El formato Raw vs Smackdown de Survivor Series permite disfrutar de enfrentamientos muy originales. Ya vimos los combates entre Daniel Bryan y Brock Lesnar, y entre Ronda Rousey y Charlotte Flair, dos luchas realmente buenas. La tercera combinación de interés fue la que unió en batalla a Seth Rollins y Shinsuke Nakamura, campeones, respectivamente, Intercontinental y de Estados Unidos.
La cosa suena bien, pero con matices. Sabemos que los dos luchadores son buenos, pero en WWE, no acaban de interesar. El uso que se les da no es muy inteligente, pero, aparte de eso, cuando tienen oportunidades de tener combates interesantes, casi siempre decepcionan.
El combate que tienen va de menos a más. Parece un entretenimiento banal, una lucha basada en los power moves, las patadas y los near falls. Durante la primera mitad, aburre, pero tiene tiempo suficiente como para ir ganando fuerza. Los movimientos son cada vez más buenos, y los near falls cada vez más enloquecidos, por lo que el público se lo acaba pasando pipa. Aunque no hay historia previa, ni tampoco hay una gran historia puesta sobre la mesa durante la acción, la lucha acaba siendo de infarto. Pero los luchadores necesitan mucho tiempo para convertir esto en algo bueno, vuelven a demostrar que no luchan al ritmo que exige WWE, porque en la mayoría de sus combates no van a tener tantos minutos.
Puntuación: ***1/2
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