miércoles, 23 de septiembre de 2020

Shawn Michaels vs John Cena, WWE WrestleMania 23


En los últimos días, hemos comentado un par de luchas recomendadas por lectores a través de la sección de comentarios, que es algo que todo hijo de vecino puede hacer si así lo estima oportuno. Hoy continuamos con esa misión, pues un fiel lector, The Comedian, refirió en su día la lucha entre John Cena y Shawn Michaels en el main event de WrestleMania 23. Es un combate muy conocido, así que no creo que sorprenda a nadie su presencia aquí. El el tipo de luchas que deben estar, sí o sí, en el blog, así que, hoy, cubrimos esa carencia.

Los primeros meses del año 2007 en WWE fueron bastante buenos. En el Road to WrestleMania, presenciamos el devenir de dos rivalidades titulares muy simétricas. Dos leyendas atemporales como Undertaker y Shawn Michaels, se enfrentarían en el magno evento del show más grande del año a las dos grandes superestrellas del momento: Batista (Smackdown) y John Cena (RAW). Las dos eran rivalidades entre Faces, así que estamos en un WrestleMania sin heels en los combates principales. Todo muy raro, y genial.

Undertaker ganó el Royal Rumble Match, eliminando a Shawn Michaels en último lugar. La verdad es que nada hubiera cambiado de cara a WrestleMania si hubiera habido un final en el último momento que hubiera alterado la identidad del ganador, puesto que el perdedor, Shawn, también luchó por un título en el magno evento. De hecho, creo que esa circunstancia se ha dado muchas veces, y no creo que sea casualidad. Pero Michaels ya había ganado dos veces la batalla real en sus años mozos, así que era el turno del Enterrador, quién, además, conseguiría su respectivo campeonato en el mayor evento del año. HBK, pues, se conformó con conseguir una oportunidad titular al derrotar a Edge y Randy Orton en una triple amenaza por la posición de Number One Contender. No es tan evocador, pero el resultado es el mismo.

Como digo, fueron dos rivalidades simultaneas entre faces, muy interesantes, pues se trabajaron los caracteres sin recurrir a nada sucio. Batista y Undertaker hicieron equipo varias veces, pero acabaron peleándose, pues había demasiada testosterona acumulada. Mientras que los dos tops de Smackdown se enfrentaban a dos rudos jóvenes pero bien posicionados como Mr Kennedy y MVP, Cena y Michaels se veían las caras con Edge y Orton, quitándoles los veteranos World Tag Team Championships. 

En No Way Out 2007, Batista y Taker se enfrentaron a Cena y Michaels. Los de Smackdown no mantuvieron la compostura, mientras que los de RAW supieron mantener la calma, y gracias a eso, se llevaron la victoria, a pesar de haber estado contra las cuerdas, gracias a la traición de Batista sobre su compañero. En lo relativo a RAW, aunque existía cierta tensión, por el momento, los contendientes se comportaban como caballeros.

Pero la batalla entre los cuatro legendarios guerreros se repitió en el programa de RAW previo a WrestleMania 23, un show en el que todas las rivalidades se prepararon de cara al PPV, incluyendo el Money in the Bank, y el enfrentamiento de millonarios entre Donald Trump y Vince McMahon. En el main event, los dos equipos se vieron una vez más las caras y en esta ocasión, fue Taker el que traicionó al Animal. Pero la cosa no acabó ahí. Al fin, Michaels sacó lo que llevaba dentro, y le pegó una Sweet Chin Music al Campeón de WWE, con un desprecio que concuerda con la actitud que demuestra en la lucha que mantienen en WrestleMania 23.

Una buena lucha, en la que Shawn se muestra muy superior la mayor parte del tiempo. Cena, que había entrado al estadio conduciendo un coche deportivo, de una manera muy espectacular, está a merced del veterano, que lo mira como si no valiera nada. John es el campeón, pero es el campeón de una era menor, de una categoría que no le llega ni a la suela de los zapatos a los tiempos en los que HBK batalló. O eso parece pensar este, que lo trata como a un niñato.

Shawn casi se ríe de él mientras aplica algunas llaves, y esquiva todo lo que lanza el musculado héroe. La fuerza de este es muy superior, pero Shawn elimina esa diferencia con su mayor conocimiento. E incluso se permite aplicar un Springboard Moonsault desde la segunda cuerda a la mesa de comentaristas.

Shawn le da una clase de wrestling a John, y este no consigue hacer prácticamente nada en buena parte de la batalla. Michaels se estrella contra el esquinero, y se abre la cabeza, así que, por primera vez, tiene un objetivo en la batalla.

Esta es una lucha entre un bruto que pega Clotheslines muy fuertes, y un veterano con mucho más conocimiento, pero también más soberbia. Es una pelea entre un perro y un gato. El félido consigue dañar la pierna del can, y disminuir su velocidad, pero tras sufrir esa herida, la cosa se complica para él.

El referee, que es Chioda, el veterano despedido en marzo de 2020, recibe una Sweet Chin Music, y queda fuera de juego. Cena empieza a buscar sus finishers sin parar, pero falla una y otra vez. Recibe un fuerte DDT, y un Piledriver asesino sobre los escalones de metal. Ahora también él tiene una herida en la parte posterior de la cabeza.

Pero Michaels tiene un problema: Cena tiene dos armas mortales que hacen demasiado daño como para soportarlas: el FU y el STF. Huye sin parar de ambos, pero acaba soportándolos. Tras varios STFs, se tiene que rendir, no hay otra. El público lo lamenta, porque estaba muy a favor del veterano. Cena retiene, en un muy buen main event.

