Hace unas semanas, tras el fallecimiento del Perro Aguayo, comenzamos un especial, en honor a su inmensa carrera como luchador profesional. Este especial no podría estar completo sin hablar de las dos máscaras que ganó en su vida.
Porque Perro siempre peleó con la cara destapada, y, para un luchador sin máscara, es muy difícil ganar una máscara. Muy pocos casos se han dado en toda la historia. Pero, Aguayo, lo consiguió; ganó dos máscaras muy importantes, y lo hizo a pesar de que ya había perdido su cabellera en varias ocasiones. Sus víctimas fueron Konnan y Máscara Año 2000.
Konnan era todo un ídolo, con su máscara. Un hombre cubano, con un físico espectácular, que representaba a la lucha libre mexicana en Estados Unidos, con sus apariciones en WWF. Era el único luchador de México con tamaño suficiente para pelear en la empresa de Vince McMahon, aunque no duró mucho. Acabaría siendo una estrella en WCW.
En esos tiempos, había buena relación entre EMLL y la UWA del Toreo de 4 Caminos. Perro Aguayo había mantenido grandes peleas en la casa de los independientes, mientras que en el Consejo, las batallas eran menos salvajes. Por eso, a un perro furioso como él, luchar fuera le permitía demostrar su verdadero potencial.
La lucha de apuestas contra Konnan, en el Consejo, por eso, no es del mismo estilo. Pero tiene un ambiente abrumador. El cubano no era un habitual del Consejo, pero se había ganado el cariño del público. Su rivalidad con El Perro se cuajó en un par de meses, pero fue muy intensa. El día de la lucha de apuestas, la Arena México cosechaba su quinto lleno consecutivo.
Pero el referee es Gran Davis. Para quién no lo conozca, este es el precursor de la escuela de referees rudos, esos hombres tramposos que intentan quitarle el protagonismo a los luchadores. Es algo que, hoy en día, cansa mucho, pero entonces parecía muy original. Aún así, que combates de apuestas tan importantes como este acaben por las tonterías de un referee, es muy frustrante.
Perro gana la primera caída. Se muestra muy furioso y salvaje, y no deja opciones para que Konnan responda. A base de patadas, le deja tieso.
En la segunda parte de la contienda, el cubano se recupera. Aplica Body Slam y una gran Power Bomb en ringside, en tiempos en los que el suelo no estaba acolchado. Hace mucho daño a la espalda del rudo, y le remata, con otra bomba arriba del ring. Se igualan las tornas.
En la tercera caída, la lucha se estropea. Perro aplica patadas de canguro sobre Konnan, que sale proyectado contra el referee. Gran Davis queda KO en ringside, tras recibir un golpe con la cabeza del enmascarado. Mientras tanto, los luchadores siguen batallando, y Konnan sale ganador tras un facebuster sobre su rival. No hay referee, pero él mismo da las tres palmadas, para demostrar que debería ser el ganador. Davis vuelve, pero, en lugar de hacer la cuenta, levanta el brazo del Perro. Descalifica a Konnan, culpándole por el cabezazo, así qué la victoria es para Aguayo.
Un niño pequeño, que interpreta al hijo de Konnan, pero no lo es, le quita la máscara al cubano, que, ahora, con el rostro descubierto, ataca al Perro. Estos dos luchadores volverían a enfrentarse tiempo después, en un Cabellera vs Cabellera, en este caso, con victoria para Konnan.
Como decía, una lucha de apuestas, por encima de todo, debería dar protagonismo a aquellos que se juegan algo importantísimo para su carrera y su vida, y no al referee.
Puntuación: **3/4
No hay comentarios:
Publicar un comentario