En el momento de escribir esto, quedan unas horas para que Tessa Blanchard se enfrente a Sami Callihan por el World Championship de Impact Wrestling. Si gana, desde luego, hará historia, como la primera mujer que ganó un gran Campeonato Mundial en la historia del wrestling, por encima de los Campeonatos Intercontinentaltes ganados por Chyna en WWE, o el Campeonato de Lucha Underground que ganó Sexy Star, y que sólo mantuvo un día.
La rivalidad entre Blanchard y Callihan es ya antigua. Se enfrentaron en Slammiversary 2019, en una lucha que me parece muy interesante, y, por eso, quiero comentarla antes de ver el combate titular.
Sami era el líder de oVe, stable llamado Ohio Versus Everything, con el que, junto a sus paisanos The Crist Brothers, intentó imponerse en la división de parejas, y abusar de todo el mundo con su estilo extremo.
Tessa Blanchard se enfrentó a ellos, para intentar evitar algunos de sus abusos, ante el desprecio de Callihan, que la llamaba "princesa", no sólo por ser mujer, sino también por ser hija de una leyenda. En general, muchas veces se ha puesto en duda el valor de Tessa por esa sangre azul. Pero ella se reveló contra esos insultos, y consiguió derrotar a uno de los aliados de Callihan. Así, en Slammiversary, llega para demostrar que puede enfrentarse a un hombre como Callihan, de tú a tú.
De eso va el combate. Es interesante, porque es una historia que no se ha trabajado mucho en la industria. Hemos visto muchos combates de David vs Goliat, y hemos conocido a muchos underdogs, pero no ha habido ocasiones en las que se cuente la historia de que una mujer es capaz de enfrentarse a un hombre. Me gusta mucho cómo se cuenta eso en esta ocasión.
Ambos luchadores llegan con un bate de béisbol, dado que los dos han recurrido a él durante la rivalidad. Tessa no se ha cortado un pelo a la hora de enfrentarse a un stable de hombres. Pero por mucho valor que tenga, la diferencia de fuerza es grande. Las palizas que le mete Sami en ringside son importantes. La tira varias veces contra las vallas, o contra el suelo, mediante Power Bombs. Blanchard sufre en su espalda.
Este tipo de combate, sin el menor rubor a la hora de golpear a una mujer, es interesante. Porque va a ser muy complicado ver algo así en WWE o AEW; demasiado polémico. Yo mismo, cuando empecé a ver lucha libre mexicana, hace muchos años, odiaba AAA, no sólo por sus absurdas historias, sino también por los combates intergénero: ver a hombres golpeando a mujeres es muy desagradable.
Pero no deja de ser una ficción. Llevo toda la vida jugando a videojuegos como Tekken o Street Fighter, en los que personajes femeninos luchan en igualdad de condiciones con personajes masculinos, y nunca me ha parecido muy raro, porque he entendido ese contexto fantástico. Asimismo, me fastidiaría que una película tuviera limitaciones a la hora de contar una historia, por motivos morales. ¿Cómo puedes hacer una crítica a la violencia de género, si no puedes mostrar violencia de género, por miedo a que te digan que mostrar violencia de género significa que apoyas la violencia de género? Eso mismo hay que entender en el wrestling, que se está contando una historia, y que no se puede limitar el arte, o la narrativa, o el entretenimiento, por motivos morales. Eso es censura, para criar borregos biempensantes.
Sami Callihan no tiene ningún tipo de límite moral, y eso permite contar esta historia. No se podría contar si los tuviera, y entonces, no se podría expresar este mensaje feminista. Le parte la espalda a su rival con montones de golpes. Se la lleva a la rampa, para terminar su trabajo con una gran Power Bomb, pero se acaba tragando un Cutter. Los dos contendientes regresan al ring, al límite de la cuenta de 10.
Callihan reta a Blanchard, para que le golpee. Para que pegue más fuerte. Le llama Perra, y acaba llevándose un montón de palos por ello, incluyendo un Samoan Drop muy meritorio, por la diferencia de peso. Tessa no va a regalar el combate, ni a reconocer la superioridad masculina.
A pesar del estado de su espalda y su cuello, Tessa soporta una Power Bomb y un STF. Vende bien su dolor, y el sacrificio que está haciendo, y contraataca con sus Code Breakers. Pega muy fuerte a Callihan, pero, cuando el referee queda fuera de combate, entran en juego los bates. Sami le pega con él, pero el nuevo referee no llega a tiempo para hacer la cuenta, por lo que se lleva también un buen golpe.
Callihan dice "Sólo ríndete, princesa", pero la princesita le pega un Low Blow, que es el ataque más feminista que puede haber, le da con el bate, y le aplica otro Code Breaker desde la esquina, el Magnum. Callihan está a punto de rendirse tras un Crossface de la mujer, que dura un buen rato, pero consigue rehacerse, y aplicar un destructivo Piledriver. Blanchard, con una gran voluntad, se resiste a perder, y se levanta, con el cuello destrozado, para seguir amenazando a su rival, con un gesto con el que asegura su victoria. A pesar de su asombro, Callihan la agarra y le aplica otro Piledriver. Ahora sí, la cuenta llega a tres.
Cuando parece que, tras la lucha, Sami va a volver a atacar a su oponente, este reconoce su valía. Muy buen final para un combate que está bien ejecutado a nivel atlético pero en el que, sobre todo, se cuenta una gran historia.
Puntuación: ****1/4
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