Ya ha tenido lugar WrestleMania 33, un evento... Raro, que deja muchas sensaciones extrañas, y algunas cosas que son difíciles de evaluar según el estándar Meltzer. Pero lo intentaremos, y comenzaremos por la parte más fácil, la battle royal en honor a André el Gigante.
Cuando comenté la lucha entre Bret Hart y Stone Cold, decía que entonces WrestleMania no era el espectáculo que es hoy en día. pero que siempre había hueco para una gran lucha. Ahora creo que no, que el evento se ha convertido en una búsqueda constante de grandes momentos, de esos que pueden ponerse en un vídeo promocional o un vídeo de Youtube. Pero hay poco hueco al wrestling de verdad. Tampoco ayuda que la cartelera esté llena de semi-luchadores veteranos enfrentados a una generación muy mediocre.
Pero, centrándonos en la Andre the Giant Battle Royal, posiblemente estemos ante una de las BR menos trabajadas de la historia. Igual que pasó en el último Royal Rumble, da la sensación de que no hay booker que haya dirigido nada de lo que pasa aquí, y que todo es aleatorio.
The Big Show se había preparado con mucha ilusión para su lucha con Shaquille O'Neal, consiguiendo el mejor momento de forma de su carrera. Pero WWE no llegó a un acuerdo con el ex-NBA, así que Show se quedó sin su sueño. Por otro lado, entraba a esta batalla para poder enfrentarse al nuevo gigante de WWE, que le ha derrotado en varias ocasiones: Braun Strowman.
Podría haber quedado una gran batalla que girara en torno a estos dos gigantes. Se podría haber escrito algo fantástico. Pero esto es WWE. Show y Strowman comienzan eliminando a mucha gente (elegida aleatoriamente también), pero pronto, Braun echa fuera al otro gigante, sin ninguna épica, y luego es eliminado él también por el resto de los participantes. Sin más.
Llegados a este punto, tenemos a gente buena como Dolph Ziggler, Mark Henry, Luke Harper y Sami Zayn en la pelea. Pero observamos, de nuevo, que la eliminación de los luchadores no está relacionada con su rol en la empresa, sino que son expulsados porque sí. Así, aunque Henry y Ziggler estaban haciendo un buen combate, son eliminados por... cualquiera, como también lo es Harper.
El único luchador interesante que queda es Zayn, junto a un puñado de jobbers. Parece que es su momento, que para eso se ha desarrollado esa historia de perdedor en Raw, que se clasifica en el último segundo para la Battle Royal. Pero... no, tampoco. Se quedan solos Big Damo, recientemente fichado para NXT, Mojo Rawley y Jinder Mahal.
Pero, por fin entendemos de que va esto. Mahal saca por debajo de la tercera a Mojo, y pelean a ringside. Entre el público está un buen amigo de Mojo, el enorme jugador de los New England Patriots, Rob Gronkowski. En ese spot tan repetido ya, Mahal se encara con Rob, le quita su refresco y se lo tira encima. Rob, por eso, tiene que meterse, y atacar a Jinder en el ring, con un gran topetazo. Después de esto, Mojo elimina a los dos rudos, y gana la batalla.
Pues sí, WWE ha usado la batalla para que un jugador de la NFL pueda hacer su aparición. El resto de la batalla no vale nada. Me hizo gracia que una chica de seguridad no conocía la entrada de Rob, y salió corriendo como una loca para intentar detenerlo, a pesar de que era el triple que ella. Los referees pronto la avisaron de que debía dejarlo entrar.
Puntuación: *
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