La lucha no es mala, son dos luchadores habilidosos, que se dan un par de golpes buenos, con varios intentos de conteo y movimientos rápidos. También se les ve algo desacertados, con dudas y fallitos. Debe ser el primer caso, desde Sin Cara y Bryan Danielson, que WWE permite a un luchador nuevo pelear en las ligas mayores sin pasar por el desarrollo. Pero teniendo en cuenta que AJ lucha bien en todas partes y bajo todos los estilos, no será un problema, aunque esta lucha, siendo entretenida y con un público apasionado, es mejorable.

Syles gana, tras revesar un embolsamiento. Al terminar, quiere darle la mano al veterano canadiense, pero este vacila. Se la acaba dando, pero le mira con mucho odio. Se va a hacer malo dentro de poco, lo que no sé si es si AJ tendrá algo que ver en ello, si será su rival en WrestleMania en lugar de Dean, o si será un paso previo en Fastlane, ya que Ambrose estará en una triple amenaza con Reigns y Lesnar.

Puntuación: ***

miércoles, 22 de noviembre de 2017

Team Raw vs Team Smackdown, WWE Survivor Series 2017




Llega Survivor Series 2017, un evento que, como el año pasado, se ha vendido como Smackdown vs Raw. Todas las rivalidades individuales se dejaron de lado, para llevar a cabo una rivalidad entre las dos ligas principales de WWE.

Estas rivalidades son interesantes de vez en cuando, pero hacerlas todos los años le quita encanto. Entre otras cosas, porque son muy falsas. WWE tiene una línea de estilo muy conservadora, que prohibe a sus personajes parecer personas, tener libre albedrío. Así, en los Drafts, cuando son movidos de una marca a otra, lo aceptan con toda la ilusión del mundo, y cuando hay una rivalidad, defienden su liga por encima de todo. Como si les importara. O como si al público le importara si gana Smackdown o Raw. Es una rivalidad que no puede obtener credibilidad.

Algo más de credibilidad puede tener un feudo entre Kurt Angle y Shane McMahon. Tuvieron una confrontación en 2001 que tuvo como resultado un gran combate entre ellos. Luego, con la Invasión, Angle se coló en el Team Alliance como espía. Y ahora, uno es General Manager de Raw, y el otro es Comisionado de Smackdown. Por desgracia, no puede haber una lucha entre General Managers, porque a Daniel Bryan no le van a dar permiso para luchar. Pero le quedan 10 meses para irse, y poder hacerlo en otra parte.

Así, ha habido batallas entre la gente de Smackdown y Raw, y para Survivor Series, la mayoría de las luchas son crossovers. Y muy buenas, carajo. Ha ayudado el buen estado de las ligas tag, que en este evento se han mezclado. Hemos tenido un The Bar vs The Usos; y un New Day vs The Shield, que están muy bien. Tendremos que mirarlas, como la lucha entre campeones, entre AJ Styles y Brock Lesnar, que es de revisión obligada.

Pero hoy toca revisar la lucha clásica de eliminación entre miembros de las dos ligas. Tenemos dos conjuntos llenos de estrellas, de ahora, y de siempre. Demasiadas, de hecho. Parecen, los equipos, conformados para vender entradas, y no hay una razón semántica para que, la mayoría de los integrantes esté ahí. Además, las eliminaciones son bastante humillantes para todos.

Ha habido muchas críticas, de hecho, por las eliminaciones de los luchadores, por decirlo de alguna manera, menos legendarios. Porque la moral judeocristiana lleva a la gente a defender a los débiles, así que muchos esperaban ver a Nakamura y Balor ser los ganadores. Eso no tendría ninguna lógica, como tampoco la tendría decir que Nakamura, Roode o Samoa Joe son el futuro de la empresa. Llevamos 15 años diciendo que Triple H humilla al futuro de la empresa, mientras que el único que siempre sigue aportando algo a la empresa es él. 

No es que me importe, por tanto, que los "más jóvenes" (que no lo son tanto), pierdan. Me molesta que pierdan todos. Porque la presencia de la mayoría de los participantes no significa nada. La lucha es buena, muy larga, pero no es muy transcendente.

En el equipo de Raw, están Triple H, Kurt Angle, Braun Strowman, Finn Balor y Samoa Joe. A Smackdown le representan John Cena, Shane McMahon, Randy Orton, Bobby Roode y Shinsuke Nakamura.

La cosa comienza con Braun lanzando por los aires a Shane, que queda totalmente impresionado por su poder. Strowman se vuelve a mostrar impresionante. Es una lástima el bookeo de su combate contra Lesnar. 

Hay varios intercambios buenos. Nakamura y Balor se ven las caras, y el público canta "NXT", aunque quizás debería gritar "NJPW". Triple H se enfrenta tanto al japonés como a Roode, y queda bastante igualado en ambos casos. El duelo de spin busters con Roode me gusta. Pero luego sale Strowman y destruye con sendos Running Power Slam a Bobby y Shinsuke. Demasiado poder.

