Dean Ambrose abandonó WWE, y volvió a ser Jon Moxley, un hombre que, una vez, amó el wrestling, y que, durante años, se encontró sepultado bajo ridículos guiones. Ahora, puede volver a sentirse luchador.
Ha firmado con AEW, iniciando una rivalidad con Kenny Omega que les llevará a luchar en All Out. Pero no ha firmado con exclusividad, porque, igual que Chris Jericho, tendrá sus apariciones en New Japan, empezando por ganar el United States Heavyweight Championship, que estaba en manos de Juice Robinson.
Todo el mundo se burla del wrestling de WWE, pero luego, da push a cualquier ex de WWE. Eso ha sido así por décadas. A New Japan le viene bien, porque, después de la salida de Omega y los Young Bucks, había perdido un poco de impacto internacional, y, tras la final del Best of Super Juniors, y tras Dominion, vuelve a estar en boca de todos.
El día en que Will Ospreay ganó el Best of Super Junior 2019, Jon Moxley derrotó a Robinson para ganar la correa de Estados Unidos, en su versión New Japan. Casualmente, el de USA fue también el primer campeonato que se llevó en su paso por WWE. La lucha ha tenido buenas críticas, pero a mí me ha parecido regulera.
Moxley empieza pegando duro en la cabeza, e intenta realizar un piledriver entre el público, pero falla, y acaba llevándose una plancha de su rival, que salta desde la parte superior del decorado.
Moxley nunca ha sido el mejor luchador. Siempre ha sacado lo mejor de sí cuando lucha en modo hardcore, así que, aquí, saca mesas y sillas, para poder estar a la altura. Pero el que falla en esta lucha es Robinson, un tipo capaz de dar un cabezazo, teniendo la cabeza llena de sangre, sin inmutarse lo más mínimo. Y recibe mucho castigo sobre su pierna, vendiendo lo justito. Para terminar, se lanza contra una mesa, con Moxley apoyado en ella, y ni toca al ex Dean Ambrose.
Moxley usa bien la mesa para dañar a su rival, que la atraviesa con la pierna. También le aplica Texas Cloverleaf. Finalmente, con dos Dirty Deeds, aprovecha el dolor infringido en la cabeza de Juice, para ganar la pelea, y el título.
El combate, en términos generales, es mediocre, con sus cosas buenas, y sus cosas malas. Nada demasiado recordable.
Puntuación: ***