Puntuación: ****

lunes, 21 de septiembre de 2020

Shawn Michaels vs Triple H, WWE Monday Night RAW 29/12/2003


Especial 25 Aniversario Monday Night RAW

Tras ver el Hell in a Cell Match entre Shawn Michaels y Triple H, ocurrido en Bad Blood 2004, vamos a echarle un ojo a la versión de ese mismo enfrentamiento, ocurrido en RAW en diciembre de 2003. Tras librarse de la amenaza de Goldberg, The Game se llevó el World Heavyweight Championship, y volvió a chocar con su antiguo amigo, Michaels, enfrentándose en el último programa de RAW de ese año, con la correa en juego. Esto revitalizaría su rivalidad de 2002, llevándolos a enfrentarse durante buena parte de 2004. 

Este combate de RAW está bastante bien, y es muy distinto a lo visto dentro de la jaula infernal en el anterior post, como cabría esperar. Es un match de estilo David vs Goliat en el que el dominio del grande, Triple H, es largo y un poco aburrido, pero que mejora cuando Hunter se hace daño en una pierna mientras lleva a cabo sus acciones, y su oponente lo aprovecha, intentando hacerle rendir.

Está a punto de conseguirlo, pero Flair está en la esquina de Triple H, y prohíbe que la cosa acabe a través de su llave maestra, la Figure Four Leg Lock, que es utilizada por HBK. En varias ocasiones, Flair ataca a Michaels, apoyando a su amigo.

Asimismo, tenemos varios momentos en los que el referee queda KO. Aunque esta no es una característica propia de una gran lucha, la verdad es que es entretenida, y el público está que arde. En este contexto, Hunter y Flair buscan la victoria de manera sucia, sin éxito. Con Hebner fuera de juego, llega Eric Bischoff a hacer la labor de Special Referee, y, bajo su supervisión, Shawn consigue el pinfall a través de la Sweet Chin Music. Hay júbilo en las gradas de su tierra natal, San Antonio, pero este se convierte en enfado cuando Bischoff anuncia que Hunter sigue siendo el campeón. Al exponer la repetición, demuestra que la espalda de HBK también estaba plana en el momento de cubrir a su oponente.

Shawn Michaels ataca a Bischoff, y este decide despedirlo, pero llega Stone Cold a poner orden y readmitirlo.

Puntuación: ***3/4

sábado, 19 de septiembre de 2020

Shawn Michaels vs Triple H, Hell in a Cell Match, WWE Bad Blood 2004


Estamos dedicando unos días para comentar algunas luchas que nos han referido los lectores en las últimas semanas. El amigo The Comedian quiso resaltar dos matches importantes en la historia reciente de WWE: el Hell in a Cell Match entre Shawn Michaels y Triple H en Bad Blood 2004; y la batalla titular entre el propio HBK y John Cena, que tuvo lugar en WrestleMania 23.

Casualmente, tenemos en marcha un especial sobre los 25 años del programa Monday Night Raw, en el que estamos repasando un listado de los mejores combates de la historia de ese show semanal, y dentro de las luchas que aún están pendientes, hay dos que coinciden con las mencionadas en lo respectivo a los nombres de los protagonistas. En la lista, tenemos un match entre Michaels y Hunter perteneciente al programa del 20 de diciembre de 2003; y un match entre Shawn y John, aquel famoso choque que duró alrededor de una hora, el 23 de abril de 2007, cuando el veterano se reivindicó al derrotar al campeón, tras no poder hacerlo en WrestleMania.

Pues bien, aprovechamos la coincidencia, para comentar estos cuatro combates, y así, cumplimos con los lectores, y al mismo tiempo, avanzamos en ese especial, que está parado desde hace muchos meses. Tendremos, pues, mucha presencia de Shawn Michaels en el blog durante unos días.

A pesar de que la lucha de RAW tuvo lugar antes que el Hell in a Cell entre Triple H y Shawn Michaels, va a ser este último combate el primero que vamos a comentar, por mantener el formato pensado originalmente. No es la última lucha que mantuvieron dentro de su rivalidad, pero si podemos decir que es la definitiva en términos de violencia.

Ya sabemos que Hunter y Shawn son muy amigos en el mundo real, y que hoy, juntos, bookean WWE NXT. Cuando eran jóvenes, a mediados de los 90, formaron tras bastidores el grupo The Qliq, junto a Kevin Nash, Scott Hall y Sean Waltman. Este grupo, fuera del kayfabe, se dedico a amargar la vida a los compañeros de vestuario, pero esto no tuvo consecuencias en las historias contadas arriba del ring.

Sin embargo, Shawn se unió a Triple H y la novia de este, Chyna, para formar un stable dentro del Kayfabe, D-Generation X, gracias al cuál, Shawn consiguió muchas victorias. Pero el chico rompecorazones se lesionó, aparentemente para siempre, y desapareció durante unos años, tiempo en el que la carrera individual del Asesino Cerebral empezó a despuntar.

En 2002, después de que WWE derrotara y fagocitara a la WCW de Turner, Shawn volvió a la acción, y fue bien acogido por su amigo. Pero fue un espejismo, pues acabaron metidos en una dura rivalidad que les llevó a luchar tres o cuatro veces. Esta rivalidad se reinició a finales de 2003, después de que, una vez más, Triple H se llevara el World Heavyweight Championship, y el feudo, ya un poco pesado, se dirigió hacia WrestleMania XX. Por suerte para el espectáculo, Chris Benoit ganó el Royal Rumble 2004, y se metió en la rivalidad, convirtiendo el main event del mayor evento del año en una Triple Amenaza fascinante.

