Hace poco, comentábamos en el blog el main event de WrestleMania 38, esa lucha entre Roman Reigns y Brock Lesnar, que, tras muchas peleas a lo largo de los últimos años, se enfrentaban en un match supuestamente definitivo, con una historia detrás mucho más potente, pero con un resultado que acabó siendo muy mediocre. Un lector del blog, entonces, me animó a comentar asimismo el match que mantuvieron Triple H y Randy Orton en WrestleMania 25, puesto que le parecía que la situación de entonces tenía muchas similitudes con lo que ha ocurrido este año. Y no le falta razón.
Triple H y Randy Orton, que entonces eran las máximas estrellas de WWE junto a John Cena, se enfrentaron en el main event de WrestleMania 25, que nadie recordará jamás, y que quedará opacado por siempre por el enfrentamiento que tuvo lugar entonces entre Undertaker y Shawn Michaels, uno de los mejores de la historia de la empresa. Randy y Hunter, como Roman y Brock este año, se enfrentaban después de una historia común muy larga, tras un feudo realmente excesivo... y no estuvieron a la altura a la hora de estelarizar un evento en el que todo, hasta entonces, era bastante bueno. Mal por ellos.
Recordemos que Orton y Triple H coincidieron en el stable Evolution, que hizo que la carrera del Asesino de Leyendas, así como la del Animal Batista, despegara. Pero, a lo largo de los años, el equipo, que existía para hacer realidad los deseos de Triple H, fue perdiendo, poco a poco, a sus miembros, cuando estos pensaron en tener algún éxito propio. El primero fue Randy, que se convirtió en el World Heavyweight Champion más joven de la historia de la empresa, y recibió la traición de sus compañeros, entrando en una cruda rivalidad frente al líder. Poco después, pasó lo mismo con Batista, cuando este ganó el Royal Rumble 2005 y puso sus ojos asimismo en el título. E incluso el veterano Ric Flair acabó a tortas con el narigón.
Triple H y Randy Orton siguieron enfrentándose cuando Hunter cambió al bando técnico. Junto con Michaels, revivió a D-Generation X y tuvo varios enfrentamiento con Ratd-R RKO, el equipo que formaba The Viper con Edge. Durante uno de sus matches, HHH se lesionó de gravedad, y no regresaría hasta SummerSlam 2007, donde mantuvo un match frente a Booker T, en su rol de King Booker. En ese mismo evento, un Randy Orton que estaba recibiendo un push para ser el principal rudo de la compañía, se enfrentó por primera vez al eterno campeón Cena, siendo derrotado.
Pero Cena se lesionó, y tuvo que dejar el Campeonato de WWE vacante. No Mercy fue el PPV en el que se nombró un nuevo campeón, y fue un PPV que giró en torno a estos dos hombres. Vince McMahon nombró campeón a Randy porque sí, y su yerno, que con D-X, había mantenido graves disputas con él durante 2006, llegó para exigir una oportunidad. La recibió, y en el primer match de la noche, salió ganador y nuevo campeón de WWE por enésima vez. Pero no acabaría la velada como campeón. En su segundo combate, Vince lanzó a su bestia Umaga contra él, mas volvió a alzarse con la victoria. Pero tendría una tercera lucha. En el main event, Randy Orton lo derrotó en un Last Man Standing bastante bueno (quizás la mejor lucha entre ellos), y se volvió a coronar campeón.
John Cena volvió a la acción en Royal Rumble 2008, en una gran sorpresa, y ganó la batalla real. Randy estaba teniendo un reinado notable, venciendo a Hunter, Shawn Michaels y Chris Jericho. En WrestleMania 24, las tres grandes estrellas, Randy, Hunter y Cena, lucharon por el título en una Triple Amenaza, de la que Randy salió ganador. Durante el año, sin embargo, Triple H se llevó la correa, después de varios enfrentamientos con RKO, y se la llevó a Smackdon. Por su parte, Orton montó un stable de luchadores de segunda generación, junto con Cody Rhodes y Ted DiBiase Jr. Aunque perdió el título, siguió avanzando en su rol de top-heel, y eso le condujo a ganar el Royal Rumble 2009. Cody y Ted sobrevivieron hasta el final, y cuando Triple H estaba ocupado eliminándolos, él hizo lo propio con The Game para salir ganador. Así, se aseguró la posibilidad de volver a luchar por el título, un año más, en WrestleMania, y su rival sería... de nuevo Triple H, que se proclamó campeón una vez más en Elimination Chamber, al ganar una batalla en la cámara de eliminación.
Mientras que eso pasaba, Randy se metió en un storyline con la familia McMahon. Atacó a Vince, con su patada en la cabeza, que un tiempo después sería prohibida, y al hijo de este, Shane, que regresó tras un tiempo fuera, para enfrentarse a él y vengar a su padre. Mantuvieron una buena lucha en Elimination Chamber, pero en el siguiente show de Raw, Shane acabó como su padre. Y ahí fue donde entró Stephanie, y si Stephanie está en peligro, Hunter no puede estar lejos.
