En mayo de 2013, falleció Hector Garza, víctima de un cáncer
que lo había retirado de los cuadriláteros meses atrás. Se trataba de una de
las principales estrellas del país, un luchador que había estado en AAA, en
WCW, en TNA, en CMLL…
Y se trataba de un personaje que a mí me encantaba, quizás
no tanto en lo que se refiere a habilidades luchísticas, pero si a su
performance, a lo bien que lo hacía como rudo cobarde a las órdenes de el Hijo
del Perro Aguayo, o a lo bien que lo hacía como técnico, desnudándose en el
ring ante los gritos de las señoras golosas. Siempre daba el espectáculo en la
Arena México.
En 2011, ganó el título mundial de Peso Completo del Consejo Mundial de Lucha Libre, en una batalla que disputó contra la figura más
importante de la baraja luchística, el Último Guerrero. La victoria la celebró
con su hijo en el ring al final, lleno de felicidad. Un año después se tendría
que retirar por su enfermedad mortal… Que cosas tiene la vida.
En cuanto a la lucha, como suele pasar en el Consejo, es al
mejor de 3 caídas. Comienza una primera caída muy a ras de lona con un Guerrero
dominando y aplicando llaves querubín sobe sus piernas. Pero este no se rinde
y, a pesar de acabar la caída cojo, logra enganchar al campeón con una llave
que le da la victoria parcial.
La segunda caída es rápida: al de Monterrey se le olvida la
cojera y pega un salto que quiere adornar quitándose la camisa ante la
expectación de las chicas. Pero el Guerrero lo aprovecha para llevárselo con un
paquetito y ganar. 1-1
Y llega la tercera caída, que viene a ser un intercambio de
near-falls entre ambos. El Último Guerrero aplica varios Guerrero Specials, la
especialidad de la casa, que son variados power-slams desde el esquinero, pero
Garza sobrevive a todos, y contrataca con sus propios ataques y sus saltos
mortales. El último de estos le da una sorpresiva victoria que acaba con el
reinado del Último Guerrero. Buen combate, no es la hostia, una lucha
entretenida.
Puntuación: ***1/4