Voy a comenzar un especial sobre el Hall of Fame 2016, con algunos combates de los luchadores que va a ser inducidos este año. Obviamente, haré un especial énfasis sobre la gran estrella de esta hornada, Sting. Estoy deseando revisar unas pocas luchas suyas de la primera mitad de los 90, época en la que se engloban la mayoría de sus mejores obras.
Empiezo con el Big Bossman, fallecido hace tiempo. Conocido como "El Poli Loco" en España, este tipo destacó en la WWF de finales de los 80 y principios de los 90, con su personaje de policia. Era una época de WWF de personajes raritos y luchas infantiles, que ningún adulto podía tomarse en serio, pero para un niño de 5 o 6 años como yo, esos personajes molaban, y el del Bossman era de los mejores. De hecho, todavía conservo su figura de acción intacta, es de las pocas que no se rompieron.
El Bossman llegó como rudo, y tuvo una rivalidad contra el campeón Hulk Hogan, disputando luchas Steel Cage por todo USA, de las que ya comenté una. Se trataba de un poli corrupto, un personaje muy típico en el cine de la época. Pero pronto se pasó a face, en una rivalidad con Ted DiBiase.
Entonces, llegó otro policía corrupto y violento a la escena de WWF, The Mountie, de la policía montada de Canadá. Y, para aquella época, personaje que se declarara orgullosamente extranjero era digno de odio. The Mountie era encarnado por Jacques Rougeau, un tipo que nunca llegará al Hall of Fame.
Recuerdo por encima esta rivalidad. Era muy pequeño, pero era algo que molaba: "el policía bueno contra el policía malo". Desde luego, Vince sabía como vender a los niños. Mountie y Boss Man empezaron a odiarse mucho, y el francófono llegó a esposarlo al ring, para pegarle calambrazos con una porra electrificada que llevaba, que superaba en ese aspecto a la porra tradiciones que portaba el Poli Loco. La rivalidad se calentó mucho, hasta que en SummerSlam se enfrentaron en un Jailhouse match: el que perdiera, tendría que pasar 24 encerrado en una celda.
La lucha dura algo menos de 10 minutos. No es mala, los dos luchadores que pegan fuerte con, básicamente, golpes frontales, aunque bastante creíbles. Jimmy Hart, que por supuesto, estaba en la esquina ruda, puso la trampa para que Mountie pudiera dominar al Boss Man, pero este acaba ganando con un powerslam, seguido de un Alabama Slam. Tras esto, varios policías se llevan entre gritos al canadiense, que acaba encerrado.
Un producto de entretenimiento muy bueno para los niños, y quizás para la sociedad inmadura de la época, pero no habría, hoy en día, quien se tragara estas milongas. A nivel de lucha, la cosa no está mal, sin grandes alardes. Hay quien defiende al Boss Man como un muy buen luchador, pero yo necesito pruebas.
Puntuación: ***