jueves, 21 de marzo de 2019

King Kong Bundy vs Hulk Hogan, WWF WrestleMania 2




Recientemente, conocimos el fallecimiento de un nuevo luchador. En este caso, el fenecido fue King Kong Bundy, que contaba con 61 años de edad. Descanse en paz.

Bundy es famoso por su paso por la WWF en los 80, como un inmenso monster heel. En esa época, en la que la empresa funcionaba como un cómic clásico de superhéroes, en el que, en cada nuevo número, el bueno tenía que enfrentar a una nueva amenaza en forma de extravagante villano, los monstruos de este tipo tenían un trabajo asegurado en Nueva York.

Bundy era un hombre muy obeso, y muy alto. Por eso, tuvo la posibilidad de protagonizar grandes rivalidades con los dos héroes de la época, Hulk Hogan y Andre the Giant. Además, durante los 90, tuvo un nuevo paso por la empresa, formando parte de la Corporación del Millón de Dólares, y enfrentando al Undertaker en WrestleMania, para, de esa manera, ser la cuarta víctima en su streak.

King Kong Bundy, en general, no tiene grandes luchas conocidas en su carrera. Era un monstruo. Pero hizo algo que muy pocos wrestlers en el mundo han podido conseguir: estar en el main event de WrestleMania, y en concreto, de su segunda edición. Eso le asegura un puesto importante en la historia, para siempre.

Como parte de este especial sobre su carrera, vamos a ver esa lucha frente a Hulk Hogan en WrestleMania 2. En posteriores posts, retrocederemos en el tiempo, para echarle un ojo a su rivalidad frente a André y, en última instancia, miraremos algo de su etapa anterior a WWF. Si uno busca su nombre en la WWE Network, encontrará muchas apariciones importantes en los programas de la WCCW de los Von Erich, así que puede que veamos alguna joyita.

Nos vamos, pues, al año 86, para ver el evento WrestleMania 2, no de muy buen recuerdo.

El primer WrestleMania resultó un gran éxito. En él, Vince McMahon plasmó su idea de wrestling global, para todos los públicos, llevando a cabo un espectáculo que incluía la aparición de varias estrellas de fuera del medio, como Mr T, Muhammad Ali, o Cyndi Lauper. 

El año siguiente, Vince y compañía llevaron a cabo un experimento, creando un PPV dividido en tres sedes, cada una con su main event, cada una con sus comentaristas. Esto no es una buena idea, porque el evento queda muy difuminado, y hay muchos tiempos de espera. Cuando una persona paga una entrada, quiere ver cosas en directo, y no por una pantalla.

En cualquier caso, el evento fue excesivo. Tuvo 12 luchas, muchas estrellas en las tres arenas, y muy poca calidad en el wrestling escenificado. Nunca se buscó la calidad, por otro lado. Toda la crítica ha celebrado que esa división de sedes no se repitiera nunca más. EN lugar de juntar 40.000 espectadores en tres arenas, en WrestleMania 3, WWE atrajo más de 90.000 en una sola.

Recordemos también que, en 2018, cuando WWE volvió a dividir un espectáculo en dos arenas (el 25 aniversario de Raw), volvieron la críticas.

Desde el Nassau Coliseum de Nueva York, ante más de 16.000 aficionados, WWE presentó 4 luchas bastante mediocres, con Randy Savage y Jake Roberts en acción, y con un main event en el que Roddy Piper y Mr T se enfrentaron en un combate de boxeo, que es pura parafernalia.

Desde el Rosemont Horizon de Rosemont, Illinois, ante unas 9.000 personas, WWE presentó otros 4 combates, con The Fabulous Moolah defendiendo su título, y André the Giant ganando una Battle Royal en la que estuvieron luchadores de la WWE y estrellas de la NFL. En la última lucha de la noche, esta vez sí que hubo buen wrestling; Los British Bulldogs ganaron el WWF World Tag Team Title al vencer al Dream Team (Brutus Beefcake y Greg Valentine), en un enfrentamiento en el que estuvo presente Ozzy Osbourne, que ya había abandonado Black Sabbath e iniciado su carrera en solitario.

Pero la lucha definitiva de la noche tuvo lugar en la tercera sede, en el Los Ángeles Sports Arena de Los Ángeles, California, ante más de 14.000 personas. Tras tres combates que no importan mucho, Hulk Hogan defendía el WWF World Heavyweight Championship ante el hoy homenajeado, King Kong Bundy. Pero, ¿cómo llegamos aquí?

Bundy llegó a WWE en 1985, interpretando a un monster heel cuyas luchas eran, mayormente, squashes. Hacía una cosa bastante llamativa, que era acordar con los referees que contaran hasta 5, en lugar de hasta 3, para, así, demostrar su poder. De hecho, en WrestleMania 1, ganó su lucha ante SD Jones en 9 segundos, lo que, durante muchos años, fue el registro más rápido en el magno evento. En WrestleMania 24, Kane venció a Chavo Guerrero Jr en 8 segundos, quitándole ese record. Y, es que, como comentaba Tommy Dreamer en su podcast recientemente, Bundy se negó a participar en el storyline entre Randy Orton y Undertaker, y fue poco cortés con la empresa. Según él WWE le debía dinero, y le debía el título que se le había prometido. Llegó incluso a insultar a Vince. Después de eso, perdió el record, en favor de un hombre como Kane, que nunca defrauda.

Bundy se unió a la Heenan Family, o sea, el grupo de wrestlers cuyo mánager era Bobby Heenan, metiéndose en la larga rivalidad de este con André the Giant. Ya veremos un match entre ambos. Y, como Bundy contaba con el apoyo de Big John Studd, otro miembro de la familia, André acabó recibiendo la ayuda del campeón, Hulk Hogan. para poder enfrentar a los dos rivales. Finalmente, King Kong deseó el título para sí, y, atacando salvajemente al Hulkster, se ganó una oportunidad titular, que tendría lugar en el mayor evento del año 86, dentro de una jaula de acero.