Cena y Orton consiguen aplicar un súplex sobre una mesa a Strowman, para dejarle KO un rato. Roode y Nakamura vuelven de Backstage para ayudarles a completar el movimiento. Lo normal sería que Strowman hubiera sido eliminado por count out, pero no está claro quién es el luchador activo de cada equipo. Se retoman las hostilidades, y Cena consigue aplicar un Attitude Ajustment a Balor, y dos a Samoa Joe, que es eliminado. Posteriormente, varios miembros del equipo rojo concatenan ataques, para que el 16 veces campeón sea eliminado. No sé qué hacía aquí.

Randy Orton tiene un buen enfrentamiento con Finn Balor, y acaba cazándole con un RKO. Los dos miembros del equipo azul son atacados por Kevin Owens y Sami Zayn, que como sabemos, se volvieron a unir en Hell in a Cell. Randy se libra de Kevin con otro RKO salido de la nada, pero ya ha vuelto Braun, y lo destruye con un nuevo Running Power Slam. Shane se queda solo ante esta bestia, Triple H y Kurt Angle.

Kurt pide ser él quien le enfrente. Tienen cuentas pendientes. los dos guerreros luchan, y no lo hacen mal. Es Kurt el que consigue colocarse cerca de la victoria, al usar su Ankle Lock. Triple le frena, y le aplica un Pedegree, para poner a Shane encima suyo. Braun no entiende lo que ocurre. Shane no sabe si darle las gracias, y, mientras vacila, se lleva otro Pedegree, que le da la victoria a Hunter y al equipo Rojo.

Triple H finge que esa era su estrategia, y celebra junto a Strowman. Sin embargo, este se enfada, y le ataca. Triple H se convierte en el gran protagonista de la noche, y ahora está posicionado para tres posibles rivalidades para WrestleMania: Angle, Shane y Strowman. Lo más probable es que los dos primeros luchen entre ellos, y  que Triple se vea las caras con el gigante. Pero todo puede cambiar.

Puntuación: ***1/2

lunes, 30 de abril de 2018

The Undertaker vs Rusev, WWE The Greatest Royal Rumble




2018 va a ser un año muy importante para la historia del wrestling. O, al menos, uno en el que va a haber muchas cosas llamativas, eventos grandes, y muchas luchas de gran nivel. Los primeros 4 meses han sido impresionantes. Hoy nos vamos a Arabia Saudita.

WWE lleva sus Live Shows a todas las partes del mundo. Y el mundo es muy grande. El ciudadano occidental medio está acostumbrado a la libertad y la democracia, pero el planeta está lleno de lugares que, de forma más o menos directa, están gobernados de una forma reprobable. En abril de 2018, WWE llega a Arabia Saudita, para llevar a cabo uno de los eventos más importantes de su historia.

Arabia Saudita, a pesar de ser una dictadura ultra religiosa, es aliada de occidente, por temas relacionados con el petróleo. Aunque Estados Unidos tiene mucho petróleo, y mejor que el árabe, así como mejores infraestructuras e ingenieros, la historia ha demostrado que buscarse problemas con Arabia puede tener consecuencias en el mercado bastante graves. Así que toda objeción moral hacia el reino saudí es obviada, y todos los países democráticos le hacen la pelota.

Claro, las mujeres de WWE  no pueden participar en el show de la empresa en Arabia de 2018. En pleno proceso de expansión femenil en la compañía, las chicas se tienen que quedar en casa, así como lo tiene que hacer Sami Zayn por su origen sirio. El nuevo rey de Arabia promete un país más abierto, y se ha permitido a las mujeres conducir. En el reportaje publicado, se puede ver a una mujer con un burca que le tapa hasta los ojos, e irónicamente, esa es la muestra de apertura del reino. Conducir así no debe ser seguro...

Pero WWE, como todo el mundo, hace negocios con Arabia Saudita. Eso sí, hay que decir que, aunque lo tenía totalmente prohibido, WWE mostró comerciales durante el evento en el que aparecían mujeres. Y en la intro de Shinsuke Nakamura, se veía a una chica tocando el violín. Creo que es la primera vez que su Titantron incluye tal cosa, así que existe la posibilidad de que WWE lo hiciera a propósito, para trolear un poco a los árabes. Ha habido mucha polémica por ello, y el estadio ha tenido que pedir perdón por la "inmoralidad" de esos vídeos. En cualquier caso, ya se habla de nuevos eventos de WWE en el país, así que no creo que haya sido tan grave.

Triple H ha hablado, recientemente, sobre la posibilidad de que, algún día, se pueda hacer un combate de mujeres en Arabia Saudita. La empresa ya tuvo la primera lucha pública femenina Emiratos Árabes. Pero, vista la reacción de autoridades y medios de comunicación por un simple comercial, eso no parece muy probable.

La empresa de McMahon se encuentra un estadio de 60.000 personas que hay que llenar. Pero las entradas cuestan entre 1 y 5 euros. Con esos precios, es difícil ganar dinero. Brock Lesnar cobra más por lucha que todo lo que se puede recaudar ahí.

