Por vez primera, Undertaker está en un combate relevante
dentro de la cartelera. No, no es aún un main event, pero es un match contra
una de las mayores figuras de la empresa en ese momento, Diesel, más tarde
conocido como Kevin Nash en WCW. Al fin el fenómeno tiene una lucha de más de
un cuarto de hora en Wrestlemania, si bien es cierto que Nash no es ningún
artista dentro del ring.
El caso es que, en esta época, el Taker se puso una máscara
rollo “El Fantasma de la ópera”. Pero fue desenmascarado en Royal Rumble 1996,
cuando estaba luchando contra Bret Hart por el título de WWF y fue atacado por
Diesel. La rivalidad les llevó a la lucha de Wrestlemania 12. Por primera vez,
en esta lucha se empieza a hablar de la racha imbatida de Undertaker en el
mayor evento de todos, y su bookeo va en esa dirección, en la imposibilidad de
vencerlo en Wrestlemania.
El combate comienza con dominio del Enterrador, hasta que se
van a ringside y Diesel le destroza la espalda contra la esquina del ring en
varias ocasiones. A partir de ahí, el dominio del rudo es total, le aplica un
montón de castigos contra la espalda, correctos pero demasiado lentos para el
espectador, cosas del estilo de Nash. Así, prepara al Enterrador para vencerlo
fácilmente con su Knife Bomb.
Diesel se burla: “¿Veis? Solo es un hombre” Le aplica dos
bombazos pero Undertaker sobrevive. Otro ataque sobre la espalda, un back
suplex, y Diesel se relaja, piensa que ya está hecho. Pero el Deadman no es
humano se levanta y comienza un come-back definitivo que acaba con un Tombstone Piledriver.
Buen combate, me ha gustado más de lo que pensaba, aunque no
sea la gran cosa, por esa lentitud en los movimientos de Diesel que hacen que
me aburra mucho en ocasiones.
Puntuación: ** 3/4
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