Randy cometió la locura de aplicar RKO sobre la chica. Y no fue lo peor. En el siguiente programa, Triple H fue a por él como un animal, pero la ayuda de los miembros de Legacy resultó definitiva. El Asesino Cerebral fue apalizado, y esposado a la esquina. Cuando estaban abusando de él, apareció su esposa para suplicar clemencia, pero se metió en la boca del lobo. En una muestra de violencia contra las mujeres que hoy sería inconcebible, Orton le aplicó su DDT desde la segunda cuerda, y acto seguido, la besó cuando estaba inconsciente. En la esquina, atado, Triple H lo observaba furibundo.
En el programa previo a WrestleMania, Hunter, Vince y Shane hicieron su regreso para atacar en conjunto a Legacy, y meterse en una brawl, ahora sí, en igualdad de condiciones (Vince todavía estaba fuerte). Aunque en algunas cosas, la historia no tenía muy buen gusto, y en cualquier caso, los luchadores enfrentados no resultaban de mucho interés, porque habían peleado muchas veces y habían demostrado no tener una química especialmente buena, era lo suficientemente intensa como para tener interés dentro de un show con mucho material de calidad, como WM 25. Podía ser un buen colofón. Pero no son capaces de lograrlo.
Triple H se encuentra con Shane y Vince tras bastidores. Pero no participan en todo el match. Es un match lleno de odio y rencillas entre agrupaciones, pero las agrupaciones no hacen acto de aparición. Triple H es incapaz de mostrar el odio y la violencia que debería ejercer tras lo ocurrido con su mujer. Y tampoco se utiliza correctamente la estipulación, que podría dar mucho juego. Vicky Guerrero ordenó que si Triple H perdía por descalificación, también perdería el título. Esto podría dar mucho juego, en tanto que la parte personal de la batalla debería tener mucha más relevancia que el título, y eso podría hacerle dudar cuando Randy le forzara a ello... pero no lo hace nunca. Triple H duda en algún momento, pero poco, y sin que Randy ejerza presión.
La lucha, de hecho, empieza bastante bien. Hunter entra rompiendo un espejo, y se lanza contra Randy, sin escuchar los avisos del referee. Rápido, Orton le coloca un RKO, y cuando va a rematarle con la Penalty Kick, HHH le agarra con un Pedegree. La lucha empieza fuerte: usar los finishers tan rápido es muy original. Randy demuestra mucho dolor en la cabeza, y Triple H lo aprovecha, haciendo un buen trabajo sobre el coco de su rival. Trabaja bien, aunque no debería tomarse el combate con tanta calma, teniendo en cuenta los hechos. Pronto, el dominio cambia de manos, y la originalidad del principio se pierde, para que el combate se convierta en una lucha genérica, propia de un live show. No hay nada de WrestleMania en su puesta en escena, y nada de rivalidad, como en el caso del Roman vs Brock de este año.
Hay un momento en el que luchan en ringside. Triple H quiere pegar con una silla al retador, pero el chivato del referee le recuerda que si lo hace, perderá el título. Es lo más parecido al uso de la estipulación que hay en el match. Hunter quiere aplicar un Pedegree sobre la mesa de comentaristas, pero acaba siendo proyectado sobre la otra, cayendo sin romperla. Orton, que ganó su Last Man Standing de una manera parecida, aplica un DDT sobre el suelo, corre hacia el ring y espera el countout, que también le daría el título. Hunter llega al ring a la cuenta de 9, para estupor del Asesino de Leyendas. Entonces, el retador lanza al campeón contra el árbitro, dejándolo KO, y aplica RKO. Aprovechando que no hay autoridad, Randy busca el martillo de Hunter, para pegarle con él, pero cuando está subiendo al ring, recibe su propia Penalty Kick. Triple H le pega con su martillo, y lo deja listo de papeles. Imposta un poco de violencia, pegándole puñetazos sin parar, aunque ya no cuela: el público está aburrido de esta lucha desde hace tiempo, y no compra la supuesta furia del face, que llega un poco tarde. Pedegree y se acabó. El público aplaude, más por las ganas de que acabara la lucha que por alegría.
El combate no es malo; si hubiera tenido lugar en otro evento y en otras circunstancias, hubiera sido más satisfactorio. Pero es WrestleMania, es el show del año, con la rivalidad más loca de los últimos tiempos, y una estipulación apropiada, y sin embargo, los luchadores pelean como si estuvieran en un combate de RAW. Los Legacy aparecían siempre para apoyar a Randy, pasara lo que pasara, pero hoy estaban en Mcdonalds. Y Shane y Vince aparecen antes de la lucha para mirar a Hunter y no hacer nada. Un desperdicio.
