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jueves, 3 de septiembre de 2020

Drew McIntyre vs Randy Orton, WWE SummerSlam 2020


Vince McMahon tiene muchas manías, y una de ellas es que, si tiene, en sus programas algo interesante, no tarda mucho tiempo en lanzarlo de cabeza a las luchas por el título máximo, donde se quema el invento, porque un título mundial está ceñido a cierto número de reglas que complican que las historias concluyan en la manera en la que deberían. Porque, al fin y al cabo, la elección de un nuevo campeón, o la forma de ganar un título, son cosas muy serias.

Eso ha pasado con la rivalidad entre el Campeón de WWE, Drew McIntyre, que ganó el título en WrestleMania 36 y lo ha defendido con buen rendimiento desde entonces; y Randy Orton, un hombre que ha estado enfrascado en varias rivalidades, que se han saldado con unas cuantas leyendas en el hospital. Los dos subían como la espuma, y enfrentarlos ahora, de tal manera que uno tenga que salir derrotado, es precipitado. Si bien es cierto que un choque de trenes así suena interesante, y que SummerSlam es un evento en el que se tienen que ver cosas interesantes, los dos pushs se han disparado en los últimos meses, así que la sensación es que todavía requieren de un tiempo para consolidarse y para encontrarse.

Pero aquí estamos. Quizás un poco antes de tiempo, pero Randy Orton se ve las caras con Drew McIntyre en SummerSlam, en una lucha con final aparentemente incierto. Quizás eso es lo mejor, que cualquiera puede salir ganador. Se trata de una rivalidad no muy personal, en la que unas palabras de Drew provocaron una reacción violenta de Randy contra el anciano Ric Flair, que había hecho de mánager suyo en los últimos meses, lo que aportó un poco de enjundia a la cuestión, por el sentimiento de culpa y venganza que podía nacer en el escocés.

Eso lo traslada bien en el combate, en el que intenta atacar la pierna del rival, para hacerlo rendir con la Figura 4 legendaria del 16 veces campeón, sin éxito, eso sí. Asimismo, le pega un par de chops realmente fuertes, que se le quedan marcados hasta el día siguiente.

Por lo demás, este es un combate de prototipos de main eventers de WWE. Es un combate de los que se le dan bien a John Cena, una lucha en la que, en realidad, no se cuenta una historia demasiado clara, sino que se alimenta del in crescendo ambiental, y del desgaste a base de costalazos, para convertirse en algo realmente relevante. Cena consiguió grandes éxitos en este campo, sobre todo, en RAW, y sin embargo, aquí nos encontramos con un problema: que el sonido ambiental es falso. No responde a lo que realmente está ocurriendo en el cuadrilátero, y por tanto, no eleva la lucha de la manera en que debería ocurrir en un combate de este género.

No es mal combate, pero pierde mucho en este contexto. El final llega cuando los dos fallan sus respectivos finishers, especialistas en pillar al contrario por la espalda, y McIntyre se lleva la victoria a través de un counter rápido, estilo rollup o similar. Eso nos lleva a otro debate: ¿es buen final o no?

Hay gente que odia los finales con paquetitos, y otros que los justifican, en base al factor sorpresa que introducen. En este sentido, los dos luchadores de los que hablamos ya ejecutan ataques sorpresa como finisher, así que el final tiene un único problema: que se le ven las costuras a WWE.

Porque sabíamos que un final limpio entre estos dos implicaba, necesariamente, cortar un push. Sería pernicioso para el futuro a corto plazo de ambos. Por eso, cuando yo vi el final, pensé que WWE, una vez más, estaba tomando el camino fácil. O sea, el final no es malo en sí, sino que lo es el motivo por el que se hace. No es un caso en el que se use un counter como parte de la historia que se está contando, sino que se introduce de una manera artificial para poder mantener arriba la rivalidad, lo que confirma los dicho anteriormente: que era demasiado pronto. Además, a esto hay que sumar que el sonido no es apropiado para este tipo de finales, y que WWE ha abusado de ellos desde WrestleMania, y por lo tanto, causa más frustración.

Puntuación: ***1/4

domingo, 30 de agosto de 2020

Dominik Mysterio vs Seth Rollins, WWE SummerSlam 2020


Tenemos que hablar sobre SummerSlam 2020, edición muy especial del gran evento del verano en WWE. La empresa estrena su ThunderDome, en una noche que nos deja el debut del hijo de Rey Mysterio, Dominik, y el muy sorprendente regreso de Roman Reigns, además de un conjunto de luchas, en general, muy bueno. No he leído muchas críticas sobre SummerSlam, pero seguramente todo el mundo haya dicho que es basura, porque es así como funciona la cosa. Una vez más, a mí me parece un buen show.