Internet es un lugar en el que se refuerza constantemente el pensamiento único. En realidad, eso es inherente al ser humano, pero en la red, se refuerza por la retroalimentación constante. Existen ideas generales sobre cualquier cosa, y una de ellas es que los main events de Hulk Hogan en WrestleMania son basura.

Pero no lo son, en la mayoría de los casos. Y, de todas formas, es ridículo evaluar las cosas de una forma tan simplista. El combate entre Hulk y Bundy, en WrestleMania 2, es un ejemplo de un trabajo muy digno, que ha sido vilipendiado durante décadas.

Esta no es una grandísima lucha. Es un Steel Cage típico entre héroe y villano, de los que se solían dar en el Madison Square Garden en la época. Bruno Sammartino triunfaría en montones de luchas de similar rutina. Sin excesos, son peleas en las que se cuenta una pequeña historia, en las que el bien triunfa sobre el mal, y en las que el público se vuelve loco.

Siguiendo con la tontería del festejo, se anuncian como referee especial, y como encargado de la campana especial, a dos estrellas de series de televisión cuyo nombre no superaría los años. Una elección cortoplacista. El caso es que el referee da un poco igual, porque no hay pinfall; la lucha se acaba al abandonar la jaula, y sólo los luchadores están dentro de ella.

La gente recibe a Bundy con frialdad, mientras que Hulk hace una gran entrada, rompiéndose la camiseta subido a la jaula. Todo un showman.

Pero trae una venda alrededor de la cintura, prueba de castigos recibidos recientemente. Y Bundy lo aprovecha bien, aplicando buenos ataques a la espalda, incluyendo Body Slams y lanzamientos contra la jaula, que Hogan vende bien.

Hay intensidad y odio en el match. King Kong le quita la venda a de la cintura a su rival, y la usa para ahorcarle. En varias ocasiones, está a punto de salir por la puerta, pero Hogan siempre se recupera a tiempo de impedirlo.

Cuando se recupera, el campeón lanza a su contrincante contra el metal varias veces, y le golpea la frente con el puño cerrado, haciéndole sangrar. Pero, cuando lo levanta para aplicar un Body Slam, el inmenso peso de Bundy, sumado a ese dolor en la espalda, le hace caer.

Con un Splash, Bundy está a punto de obtener tiempo suficiente para salir, pero es lento en esa tarea. Está tan gordo, que no cabe por la puerta. Llega el comeback definitivo del héroe, que con un Power Slam y un Leg Drop, tumba a King Kong. Va a salir por encima de la jaula, y, aunque Heenan, desde fuera, le retrasa lo suficiente como para que el su rival esté a punto de salir por la puerta, consigue tocar el suelo y ganar. Después de la lucha, todavía tiene tiempo para pegarle una paliza al malvado mánager.

No está mal este combate, es muy entretenido.

Puntuación: ***1/4

martes, 19 de marzo de 2019

Timothy Thatcher vs Yuki Ishikawa, WXW Ambition 10



Ambition es un torneo anual de la promotora alemana WXW, especialmente interesante, pues presenta, de forma necesaria, un shoot style. Como si eso, de por sí, no fuera suficientemente interesante, este año, el evento presenta una lucha especial entre dos leyendas de este estilo: Timothy Thatcher y Yuki Ishikawa. Vamos a hablar de ello.

El Shoot Style es un estilo de lucha especialmente realista. Un estilo en el que los combates, no solo parecen reales, sino que duelen como tal.

En realidad, imita el estilo más clásico del wrestling profesional. Así era en los años 50 o 60, como uno puede observar cuando mira combates de esa época. Las luchas que hemos comentado en el blog de Giant Baba, o Lou Thesz, siguen este formato.

Eso forma parte de la evolución natural del wrestling. Es complicado decirlo, porque nadie de dentro del negocio durante la primera mitad del siglo XX revelaría los secretos del mismo, pero yo diría que es una disciplina que empezó presentando combates reales entre luchadores reales, que pasaron, con el tiempo, a ser combates reales, entre luchadores reales, con final predeterminado. Después, estos se convirtieron en combates falsos entre luchadores reales, y, finalmente, en combates falsos entre luchadores falsos.

Pero el shoot style se ha mantenido en ligas independientes en Japón. En su momento, mientras Antonio Inoki hacía evolucionar el deporte en el país hacia algo más comercial, incluso en contra del estilo que él mismo amaba, algunos luchadores despreciaban aquello en lo que se estaba convirtiendo, y a los actores americanos que eran presentados por encima de guerreros como ellos. 

En 1996, Yuki Ishikawa fundó Battle Arts, una empresa centrada en el Shoot Style wrestling, que operó hasta 2011, presentando colaboraciones con Michinoku Pro, Zero1 o Real Japan Pro Wrestling, empresa de Satoru Sayama, el primer Tiger Mask, antes de cerrar las puertas. 

En 2015, no obstante, se fundó una nueva academia en Canadá, llamada Battle Arts Profesional Wrestling, en la que Ishikawa ha trabajado como entrenador, y en la que ha luchado varias veces, aunque ya cuenta con 52 años. Porque Canadá es una gran tierra de Shooters también. Uno de los fundadores de esta escuela es Santino Marella, quién fue entrenador en la versión original japonesa.

Su rival en este Dream Match entre shooters es Timothy Thatcher, un hombre mucho más joven, de 35 años de edad. Aunque practica este estilo, y ya en el pasado hemos visto en el blog alguna lucha suya de este tipo en PREMIER, es un luchador independiente muy reconocido, que se adapta bien a empresas como EVOLVE o PROGRESS. Es raro que WWE no se haya interesado en él todavía; quizás veamos algún día al Ringkampf en la empresa de Vince McMahon, ya que su compañero, Walter, forma parte ya de ella. También hay que hacer notar que Thatcher ganó el Ambition del año pasado.