El combate se repitió en Backlash con el mismo resultado: la victoria de Benoit, que, por fin, se convertía en campeón y obtenía la posición dentro de la empresa que merecía por su talento. Después de eso, Shawn y Hunter volvieron a hacer de las suyas, y así llegamos a Bad Blood, donde se ven las caras en un Hell in a Cell match que es también muy bueno.

Un Hell in a Cell con violencia, odio, y psicología hasta la extenuación. Shawn empieza el match muy arriba, tirándose sin descanso a por la cabeza de su oponente, y rajándosela. Se avecina match sangriento.

El comienzo desesperado de Shawn es frenado por la autoritaria superioridad física de The Game, que en esta época está un poco pasado de peso. Destroza la espalda de HBK con todo tipo de ataques, y cuando este intenta reaccionar con lo único que puede hacer contra él, que es pegarle un Low Blow, le revienta la cabeza con golpes con las escaleras de metal. Shawn sangra sin parar.

Shawn tiene la cabeza partida, y problemas en su espalda, que le prohíben aplicar una Sweet Chin Music. No obstante, logra reaccionar gracias al uso de mesas y escaleras, que son herramientas más propicias para su estilo. Le pega un sillazo a Hunter que causa que su herida se abra como el Mar Rojo. Los dos luchadores empiezan a notar la pérdida de sangre y el desgaste del match, y todo pasa a moverse con mucha más lentitud.

Quizás esta parte del combate se alarga un poco más de la cuenta, aunque no se puede comparar con la duración de los combates titulares de NXT que estos mismos hombres bookean actualmente. Porque, si bien en este segmento hay algunas cosas innecesarias, al fin y al cabo, se está contando algo: se refleja la agonía de dos hombres que están al borde de la muerte, y que no logran su objetivo. En las luchas excesivamente largas de NXT, no hay nada, solo reiteración de lo mismo que ha pasado durante los anteriores 40 minutos del combate, y por eso son tan insoportables.

Triple H y Shawn Michaels se pegan puñetazos de rodillas. Consiguen aplicar el Pedegree y la Sweet Chin Music, respectivamente, pero esto no acaba. Como un zombi, el cuñado del jefe consigue conectar un nuevo Pedegree con el que se lleva la victoria, sin darse cuenta, porque los dos están inconscientes, uno encima del otro.

La lucha se acerca mucho a la perfección, es genial en todo, quizás salvo algún minuto en el que no pasa nada que aporte algo a la historia. Shawn y Hunter siguen haciendo historia en WWE.

Puntuación: ****3/4

Arisa Nakajima vs Nanae Takahashi, Hair vs Hair Match, SEAdLINNNG 02/11/2019


En nuestra lista de combates pendientes, todavía quedan varias peleas que han sido recomendadas por lectores, así que es necesario darles salida, porque se acumulan junto con el resto de especiales que están en marcha. Para empezar, nos vamos a Japón.

Un amigo del blog nos recomendó, desde la sección de comentarios, un combate de Cabellera contra Cabellera que ocurrió en un evento de finales de 2019, en un show de SeadLinnng, empresa japonesa dedicada al Joshi Puroresu. Nanae Takahashi y Arisa Najajima se enfrentaron en un match en el que también está en juego el Beyond The Sea Championship.

Esta es la segunda defensa titular de Nakajima, pero no es una defensa cualquiera. Dos japonesas no se juegan la cabellera si no han llegado a un punto en que la rivalidad se ha convertido en algo de carácter personal. Y así ocurre en este caso, pues ya se han visto las caras antes, y se las han partido dentro y fuera del ring. En la rueda de prensa del evento, se dieron un par de slaps con los que, seguramente, se rompieron algún empaste. Así, todo estaba preparado para una lucha de apuestas como Dios manda.

Y lo digo así porque, recientemente, hemos comentado luchas de este tipo en México, y hemos visto que no hay un uso de la psicología demasiado coherente con respecto al odio que una persona debe sentir por otra como para jugarse la máscara o la cabellera. La inmadurez en la lucha mexicana es obvia, y es una pena, porque para saber cómo se hace, tan sólo hay que estudiar la historia del deporte. Japón es un mundo totalmente distinto,  hay una mayor consciencia sobre el significado de las cosas, pero también allí se acaba cayendo en el error de implementar las luchas en la forma que más gusta al público, aunque el gusto de un japonés se aleje mucho del de un Mexicano.

Nakajima y Takahashi empiezan la lucha a un nivel muy alto, pegándose con todo lo que ven, con un nivel de violencia impecable. En general, durante todo el match, los golpes son lo suficientemente stiff como para parecer absolutamente reales, si bien hay parte de la lucha en la que estos, aunque siguen siendo muy fuertes,  se salen del ámbito de la lucha de apuestas, para convertir el enfrentamiento en algo demasiado común.

Después de esos primeros instantes de violencia desatada, la lucha vuelve al ring. Arisa utiliza buenos ataques frontales, incluyendo un Pedegree en el filo del ring, y varios pisotones muy duros. El cuerpo de Nanae recibe un gran nivel de daño, pero ella lo aguanta todo, y consigue contraatacar con varios drivers certeros, así como un puñetazo directo que casi deja KO a su rival.

En la parte final del enfrentamiento, Nakajima conecta un montón de Suplexs, mientras que Nanae saca poderosos Lariatos de donde puede, e intenta rematar con más drivers. La estrategia de la primera es la que sale ganadora , pues la nuca de Takahashi no soporta más dolor.

La lucha es muy dura, muy física. Tiene momentos en los que realmente se respira el odio propio de una lucha de apuestas, aunque, en otros, esto parece Strong Style titular de toda la vida. Muy buen combate, en todo caso.

