John Cena consiguió derrotar al casi ruso Rusev, y así, qutarle el título de Estados Unidos que estaba mancillando. Ningún yanki pudo con Rusev, solo Cena le ganó.
Buena rivalidad, y Cena sigue en un segundo plano de los shows de WWE, pero como siempre, generando las mayores reacciones. Desde que ganó el título de Estados Unidos, Cena se comprometió a defenderlo cada noche, lanzando un reto abierto a quien quisiera enfrentarle. Mucho interesantes combates se han visto desde entonces en Raw frente a luchadores del mid-card.
En la edición del 29 de junio de 2015 de Raw, fue Kevin Owens quien respondió al reto de Cena, pero no pensaba enfrentarle. Tenían un duelo fijado para el PPV Battleground, así que solo venía para dar por culo, mientras Cena luchaba con... Cesaro.
Vince se empeña en que Cesaro no conecta con el público, y que por eso no puede darle un push. En realidad, conecta bastante, siempre se lleva una ovación, y eso siendo rudo, imagínate si fuera técnico. Ahora que su compañero de equipo Tyson Kidd se ha lesionado, vuelve a luchar en solitario, y lo hace con un brazalete en su honor. Puede que sea el comienzo de un push para él, de la mano de John Cena, que parece dispuesto a exigir que le den lo que merece de una puta vez.
En cada combate, Cesaro demuestra que es el mejor performer en la actualidad en WWE. En este también. A pesar de que no puedo ver la lucha entera, porque el corte publicitario se come un trozo, el enfrentamiento es de gran intensidad, como suele ocurrir en las luchas de Cena en Raw. La gente está como loca, y los dos se dan con todo. Cesaro hereda la Sharpshooter de Kidd, e intenta hacer rendir a Cena, mientras este hace lo propio con la STFU.
Los dos siguen dándose, hasta que Owens corta la lucha con sendas Popup Power bomb. Cesaro gana por descalificación, y la semana siguiente dispondrá del main event de Raw para enfrentar a Cena.
Puntuación: ***1/2
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