Estos dos luchadores se enfrentan, y tienen un match que, como cabría esperar, no tiene ningún highlight, tiene lugar, casi por completo, a ras de lona. Recordemos que en WXW, el público observa las acciones pegado al ring, sobre él, de tal manera que los luchadores ni siquiera pueden salir. No hay vuelos, no hay brawl, sólo lucha clásica.

Una de las personas que están en primera fila, golpeando el ring para animar a Ishikawa, es un pequeño niño japonés que, quizás, sea familia suya. Este chico presencia muy de cerca el gran intercambio de llaves y contra llaves. Sin florituras, son llaves que parecen totalmente reales, que duelen, y que se combaten enérgicamente. No hay nadie permitiendo que le apliquen castigos: ambos intentan librarse de todo lo que usa su rival para ganar.

Thatcher siempre ha dicho que Ishikawa es una inspiración para él. A sus 52 años, se mantiene en muy buena forma, y consigue ponerse en posición muy ventajosa para aplicar Crossface, y STF, con el que se lleva la victoria.

La lucha es muy clásica, y muy realista. Por supuesto, le falta un poco de acción y entretenimiento, y el final, en tanto que realista, carece de la tensión y el tempo que se originan del bookeo y el márketing del finisher. Pero si quieres ver algo parecido a un combate de verdad, esto te va a gustar.

Puntuación: ****

domingo, 17 de marzo de 2019

PAC vs Will Ospreay, RevPro High Stakes 2019



Recientemente, hemos comentado una lucha de PAC en su etapa como King of Cruiserweights en WWE, y otra, ya reciente, tras abandonar esa empresa, como Campeón de Dragon Gate. Hoy, comentamos una tercera pelea suya, también bastante buena.

Ya dijimos que Meltzer había dado 4.75 estrellas al combate entre PAC y Kzy, y esa misma nota le otorgó al enfrentamiento que tuvo con Will Ospreay en RevPro, empresa inglesa que lleva a cabo su evento más importante del año, el High Stakes, en su versión de 2019, localizado en el York Hall de Londres, con capacidad para más de 1000 personas, y que parece bastante lleno.

Por lo que el ambientes es potente, la gente disfruta de este main event entre dos de los luchadores ingleses más importantes del panorama internacional. Se trata de un single match, sin título en juego, 

PAC resulta muy intimidante, pero su oponente no parece dispuesto a dejarse intimidar. A pesar de la maldad del primero, durante varios minutos, no consigue tocar a Will, mientras el público canta eso de "PAC va a matarte". Con sus trucos aéreos, Ospreay escapa de todo, pero lo mismo hace PAC, cuando le toca atacar al de New Japan. Los dos tienen una habilidad física extraordinaria. 

La cosa se pone seria. Con un codazo, PAC le parte la nariz a Ospreay, que, además, en ringside, recibe un Moonsault. Después de eso, le vemos sangrando, y con un hematoma en el hombro. Parece que esté en una pelea de MMA.

PAC castiga bien fuerte a su oponente, y vuelve a hacer el truco de aplicar un Brainbuster en ringside, en este caso, en la rampa, para volver al ring y esperar el Count Out. Una vez más, no lo consigue, pero de esa manera forja bien su personaje. Llevarlo a cabo en la rampa, más lejos del ring, tiene sentido.

Ante el dominio de PAC, Will responde con codazos voladores, y los ataques frontales que ha aprendido en sus muchas batallas. Utiliza Phenomenal Forearm, Styles Clash y Rain Maker, e incluso el Os Cutter. La cosa se iguala muchísimo, ya que el propio PAC pone en liza todo su repertorio, aunque no consigue aplicar su Tombstone desde el esquinero.

Los CCK (Jonathan Gresham y Chris Brookes) llegan para atacar a Will, pero PAC no se une a ellos, sino que les ataca. Los dos luchadores aéreos expulsan a los invasores, y vuelan sobre ellos al unísono. Durante un instante, todo lo que hacen, lo hacen al mismo tiempo, mirándose y vigilando, lo que expresa tanto la igualdad que existe entre ambos, como la intensidad del duelo. 

En la última parte del enfrentamiento, los ataques por parte de ambos continúan, hasta que se acerca el final del tiempo reglamentario. PAC se ve superado por el chico bueno, no lo soporta, y le pega un golpe bajo. El referee planea descalificarle, pero no lo hace, por algún motivo. PAC sube a la esquina, para aplicar un salto final, pero la cuenta de 10 segundos final comienza, y decide no arriesgar. Espera a que acabe la cuenta, para decepción del público. Empate.

Creo que la lucha es bastante buena. Está muy enfocada a los Big Moves, pero refleja la igualdad entre los dos mejores en su estilo.

Puntuación: ****

viernes, 15 de marzo de 2019

PAC vs Kzy, Dragon Gate Truth Gate 2019 - Tag 5



Como comentábamos en el anterior post del blog, Neville pudo librarse, a finales de 2018, de su contrato con WWE, y pudo volver al wrestling en activo en las condiciones que el mismo elija en cada momento. Y volvió a dar buenos combates.

Dragon Gate siempre fue su casa. Aunque ha luchado en mil empresas, entre 2007 y 2012, el grueso de su carrera se llevó a cabo en la promotora japonesa. Y tras su regreso, no dudó un segundo antes de volver a ella, aunque, en realidad, podría luchar donde quisiera. De hecho, ha firmado con AEW. Espero que pueda compaginar ambos trabajos.

Hay varias luchas destacables de PAC en su nuevo paso por Dragon Gate. En diciembre, se convirtió en Open the Dream Gate Champion, ostentando, así, el más importante campeonato de la compañía, al vencer a Masato Yoshino. Pero la lucha que más ha llamado la atención en esta etapa es su defensa titular ante Kzy, del 10 de febrero de 2019

Kzy es otro clásico de Dragon Gate. Los luchadores japoneses, en general, son muy leales, pero el caso de esta empresa es especialmente llamativo. Parece que todo el mundo quiere quedarse ahí para siempre, o que acaba volviendo tras irse. Kzy lucha desde 2006 en la compañía, y  en los últimos años ha dado el salto a las grandes luchas. Desde 2018, lidera el stable Natural Vibes, ganando el Open The Triangle Gate Championship.