Puntuación: ****1/4

martes, 15 de septiembre de 2020

Dulce Gardenia vs Kawato-san, Cabellera vs Cabellera, CMLL Sin Piedad 2020


Mientras el CMLL prepara su función de 87 Aniversario, nosotros comentamos las dos únicas luchas de apuestas que ha podido promover la empresa durante 2020. Tras ver el enfrentamiento entre Príncipe Diamante y Espíritu Negro, en el que este último perdió su incógnita, vamos a comentar la lucha entre el exótico Dulce Gardenia y el Japonés Kawato, en la que ambos se juegan la cabellera.

Hasta hace unos años, CMLL tenía en Máximo a una de las estrellas más queridas de la empresa. Su personaje era exótico, esto es, un hombre con un carácter homoerótico, que lanza besos a sus oponentes y eso. Pero, tras un problema con él y otros miembros de su familia, la dinastía Alvarado, acabó en la calle, y tras un tiempo, el CMLL se sacó de la manga a otro exótico, un chico con cierta experiencia como luchador independiente y que entrenó con el Último Guerrero. Ahora, intentan impulsarlo, y parece que el público reacciona bien.

Su rival es el japonés Kawato, uno de los chicos jóvenes de New Japan Pro Wrestling que van a México para aprender otra manera de hacer las cosas. Cuando en CMLL tienen a un japonés, aprovechan que sus cabelleras no tienen tanto valor personal para ellos, para raparlos, y dar push a sus luchadores. Eso ocurre en este caso.

Kawato domina la primera caída, y se lleva una buena victoria. Le pega una buena paliza a su oponente en la segunda, pero este se rehace, y consigue hacerle rendir. Así, todo queda dispuesto para que las cabelleras dependan de lo que ocurra en la tercera caída.

Que tiene una buena primera parte, en  la que Kawato desvía un vuelo del mexicano, tirándolo contra los protectores, para comenzar un dominio basado en sus propios movimientos aéreos. De una forma muy simétrica, Gardenia reacciona con más de lo mismo. Finalmente, tenemos unos pocos nearfalls, que acaban con victoria para el exótico, a través de una Campana.

La lucha no es mala, entretenida, aunque no tiene la fuerza y la violencia de una lucha de apuestas. El público asistente, eso sí, la vive con pasión.

Puntuación: ***

domingo, 13 de septiembre de 2020

Príncipe Diamante vs Espíritu Negro, Máscara vs Máscara, CMLL Sin Piedad 2020


Son tiempos complicados para la lucha libre en México. Durante la pandemia, entre marzo y septiembre de 2020, no ha habido prácticamente nada de lucha en el país, salvo algunos shows muy concretos, en algunos estados. En México, hay un sistema de semáforos, no ya por estado, sino prácticamente por barrios, lo que allí llaman colonias, que delimita la posibilidad de llevar a cabo eventos, en función de la situación local en relación con la epidemia.

Ahora, en septiembre de 2020, la colonia de Los Doctores, donde está la Arena México, en Ciudad de México, ha dado luz verde a la realización de shows de lucha libre, a puerta cerrada. El CMLL tiene su recinto acondicionado desde hace tiempo, esperando este permiso, para volver a producir funciones, ya que nunca ha pasado tanto tiempo sin hacerlo, en sus 87 años de historia. 

Pues bien, durante el mes de septiembre, y mientras AAA sigue sin dar señales de vida, el Consejo Mundial de Lucha Libre estará emitiendo por PPV, en ticketmaster, una función semanal a puerta cerrada. Estas cuatro funciones no se emitirán por otro lado, dada la necesidad de ganar algo de dinero por esa venta de pago por visión a través de Internet, que palíe la imposibilidad de ganarlo a través de la venta de entradas, que es el medio de la empresa para pagar a sus luchadores. El último de estos eventos, el del 25 de septiembre, será la función de 87 Aniversario del CMLL.

Aniversario que, por primera vez en décadas, no tendrá ninguna lucha de apuestas. Sería un delito hacerla sin público, ya que las apuestas de máscaras y cabelleras son el sumun de la energía, no se pueden hacer en silencio. Así, la lucha de cabellera vs cabellera que estaba pactada para Homenaje a Dos Leyendas 2020, entre Bárbaro Cavernario y Felino, continúa pospuesta hasta que las condiciones permitan su realización. Así, CMLL ha tenido que inventar algo distinto y especial para ese gran show, y lo que ha hecho es convertirlo en una noche de campeones. Todas las luchas de ese día serán titulares, y además, los hombres y mujeres que competirán en ellas serán elegidos por los fans.

Puede que esto no parezca muy especial, desde el punto de vista del aficionado al wrestling americano, pero lo es, porque CMLL nunca ha dado demasiada importancia a los campeonatos. Si que les da una importancia teórica, pero esa importancia no se observa en sus carteleras. Así, esto resulta muy distinto, nunca se ha hecho nada igual. Es el momento más oportuno para lograr que los muchos campeonatos que hay en la empresa, reciban una mayor visibilidad.

Pero claro, la salsa de la vida, en la lucha libre mexicana, son las luchas de apuestas. Este año, por estas circunstancias, sólo ha habido un gran evento con luchas de apuestas, que es Sin Piedad, un show celebrado en la Arena México el día 1 de enero de 2020. Me gustaría comentar, rápidamente, las dos luchas de este tipo que se dieron entonces, porque, si bien no son muy buenas ni muy relevantes por sus protagonistas, por la peculiaridad de este año, se han convertido en las más importantes.

