Durante el año 1997, The Undertaker tuvo su primera gran
rivalidad con Shawn Michaels, que dio como resultado algunos grandes combates.
Uno de ellos, el mejor, fue el primer Hell in a Cell de la historia, y en el
que debutó el monstruo rojo Kane, costándole la victoria al Enterrador.
Entonces, hay una rivalidad rara, de esas que forman parte
de la incipiente era Attitude. Tonteías nada más. Parece que Kane es el
hermando del Undertaker, o su hermanastro, y que Paul Bearer es padre de, al
menos, Kane, y que alguien le mete fuego a algo… Bah, nunca me he enterado bien
de este rollo porque no me interesa.
El caso es que el malvado Kane, apoyado por el recientemente
fallecido Bearer, llega para enfrentarse al enterrador en el mayor evento de
todos, Wrestlemania 14. Hoy en día, cualquiera ha vencido a Kane, pero por
aquel entonces era una bestia insaciable con la que nadie podía. Durante el
combate, domina a su hermano sin cuartel. Sí, ya véis que, siendo Undertaker un
monstruo de 2.07, acaba siendo el más pequeño siempre en Wrestlemania salvo por
los dos primeros matches. Y eso se nota en la calidad.
Pero el combate frente a Kane es mejor que los anteriores.
El monstruo rojo lleva la iniciativa, y Undertaker ataca con come-backs
interesantes. En uno de ello, realiza su primera plancha por encima de la
tercera cuerda hacia ringside, comiéndose la mesa de comentaristas sin apenas
necesitar la cooperación de Kane. Continúa Kane dándole fuerte, hasta que
conecta un Tombstone al que sobrevive Undertaker. A partir de ahí, el dead-man
ataca sin parar, y necesita tres tumbas rompe-cuellos para ganar.
Buen combate, kane se muestra intratable, como un verdadero
monstruo, casi se levanta antes de la cuenta de 3 en el último Tombstone, quien
diría que ahora le ganan con cualquier cosa.
Puntuanción: ***1/4