Este combate ha recibido 4.75 estrellas de Meltzer. Y, realmente, está muy bien, es un gran combate. Pero es un poco exagerada esa nota.

PAC mantiene la actitud que tenía como King of Cruiserweights en WWE. Comienza la cosa con una velocidad endiablada, con movimientos a ringside, que acaban con un Brain Buster del inglés sobre el japonés. 

PAC no intenta fingir deportividad; se sube al ring, y espera el countout. Pero, en última instancia, su oponente consigue subir, salvando el combate por el momento. Eso sí, recibe un muy buen castigo en el cuello, para aprovechar ese ataque tan exitoso.

Pronto, la cosa se sale de madre, y así sigue hasta el final. Esto es la guerra, y el principal arma de Kzi es su codo. Consigue aplicar un montón de golpes de antebrazo, mientras que PAC es mucho más aéreo, lo que suena raro, porque también es más pesado. En concreto, asesta un vuelo (creo recordar que un Shooting Star Press, pero también podría haber sido un 450 Splash) sobre la espalda de Kzy, que estaba de pié, que deja boquiabierto al referee.

El japonés intenta conectar un nuevo ataque en el esquinero, pero se acaba llevando un dolorosísimo Tombstone Piledriver desde ahí que resulta fatal. PAC remata con el Red Arrow, que es, como siempre, impresionante. Victoria para él.

He estado dudando sobre si esta lucha merecía sobrepasar ese límite de las 4 estrellas, que la convierten en un MOTYC. Aunque sea justito, creo que el desempeño en el ring es formalmente muy bueno por parte de ambos, así que voy a darle esas pequeñas décimas que pudieran faltarle en mi mente para llegar ahí, porque 3.75 también me parece poco.

Puntuación: ****

jueves, 14 de marzo de 2019

Neville vs Austin Aries, WrestleMania 33 Kickoff



Al fin, después de 14 meses sin luchar, PAC volvió, a finales de 2018, a los rings. Y, desde entonces, se ha convertido en una de las principales atracciones de los territorios independientes, luchando, sobre todo, en Dragon Gate, y ya con un contrato firmado con AEW.

PAC, con el nombre de Adrian Neville, tuvo un paso por NXT muy destacable. Su reinado es de los mejores en la historia de la marca amarilla de WWE. Pero, cuando subió al roster principal, se encontró con la forma de bookear del equipo de Vince McMahon. En Raw, era el tipo chiquitillo que daba muchos saltos, que un día tenía una buena lucha, y el siguiente, hacía de jobber. O sea, el mismo papel que jugaron Evan bourne y tantos otros.

Y WWE creó 205 Live, la única hora de wrestling en directo semanal que hay en su plataforma web. Y, aunque hoy me parece un buen programa, que no tiene nada que envidiar a la división junior de NJPW, o la la división crucero de WCW, independientemente de su audiencia o la escasa importancia que le de la empresa, por esa época, no me interesaba demasiado.

Entonces, dado que no había planes para Neville, y que los luchadores de 205 Live aparecían en Raw, WWE lo movió a la división crucero. Sin mucha dificultad, se convirtió en campeón, y, con un personaje Heel, se autoproclamó Rey de los Cruceros.

Con eso, el título ganó mucho interés. Sus luchas frente a Ric Swann y Jack Gallagher en PPV fueron realmente buenas, y de cara a WrestleMania, comenzó una rivalidad con Austin Aries, que había pasado de NXT a la mesa de comentaristas, y con el que empezó a pelear durante entrevistas. En ellas, PAC intentó abusar de él, verbal y físicamente, pero Aries se reveló como un posible candidato a quitarle el título.

Ambos, acabarían hartos de su papel en la empresa, y se irían. Y, realmente, son dos luchadores sensacionales, que tienen todo el trabajo  que quieren, donde quieren, aunque no sé si ser la gran estrella de Dragon gate o Impact Wrestling puede compararse a luchar en un estadio, y con un ambiente, como el que les rodea en su lucha en el Kickoff de WrestleMania 33, que es la lucha que comentamos hoy.

Porque, cuando ocurrió esta rivalidad, me quedé con las ganas de revisar una lucha de la misma. Y, cuando decido escribir sobre un combate, aunque no saque tiempo para hacerlo, ese combate queda en mi lista mental de luchas pendientes. Ahora que PAC vuelve a luchar, tengo una excusa, porque hay más luchas suyas que es necesario ver. Así, le dedico unos días seguidos.

Las carreras de los dos protagonistas de hoy, repuntaron mucho en su regreso al mundo independiente. Aries se fue inmediatamente, tras la rivalidad, y fue muy bien acogido fuera de WWE, llegando a portar 5 correas de campeón simultáneamente. Sin embargo, a finales de 2018, perdió el Campeonato Mundial de Impact Wrestling, y nada más acabar la lucha en cuestión, se levantó y se fue de la arena, sin vender el dolor ni nada. Cometió lo que se considera una gran falta de profesionalidad, y después, desapareció, luchando, a partir de ahí, en Hawái y Australia. Supongo que se puede considerar un periodo vacacional.

Por su parte, Neville siguió siendo el King of Cruserweights durante unos meses, hasta que Kalisto y Enzo Amore llegaron a la división. El segundo, un tipo bastante deleznable, pero con buen uso del micro, se convirtió en campeón, y eso enfadó a Neville, que decidió dejar la empresa. En este caso, WWE no le concedió el despido.

Durante mucho tiempo, se escucharon rumores sobre su regreso. Se dijo que tendría un personaje similar al de Hurricane Helms, pero la cosa se volvió a poner fea. Durante más de un año, se negó a hacer su trabajo, y no recibió la liberación hasta 14 meses después, en octubre de 2018.