Ese día, cayó una máscara. Fue la de Espíritu Negro, un hombre atrapado en las luchas de la primera parte de las carteleras, y que dada su cara de tipo duro, ha conseguido cierto empuje gracias a perder la máscara. De hecho, su intención era formar una agrupación con Akuma y Espanto Jr, llamada La Ola Negra, pero está despuntando, en realidad, por hacer pareja junto a su hermano, el también desenmascarado Rey Cometa, en una dupla conocida como Los Atrapasueños, que, parece ser, será elegida por los fans para disputar el Campeonato Mundial de Parejas en manos de Carístico y Místico en la función de Aniversario.

El 1 de enero de 2020, Espíritu Negro fue derrotado por el apuesto Príncipe Diamante, que, aunque fue el ganador, no evolucionó tanto como su víctima, aunque hay que tener en cuenta que no ha habido lucha apenas desde entonces. La lucha no es demasiado destacable, pues tiene dos primeras caídas que acaban muy rápido, con un pinfall para cada participante, y una última  en la que hay muchos nearfalls, y las correspondientes roturas de máscaras. El público se emociona de verdad en esos últimos minutos, hasta que Príncipe derrota a su oponente con una palanca al brazo imposible de evitar.

Puntuación: **3/4

miércoles, 9 de septiembre de 2020

Austin Theory vs JD Drake, EVOLVE 10th Anniversary Show


Especial Décimo Aniversario EVOLVE - Venta a WWE

Seguimos hablando sobre EVOLVE, la promotora independiente que hace un año cumplió su décimo aniversario, y lo emitió en WWE Network, meses antes de tener que cerrar y vender la empresa a la propia WWE. Vamos a comentar la tercera lucha relevante del show de aniversario, que, en términos generales, resultó muy mediocre. 

Este es un combate de Campeón vs Campeón. El campeón de EVOLVE, Austin Theory, se enfrenta al Campeón de WWN, JD Drake. El ganador, se lleva las dos correas.

Ya sabemos que WWE se había llevado a buena parte del roster de EVOLVE, así que, durante el show, los luchadores de la empresa de Vince McMahon, se encargan de pedir apoyo para los wrestlers que aún quedan en la empresa indy, como Drake o Theory. Pero, en realidad, todo el mundo sabía ya que Theory se iba también a WWE, e incluso por eso, se pensaba que iba a perder su título frente a Drake.

JD Drake es el Campeón de WWNLive, la empresa matriz que engloba a Evolve y otras promotoras, como Shine y Full Impact pro. Es un buen luchador, pero no es un prototipo físico de WWE: es gordito, blanquito y orejón, así que no es probable que la corporación se interese en su perfil. Últimamente, se ha hablado sobre un posible destino en MLW, empresa que ha estado parada desde el marzo o abril de 2020, pero que en octubre volverá a presentar programas nuevos en su show televisivo semanal. Esperemos que ahí encuentre un lugar, porque el trabajo de los luchadores independientes se ha complicado mucho.

Austin Theory, ya ha debutado en RAW, donde ha sido parte importante de la agrupación de Seth Rollins, hasta que su imagen se ensució por una acusación por acoso sexual. WWE no debió encontrar pruebas de que hiciera algo realmente malo, porque no lo ha despedido, pero, en última instancia, lo hemos visto de vuela en NXT.

En su lucha frente a Drake, demuestra que es un luchador de los que gustan a Vince McMahon. O al menos, es un luchador de los que gustan a Paul Heyman, porque es precisamente Heyman el que hace el papel de anunciador en la lucha, meses antes de mover a Theory a RAW.

Digo que Austin lucha como una estrella de WWE, porque se lleva una buena paliza de Drake, para tener un par de comebacks buenos, incluyendo alguna proeza física, y se lleva la victoria con un ataque final, después de recibir mucho daño. Drake utiliza unos chops fortísimos, además de un par de vuelos impresionantes para su tamaño. Demuestra que tiene talento en una lucha que encaja muy bien en un programa de WWE, pero que está a años luz de los grandes matches de la historia de EVOLVE, que espero poder repasar en próximos episodios de este especial por el décimo aniversario de la empresa, y por su venta a WWE.

Puntuación: ***1/4

lunes, 7 de septiembre de 2020

Akira Tozawa vs Adam Cole, EVOLVE 10th Anniversary


Especial décimo aniversarion de EVOLVE - Venta a WWE

En 2019, hace un año, asistimos a un evento que, por ahora, no ha sido imitado: un show de wrestling de una empresa que no es WWE, emitido en directo a través de WWE Network, el servicio de streaming oficial de la empresa de Vince McMahon. Entonces, EVOLVE, la indy de Gabe Sapolsky, envuelta en una relación con la gran corporación y, casi, sirviendo de cantera para la cantera de esta, cumplió 10 años de existencia, y los celebró con un show especial que, además de ser emitido por WWE Network, contó con varias estrellas de WWE en su elenco, algo necesario, puesto que la empresa grande se había quedado con todo el talento de la empresa pequeña.

Entonces, comenzamos un especial por el evento y por el aniversario, a través del cuál, pretendemos revisar algunas luchas buenas del show y de la historia de EVOLVE. Por motivos de calendario, no hemos tenido tiempo de dar continuidad a dicho especial, pero, ahora, tenemos un nuevo motivo para reactivarlo: le venta de EVOLVE a WWE.

