Hoy, vamos a hablar del último giro de tuerca en la sempiterna rivalidad entre Johnny Gargano y Tommaso Ciampa. Se suponía que ambos se verían las caras en el Takeover previo a WrestleMania 36, pero no hubo tal Takeover. Por eso, hemos visto la lucha entre ellos en un programa semanal de NXT, una lucha en la que ha habido cierta producción cinematográfica, pero que no tiene nada que ver con los matches de ese estilo que vimos en WrestleMania (Undertaker vs AJ y Cena vs The Fiend).
En algún momento, esta rivalidad era muy interesante. Qué lejos queda ya esa impresión. Estos tíos crecieron en EVOLVE, y fueron amigos desde siempre. Formaron equipo en NXT, los DIY, y tuvieron mucho éxito.
Después, empezaron las rencillas y las traiciones. Ciampa y Gargano se metieron en una rivalidad excesivamente seria, muy violenta. Precisamente, en el NXT previo a WrestleMania 34, comenzó la cosa, y por todo lo alto: un Unsanctioned Match. Esta debería ser la estipulación del fin de la rivalidad, y, sin embargo, fue el comienzo. Después de eso, tuvieron más luchas, pero fue decreciendo el nivel.
Así como la cordura de los bookers. Turn heels y turn faces ocurrieron para ambos, de tal manera que yo perdí hasta la pista de lo que estaba pasando entre ellos. Incluso volvieron a hacer equipo. Pero una nueva traición los lleva a luchar, una vez más, dos años después. A mí, personalmente, se me gastaron las pilas, apenas soporto las luchas excesivas de de NXT, y menos la locura de esta rivalidad, pero quería ver qué habían hecho con este combate, dada esa producción cinematográfica de la que se hablaba.
Pero la lucha, como digo, no es del tipo de las que vimos en WrestleMania. O sí. Pero no del tipo Undertaker vs AJ Styles, sino del tipo Edge vs Randy Orton: un coñazo.
Porque, efectivamente, hay cierta producción audiovisual: el montaje está realizado con una intencionalidad artística, pero sin talento. Es todo lo contrario al Taker vs AJ.
Y encima, no hay comentaristas. En WWE, debieron pensar que eso ayudaría a dar realismo al combate, pero lo único que consigue es hacerlo silencioso, redundando en el aburrimiento. En el Taker - AJ, no los había, pero no hacía falta, porque la producción sí cubría esa carencia: había sonido, había música, había ambientación, y había una historia. Aquí no, sólo Gargano y Ciampa pegándose de manera aleatoria, con algunas referencias a su rivalidad, como la muleta, o el ring sin acolchado.
Por eso, la lucha está más cerca del Edge vs Orton que de aquella. Y también en ese contexto, es un poco inferior. Como aquellos, estos luchan encima de un camión, pero no pasa absolutamente nada en él; no hay motivo para que subieran.
En la parte final, hay varias cosas un poco más interesantes. Un driver a ringside bastante peligroso, y el turn-heel de Gargano, a través de la aparición de su mujer, Candice LeRae. Esta mujer está hasta el moño de la rivalidad entre estos dos, y llega para reñirles. Parece que Ciampa se siente culpable. Candice le pega un golpe bajo a Johnny, y, cuando Ciampa está confiado, se lo pega a él. Resulta que Gargano tenía una coquilla puesta, porque todo era una trampa. Qué... ingenioso. Gargano gana.
Puntuación: **3/4
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