Felizmente, recuperamos, ahora, a un gran luchador, que ya ha dado grandes combates ante Kzy, Will Ospreay o Walter. Pero, antes de ver estas luchas, quería cerrar su capítulo en WWE con el enfrentamiento citado ante Aries en WrestleMania 33.

Como se ha convertido ya en tradición, el Cruiserweight Title se juega en el Kickoff de WrestleMania, evento previo al magno show que se emite tanto en WWE Network como en Youtube, y con el que la empresa intenta atraer, todavía, a gente para que se suscriba a la plataforma antes de que empiece lo bueno. No hay mucha diferencia con respecto a estar en el show principal, salvo porque el estadio no está lleno aún, y porque, seguramente, los participantes en este combate no obtienen el bono de PPV. 

Seguro que ese pago menor no es del agrado de Neville y Aries, pero, por lo demás, hay que valorar el lugar en el que están. El estadio es inmenso, hay muchísima gente, que vive el combate con interés e intensidad. Está bien colocado en esa parte de la cartelera, es un sabroso entremés.

Y una lucha de verdadera calidad. Durante los primeros minutos de la misma, Aries y Neville nos proponen una lucha clásica de cruceros, con movimientos muy rápidos, vuelos, intentos de conteo... Lo que uno ama de esta división.

Hay una pequeña pausa publicitaria, para vender la Network y los muñecos de la empresa, que Neville aprovecha para calmar las cosas, castigando el cuello de su oponente con headlocks. En general, los movimientos de ambos son frontales. Esta parte de la lucha es más pausada, con un dominio muy claro del campeón, que Aries elimina con un veloz comeback, dando como resultado un 450 Splash, y un Last Chancery, con el que intenta hacer rendir a su rival. Pero no lo logra, dado que PAC se libra, usando un piquete muy sucio a los ojos del atacantes, seguido de un golpe en la cara con las cuerdas, más sucio todavía. Con ese dolor en el rostro, Austin recibe el Red Arrow de una forma muy impactante, y ahí terminan sus opciones.

Buena lucha, con más tiempo del que esperaba.

Puntuación: ***1/2

miércoles, 13 de marzo de 2019

Tommaso Ciampa vs Aleister Black, WWE NXT Takeover Phoenix



En enero de 2019, durante el fin de semana de Royal Rumble, WWE nos ofreció, desde Phoenix, una nueva edición de Takeover, los eventos especiales de su marca de desarrollo, NXT y, aunque las 5 luchas que forman la cartelera son dignas de ser vistas, nosotros nos vamos a quedar, por ahora, con el main event de la noche, en el que Tommaso Ciampa defiende el WWE NXT Title ante el excampeón, Aleister Black. 

Black se vio perjudicado por la rivalidad entre Tommaso Ciampa y Johnny Gargano. Este último, sin pretenderlo, en medio de su turn heel, provocó la derrota del holandés, y, posteriormente, y ahora, claro, de forma muy pretendida, le atacó, lesionándolo, e impidiéndole estar en su lucha de revancha.

Tras recuperarse de las secuelas del ataque, Aleister se ocupó de sus asuntos pendientes, antes de intentar recuperar su correa. Por eso mismo, se enfrentó a Gargano, y le sacó la cabeza con un zapatazo.

En Phoenix, le toca a Ciampa sufrir las patadas de Black, que, una vez más, demuestra que es un luchador para grandes cosas. Pero, a pesar de su habilidad, no consigue salirse con la suya.

Porque, empezando la contienda, se hace daño en una pierna, tras uno de sus vuelos a ringside. En primera instancia, eso no es muy problemático; tan sólo tiene unas pequeñas molestias en la rodilla. Pero, cuando Tommaso se da cuenta de lo que le pasa, comienza un duro ataque sobre la extremidad dañada.

Lo mantiene durante mucho rato, en el que usa todo lo que encuentra para hacerle daño. Pero lo mejor es la manera de Black de vender ese dolor. Porque, en un momento dado, se acaba el dominio puro del campeón, y hay cierta igualdad. Pero Aleister sufre mucho, y ese dolor, le ralentiza en los momentos adecuados, perdiendo la oportunidad de infligir algunos golpes. En cada momento, Tommaso se aprovecha de esto, como un zorro. Incluso vemos a Black realizar un súplex con una  sola pierna.

Y el final del combate tiene mucho sentido con respecto a esto. Porque Black ya había soportado un Fairy Tale Ending, y había usado la Spinning Heel Kick. pero, tras un buen intercambio de big moves, va a por su patada final de nuevo, sin éxito. Primero, Ciampa pone al referee en medio, imposibilitando el golpe, y posibilitando su Facebuster final. Va a por otro, pero Black se libra, y busca, de nuevo su patada. Esta vez, es incapaz de realizarla por el dolor en su pierna, y, ahora sí, Ciampa tiene vía libre para aplicar un tercer Fairy Tale Ending para ganar.

Creo que el combate está muy bien llevado a cabo de principio a fin, y el trabajo de Black, en concreto, es de mucho nivel.

Puntuación: ****1/2

martes, 12 de marzo de 2019

Torrie Wilson vs Dawn Marie, Bra & Panties Match, Smackdown 13/02/2003




Cada año, al Salón de la Fama de WWE entran varios luchadores de bastante nivel, y a mí me hace ilusión tener una excusa para comentar un par de combates de cada uno de ellos. Con respecto a la edición de 2019, en el momento de escribir este, que es el primer artículo del especial Hall of Fame del año, sólo se han anunciado tres exaltaciones: la de D Generation X, la de Torrie Wilson, y la de Honky Tonk Man. No es que no lo merezcan, pero entre todos, no juntan una buena lucha.