Vince McMahon tiene en su poder los derechos de muchas empresas. En algunos casos, ha comprado las empresas enteras, y en otros, ha comprado sus videotecas. Esto incluye AWA del 57 al 91, GCW del 44 al 85, ECW del 92 al 2001, WWA del 98, Power Pro Wrestling del 98 al 2000, IWA de 1999 al 2001, MCW del 2000 al 2001, OVW del 98 al 2008, DSW del 2005 al 2007, FCW del 2007 al 2012, HWA del 2001 al 2003, SMW del 92 al 95, Stampede Wrestling del 48 al 89, GWF del 91 al 94, WCCW del 66 al 88, MLW del 30 al 95, WWC del 73 al 2018, WCW del 88 al 2001, Jim Crocket Promotions del 31 al 88, y algunos territorios de la NWA, como Eastern States Championship Wrestling, Mid-Atlantic Championship Wrestling, Central States Wrestling, Championship Wrestling from Florida, Championship Wrestling from Georgia, UWF y HWA, si bien la NWA actual conserva una buena videoteca, con su propio servicio de streaming. 

Pues bien, ahora, a todo el material de esas empresas, del que hay, en realidad, digitalizado en la Network apenas una fracción, se suma el de Evolve, de 2010 y de 2020, y el de Dragon Gate USA, empresa que posteriormente dio paso a aquella de la que hablamos hoy. 

Pero WWE no ha comprado la videoteca de EVOLVE, sino la empresa, cuya mitad del roster ya le pertenece. Y es que, EVOLVE no era una empresa boyante, y la pérdida de talento redujo mucho la venta de entradas. Después de eso, ocurrió la crisis del coronavirus, se cancelaron los shows del fin de semana de WrestleMania, y todo se fue al carajo. En tales circunstancias, Sapolsky, que en cualquier caso mantiene su trabajo en WWN y su puesto como consultor en WWE, ha optado por vender.

No es de extrañar. La crisis es dura para la industria. Aunque la venta no implica, necesariamente, la desparición de EVOLVE, nada indica que vaya a haber eventos nuevos de esa marca. Además de ella, hemos conocido, en los últimos meses, los cierres de Chikara y Wrestle One, mientras que DDT y NOAH han decidido fusionarse para sobrevivir. Otra empresa que estuvo en el candelero y que, finalmente, consiguió librarse de la quema al recibir fondos, fue Zero One. Quizás encontremos hueco para hablar de todo esto.

De cara a este especial que tengo que hacer, me vendría muy bien que el material de Evolve estuviera en WWE Network, pues para eso la pago. Pero, correctamente, WWE está subiendo los shows de la empresa de manera semanal. Esto es bueno, porque, una de las piezas claves para un servicio de streaming, es tener actualizaciones de contenido constantes. Pero, además de eso, está subiendo shows de empresas que no son de su propiedad, pero que son colaboradoras habituales: ICW, de Escocia, WXW, de Alemania, y PROGRESS, de Inglaterra. Aunque quizás no sean los shows más demandados por el fan medio de WWE, para aquellos que usamos nuestra suscripción para documentarnos, esta cantidad de wrestling indy de no fácil acceso, resulta una bendición. Esas empresas, muy afectadas por las restricciones por la pandemia, también han debido recibir un respiro económico  piadoso a cambio de ceder su producto.

Avanzamos con el especial del Décimo Aniversario de EVOLVE, comentando más luchas de ese show (anteriormente, hablamos del match entre Drew Gulak y Matt Riddle). Ya hemos dicho que este evento es histórico, pero también los es por el hecho de presentar la defensa titular de un campeonato de WWE en un show que no es de WWE. Eso es algo muy poco común en la edad moderna de WWE, y que sólo ha pasado con los títulos de NXT o, sobre todo, NXT UK, por contar esta marca con luchadores que no son exclusivos de WWE.  En este caso, el campeón, Adam Cole, defiende el título ante un wrestler que compite habitualmente en 205 Live, Akira Tozawa.

Pero la lucha no me parece muy interesante. En fin, es Adam Cole. El combate está lleno de patadas. Hay una buena secuencia en el esquinero, que acaba con una caída morrocotuda del japonés, tras la cuál, da la sensación de que Cole quiere aprovechar para castigar su espalda. Pero ss un espejismo, pues dura poco. Tras muchos ataques por parte de ambos, y una interferencia de Johnny Gargano, Adam consigue la victoria, gracias a un rodillazo en la nuca de Tozawa.

Lucha muy olvidable.

Puntuación: **1/2

domingo, 6 de septiembre de 2020

The Fiend vs Braun Strowman vs Roman Reigns, WWE Payback 2020


Roman Reigns ha regresado a la acción, y ha puesto patas arriba las principales storylines de Smackdown, convirtiéndose, de la noche a la mañana, en Universal Champion. Vamos a charlar sobre esto un rato.

En marzo, el planeta entero dejó de obviar lo obvio: que hay una pandemia que afecta a todo el mundo, y que es incontenible. Las limitaciones en eventos públicos pusieron al wrestling en jaque, pocas semanas antes de WrestleMania, show que supone el principal empuje anual para la industria, acabando con buena parte de esta.

WWE pasó a desarrollar sus programas a puerta cerrada, y emitió un WrestleMania en su Network rodeado de tristeza. Varios luchadores, entonces, desaparecieron de la programación, ya fuera por motivos relacionados con las nuevas limitaciones introducidas en las fronteras entre países; ya fuera por decisión moral, como es el caso de Sami Zayn; o ya fuera por motivos médicos. Roman Reigns, por haber sufrido Leucemia, es considerado persona de riesgo, por tener su sistema inmune desprotegido, y en base a eso, como decisión personal, decidió ausentarse de su trabajo, de tal manera que la lucha que debía tener en WrestleMania ante Goldberg, por el Universal Championship, se fue al limbo.

Roman, Zayn y compañía debían pensar, como otros muchos ignorantes, que un virus que en cuestión de un mes, es capaz de pasar de no existir a afectar a millones de personas, podía desaparecer por el hecho de hacer una cuarentena de un par de meses. No es así, como ya sabemos: tendremos que vivir con esto durante años, así que la decisión tan digna de quedarse en casa, podía, en el caso de estos luchadores, ser definitiva. Con el rabo entre las piernas, Roman Reigns y Sami Zayn vuelven a Smackdown, coincidiendo con el fin del verano.

