La primera lucha que comenté en este
blog fue la que tuvieron El Genérico y Kevin Steen en ROH Final Battle 2010, un pedazo de lucha a la que le puse 5 estrellas, por la
forma en la que, de verdad, se cuenta una historia de odio, por el
gran villano que era Steen, y el gran héroe que era El Genérico.
Esta lucha formaba parte de una inmensa rivalidad que se propagó por
varias promociones independientes, y que protagonizaban entre dos
luchadores que, durante años, habían sido compañeros de equipo, y
habían compartido vestuario.
La historia de El Genérico y Kevin
Steen merecerá un futuro especial, pero hoy vamos a contar lo que ha
pasado recientemente: su rivalidad ha llegado hasta donde no llega
nada del mundo del wrestling independiente, hasta WWE. Los dos, ya
como Sami Zayn y Kevin Owens, se enfrentaron en NXT Takeover Rivals
de principios de 2015 por el NXT Championship que Zayn le había
quitado a Adrian Neville dos meses antes.
Steen era una bestia enfermiza en el
mundo indy, y se ha traído su personaje a NXT. Lo único que ha
cambiado es el apellido que utilizaba, sustituyéndolo por el nombre
de su hijo, pero por lo demás es el mismo animal que disfruta
haciendo sufrir a sus rivales. Y en esta lucha, lo demuestra.
Domina la mayor parte del
enfrentamiento, con ataques muy stiff, con mucho castigo a la espalda
del campeón, y también a su estómago. Zayn tiene algunos
come-backs con mucha fe, pero el trabajo que práctica Steen es
imparable.
En uno de los come-backs del Genérico,
este salta a ring-side a por Kevin, pero rebota dándose en la nuca
un buen golpe contra la rampa, que en NXT es de metal. Y Kevin sabe
cómo hacer daño en las debilidades de sus rivales.
Owens lo engancha con una power bomb,
el peor golpe que se puede dar sobre la nuca de un luchador. Zayn no
se rinde, a pesar de que el médico se lo aconseja. Intenta luchar,
pero se lleva otras dos power bombs. Sin embargo, la cuenta vuelve a
quedarse en dos. Owens se enfada, para él esto es algo personal, no
solo negocios, como dicen los comentaristas, y sigue aplicando
bombas, con toda la maldad del mundo, hasta que el referee para el
combate, dándole la victoria a Kevin Steen porque Sami Zayn no
puede seguir luchando. El nuevo campeón acaba enfadado: quería
seguir haciendo daño.
Muy buen combate, sin demasiados spots
ni nada, tan solo un palizón bien contado.
Puntuación: ****
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