Puntuación: ***
domingo, 12 de junio de 2022
Randy Orton vs Triple H, WWE WrestleMania 25
viernes, 4 de marzo de 2022
Konnan vs vampiro, Cabellera vs Cabellera, AAA Rey de Reyes 2009
En recuerdo de Arturo Rivera
En el último par de años, hemos visto partir hacia la Arena Celestial a muchas voces queridas dentro de la industria del wrestling. Hace unos días, se unió a este selecto grupo el periodista Arturo Rivera, que siempre será recordado como el principal comentarista de AAA. Allí, se verá las caras de nuevo con un gran amigo suyo, el Dr. Alfonso Morales, quién hizo lo propio hace poco más de un año, y del que entonces no dije nada, puesto que no estaba escribiendo, entonces, demasiado. Intentaré reparar tal afrenta próximamente, con una ofrenda en forma de post, pero hoy, por lo cercano de la defunción, toca hablar de Arturo Rivera.
Yo, personalmente, no tengo un recuerdo de él al nivel del que tengo del Dr. Alfonso Morales. Porque yo, cuando era jovencito, veía las funciones del Consejo Mundial de Lucha Libre que se emitían por los canales internacionales de Televisa, mientras que no soportaba la farándula de AAA. Y una de las cosas que más me gustaban de las transmisiones del Consejo, era la continua batalla dialéctica que mantenían sus comentaristas: eran muy graciosos. Entraré en más detalle acerca de esto cuando le dedique un post al Doctor. Sin embargo, hay que dar crédito a Arturo por ser quien provocó la revolución dentro de los comentarios televisivos.
Lo hizo en el propio Consejo, y en contra de la opinión de las autoridades de La Seria y Estable, empresa que no admite el cambio, y se niega a evolucionar. Arturo Rivera se convirtió en el primer comentarista rudo en México; el primero que, abiertamente, apoyaba al bando de los malos, y eso, al presidente Paco Alonso no le gustó nada. Sin embargo, los periodistas trabajaban para la televisión, no para la empresa de lucha libre, así que lo permitió. Al menos, lo permitió hasta que ocurrió la espantada del 92, cuando su principal colaborador, Antonio Peña, harto de los límites a la creatividad que imponía el Consejo, montó la AAA y se llevó a buena parte del elenco.
Arturo apoyó mucho a Antonio en esta labor. Estuvo con él en todo momento, y lloró mucho su muerte, así como se lamentó en antena muchas veces contra aquellos que, tiempo después, abandonaron AAA para participar en el proyecto de Promo Azteca de Konnan que no acabó de cuajar. Precisamente por esto, Paco Alonso vetó a Arturo Rivera: prohibió a Televisa que él formara parte de las retransmisiones de sus funciones. De hecho, cuando, antes de la pandemia, el CMLL volvió a Televisa, en el contrato se incluyó una clausula en contra de la posibilidad de que Rivera formara parte de las retransmisiones, que corrieron a cargo del divertido Leo Riaño (creo que aún siguen en antena).
Pero no pasa nada, porque en AAA, Arturo pudo sacar todo su arsenal, y divertirse a lo loco. Ya fuera junto al Doctor Alfonso Morales, que siempre fue su contrapartida en el bando técnico, o con cualquier otro anunciador, Rivera divirtió a los seguidores, o los enfadó, al menos a aquellos que se lo tomaran en serio, porque, de igual manera que hacía los comentarios para televisión, hacía de anunciador, empezando por su expresión de odio hacia los fans. E incluso llegó a meterse en historias serias (serias al nivel AAA, quiero decir), como comentaremos después.
Muchas frases y expresiones suyas pasarán a la historia, como "¡Los rudos, los rudos, los rudos... y el Atlante!", o "¡Guácala de pollo!". Realmente, él fue un reportero deportivo que se dedicó a otros muchos deportes, pero que encontró la felicidad en la lucha libre. Tras 40 años de comunicación, falleció en febrero de 2022, a los 67 años de edad. Una pena.
Como en cada post, me gusta comentar una lucha, y en aquellos referidos a personas fallecidas, intento que esta sea una muestra de su trabajo. Rivera era un periodista y no un luchador, y que yo sepa, no ha peleado nunca. Sin embargo, dada la locura que es AAA, sí que tuvo la posibilidad, en alguna ocasión, de meterse en líos, e incluso de perder la cabellera. Lo hizo en el evento Rey de Reyes 2009, tras una lucha entre el malvado Konnan y el ídolo Vampiro.