Por motivo de la pandemia de COVID-19, desde marzo de 2020, WWE ha desarrollado sus shows desde el Performance Center, unas instalaciones que se encuentran dentro de la Full Sail University en Orlando, Florida. Es un lugar que siempre ha albergado los shows semanales de NXT,, un sitio pequeño y austero, que no encaja con el tipo de espectáculos increíbles que desarrolla WWE.

Así, durante meses, hemos visto programas en los que no había público, para que, después, la empresa pasara a poner a los chicos que entrenan en el PC, haciendo el papel de público, con mascarillas, protegidos por una mampara de metacrilato que los separa de los luchadores. Y en ese ambiente, se han desarrollado las historias durante los últimos meses, sin aficionados de verdad, pero, también, sin lujo, sin espectáculo, sin el gran efecto que tienen las entradas y los temas musicales, sin fuegos de artificio, sin el WWE Universe, y con planos cortos que daban una impresión de falta de espacio, de que los shows eran pequeños y pobres.

Mientras tanto, AEW seguía realizando sus programas en un estadio, con gente en las gradas, que debe ser parte de la empresa, o afín a esta, pero que parece público real, y cuyos gritos, en un escenario como ese, suenan muy reales. De esta manera, WWE estaba perdiendo lo que siempre le ha hecho grande, y eso se notaba en las audiencias, mientras que la competencia desarrollaba un producto que no se veía tan afectado por la crisis.

Vince McMahon estaba obsesionado con la idea de hacer algo especial para SummerSlam, y así, ha creado el WWE Thunderdome. Ha alquilado un estadio para su uso exclusivo durante unos meses, y le ha salido por buen precio, puesto que, en estos tiempos, el estadio debe estar parado. Se trata del Amway Center de Orlando, Florida, lugar en el que, normalmente, juegan los Orlando Magic. WWE ha pagado 450.000 euros, que es una cantidad muy pequeña para el uso y los beneficios que va a dar a la empresa. Obviamente, la producción corre a cargo de la empresa, que ha realizado unas obras bastante caras, pero muy reutilizables, para dar una imagen mucho más cercana a la normalidad. Para eso, ha seguido las ideas de la NBA, y ha colocado, en la parte de gradas, pantallas led en las que se muestran unos pocos cientos de fanáticos que acceden a través de webcam.

Yo creo que este no es un mal invento. Los shows han mejorado mucho su imagen, y casi recuerdan a los normales. Es cierto que la primera vez que se probó la cosa, en Smackdown, parecía un poco triste, porque había muchas caras de aburrimiento, pero la empresa ha instaurado una serie de reglas cuyo incumplimiento implica la expulsión, y el resultado ha mejorado.

La gente en Internet es muy payasa, y ha hecho cosas como poner la cara de Chris Benoit ante la pantalla. Y es que,  el wrestling es un deporte que vive de la energía, de la fuerza, de la emoción de los aficionados que ven a tus luchadores favoritos en directo, y que se beben unas cuantas chelas, como dicen en México. Es muy difícil emocionarse estando en casa, independientemente de si el espectáculo gusta o no. Yo veo las luchas muy concentrado, porque estoy solo en mi casa, sería muy raro que diera saltos de emoción. Creo que sólo los niños pueden vivirlo así. Pero, de todos modos, las cosas cambiaron mucho en SummerSlam. La gente estuvo muy animada, posiblemente fingiendo, pero animada, al fin y al cabo. Con el tiempo, WWE irá filtrando una camarilla de serviles que se comporten como la empresa desea, para que las cosas salgan bien. 

Yo he intentando apuntarme a través de la pagina web (la asistencia es gratuita), pero siempre me salta el mensaje de que el cupo está completo. Desde luego, yo no voy a estar todo el día dándole a F5, esperando para poder jugar a esto.

Hay que decir que el sonido que se escucha en los eventos, si no me equivoco, no se corresponde con el de los fanáticos reales. Está metido en producción, y, sin embargo, encaja muy bien. Aunque uno sepa, racionalmente, que el sonido es falso, a diferencia de lo que ocurría en el Performance Center, ese se adapta bien a los gestos de los aficionados en las pantallas, de tal manera que, subconscientemente, se percibe como producido por ellos. Nunca va a sonar como el real, porque las reacciones no encajan al 100% como las que deberían ser, pero es correcto. Creo que WWE ha recobrado parte de su color, y las audiencias han respondido gratamente, al menos, en los primeros programas.

En AEW se han burlado del invento, como siempre. Al ser la competencia del poderoso, es una empresa que vive del meme, del chiste fácil, que es lo que entiende el público al que va dirigido su producto. Tanto Jericho como Moxley han presumido de que, en los próximos programas, van a tener público de verdad, y eso es mejor. Y claro, tiene razón, eso es mejor. También es mejor que no haya pandemias, pero las hay.

