En 2018, y coincidiendo con el nuevo mandato de Billy Corgan, la NWA cumplió 70 años de existencia. Entonces, comentamos la lucha titular de la función de 70 Aniversario, entre Cody Rhodes y Nick Aldis, y comenzamos un especial sobre estos 70 años, para el que nos comprometimos a repasar una lucha por el NWA World Heavyweight Championship, representativa de cada década.
En su momento, ya comentamos dos luchas de tiempos casi inmemoriales, dentro de ese especial. Y también tuvimos tiempo para hablar de la clásica Crockett Cup, que volvió también en 2019. Ahora, seguimos con el especial tal y como lo habíamos concebido originalmente. Nos vamos a la década de los 70.
A pesar de que, como comentamos en posts anteriores dentro de este especial, varias promociones como la AWA o la WWWF, se habían negado a quedar relegadas a la posición de ligas regionales, creando sus propios títulos mundiales, la NWA realizó suficientes presiones en la industria, como para hundirlas económicamente. La WWWF de Vince J. McMahon no tuvo más remedio que rendirse a la NWA, aceptando al campeón de la alianza como verdadero campeón mundial, y eliminando esa categoría del título principal de su empresa. De esa manera, se pudo ver también al Campeón de la NWA en el Madison Square Garden.
Así, la década de los 70 fue de puro dominio de la NWA alrededor del mundo, con efecto también sobre Japón, México y Puerto Rico. Y, dentro de la NWA, había una persona que acumulaba poder: Jim Crockett.
Jim Crockett Promotions se unió a la NWA en 1952, organizando eventos en Carolina del Sur, Carolina del Norte y Virginia. Pero, para mediados de los 70, dominaba también Tennessee, West Virginia, Georgia y Ohio. Por su predominancia en la zona, la empresa podía ser conocida también como Mid-Atlantic Championship Wrestling. En el 73, Jim murió, pasando su hijo, Jim Crockett Jr, a ser el nuevo director.
Con poder sobre muchas ciudades, con varios nombres comerciales bajo su dominio, y emitiendo en muchas cadenas de televisión locales, JCP se fue expandiendo, hasta el punto de dominar, a principios de los 80, buena parte de los territorios del sur de la NWA. A partir de cierto momento, incluso, llegó a promover sus shows con el nombre de la NWA, lo que resulta muy confuso de cara a los análisis históricos. Aunque JCP y NWA son dos entidades distintas, a partir de cierto momento de la historia, es muy complicado separarlas, e incluso los derechos de marcas y títulos quedan en manos de la familia Crockett.
En cuanto al NWA World Heavyweight Championship, si bien hasta el año 66, había tenido un campeón principal, que era Lou Thesz, en la década de los 70 estuvo más disputado. Tras 3 años de reinado de Gene Kiniski, entre el 69 y el 80, cuatro hombres se disputaron la correa: los hermanos Funk, Jack Brisco y Harley Race, siendo este último, posiblemente, el que más tiempo la tuvo en ese periodo.
Esta es una década de grandísimos combates por el título de la NWA. Y es que, estos cuatro tipos eran cuatro cabrones, gente de campo, con muy mala leche, de muy vieja escuela. En general, estudiar el wrestling del 80 hacia atrás, es como hablar de algo que ya no existe, porque el wrestling actual no tiene nada que ver con esto, así que es raro puntuar ambas cosas en la misma medida.
Vamos a comentar una lucha entre Harley Race y Terry Funck, que tuvo lugar el 1 de julio de 1977, en Houston, Texas, por el NWA World Heavyweight Championship. Es una lucha al mejor de 3 caídas, con 60 minutos de límite de tiempo, de los cuales, se consumen 40. Lucha larga, técnica, con un trabajo muy arduo, sin ninguna prisa.
Funk llavea el brazo de su rival, durante bastante tiempo, con habilidad. Después, es Race el que castiga a Terry con Headlocks muy duros, sin parar. Todo es muy realista, y, de hecho, se utilizan estrategias verídicas para conseguir la liberación.
El público es muy distinto al actual. No pierde detalle de las acciones, no se aburre a pesar de la falta de acción. Los luchadores tienen una estrategia, y la están siguiendo. Race consigue la rendición con uno de sus candados.
Funk se lanza a la acción en la segunda caída, intentando dar la vuelta a la situación. Aunque va demasiado rápido, y se choca con Harley, pegándose un doloroso golpe en el bajo vientre. Pero retoma su estrategia de lanzarse a la desesperada a por su rival, y esto le da buen resulto, porque consigue dejarle KO con un Piledriver.
Estamos en los 70; el Piledriver es uno de los ataques más peligrosos que se pueden llegar a usar. Por eso, Race está en mal estado, y Funk se confía. Quiere ganar la lucha por rendición, centrando su ataque en la pierna de Harley, que, por cierto, es el campeón. Terry Funk utiliza la llave de la familia, el Spinning Toe Hold.
Esta llave es similar al Figure 4 Leg Lock, pero sin cerrarlo con la otra pierna, de tal manera que se puede realizar la torción en consecutivas ocasiones. Pero la llave tiene un punto débil, y es que coloca la cara del agresor demasiado cerca del agredido. Harley aprovecha la ocasión, para golpear, siempre que puede, a Funk, con el puño cerrado.
Y consigue abrirle la cabeza a golpes. Funk se desangra, y se desangra cada vez más, porque sigue recibiendo golpes, y sigue torciendo la pierna de Race. Esto es una carrera loca, pues uno está sufriendo mucho dolor en la pierna, y el otro se está desangrando.
La cuestión es: ¿quién caerá primero? Harley aguanta, pero Funk no. Ha perdido demasiada sangre. Más de una vez, el referee ha intentado parar el match, pero se lo ha impedido. Ahora, suelta la llave, y cae. Cuando el referee se interesa, una vez más, por su estado, Funk le agrede, porque ya no diferencia amigo de enemigo. El referee finaliza el combate y le da la victoria a Harley Race, que retiene, pero no por la agresión, sino por el estado de Funk, que no le permite seguir luchando.
Esta lucha es bastante famosa, y tiene motivos para serlo. Es wrestling puro. La habilidad técnica, y la verosimilitud son obvios, pero también la tensión, la emoción, y la historia que se cuenta. La última caída es la pera.
Puntuación: *****
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