Pero la vuelta de Reigns ha resultado sorprendente. Aquello que jamás llegamos a ver en el caso de John Cena, ha ocurrido con el Big Dog. WWE le ha dado un inesperado giro al personaje de su principal estrella, convirtiéndolo en rudo, y uniéndolo a Paul Heyman.

Roman apareció en SummerSlam 2020, atacando a The Fiend y Braun Strowman, cuando el primero acababa de derrotar al segundo, para convertirse en Campeón. Vimos, entonces, a un Roman muy definido físicamente, fortalecido tras su descanso, y conducido hasta lo más alto, aprovechando el hecho de que el sonido del público es falso, así que no hay riesgo de revuelta en forma de pitos por parte de los aficionados.

Decía yo en el último post, que WWE tiene la manía de conducir hacia el título cualquier cosa interesante que hay en sus programas. Eso hizo con The Fiend, que es un campeón desastroso, pero no puede estar alejado del título mucho tiempo. Este es un personaje sobrenatural, muy entretenido, pero para historias secundarias y bizarras, no para la disputa de un campeonato deportivo. Este personaje no es bueno para eso, porque no puede ser derrotado de manera normal, porque no lucha en los shows semanales, porque tiene promos absurdas desde un decorado. Y porque no es muy buen luchador.

Sería genial tener a The Fiend protagonizando historias bizarras que formaran parte importante de los shows, pero lo tenemos en el main event siempre, y cansa. Braun suplió a Roman Reigns en WrestleMania, y consiguió ganar el Campeonato Universal, pero, en lugar de tener un reinado interesante como el de Drew McIntyre, venciendo a varios heels en buenos combates, y así, haciendo un papel de verdadero campeón, estuvo metido durante muchos meses en una historia absurda con Bray Wyatt.

Una historia rara y con altibajos, que tuvo que lidiar con el hecho de que ambos luchadores estuvieron de baja por cuarentena, aunque WWE nunca confirmó eso. Pero fue obvio; Wyatt desapareció unas semanas, coincidiendo con su paternidad, y Braun hizo lo propio, tras Extreme Rules, apareciendo alguna vez en pantalla, en una conexión pixelada de mala resolución. Si esa transmisión hubiera sido producida por WWE, no se vería un solo pixel, así que está claro que la llevó a cabo con sus propios medios, y eso sólo se justifica por una cuarentena.

Pero creo que la historia, en conjunto no fue tan mala. Simplemente, no es una historia titular. Porque Braun se enfrentó, primero, con el Bray Wyatt normal, el alegre, y así, tuvo la oportunidad de salir ganador de forma limpia; y después, de empatar con el Bray clásico, el de la Wyatt Family, con reminiscencias de la antigua relación entre los dos hombres, y con la dulce Alexa Bliss, amiga de Braun tras coincidir en el Mixed Match Challenge, haciendo un extraño papel de Sister Abigail, cuyas consecuencias aún no están claras. Tras mantener el título en la cintura de Strowman en estas difíciles condiciones, apareció The Fiend.

Como digo, esta no es una rivalidad para un título, sino para una historia secundaria. Pero es interesante por su formato, por el in crescendo en el poder de Wyatt en sus distintas transformaciones, que recuerdan a una trama de Dragon Ball. Después de un ataque de Braun en Smackdown, Bray se convirtió en The Fiend cuando se lo llevaban en ambulancia, en una escena muy buena, antes de enfrentarse, ambos, en SummerSlam.

No creo que las luchas entre ellos sean malas, sin ser tampoco excesivamente reseñables. Braun y Fiend se enfrentaron en SummerSlam en una brawl de monstruos muy física y muy potente, que a mí me agrada, porque el uso de hombres de este tamaño forma parte del ADN de WWE, de esa idea clásica de que en Nueva York, gustan los gigantes, y en un mundo en el que todo se está igualando, y en el que todo pierde su esencia, lo que implica la destrucción de la cultura, poder reconocer a un creador por su estilo, es muy importante.

Al fin, The Fiend logró batir a Braun y llevarse el campeonato, tan sólo para que ambos fueran atacados por la inesperada aparición de Roman Reigns. Vince McMahon estaba preparando algo grande para su vuelta, devolviendo la grandeza visual a su espectáculo, a través de la implementación del WWE Thunderdome, y colocando otro PPV una semana después de SummerSlam, solo para que las consecuencias del retorno del Big Dog tomaran forma con velocidad.

El programa de Smackdown entre ambos PPV, fue divertido. En un contexto de ausencia de figuras de autoridad públicas en WWE, son los agentes de la empresa, aquellos hombres que se dedican a bookear combates, los que tienen  que hacer este papel, y en Smackdown, está ganando fuerza el perfil de Adam Pierce, un luchador independiente de gran nivel, 5 veces Campeón Mundial de la NWA, que se ha convertido en uno de los hombres de confianza de Vince, junto a otros como Jamie Noble o Abyss (la gente que ha sobrevivido a la ola de despidos de marzo de 2020). En ese programa, Pierce tuvo que buscar a los tres monstruos que se enfrentan en Payback, para que firmaran el contrato.

Braun lo hizo tras darle una paliza a Drew Gulak, mientras que, para el caso de Wyatt, Pierce tuvo que disfrazarse de "Postman Pierce", para ir a la Firefly Fun House y llevarle el contrato al loco, que lo recibió con alegría. Por su parte, Roman Reigns se negó a firmar el contrato, pero anunció que estaría en el evento, y dijo que eso era un spoiler, en referencia a la frase de Paul Heyman, que estaba sentado a su lado. La nueva alianza había nacido.