Pero, como sabéis, las ciudades pagan a WWE por llevar su espectaculo a su pueblo. Y en Arabia Saudí, aunque el pueblo no tenga mucho dinero, los gobernantes y los jeques del petroleo están forrados. Alguien ha debido tener un capricho de wrestling, o bien, se ha decidido que un espectáculo así puede amansar a las masas, tal y como lo hacía el circo en tiempos del Imperio Romano. Lo que se está diciendo es que Arabia Saudí ha pagado cerca de 200 millones de dólares a WWE por su llegada a Oriente Medio.

Parece una cifra increíble. Y quizás un poco exagerada. Pero han debido ver, en WWE, dinero a mansalva, efectivamente, porque han reunido a un elenco de estrellas que sólo se reune una vez al año, para WrestleMania. Y es que, ni en WrestleMania se gana un dinero semejante a eso. Por eso, WWE ha llevado a Undertaker, Brock Lesnar, John Cena, Roman Reigns, Triple H, AJ Styles, Daniel Bryan, Shane McMahon, Kevin Owens, Braun Strowman, Shinsuke Nakamura, Seth Rollins, Rey Myterio, The Great Khali... También estaban anunciados Big Show y kane, aunque no se les ha visto al final. WWE ofreció a sus luchadores la posibilidad de negarse a ir a Arabia por motivos de consciencia moral. Supongo que en el caso de Kane, que está empezando una importante carrera política, no era muy buena idea estar ahí.

Esto tenía pinta de ser un House Show de los de toda la vida. Pero con tanta pasta de los jeques, ha habido dinero de sobra para emitirlo como evento especial en WWE Network. Es cierto que muchas luchas no tenían rivalidades de por medio, y que las luchas titulares han tenido finales raros, propios de Live Events. Pero ha estado entretenido, hemos podido ver un público muy distinto, y ha habido luchas de muchos tipos, para que los jeques sientan que su dinero se ha invertido en algo interesante. Ha habido Ladder Match, Casket Match, Steel Cage Match, y el Royal Rumble más grande de la historia.

Parecía que la carrera de Undertaker se acababa en WrestleMania 33, tras su humillante derrota ante Roman Reigns. Pero es como Ric Flair o Daniel Bryan, uno de esos tipos a los que esto les gusta demasiado como para retirarse alguna vez. Vince McMahon no tiene ningún problema en retirar a Bryan o Flair, pero a Undertaker lo ha creado él, así que lo mantendrá en pantalla por siempre.

Vimos el regreso a los rings del Enterrador en WrestleMania 34, al vencer a John Cena en un simple Squash. Nos temimos que eso fuera todo, que se dedicara los squashs. Michael Cole dijo que Taker volvía más fuerte que nunca, lo que significaba, claramente, que le veríamos luchar más veces este año.

Poco después, se anunció su participación en The Greatest Royal Rumble, el evento de WWE en Arabia Saudí. Se suponía que tendría un Casket Match frente a Rusev.

Era una elección aleatoria, propia de un House Show. Rusev ha llamado la atención mucho durante los últimos meses, por el Rusev Day, y la canción con la que le presenta Aiden English. Por lo demás, es un luchador bastante bueno, un tipo interesante con el que contar una historia. Pero no ha habido ninguna, no al menos en los programas de WWE TV. Sólo en redes sociales, si es que eso cuenta.

Rusev dijo en Twitter que iba a destrozar a Undertaker, que estaba acabado. Vamos, lo que debería decir cualquier rudo. Hubo alguna polémica con esto, con la esposa de Undertaker, Michelle McCool, hablando, como siempre, más de la cuenta y rompiendo el kayfabe en redes sociales. El caso es que Rusev desapareció de la cartelera, siendo sustituido por Chris Jericho en el Casket Match frente a Taker.

La verdad es que me gustaría ver a Taker y Jericho enfrentarse en una rivalidad de verdad. Podría ser genial. En todas partes, se dijo que había sido la boca de Rusev, demasiado grande, la que le había costado esa oportunidad. Lana, su mujer, publicó en redes que le había pedido a la empresa que lo eliminara del combate, porque temía por su seguridad.

Incluso Jericho publicó en Twitter comentarios similares a los que había hecho Rusev. Porque no había nada de malo en ellos, es el trabajo normal de un rudo. Que en 2018 la gente no sepa diferenciar entre el kayfabe y la realidad, es bastante ridículo. Pero, como si nada, Rusev volvió a ocupar su lugar en la cartelera, sin que WWE diera ninguna explicación al respecto.

Viendo la lucha, ahora sé por qué se eliminó a Rusev de este combate. No tenía nada que ver con lo que había dicho. Simplemente, Undertaker no puede, a estas alturas de la vida, levantar y aplicar sus ataques más importantes a un bicho de ese tamaño. Por eso, en el combate, no realiza el Snake Eyes ni el Tombstone Piledriver. Da un poco de penilla, pero está bien que uno conozca sus limitaciones y luche de la manera en la que, realmente, puede hacerlo, para no hacer el ridículo. Jericho es un luchador de mucho menos peso, y se le puede hacer cualquier cosa. Pero Rusev volvió a ser el elegido, supongo que para evitar polémicas. La verdad no podía salir a la luz.