Por eso, no es que esté muy animado con respecto a este especial a día de hoy, pero espero que la cosa remonte con próximos anuncios. Empiezo el especial hablando de Torrie Wilson, y así nos quitamos lo peor de enmedio rápidamente. Porque, si ahora celebramos el fin del machismo en WWE, y la llegada de la lucha de verdadera calidad a la división femenina de la empresa, Torrie Wilson ejemplifica todo lo contrario.

Aunque no necesariamente por su culpa. En cualquier caso, WWE tiene que inducir a una mujer al Salón de la Fama cada año, y tampoco tiene muchas opciones. Inducir a alguien de tiempos de The Fabulous Moolah, sería peligroso, por lo que pudiera llegar a decir en el estrado. Así que todas las candidatas son relativamente jóvenes. Este año, le toca a Torrie Wilson.

Wilson es el estereotipo de muñequita playboy más claro que existió en la clásica división de Divas de WWE, quizás sólo superada por Candice Michelle. Era una mujer muy rubia, muy guapa, con las piernas muy largas, que disputó luchas de conejitas, en ropa interior, concursos de bikinis, y todas esas mierdas tan ridículas y denigrantes. En dos ocasiones, apareció en la revista Playboy, como algunas otras de las mujeres que pasaron por WWE. En esos tiempos, la empresa se enorgullecía de ello.

Debutó en WCW, como valet, y fue utilizada en una storyline para seducir a David Flair, el hijo mayor de Ric, que luchó en esa promotora. En 2001, cuando WWE compró WCW, llegó a la empresa como parte de La Invasión, y en el PPV que llevaba ese mismo nombre, hizo pareja con otra chica de similares características, Stacy Keibler, que también había hecho el rol de modelo-luchadora eventual en WCW, para enfrentarse a dos mujeres mucho más experimentadas, Lita y Trish Stratus. No solo no estaban a la altura, sino que la lucha fue bajo la estipulación "Bra and Panties". La madre que los parió.

Con la división de marcas, Torrie Wilson se convirtió en un personaje muy importante en Smackdown. Era la mujer de la marca, la que aparecía en los postes junto a Lesnar y el resto de las estrellas masculinas. Pero, con el tiempo, las hormonas de la gente de WWE se fueron calmando, y se fue eliminando el material semipornográfico del producto. Después de una guerra tan dura con WCW, había que limpiar la imagen de WWE.

En ese contexto, con un poco más de lucha en la división femenina, Torrie no fue capaz de seguir el ritmo del resto de las chicas, pues sus habilidades eran limitadas. En 2007, abandonó una empresa en la que ya no tenía sitio, tan solo para aparecer de vez en cuando, en alguna battle royal o Royal Rumble.

Dicho esto, hay que ver una lucha de Torrie Wilson. Y tiene que ser una que sea paradgimática en su carrera. Que Dios me perdone.

La lucha que vamos a repasar tiene lugar en el programa Smackdown, en febrero de 2003. Torrie tuvo una rivalidad bastante dura con Dawn Marie, quién había llegado a WWE tras su paso por ECW, donde también hacía el papel de valet. En la empresa de los McMahon, protagonizó una historia en la que se enamoraba del padre ficticio de Torrie, el señor Al Wilson, llegando, incluso, a casarse con él.

Según esta absurda historia, Al murió durante la luna de miel, después de sufrir un ataque cardíaco, como consecuencia de tener demasiadas relaciones sexuales. Bendita muerte.

Por lo que sea, esto provocó una rivalidad entre Dawn Marie y Torrie, que se enfrentaron en varios combates "Madrastra vs hijastra". La lucha que comentamos hoy en un Bra and Panties Match, que es el tipo de combate que uno quiere hacer cuando su padre muere.

Creo que nunca me había parado a ver una lucha bajo esta estipulación. Resulta que la ganadora es aquella que le quita la ropa a su rival, hasta dejarla en ropa interior. 

Ante un público que está encantado de presenciar semejante espectáculo, las luchadoras se enfrentan. El caso es que parecen tener un buen entrenamiento. Fit Finlay se tomaba en serio la formación de las Divas. Pero la lucha, que dura pocos minutos, está basada en ir quitando ropa al rival. Al final, la vencedora es Torrie, que también se baja el pantalón para enseñar un poco el culo al público, por si alguien ha quedado decepcionado con el resultado.

Nada más que decir.

Puntuación: *

domingo, 10 de marzo de 2019

The Undertaker vs Jeff Hardy, Ladder Match, WWE RAW 24/06/2002




En enero de 2018, se cumplieron 25 años de emisión del programa Monday Night Raw, la gran ventana del wrestling al mundo. Desde entonces, de vez en cuando, vemos alguna lucha histórica del programa, siguiendo una lista de 25 combates publicada por Watchculture, de la que me encapriché, personalmente. Todavía vamos por el puesto 15, ocupado por la clásica Ladder Match entre The Undertaker y Jeff Hardy.

Undertaker nunca ha sido un gran campeón. Siempre ha estado sumergido es historias alternativas, en muchas ocasiones, con rivales enormes, de calidad justita. Salvo en su última etapa en Smackdown, en la que ganó varias veces el World Heavyweight Championship, y tuvo rivalidades geniales. 

Pero, inicialmente, sus reinados como Campeón de WWE fueron cortos, y normalmente como parte de un turn heel, en el que presentó variaciones interesantes en su personaje. El primero, fue en el año 91, tras un año en la empresa con su personaje avasallador de loco que metía a sus rivales en bolsas de cadáveres. El tercero, lo obtuvo como parte del storyline del Ministry of Darkness, en el 99. Y el cuarto, lo ganó en 2002, siendo el Big Evil.

En esos tiempos, Jeff Hardy era todavía jovencito, y apenas había salido de la división tag team. Faltaban muchos años, todavía, para convertirse en un main eventer de verdad, y llegar a ser campeón. Pero ya era muy querido por el público, y consiguió una oportunidad titular, como lo había hecho una semana antes Rob Van Dam. Esta vez, la pelea es una Ladder, que es la especialidad de Jeff. Si alguna vez en su vida puede vencer al Enterrador, tiene que ser de esta manera.