Así, llegamos a la lucha de Payback, un No Holds Barred, que comienza antes de que suene la campana, sin Roman. Los dos monstruos, Braun y The Fiend, se enzarzan en una brawl violenta, con algunos spots muy fuertes, pegándose con objetos, tirándose contra las mesas, o cayendo desde la rampa de llegada. Vuelven al ring, y Fiend aplica un Superplex que acaba destruyendo el ring, para sorpresa de los aficionados que observan las acciones a través de las pantallas. Entonces, llega Roman Reigns junto a Heyman, firma el contrato, tira el boli, y busca la victoria.

No lo consigue en primera instancia. Pega un montón de sillazos sobre Braun, y se libra del Mandible Claw de Wyatt, gracias a un golpe bajo. Entonces, aplica un Spear sobre Strowman, y se lleva el Campeonato Universal.

Así pues, sigue la interesantes storyline de Roman, que incluirá una lucha contra su primo, uno de los Uso (no recuerdo cuál), por el título en Clash of the Champions. Eso puede ser muy interesante, porque la elección del nuevo rival sólo puede indicar un paliza que confirme la maldad del nuevo personaje de Roman.

La lucha no está mal. Está compuesta por unos pocos minutos locos de pelea entre monstruos, y una parte final, en la que llega Roman y consigue una victoria en una situación favorable. Es una buena historia, pero a esa brawl le faltan minutos para llegar a algo más.

Puntuación: ***1/4

jueves, 3 de septiembre de 2020

Drew McIntyre vs Randy Orton, WWE SummerSlam 2020


Vince McMahon tiene muchas manías, y una de ellas es que, si tiene, en sus programas algo interesante, no tarda mucho tiempo en lanzarlo de cabeza a las luchas por el título máximo, donde se quema el invento, porque un título mundial está ceñido a cierto número de reglas que complican que las historias concluyan en la manera en la que deberían. Porque, al fin y al cabo, la elección de un nuevo campeón, o la forma de ganar un título, son cosas muy serias.

Eso ha pasado con la rivalidad entre el Campeón de WWE, Drew McIntyre, que ganó el título en WrestleMania 36 y lo ha defendido con buen rendimiento desde entonces; y Randy Orton, un hombre que ha estado enfrascado en varias rivalidades, que se han saldado con unas cuantas leyendas en el hospital. Los dos subían como la espuma, y enfrentarlos ahora, de tal manera que uno tenga que salir derrotado, es precipitado. Si bien es cierto que un choque de trenes así suena interesante, y que SummerSlam es un evento en el que se tienen que ver cosas interesantes, los dos pushs se han disparado en los últimos meses, así que la sensación es que todavía requieren de un tiempo para consolidarse y para encontrarse.

Pero aquí estamos. Quizás un poco antes de tiempo, pero Randy Orton se ve las caras con Drew McIntyre en SummerSlam, en una lucha con final aparentemente incierto. Quizás eso es lo mejor, que cualquiera puede salir ganador. Se trata de una rivalidad no muy personal, en la que unas palabras de Drew provocaron una reacción violenta de Randy contra el anciano Ric Flair, que había hecho de mánager suyo en los últimos meses, lo que aportó un poco de enjundia a la cuestión, por el sentimiento de culpa y venganza que podía nacer en el escocés.

Eso lo traslada bien en el combate, en el que intenta atacar la pierna del rival, para hacerlo rendir con la Figura 4 legendaria del 16 veces campeón, sin éxito, eso sí. Asimismo, le pega un par de chops realmente fuertes, que se le quedan marcados hasta el día siguiente.

Por lo demás, este es un combate de prototipos de main eventers de WWE. Es un combate de los que se le dan bien a John Cena, una lucha en la que, en realidad, no se cuenta una historia demasiado clara, sino que se alimenta del in crescendo ambiental, y del desgaste a base de costalazos, para convertirse en algo realmente relevante. Cena consiguió grandes éxitos en este campo, sobre todo, en RAW, y sin embargo, aquí nos encontramos con un problema: que el sonido ambiental es falso. No responde a lo que realmente está ocurriendo en el cuadrilátero, y por tanto, no eleva la lucha de la manera en que debería ocurrir en un combate de este género.

No es mal combate, pero pierde mucho en este contexto. El final llega cuando los dos fallan sus respectivos finishers, especialistas en pillar al contrario por la espalda, y McIntyre se lleva la victoria a través de un counter rápido, estilo rollup o similar. Eso nos lleva a otro debate: ¿es buen final o no?

Hay gente que odia los finales con paquetitos, y otros que los justifican, en base al factor sorpresa que introducen. En este sentido, los dos luchadores de los que hablamos ya ejecutan ataques sorpresa como finisher, así que el final tiene un único problema: que se le ven las costuras a WWE.

Porque sabíamos que un final limpio entre estos dos implicaba, necesariamente, cortar un push. Sería pernicioso para el futuro a corto plazo de ambos. Por eso, cuando yo vi el final, pensé que WWE, una vez más, estaba tomando el camino fácil. O sea, el final no es malo en sí, sino que lo es el motivo por el que se hace. No es un caso en el que se use un counter como parte de la historia que se está contando, sino que se introduce de una manera artificial para poder mantener arriba la rivalidad, lo que confirma los dicho anteriormente: que era demasiado pronto. Además, a esto hay que sumar que el sonido no es apropiado para este tipo de finales, y que WWE ha abusado de ellos desde WrestleMania, y por lo tanto, causa más frustración.

Puntuación: ***1/4