Me alegró ver que la lucha no fue un squash. Es un combate relativamente corto, pero un combate de verdad, en el que Taker recibe los ataques que debe recibir. Me alegra, quizás todavía podamos ver algo interesante de él en el futuro.

Es una lucha de un estilo vieja escuela, en la que Taker consigue aplicar su Old School, y su magnífico Leg Drop en el borde del ring. Hay algo de Brawl, y Rusev consigue ponerse cerca de la victoria, al dejar KO a Taker con su Accolade. Pero aquí no hay rendición, y English alerta de eso a su compañero. Undertaker se recupera con su levantamiento clásico, y  aplica ChokeSlam sobre el búlgaro. Lo mete en la tumba, pero no consigue cerrarla, ya que English se lo impide. Este, mucho más delgado, supone una víctima mucho más propicia para el Tombstone del Dead Man. Así, la leyenda tumba al compañero de Rusev, y lo introduce, junto a él, en el sarcófago. Taker cierra la puerta, y gana.

Pequeño buen entretenimiento, con un recibimiento del público muy bueno. Es cierto que, en el estadio, vemos la zona adelaña al cuadrilátero lleno de sofás para los jeques y la familia real, mientras que el populacho está mucho más lejos. Es un horror, pero la gente se lo pasa pipa, y las reacciones son muy intensas y muy limpias, como veremos en los próximos artículos sobre el evento.

Puntuación: **3/4

miércoles, 9 de marzo de 2016

Y2AJ vs New Day, WWE RAW 07/03/2016



La rivalidad entre Jericho y Styles tuvo sus 3 luchitas, buenas, pero ninguna excelente. Ahora, parece ser que vamos a tener un cuarto enfrentamiento entre ellos, nada menos que en WrestleMania. Y es que, parece que WWE no ha planificado muy bien el evento este año, con tanta lesión, y la mayoría de los luchadores están sin enfrentamiento claro a pocas semanas del evento.

Todo hacía indicar que Chris Jericho lucharía contra Ambrose. Así se había dejado caer en Night of Champions y Royal Rumble, con un probable turn heel del canadiense. Pero han cambiado los planes, Dean ha subido de nivel y tendrá como rival a Brock Lesnar (despues de enfrentarse a Triple H en ese House Show televisado previo que van a emitir en WWE Network en unos días). Así, la rivalidad entre Jericho y AJ Styles se ha extendido.

Y puede que sea para bien, aunque suene pesado verlos luchar tantas veces. Al fin, Jericho, que es un tipo que sabe hacerse odiar, se ha pasado a rudo, tras el ataque a AJ después de la lucha que vamos a comentar hoy. Jericho es mucho mejor como rudo que como técnico. De hecho, el fracaso de sus últimos regresos es, obviamente, por el empeño de ponerlo como bueno, cuando no pega nada en ese rol.

Pero volvamos al presente. Después de la rivalidad entre ambos, Jericho y AJ se han hecho amigos. Jericho aceptó la derrota en el tercer combate, y luego, estuvieron haciendo pareja. Chris se comió una patada de Kofi Kingston que iba dirigida al Fenomenal, para unos días después, vencer al campeón en parejas en un combate individual. AJ e Y2J se hicieron buenos amigos, anque había algo raro en el ambiente. Se hicieron llamar Y2AJ, como pareja, y se enfrentarían a New Day por el Tag Team Championship. 

En una lucha que ha recibido muy buenas críticas, algunos la han dado por MOTYC. No llega a tanto, no tiene embergadura para ser tal cosa, pero hay que decir que es muy buena, una de esas luchas que uno ve en RAW, con un público muy emocionado, y acción por todos lados.Los buenos empiezan ganando, y volando sobre Kofin y Big E, hasta que los malos empiezan a dominar, y a castigar a Jericho. Este consigue dar el Hot Tag, y entra AJ, que realiza varios ataques asombrosos. Kofi no se queda atrás, y, junto a Big E, consiguen aplicar un Big Ending demoledor. En una brillante secuencia, Jericho consigue evitar el conteo, a pesar de que Kofi bloqueaba su camino.

Jericho lucha ahora, y pone contra la pared a New Day. Aplica Walls of Jericho a Kofi, con las que le venció la semana anterior en single. AJ evita que Woods se meta, pero es destrozado por Big E con un costalazo espectacular sobre los protectores de ringside. Big E le da el Tag a Kofi mientras este sigue en las Murallas. Jericho consigue huir del Big Ending en primera instancia, pero no puede aplicar el Code Breaker a un hombre mucho más grande, y acaba sucumbiendo ante el finisher del campeón.

Después de la lucha, Jericho acaba atacando a su rival, certificando su turn al lado oscuro.