Moxley ha comparado a las pantallas de WWE con distopías futuristas. Y tiene razón, al menos en la parte tecnológica. Han pasado decenios desde la publicación de las obras de Ray Bradbury, George Orwell o Aldux Huxley, así que, sí, hay inventos tecnológicos propios de los futuros propuestos por estos autores, porque estamos en el futuro. Lo que cambia es la naturaleza de su uso. No sobredimensionemos el hecho de poner una pantalla en un simple espectáculo deportivo.

WWE ha estado contando buenas historias durante estos meses de confinamiento, a pesar de que la imagen que daba al público no era tan espectacular como lo fue hasta entonces. Pero llegó este cambio de cara a  SummerSlam y Payback, un PPV colocado una semana después por algún extraño motivo. Quizás ese motivo esté relacionado con el regreso de Roman Reigns, y su aparente Turn Heel que incluye a Paul Heyman como mánager. O quizás esté relacionado con los ataques de encapuchados de las semanas previas, o incluso quizás las dos cosas estén relacionadas. O también puede ser que sea un simple experimento de Vince McMahon. Lo sabremos cuando tenga lugar Payback, que será un día después de escribir esto.

Este cambio de decorados coincide con el momento determinante en la historia entre Rey Mysterio y su hijo, Dominik, y el villano Seth Rollins, acompañado de su escudero, Murphy. Tras ver el combate entre Rey Mysterio y Eddie Guerrero en SummerSlam 2005, en el que estas dos leyendas se jugaron la custodia del entonces pequeño Dominik, hoy vamos a ver el primer combate de ese niño, ahora ya convertido en un hombre (o algo parecido). Dominik se enfrenta a Set Rollins en un Street Fight.

En una lucha que es puro storytelling, el estilo más característico de WWE, el de contar, a través de las acciones de un combate, una storyline que encaja con las promos y los hechos ocurridos en programas previos. Hay gente a la que este tipo de combate no le gusta, y, efectivamente, cuando se da entre dos luchadores buenos, resulta bastante limitante, como es el caso del match entre Rey Mysterio y Seth Rollins de Ojo por Ojo; pero cuando uno de los contendientes es un rookie que debe su pop con el público, precisamente, al storyline en el que está metido, y no a su habilidad, que es una incógnita, puede ser algo muy positivo. A Dominik lo vimos participar en la lucha de su padre frente a Lesnar, e hizo un buen trabajo, pero no ha tenido un match de verdad en su vida. Físicamente, está muy verde también, y su caso recuerda al de Hijo de Villano III, que debutó en posiciones altas de la cartelera del Consejo Mundial de Lucha Libre, a pesar de ser un rookie y necesitar ganar mucho peso (aunque él ya llevaba unos años luchando en el mundo independiente).

El caso es que la lucha entre Seth y Dominik resulta ser bastante buena. El chico hereda a posición de gran underdog de su padre, soportando una gran cantidad de castigo del rival, y sorprendiendo con algunos movimientos bastante hábiles, incluyendo vuelos y Tornado DDts, aplicados en los momentos más propicios. Rey está en ringside, haciendo el papel de padre preocupado, y lo borda: una y otra vez, muestra su miedo, su frustración, y sus ganas de ayudar. Le pregunta a su hijo, en español, "¿Me meto?", o le dice "¡Me voy a meter, cabrón!", pero su hijo le pide que no lo haga, porque esta es su lucha.

Como eco a los hechos ocurridos durante la rivalidad, en la que se ha usado mucho los palos de kendo por ambos lados, también salen a la luz estas armas durante el match. Primero, es Dominik el que rompe un palo en el cuerpo de su oponente, pero al final acaba siendo una víctima de eso mismo.

La madre de Angie, esposa desde el 96 de Rey (y recalco esto, porque en el mundo del wrestling y del espectáculo, en general, en USA, no es muy habitual que los matrimonios duren para toda la vida), hace acto de aparición, preocupada por la paliza que Seth le está metiendo a su hijo. Rey le explica que no puede meterse, pero esto es aprovechado por Murphy, que, hasta ahora, no había podido participar en el match, por la vigilancia del enmascarado. Así, Rollins y Murphy atacan a Dominik primero, intentando sacarle el ojo como a su padre, y a Rey después, esposándolo al ring. Entonces, el enloquecido Rollins pone los ojos en la mujer, que está en la rampa de llegada, mientras Rey implora, pide que la deje tranquila, y se centre en él. Mysterio es increíble, puede ser bueno en todos los aspectos del wrestling, y en todos los tipos de combate, incluyendo dramas como este.

Dominik salva a su madre. Ataca violentamente a los rudos, aplica 619 sobre Rollins, y está a punto de ganar, al rematar con un Frog Splash. Pero Seth lo recibe con sus rodillas, para, después, golpearlo con el Curb Stomp, y llevar el combate.

Eso es este match: storytelling de toda la vida en WWE, y la creación de un nuevo personaje, que, no obstante, y como debía ser, cae derrotado.

Puntuación: ***3/4