Su estrategia es pillar por sorpresa a su rival, subiéndose en su moto, y aprovechar su ira para saltarle encima, y golpear con escaleras. Pero Undertaker se recupera pronto, y comienza una tortura sobre un rival mucho más pequeño.

Esto es un combate del tipo "David vs Goliat", pero con escaleras. No hay muchas luchas de este tipo con estas reglas, y por eso, es especialmente interesante. Undertaker ataca, una y otra vez, la cabeza de jeff, con escaleras, tirándolo contra las mesas de comentaristas, o con sus clásicos golpes y Leg Drops. Hardy protagoniza algún comeback bastante furioso, que genera muy buenas reacciones, pero no tiene suerte con un rival de tanto nivel.

Sólo le queda una opción: aprovechar que en una ladder no hay descalificación, para asestar un fault, seguido de un vuelo a ringside, gracia a lo cuál, puede ascender por una escalera para agarrar la correa. Pero Taker no se lo permite.

Aún así, Jeff conoce bien este tipo de lucha. Cuando el Deadman lo baja de la escalera, para aplicarle su poderoso Last Ride, Hardy lo lanza fuera del ring con una tijeras, y vuelve a subir velozmente. Pero Undertaker no pierde tiempo, y entra al ring de nuevo, pegándole sillazos en la espalda al enigmático.

Por tercera vez, Jeff se la vuelve a jugar. Cuando Taker intenta usar, otra vez, el Last Ride, el joven agarra una silla del suelo, y le pega en la cabeza con ella. Una vez más, sube rápido las escaleras, con la obsesión de convertirse en campeón. Pero Taker le sigue por tercera vez, y esta vez, sube arriba con él, y lo arroja al vacío con un ChokeSlam. A la tercera va la vencida, porque, ahora sí, Hardy permanece en el suelo, y Undertaker se lleva el premio, por entonces conocido como WWE Undisputed Championship. 

Tras la lucha, El Enterrador vuelve al ring para, de una vez por todas, aplicar su Last Ride. Pero Jeff, poco después, agarra un micro, y le dice que él aún sigue en pie. No ha podido destruirle. El Big Evil accede al ring, pero esta vez, en lugar de golpearle, levanta su brazo, y reconoce su valía. Gestos típicos de Calaway, que le reconcilian con el público asistente.

Buena historia.

Puntuación: ***3/4

sábado, 9 de marzo de 2019

Pedro Morales vs Giant Baba, AJPW MSG Series 13/06/1974




Vamos a acabar el especial sobre Pedro Morales, dado que, una vez más, se nos está llenando la morgue de cadáveres. King Kong Bundy y The Destroyer esperan su turno.

En este especial, hemos visto dos combates de Pedro Morales, ocurridos durante los años 80, cuando era el Campeón Intercontinental. Debido a la falta de material, y a la poca calidad de lo poco que existe, eludimos la opción de comentar algo de su reinado como Campeón de la WWWF.

No obstante, me ha parecido correcto acabar el especial con algo de esa época. Y, si uno quiere ver luchas de calidad en los 70 y los 60, lo mejor que puede hacer es buscar material de Japón. En pleno auge económico y tecnológico, en esa época, los japoneses estaban más avanzados en lo respectivo a equipos de grabación casera. Además, las retransmisiones televisivas de wrestling a nivel nacional ya se daban con regularidad en esos años. Eso nos proporciona un material muy valioso.

Cuando hicimos el especial por el fallecimiento de Bruno Sammartino, ya recurrimos a un gran combate que el italiano tuvo frente a Giant Baba. Sin esas luchas en Japón, sería imposible para nosotros poder valorar lo realmente buen luchador que era La Leyenda Viviente. Vamos a hacer lo propio con Pedro Morales, que también se enfrentó al fundador de AJPW. 

Recordemos, por otro lado, que se han cumplido 20 años del fallecimiento de Baba, y que se ha llevado a cabo un evento especial en su honor en Japón. Ese es otro especial que debemos hacer, aunque hoy vayamos a ver una lucha suya, y también aparecerá, con casi total seguridad, en el especial sobre The Destroyer. Pero merece su propio espacio.

Nos vamos al verano del 74. Morales ya había perdido el título de la WWWF unos meses antes, tras haberlo portado durante 1027 días, o sea, casi 3 años. No llega a Japón como el gran campeón americano, lo que le libera un poco. Si portara la correa, seguramente, la lucha acabaría sin un resultado claro. Pero, al mismo tiempo, sería mucho más épica.

La contienda, finalmente, es buena. No es una gran batalla entre campeones como la que Baba tuvo con Sammartino, pero está bien hecha. Dura 15 minutos, y es al mejor de 3 caídas, como solía pasar en las luchas titulares en esa época. El japonés defiende el PWF Heavywieght Championship, el título principal de AJPW entre el 73 y el 89, cuando se unificó con el NWA International Heavyweight Championship y el NWA United National Championship, para formar el Triple Crown Heavyweight Championship.

En la primera caída, Pedro Morales utiliza su fornido físico para dañar la cabeza del gigante. Aplica Headlocks muy fuertes, pero el campeón consigue librarse, y aplica ataques a los brazos, para evitar que ese castigo pueda continuar. Sin embargo, también las piernas del puertoriqueño son poderosas, y las usa para seguir haciendo daño a la cabeza de Baba. Este, una vez más, escapa del ataque, y vuelve a aplicar llaves, en este caso, a las piernas. Se las sabe todas.

Esta caída tiene un dominio muy disputado, con buen trabajo por parte de ambos, pero acaba de forma repentina, cuando el japonés usa un Belly to Belly Suplex para derrotar a su rival.

