El pasado 7 de marzo de 2019, falleció Dick Beyer, conocido en el mundo del wrestling como The Destroyer. Contaba con 88 años de edad, de lo que se deduce que su muerte ocurrió por causas naturales. Descanse en paz.
Destroyer es un luchador de vieja escuela, muy antiguo, por lo que habrá una importante parte de los lectores que no lo conozcan, o que, habiendo escuchado hablar de él, nunca haya visto una lucha completa suya. Pero, a pesar de que no se encuentre, hoy en día, en boca de todos, es un luchador muy importante en la historia de este deporte, y muy bueno.
Desde luego, merece que le hagamos un especial. Dado que tenemos millones de cosas pendientes de las que hablar, estamos haciendo especiales de este tipo con, tan sólo, tres luchas. Merecería más, y es difícil quedarse, sólo, con tres combates suyos. Pero esperamos que sea suficiente para estimar su carrera.
A principios de 2018, más o menos, un año antes de su fallecimiento, The Destroyer recibió un premio, otorgado por el gobierno de Japón. Se trata de la medalla del Sol Naciente, The Order of the Rising Sun, creada por el Emperador Meiji en 1875, la primera condecoración nacional otorgada por el gobierno del país. El premio fue dado al luchador por "una vida dedicada a promover la buena voluntad y lo intercambios culturales entre Japón y Estados Unidos.
Y, es que, Beyer es un luchador americano, pero consiguió transcender hasta el infinito en Japón. Aunque empezó a luchar en América en la década de los 50, no fue hasta 1962 cuando empezó a usar máscara, algo que le definió, y le diferenció claramente del resto.
Beyer fue baby face durante sus primeros años como luchador, pero cuando se puso la máscara y empezó a actuar como heel, destacó a ojos de todos. Era un luchador que poseía tanto técnica, como físico y personalidad, y, además, usaba una máscara atroz, que distorsionaba y exageraba sus rasgos. Lo tenía todo para ser una estrella.
Destroyer se hacía llamar a sí mismo "The Sensational Intelligent Destroyer", presumiendo, así, de sus estudios universitarios, y sus triunfos como deportista. Empezó a destacar en Los Ángeles, con una buena rivalidad frente a Freddie Blassie, quien le descubrió, y se hizo muy amigo suyo. Y allí conoció también a Rikidozan.
Rikidozan es conocido por ser el padre del puroresu. Introdujo el wrestling en Japón, y creó la JWA, una promotora de lucha libre, cuyas funciones se retransmitían por televisión, y que sumaban decenas de millones de telespectadores. Por desgracia, falleció prematuramente a finales de 1963, lo que provocó, tiempo después, el fin de JWA. Dos de sus principales alumnos, Giant Baba y Antonio Inoki, continuaron con su labor, al crear la All Japan Pro Wrestling, y la New Japan Pro Wrestling, respectivamente.
The Destroyer y Rikidozan protagonizaron una de las luchas más importantes en la historia del wrestling. El 24 de mayo de 1963, se enfrentaron, con el WWA World Heavyweight Championship en juego. Esta lucha fue emitida por el Channel4 de NTV, marcando un 64% de TV Rating, lo que supone más de 70 millones de espectadores, siendo, como comentaba Dave Meltzer hace unos meses, el combate de wrestling más visto de la historia.
The Destroyer y Rikidozan lucharon durante 60 minutos, hasta llegar al límite de tiempo. No he podido encontrar esta lucha en Internet, pero sí que he visto otra de diciembre del mismo año, ocurrida pocos días antes del fallecimiento del coreano. No es tan larga ni, posiblemente, tan buena, pero está muy bien. Es al mejor de tres caídas.
Demuestra perfectamente el tipo de rudo que era Destroyer. Domina, prácticamente, todo el combate, con llaveos y headlocks. Pero, sobre todo, protesta y gesticula. Es un malencarado, se pelea con el referee, y se pelea con el público.
En ningún momento, deja que Rikidozan le ataque. Cada vez que lo intenta, huye a ringside. Se aprovecha de las cuerdas, de forma tramposa, para desesperación de los aficionados. De esa manera, colocando la pierna sobre una cuerda, consigue llevar a cabo la cuenta de tres.
En la segunda caída, la cosa sigue igual. El Demonio Blanco Enmascarado sigue haciendo de las suyas, pero Rikidozan consigue conectar un chop tremendo que lo hunde en la miseria. El coreano se lleva la caída, y el americano tarda varios minutos en poder levantarse para seguir con la contienda. Le ha dolido mucho ese golpe.
La tercera parte de la batalla continúa con la línea mantenida anteriormente. The Destroyer aumenta su castigo sobre las piernas del rival, preparando la llegada de su llave definitiva, la Figura 4. Pero, esta vez, lo hace pegado a las cuerdas, aumentando el cabreo de referee y afición. Las utiliza siempre para ayudarse en las llaves y conteos, y se niega a soltar cuando la autoridad se lo exige. Muchas veces, suelta el agarre con los brazos, pero sigue apretando con las piernas. El referee protesta, y se se defiende gritando "Le he soltado", aunque el árbitro no entiende inglés.
Cuando Beyer intenta cerrar su Figura 4, Rikidozan se impulsa con las piernas para lanzarle fuera del ring, por encima de la tercera. Ahí, brawlean como locos, mientras la cuenta de 20 avanza. Rikidozan aplica un fortuito Belly to Belly Súplex que deja al americano en el suelo. Él sube al ring, justo antes de que la cuenta llegue a su fin, para conseguir la victoria y mantenerse como campeón del NWA International Heavyweight Championship. Por supuesto, fue su última defensa del campeonato, aunque los ataques de Destroyer tras la contienda auguraban que la rivalidad continuaría.
No fue así, por el fallecimiento de Riki, ocurrido en circunstancias realmente extrañas. Parece ser que fue a causa de una pelea en un bar, en la que recibió una puñalada. El luchador de origen coreano fue llevado al hospital, donde se le salvó la vida, pero la herida se abrió, pocos días después, causándole su fallecimiento definitivo a causa de una peritonitis el 15 de diciembre de 1963.
El autor del ataque, Katsuji Murata, fue encarcelado por asesinato. Se dice que era miembro de la Yakuza, y que asestó la puñalada tras recibir una buena paliza por parte del luchador profesional. Como suele ocurrir con los grandes duelos entre samuráis a lo largo de la historia, es probable que esta historia haya sido muy exagerada.
La lucha es realmente buena, con un trabajo sensacional de rudeza y técnica por parte del enmascarado. Como veremos en siguientes posts, este continuaría con su carrera en Japón, llegando a instalarse en el país, y a convertirse en una estrella de la televisión, apareciendo en programas y series.
Puntuación: ****1/2
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