Quién no conozca Triple A, se sorprenderá si ve sus espectáculos (sobre todo los de principios de este siglo), y comprenderá el rechazo que yo sentía esos domingos en los que me levantaba por la mañana para ver la lucha, y me llevaba la ingrata sorpresa de que, ese día, no había función del CMLL, sino de AAA. Esa empresa, durante más de una década, estuvo ocupada por storylines de invasión, en los que grupos de malvados atacaban al poder de la empresa, sin demasiada causa subyacente. Es como una perpetua NWO, pero cutre. Durante mucho tiempo, el protagonista negativo de esta historia fue (y es) Konnan, el conocido luchador que estuvo en WCW, y que es famoso por su interés creativo y su emprendimiento. Luchando o sin luchar, se las ha arreglado para ser el malo oficial de la empresa, y durante mucho tiempo, sus historias fagocitaron todo el producto, de tal manera que no se podía encontrar una lucha importante y buena, pues todas estaban llenas de parafernalia, trampas, árbitros rudos e intervenciones por millares. Una cosa muy desagradable.
Konnan era el líder de la Legión Extranjera, un grupo que existido entre 2004 y 2010. En él, participaban luchadores extranjeros que llegaban a la empresa, si bien podía entrar cualquier rudo. Konnan, a través de sus malas artes, consiguió apoderarse del poder en la empresa, llegando a agredir físicamente a Joaquín Roldan, el presidente de la compañía tras la muerte de Antonio Peña. E incluso Arturo Rivera, el muy gandaya, se unió oficialmente a la agrupación, entrando en conflicto con Joaquín. Así, en el evento Rey de Reyes 2009, que tuvo lugar en la plaza de toros de Guadalajara, Jalisco, Konnan se enfrento a El Vampiro, a veces también conocido como Vampiro Canadiense, en una lucha de cabellera vs cabellera, en la que las cabelleras que estaban en juego no eran las de los wrestlers, sino las de los seconds: Arturo Rivera y Joaquín Roldan.
Quizás la gente recuerde al Vampiro por su paso por WCW. También estuvo en algunos shows de TNA, así como en proyectos televisivos americanos interesantes, como Lucha Underground, donde tuvo una lucha histórica frente a Pentagón Jr, o Wrestling Society X. Pero, sobre todo, Vampiro es una leyenda en México, un luchador que levantó pasiones allí. En 2008, llegó a AAA para enfrentarse al gran campeón de esa época: El Mesías, mas acabó participando en la rivalidad que, realmente, ocupaba el interés del pueblo. Así se encontró con Konnan, un hombre con el que tiene una rivalidad eterna que llega a nuestros días, a pesar de la ancianidad de ambos.
El propio Arturo se encarga de anunciar la lucha, y de insultar al público de todas las maneras. Esto es AAA, así que, básicamente, aquí no hay reglas: en una esquina está el Vampiro, que cuenta con el apoyo del señor Roldan, un apoyo escaso, pues se trata de un hombre bajito y de mediana edad, esto es, un notario de Logroño, mientras que Konnan tiene de su parte a dos miembros de la Legión Extranjera: La Hart Foundation de AAA, Jack Evans y Teddy Hart, además del referee, el insoportable Hijo del TIrantes, y el propio Arturo Rivera, que si bien es mayor y tiene escaso movimiento, no desperdicia la oportunidad de atacar cuando esto es sencillo. Desde los comentarios, el Dr Alfonso Morales nos ameniza una locura sin sentido.
Vampiro, pues, pelea contra todos. Esto es una carnicería, en la que consigue tener varios comebacks, pero siempre recibe algún ataque tramposo que lo frena. Cuando consigue aplicar un doble ChokeSlam sobre los dos luchadores de peso crucero, incluso Rivera le pega con una silla. Por suerte para él, empieza a recibir ayuda, y eso le posibilita ganar la contienda.
Cuando el Hijo del Tirantes queda KO, llega Sean Waltman, el famoso luchador de WWE que en esta época se divierte en AAA, e intenta contar por él. No tiene éxito, y también es atacado por los rufianes. Pero, posteriormente, es Marco Corleone quien llega para balancear la cuestión, y gracias a ello, Vampiro consigue llevarse el match, pegando incluso a Arturo, que es un señor mayor.
Para quien no lo sepa, Marco Corleone es un luchador americano que peleó como Mark Jindrak en WWE, en tiempos de la Ruthless Agression. No tuvo tanto éxito como otros sacos de músculos de la época, y sin embargo, encontró acomodo en México, siendo una estrella en CMLL. Aquí, esta noche hace una aparición sorpresa; una "tipica" sorpresa de AAA, que hace lo mismo constantemente: hacer debutar a exestrellas de CMLL que llegan para salvar a alguien del habitual ataque de stable rudo en grandes eventos. Ningún fichaje suyo sirve para mucho, porque todos sus "combates" son como este.
Konnan no quiere aceptar la derrota, pero Arturo se dice hombre, y acepta raparse. Sin pelo, se va llorando, mientras sus compañeros de comentarios se ríen de él.
Puntuación: **1/2