Puntuación: ***1/2

martes, 28 de julio de 2020

The Road Warriors vs The Skyscrapers, WCW WrestleWar 1990




2020, es un año raro por muchas cosas. En términos de wrestling, por ahora, hay pocas cosas buenas que recordar. De hecho, aún a 30 años de su debut, es un nombre, por encima de cualquier otro, el que ha sonado fuerte; el de The Undertaker.

Undertaker no deja de generar dinero para WWE. Es el activo económico más importante de su historia. Y, tras su gran lucha ante AJ Styles en WrestleMania 36, siguió siendo protagonista, gracias a emisión de una serie de documentales en su honor, llamada The Last Ride, que, en cierto sentido, emulaba a la serie de documentales The Last Dance, sobre la vida de Michael Jordan, y publicada en Netflix.

Estos programas han dado mucho de lo que hablar durante los tiempos del coronavirus, y han animado un poco el ambiente depresivo existente. Last Ride ha constado de 5 episodios, que se han extendido con un último capítulo, publicado recientemente, llamado Tales From the Deadman. Todo esto, está disponible a través de WWE Network, y ha sido lo más visto en la network durante los últimos meses.

El documental se centra en los últimos años de carrera del Undertaker, y en las dudas sobre su retiro. El propio Taker, así como otras personalidades de WWE, comentan las luchas importantes de esta etapa, incluyendo el fin del Streak en WrestleMania, ante Brock Lesnar, y la conmoción cerebral sufrida durante el match; las luchas que no han salido bien y que han afectado más a su ego, esto es, el match ante Roman Reigns y el combate ante Goldberg; y aquellas en las que se ha recuperado anímicamente. Finalmente, en Tales from the Deadman, hemos podido visualizar, de manera animada, algunas historietas con anécdotas ocurridas durante estos 30 años de carrera.

La trama principal que subyace tras el documental, es el retiro del Enterrador. Él mismo comenta que este sería un buen momento para retirarse, tras su buen combate ante Styles. E incluso WWE le ha dedicado un programa especial de Smackdown, en honor a su carrera. Pero nadie se ha atrevido a confirmar su retiro, y eso recuerda a lo ocurrido en 2017, después de que dejara su sombrero y sus guantes en medio del ring, al ser derrotado por Roman Reigns en WrestleMania 33. Aunque este parezca el momento justo, Undertaker y WWE encontrarán la excusa para convencerse de que no es así. Dirán que es mejor retirarse en Survivor Series 2020, cumpliéndose 30 años de la llegada del Hombre Muerto a la empresa, o que lo ideal es hacerlo con público, quizás, dentro de un año. Ya veremos.

El caso es que no hay retiro confirmado, así que yo no voy a hacer ningún especial de retiro. Pero hay que hacer algo en honor a este documental, porque ha sido muy importante, y ha estado en boca de todos. Las luchas que forman parte del mismo, ya están, en su totalidad en el blog, porque coinciden con la época en la que ha sido escrito. Así, como aún no quiero hacer un especial de grandes luchas de Undertaker, he decidido mirar un par de combates de este hombre, ocurridos fuera de la empresa, porque es esto, precisamente, de lo que jamás va a hablar WWE. Combates apócrifos.

Undertaker nació en Survivor Series, y eso es algo que WWE defenderá hasta su final. Pero ese es el momento en el que debutó el personaje que hizo famoso a Mark Calaway, el hombre que interpreta al Deadman, que es un luchador profesional, y que ya luchaba antes de empezar a pintarse los ojos y ponerse sombrero. Debutó en 1987 y en 1990, como si de un entrenamiento para llegar a WWE en noviembre se tratara, trabajó para la WCW, entre enero y septiembre, con el nombre de Mean Mark Callous.

Hace tiempo, comentamos en el blog su lucha frente a Lex Luger en The Great American Bash 1990. Este match, que es por el USA Championship en manos de The Total Package, es el más importante en su carrera previa a WWE, y no es muy bueno. El hombre era muy alto, pero no impresionaba demasiado por su habilidad. En realidad, su increíble carrera es fruto de una improbabilidad estadística, pues, si no hubiera recibido ese personaje de Hombre Muerto, probablemente, no habría llegado a nada. Pasarían muchos años hasta que empezara a demostrar que, verdaderamente, era capaz de dar grandes luchas, y esto es fruto de su propio amor propio. Nunca dejó de aprender, ni de evolucionar.

Pero en el año 90, parecía otro gigante torpe. En WCW, lo desahuciaron pronto. En esa etapa, formó parte de la división tag team de la empresa, siendo la mitad de los Skyscrapers, junto al también enorme Dan Spivey, luchador enmascarado de carrera relativamente corta, pero que tuvo unos pocos años buenos en All Japan, incluyendo un gran combate ante Toshiaki Kawada. Incluso tuvo un match frente a Luger que fue mucho mejor que el del Taker. Nadie diría, en ese momento, que Callous sería el hombre que pasara a la historia.