En la segunda caída, volvemos a presenciar un intercambio de headlocks y llaves a los brazos, hasta que Morales consigue aplicar unas hábiles patadas voladoras saltando sobre la tercera. Asesta varios ataques rápidos, y cubre a Shohei con un Sentón desde la tercera, que impide que el campeón pueda levantar los hombros del suelo.

El legendario Baba es, así, sorprendido por el extranjero, pero se pone serio, y se lleva la parte final de la contienda con gran velocidad. Pedro busca varios golpes a su estómago, se vuelve a mover con velocidad, de cuerda a cuerda, pensando que ha encontrado la clave para vencer. Pero, en uno de esos movimientos, recibe como respuesta un Lariato volador, con el que vuelve a sufrir un golpe en la nuca muy fuerte. La lucha acaba, así, con una tercera caída que dura menos de un minuto.

Producto bastante bueno y disfrutable, sin convertirse, por ello, en un clásico. 

Puntuación: ***3/4

viernes, 8 de marzo de 2019

Daniel Bryan vs Kofi Kingston vs Jeff Hardy vs Randy Orton vs Samoa Joe vs AJ Styles, WWE Elimination Chamber 2019



Si Elimination Chamber comenzaba con una lucha en jaula para definir a las primeras campeonas en parejas de WWE, terminaba con una lucha del mismo tipo por el veterano WWE Championship, en la que podríamos considerar la noche de Kofi Kingston. 

En primera instancia, el plan era que Mustafa Ali ocupara un sitio en esta lucha. Pero se lesionó, y su sitio fue ocupado por Kofi. Por su carrera, y por la forma en la que entró en la contienda, no era de esperar que ocurriera nada importante con él. Pero la magia se abrió camino, y va a provocar, probablemente, y de una manera no planificada, un momentazo en WrestleMania.

Kofin Kingston debutó en WWE en 2007, hace más de 11 años, presentándose como un luchador highflyer bastante impresionante, que avanzó fácilmente hasta el midcard, pero que se quedó ahí. Ganó todos los títulos posibles en esa zona del cartel, pero nunca dio el salto a los main events.

En 2009, debió llegar su momento. Se enfrascó en una rivalidad con Randy Orton, principal heel de la empresa en la época, en la que consiguió varios highlights, obteniendo una gran victoria en Survivor Series, y dando un buen combate ante el entonces líder de The Legacy. Pero parece ser que cometió algún tipo de error en alguna lucha contra Orton, y este frenó su ascenso. El push se acabó.

Desde entonces, y durante muchos años, Kofi continuó dando saltos, sin avanzar en su rol, hasta que se formó The New Day, que hizo que su carrera cambiará por completo. Junto a Xavier Woods y Big E, creó una agrupación histórica, que ha dado muchas luchas buenas, y ganado muchos títulos, y que, sin duda, entrará al Hall of Fame, pero en la que su papel individual de disolvió un poco.

Ahora, sin que nadie lo esperara, entra en una Chamber sustituyendo a un compañero, y su papel en la misma va a provocar un cambio drástico en su carrera, que, posiblemente, le lleve a luchar por el WWE Championship en WrestleMania, frente a Daniel Bryan.

Y, de ser así, quizás tengamos al primer campeón negro en la historia de WWE. El mismo día en el que Becky Lynch podría triunfar y volver loco al público, Kofi podría conseguir lo que ya parecía imposible, y lo que el público, por su reacción en Elimination Chamber, desea más que nada. Y, cuando al público de WWE se le mete algo en la cabeza, más vale dárselo, si no se desea tener un nuevo fin de WrestleMania lleno de abucheos.

Tenemos una Chamber con 6 grandes veteranos. Si este combate hubiera tenido lugar hace 10 años, no hubiera sido de extrañar, pues todos eran ya estrellas en sus respectivas empresas. Además, a lo largo de los años, se han dado rivalidades múltiples entre muchos de ellos. Hemos visto feudos entre Bryan y Orton, entre Orton y Kofi, entre Orton y Hardy, entre Hardy y Styles, entre Styles y Joe, entre Bryan y Styles, entre Bryan y Joe... Muchos años de luchas.

Y, a pesar de esto, la pelea no resulta muy buena, salvo en la parte final, en la que se enfrentan Kofi y Bryan. Lo demás no me interesa lo más mínimo.

Empiezan luchando Joe y Bryan. Esperaba que pudiera haber una rivalidad buena entre ellos en WWE, pero ahora que ambos son rudos, no va a ser posible. En cualquier caso, la decisión de comenzar con dos heels es extraña.

Tienen un buen intercambio, aún así. El resto de los participantes va saliendo, y las eliminaciones se producen, sin que haya grandes historias de por medio. Todas resultan un poco frías, y parten de la nada, de un simple finisher aplicado en un momento arbitrario. 

Pero quedan en la final Kofi y Daniel, y el público empieza a soñar. En un programa previo de Smackdown, en un Guantlet Match, Kingston salió triunfante, y la empresa debió quedar satisfecha con su trabajo, y con la reacción del respetable, para que Kofi ganara un protagonismo semejante de la noche a la mañana, que recuerda un poco al EC de 2013, en el que Santino Marella estuvo a punto de dar la campanada ante el propio Danielson.

Pero lo de Kofi parece un poco más serio que lo de Santino. El enfrentamiento entre el exjamaicano y el campeón es bueno, aunque muy centrado en los finishers. Pero, eso, en este contexto, resulta beneficioso para la historia, porque, cuando Kofi sobrevive a la Running Knee de Bryan, su victoria parece posible. La gente saca esa conclusión, en base a la cultura subconsciente insertada durante años en sus cerebros. Y cuando consigue ejecutar el Troubles in Paradise, el entusiasmo es general. Pero no consigue ganar. El conteo con el que Daniel se lleva la victoria es el más silencioso que recuerdo. Nadie hace la cuenta junto a referee, como suele pasar en cualquier otra lucha. Es una decepción muy legítima, que tendrá consecuencias.

Puntuación: ***1/2