Durante el año pasado, y tras la reforma de la NWA y la celebración de sus 70 años de vida, revisamos varias luchas de la historia de la marca. Entre otras cosas, comenzamos un especial, en el que comentamos un combate por el NWA World Heavyweight Championship por década, nombrando al campeón más representativo de cada época. Así, hablamos de Los 50, Los 60, Los 70 y Los 80, o sea, los años de bonanza para la NWA. Hoy, llegamos a Los 90, tiempos de decadencia para la alianza.
La década comienza con el Título de la NWA como campeonato principal de la WCW, aunque estos no eran los planes de la empresa de Turner. No pasó mucho tiempo hasta que, en dicha empresa, el campeonato cambió de nombre. La correa había dejado de ser la de los 10 pounds of gold muchos años atras, y ahora, era la denominación del portador lo que variaba. La empresa empezó a nombrar a su campeón, que era Ric Flair, como WCW World Heavyweight Champion.
En este sentido, hay que decir que aquí entran en conflicto los campeonatos reconocidos por la WCW, los campeonatos reconocidos por WWE, y los reconocidos por la NWA. El caso es que Flair, reconocido por WCW como su campeón, y por la NWA como su campeón, abandonó su empresa, y apareció en la WWF, con la correa, proclamándose como el verdadero campeón. Pronto, ganaría el Royal Rumble 1992, y se convertiría también en el Campeón de la empresa de Vince McMahon. Vaya carrera.
Con la salida del Nature Boy, los campeonatos de WCW y NWA quedaron vacantes, y empezaron a diferenciarse de verdad. Masa Chono se convirtió en NWA World Heavyweight Champion en Japón, como trofeo por ganar el G1 Climax, derrotando a Rick Rude en la final. Mientras tanto, el Campeonato Mundial de WCW seguía su propio curso. La correa de la NWA no volvió a USA hasta febrero del 93, en manos de Barry Windham. Ric Flair, ya de vuelta a WCW, volvió a ganarla. Entonces, se rompió la relación entre las dos entidades. Ric Flair pasó a ser considerado como el primer WCW International World Heavyweight Champion, y el último NWA World Heavyweight Champion, en la etapa WCW.
En 1994, la NWA, como alianza, se reformó. Pero WWF y WCW habían fagocitado los territorios americanos, y ya no existían empresas con verdadero dominio dentro de cada región. Las dos grandes compañías a nivel nacional llevaban a cabo funciones por todo el país.
La nueva NWA estaba formada por lo que ahora llamaríamos promotoras independientes. Este es un término que no se había aplicado hasta entonces, puesto que el trabajo de promoción de eventos en vivo no se ceñía a términos de grandes corporaciones, pero, sin duda, WWE se convirtió en una gran corporación, y WCW lo era, en tanto que pertenecía a Turner. Entonces, cualquier empresa de wrestling fuera de ese ámbito, a partir de los 90, se puede considerar independiente.
Aún bajo su alianza con WCW, NWA había exigido que el campeón defendiera el campeonato en el resto de territorios de la alianza, algo que en esa empresa no querían aceptar, puesto que no querían tener a grandes estrellas como Ric Flair, luchando en ínfimas funciones de promotoras, como CWA o ECW. Ese fue uno de los motivos que provocaron el cisma entre ambas entidades. Ahora, ese tipo de empresas, eran las más importantes dentro de la alianza.
En el año 1994, los Ten pounds of Gold volvieron a la cancha de juego. Entonces, el presidente de la Alianza era Denis Coraluzzo, dueño de CWA de New Jersey, un hombre que apenas llegaba a juntar unas pocas decenas de aficionados en sus funciones. Por contra, la ECW de Philadelphia, aún Eastern Championship Wrestling, cada vez tenía más éxito, lo que provocó la envidia del resto de promotores, así como algunas acciones en su contra que podrían considerarse bastante indecentes.
Pero Coraluzzo necesitaba a ECW, y quiso beneficiarse de su fama, mientras que Paul Heyman, director de esta promotora, veía a la NWA como un peso muerto al que no necesitaba. Así, todo confluyó para que el 27 de agosto, tras un año sin campeón, ECW organizara un torneo para determinar al nuevo portador de la correa. Shane Douglas se proclamó ganador, pero, acto seguido, tiró el cinturón, y dijo que no quería ser campeón de una empresa que había muerto hace 7 años. Así, sacó una nueva correa, la del ECW World Heavyweight Championship. La empresa empezó a llamarse, desde entonces, Extreme Championship Wrestling. La historia sobre esta empresa se separa, pues, de la de la NWA.
Porque Coraluzzo no tenía ni idea de que eso iba a pasar. De hecho, tras el gran segmento de Douglas, Heyman, conocido por todos como un gran mentiroso, aún convenció a Coraluzzo de que todo había sido un ángulo, que Douglass seguía siendo campeón de la NWA, y que perdería el campeonato ante uno de los chicos de Coraluzzo. Obviamente, no fue así.
Así continúa la errática historia de la NWA. Tras vender la WCW, Jim Crockett tuvo que cumplir una clausula de no competencia de 5 años, pero, para mediados de los 90, ya había vuelto al ruedo, ganando, de nuevo, poder sobre el campeonato. Asimismo, Jim Cornette llevó su empresa, Smokey Montain Wrestling, a la alianza. En febrero del 95, se proclamó campeón a una gran estrella de UFC, Dan Severn, quien tuvo la correa durante 4 años, y volvió a darle cierta entidad, a defenderla en combates de estilo shoot, y a recorrer el mundo, pues la NWA tenía miembros en Puerto Rico, Japón e Inglaterra.
En 1998, la NWA volvió al mainstream, con un pequeño storyline, en el que Severn y otros luchadores, invadían la WWF. Si alguien mira los programas de RAW de ese año, verá que siempre había una luchita de Severn. Pero eran tiempos de la Attitude Era; estaban pasando cosas muy llamativas en WWF, y el estilo de Severn no se adaptaba a eso, y no le interesaba a la gente. Por tanto, no duró mucho.
Así, durante esos 4 años de reinado, Severn devolvió un poco de seriedad al Campeonato de la NWA, aunque no le devolvió la trascendencia. Hoy, vamos a comentar una lucha suya en el show de 50 aniversario, en la que defiende el título ante el gran William Regal, entonces conocido como Steven Regal. El show que celebra los 50 años de existencia de una de las entidades más importantes de esta industria, ni siquiera se grabó, y apenas junta a 500 personas entre el público, entre las que hay borrachos que no paran de trolear el combate. No obstante, este es muy bueno, de estilo shoot, entre dos muy buenos luchadores.
Son unos 30 minutos, o quizás un poco menos, de llaves y contrallaves, con un estilo más duro que bonito. Es muy realista, y no tan entretenido para el público de la época que sigue a la NWO o al Undertaker. Pocas veces los luchadores se levantan, y, cuando lo hacen, es para pegar muy fuerte. Regal usa Oppercuts, para continuar con sus headlocks y su STF.
Severn, luchador en activo de MMA, ganador de múltiples combates en UFC, demuestra su superioridad en este campo, y acaba rindiendo a Regal. Buena lucha, muy realista, enmarcada en un ámbito decadente un poco triste.
Puntuación: ****1/4