The Skyscrapers era un equipo que ya existía antes de que Taker llegara a la empresa. Fue creado en 1989, con el fin de dominar la división tag de WCW en el futuro, idea que se truncó por varios motivos. Pero era un Tag Team impresionante, formado por dos hombres enormes como Dan Spivey y Sid Vious, que se lesionó, al sufrir un neumotorax tran un Suplex de Scott Steiner. Así, WCW buscó un sustituto, un gigante que cumpliera el rol de rudo enorme, y halló en Memphis a Taker, que luchaba en el medio oeste en ese momento. El equipo era liderado por el mánager Teddy Long, quién trabajaría durante muchos años con Undertaker, como Mánager General de Smackdown. Estos forzudos parecían destinados a rivalizar con los Road Warriors, uno de los equipos con más pop en la historia del wrestling, pero, por las circunstancias, un año después de su debut, habían desaparecido. Me gustaría hablar sobre ellos, y sobre su Chicago Street Fight de WrestleWar 1990, porque Taker habló del tema durante la entrevista que mantuvo en el programa Broken Skull de Steve Austin para WWE Network.

Skyscrappers y Warriors se enfrentaron varias veces durante los meses previos. Los rudos consiguieron una gran victoria en Clash of the Champions, y, según se cuenta, la intención era que ese fuera el primer paso para un gran push. Eso no ocurrió, pues Spivey dimitió. Se ha hablado de problemas de dinero, pero otras fuentes señalan que estaba muy quemado, y muy incómodo por la forma en la que los Road Warriors trataban a su joven compañero, y por la fuerza con la que le atacaban. Por eso, él, que era el veterano, era el que llevaba los combates, el que marcaba el ritmo.

En el último combate entre los dos equipos, según cuenta Taker, la cosa se les fue de las manos, y hubo golpes muy fuertes. Callous y su compañero volvieron primero a backstage, y allí esperaron a sus pasionales oponentes. Undertaker estaba asustado, pues pensaba que se iba a montar una trifulca fuerte en vestuarios, así que estaba listo para las tortas junto a su compañero, que era uno de esos legítimos tipos duros de la industria. Sin embargo, los Warriors llegaron muy contentos, y agradecieron a Spivey por la violencia utilizada, pues así es como les gustaba luchar. Al día siguiente, Spivey llamó a Taker para avisarle de que abandonaba.

Aún quedaba en el aire, no obstante, un Chicado Street Fight entre los equipos, que no anuló, y que tuvo lugar en Wrestlewar 1990, como estaba planeado. Dan fue sustituido por The Masked Skyscraper, otro tipo enorme y enmascarado. Debajo de la máscara, estaba Mike Enos, quién había luchado en WWF como Blake Beverly, formando parte de la pareja The Beverly Brothers. Llevaba máscara porque, en ese tiempo, tenía contrato con la AWA, así que, legalmente, no podía pelear en otra empresa, pero dados los problemas económicos que sufría la promotora de los Gagne, él y otros luchadores tenían que buscarse la vida, con artimañas como esa.

El combate comienza con Teddy Long, peleando con Paul Ellering. Este pega un puñetazo, y Teddy vuela fuera del ring. Así, los luchadores comienzan a a hacer su trabajo.

Y tienen un combate muy poco ordenado. A pesar de la estipulación, esto no es un combate extremo (no podría, por la época), sino que es una pelea en la que todos están encima del ring durante todo el match. Según cuenta Taker, Spivey siempre era el que llevaba los combates, pues era mucho más experimentado que él. En este caso, los cuatro hombres se dan una paliza, sin mucha historia. Taker es expulsado del ring, mientras Masked recibe el Clothesline volador de los Road Warriors, y es derrotado. Así se acaba la historia de esta versión de los Skyscrapers, con un combate que dura menos de 5 minutos. Long llega con unos nuevos rivales para los Warriors: Doom, equipo formado por Butch Reed y Ron Simmons, dejando claro que sus anteriores clientes habían pasado a mejor vida.

La lucha no es muy buena, pero la historia de los skyscrapers merece ser recordada. Undertaker seguiría su carrera en solitario, sin mucho éxito, hasta que le tocó la lotería, con su firma por WWE.

Puntuación: **1/4

sábado, 3 de noviembre de 2018

Brothers of Destruction vs D-Generation X, WWE Crown Jewel



Esta semana, hemos tenido dos PPVs de WWE. Por un lado, hemos tenido Evolution, evento sólo para mujeres, que debe ser uno de los mejores shows de la historia de la empresa; y por otro, Crown Jewel, sólo para hombres, que realmente, a pesar de todas las estrellas que ha tenido, carece de luchas realmente interesantes. Pero Shawn Michaels ha vuelto a luchar, y eso hay que comentarlo.

Pero Crown Jewel ha sido polémico por otras muchas cosas, y como creo que no voy a revisar más luchas del PPV, voy a resumir todo aquí.

Ya hablamos de ello cuando comentamos el evento The Greatest Royal Rumble. WWE llegó a un acuerdo con el gobierno de Arabia Saudita para producir eventos en el país de manera periódica durante 10 años. A cambio, le pagan un montón de millones, suficientes como para traer a todas las estrellas que haga falta, y retransmitir esos eventos en la Network como un PPV más.

Eso, sumado a los nuevos contratos televisivos para RAW, y sobre todo, Smackdown, sitúan a WWE en la mejor situación económica de su historia.

Pero fue un trato con el diablo. Porque, como parte del acuerdo, WWE tenía que dar un poco de publicidad al país, y hablar del proceso de modernización y de apertura en el que, supuestamente, se encuentra.

La realización de The Greatest Royal Rumble ya fue un poco polémica para WWE, por el hecho de no poder llevar a sus estrellas femeninas. Para prevenir eso, y para aprovechar una parte tan importante de su roster, en esta ocasión, la empresa ha organizado un PPV femenino, Evolution, que como decía antes, me ha gustado mucho. Ese sí que merece unos cuantos artículos.

Pero la polémica sobre aceptar esa actitud criminalmente machista se ha quedado pequeña en comparación con los hechos ocurridos en las semanas previas al nuevo evento en tierras saudíes, Crown Jewel. Un periodista de The Washington Post, Jamal Khashoggi, disidente del régimen saudí, fue asesinado en el consulado de Arabia en Estambul. Aunque su cuerpo no fue hallado, diversos servicios de inteligencia revelaron que eso ocurrió. Y Arabia lo admitió, comenzando una supuesta investigación de lo ocurrido. No obstante, la información que se maneja es que fue asesinado por orden del príncipe saudí, el mismo que pide a WWE que le lleve a Hulk Hogan y Shawn Michaels a los eventos.

Entonces, hubo cierta polémica sobre si WWE debía realizar el evento en tierras saudies o no. La empresa llegó a pensárselo, y a buscar otras sedes en Europa. Se realizó una consulta, incluso, al gobierno americano. Finalmente, lo que se decidió fue hacerlo en Arabia, pero eliminando toda la publicidad hacia el régimen, lo que me parece bastante correcto.

Porque llevar a cabo un espectáculo deportivo o artístico en un país no tiene nada que ver con apoyar al régimen de ese país. Es un espectáculo, como otros muchos que se dan allí, sin que tengan ninguna repercusión política. Al menos, se lleva un poco de alegría a los niños y jóvenes que ni se enteran de las noticias sobre asesinatos, porque no existe la libertad de información. WWE ya ha ido a China, Cuba y otros muchos países en los que no se respetan los derechos humanos, sin que se de ninguna publicidad ni ninguna connotación política. En este caso, el problema era precisamente ese acuerdo de hablar bien de un gobierno como ese.

A partir de un momento dado, WWE eliminó las menciones a Arabia en sus rivalidades y promos. Como hace con los PPVs normalmente, no se suele hablar mucho del lugar en el que se realizan. Se ha dicho que eso se ha hecho para esconder el hecho de que el evento se lleve a cabo allí, pero como digo, yo lo entiendo como un cambio en su política con respecto a Arabia. Hacer espectáculos para su pueblo no es algo necesariamente malo, pero dar publicidad al régimen sí, y eso es lo que se ha eliminado. 

Hulk Hogan hace de anfitrión del PPV. Los jeques tenían muchas ganas de verlo. Eso sí que se tapó bastante, porque, dada la polémica sobre sus comentarios racistas, iba a ser mucha mierda junta. En su presentación del evento, Hogan no menciona en ningún momento a sus anfitriones. Es una presentación fría, muy distinta del discurso de Cena en el anterior evento saudita. 

Por otro lado, hay que destacar la presencia de Renee Young en la mesa de comentaristas. Hay que tener valor, estando de espaldas al público sin saber cómo va a reaccionar. Dean Ambrose, su marido, la acompañó en el viaje, aunque no estaba programado para el evento y no apareció. Es la única mujer que trabajó, al menos, ante las cámaras.

Daniel Bryan y John Cena se negaron a aparecer en el show. El primero se había ganado la oportunidad de luchar por el WWE Championship ante Styles, pero, finalmente, gastó su opción en Smackdown, y fue sustituido en Crown Jewel por Samoa Joe. Cena estaba programado para participar en la World Cup, y su posición la ocupó Bobby Lashley, con la excusa de que había sido Baron Corbin el que le había quitado el sitio por no habérselo ganado.

La World Cup también tiene tela. Ya sabemos que WWE nunca se toma en serio los torneos eliminatorios. Vince McMahon está traumatizado desde WrestleMania IV. Primero, vimos a Kurt Angle perder frente a Ziggler en una lucha sin significado ninguno. Esta empresa es experta en aniquilar a sus propias leyendas. Vimos llegar a dos rudos a la final, The Miz y Ziggler. Cuesta imaginar que sean los dos mejores del mundo. Y, desde luego, supuso un bajón para el público. Luego, antes de comenzar la batalla, The Miz atacó a su rival, y se lesionó al hacerlo (kayfabe). Shane McMahon estaba obsesionado con que Smackdown ganara el torneo, así que se negó a aceptar el resultado y le sustituyó. Estando Ziggler malherido (o esa era la historia, aunque él no supiera venderlo), Shane ocupó el sitio del Miz, ganó, y se proclamó como el mejor del mundo. Aunque la gente se entretuvo, es un poco insultante que una copa supuéstamente tan importante se la quede un tío que no participaba. Claro, esto será parte de un storyline, que ya iremos viendo.

En el combate por el Campeonato Universal, parecía claro que Braun Strowman se convertiría en campeón para consolidarse como gran estrella. Pero fue atacado por Baron Corbin antes de la lucha, para tener una excusa que convirtiera a Lesnar, de nuevo, en campeón. Ya está anunciado para enfrentar a AJ Styles en Survivor Series, igual que el año pasado. Esta bien saber que Lesnar seguirá apareciendo cada vez que le pongan un fajo de billetes en la mano, aunque ya vemos que este evento está consumido por las futuras storylines.

Y vamos al main event, en el que tenemos la lucha entre señores mayores. Shawn Michaels vuelve a la acción gracias al dinerín saudí. Según él, era demasiada presión organizar un retorno de cara a WrestleMania, porque en ese evento tiene que seguir demostrando un gran nivel. Aquí, en cualquier caso, da la sensación de que nunca ha dejado de luchar.

Michaels se ha rapado la cabeza, porque, en estos 8 años que han pasado desde su retiro, su frente a retrocedido mucho. Sus ojos también se han escondido un poco. Hace poco revisé una lucha suya ante Jeff Jarrett del 93, y la verdad es que las comparaciones son odiosas. Pero, por lo demás, se encuentra en un gran estado de forma. No se sabe si volverá a luchar, pero supongo que, una vez que ha dado este paso, no hay nada que le cierre las puertas para siempre.

Triple H, Shawn Michaels, Kane y Undertaker han estado muchos años en WWE. Deben ser los tipos más leales que ha tenida la empresa. Pero nunca se han enfrentado ambos stables. Y, por suerte, no morirán sin hacerlo. Creo que el combate no es peor que uno que pudieran haber tenido en la Era Attitude, tiempo en el que ninguno de los dos grupos daba buenas luchas. El hecho de ser una lucha por equipos les permite descansar sin que se note tanto la falta de cardio.

Sobre todo, en esta lucha destaca el cambio en las gradas. La gente explota, y se convierte, a pesar de la diferencia de culturas, en un verdadero público de wrestling. Discutimos mucho, en este blog, sobre los aspectos que convierten a una lucha en algo bueno, y siempre hablo de la importancia de un buen público. Después de ver el último capítulo semanal de Ring of Honor, en el que parece que a los fans no les importa nada lo que pasa, a pesar de tener a gente como Jushin Thunder Liger y Kushida en el ring, me reafirmo en que el ambiente es una pieza clave.

La lucha empieza con Kane sobre el ring. Me gusta mucho el intercambio de miradas entre Michaels y Undertaker cuando se va a dar el primer tag para El Enterrador. Los fantasmas vuelven a acosar al HBK. 

En general, los Brothers of Destruction dominan el combate, aprovechando su diferencia de tamaño. Taker utiliza sus mejores ataques, incluidos Old Shool, Snakes Eyes, Big Boot, Leg Drop, o el Leg Drop en el borde del ring. Estos ataques los realiza perfectamente sobre Michaels, un hombre de mucho menos tamaño. Creo que Taker podría tener buenos combates frente a gente que no sea muy pesada, como Jericho, Bryan o Styles. Por sus problemas físicos, una de las cosas que más le cuesta hacer es levantar a hombres grandes.

Los luchadores brawlean en ringside, y Kane aplica un ChokeSlam sobre Triple H en una mesa. El ataque queda muy bien, aunque parece que Hunter podría haberse hecho daño de verdad. Está mucho tiempo fuera de acción.

Mientras tanto, Undertaker castiga a HBK. Hace el papel de rudo, y aplica buenos candados y ataques sobre la cara que difieren un poco de su estilo habitual. Pero Michaels demuestra que todavía está en buen estado, arranca la máscara de Kane, y vuela con Moonsault sobre ambos, dándose con la cara en el suelo. Sangra, pero queda bien.

Sobre lo de la máscara, hay que decir que tanto Mysterio como kane la perdieron en sus enfrentamientos, y no creo que sea casualidad. No sé si habrá algún tipo de simbología en ello, o si tiene que ver con alguna extraña ley local.

Los gigantes siguen dominando, y buscan el doble Tombstone. Pero, estando sostenido por Taker, HBK aplica un piquete de ojos sobre Kane, que tiene en sus hombros al Triple H. Con esto, los DX se sueltan, HBK aplica Sweet Chin Music a ambos rivales, y Triple H remata a Kane con un Pedegree para darle la victoria a su equipo.

Así, los DX se vengan de las humillaciones recibidas en el pasado, con estas dos victorias consecutivas frente a Deadman. Pero es correcto que Shawn gane en su retorno. Creo que es un espectáculo muy entretenido, y da la imagen real de pelea entre dos equipos legendarios, si bien, compuestos por gente que está mayor.

Puntuación: ***1/2