Comentamos en su momento dos luchas como homenaje al gran Veneno Verde, Fishman, fallecido hace unos meses. Vamos a acabar ese especial con un tercer combate, un poco más triste y raro, que es aquél en el que perdió su máscara.
Nos vamos al año 2000. Fishman ya era una leyenda viviente que había logrado muchísimos triunfos, máscaras, cabelleras y títulos en la Empresa Mundial de Lucha Libre, El Toreo de 4 Caminos, AAA, y de nuevo, la EMLL, ya renombrada como CMLL. Ahora, en su última etapa como luchador, Fishman tenía peleas en las ligas independientes.
Existía una promoción de creación reciente que confió en el veterano Fishman, que tenía ya 49 años de edad, pero todavía suponía una interesante atracción para el público. Era la Global Wrestling All Stars, una promoción que no debió durar mucho, con decisiones como la que tomó con la lucha de apuestas que comentamos hoy.
El 25 de diciembre de 1999, La GWAS llevó a cabo una lucha de relevos suicidas entre Fishman, Lizmark, Villano III y Super Astro. Aquí si que había 4 verdaderas leyendas. Según las reglas de esta lucha, los miembros de la pareja derrotada debían luchar entre sí por las máscaras. En última instancia, Villano desenmascaró a Super Astro, que era el favorito para perder la máscara.
8 meses después, Fishman participaba en otra lucha como esta, de la que él saldría perdedor.Además de la leyenda, estaban presentes La Parka, Shu el Guerrero y Máscara Sagrada. Aunque Shu, esta vez, era el eslabón débil, fueron Fishman y Máscara Sagrada los que se jugaron la tapa en la final.
Máscara Sagrada era un luchador que había hecho su carrera en Triple A, pero había abandonado la empresa a finales de los 90. Aunque los comentaristas hablan de él como una gran promesa, lo cierto es que lo mejor se su carrera ya había pasado, y superaba los 40 años. En cualquier caso, era bastante conocido, y su máscara también tenía su valor.
Pero la empresa independiente no hizo las cosas bien. Había presentado una lucha de apuestas con 4 personas, sin que hubiera una rivalidad de por medio. No se sabía quién iba a tener la lucha de apuestas en realidad, y todo el mundo daba por sentado que sería Shu el Guerrero el perdedor. De esta manera, con estos errores de organización tan obvios, el Palacio de los Deportes de la Ciudad de México tuvo una entrada muy mala. Tan solo unos pocos cientos de personas se congregaron allí, en un estadio que tenía una capacidad para 20.000.
Esta no es la forma de hacer perder a una gran leyenda su máscara. De hecho, cuando una leyenda así pone en juego su incógnita, lo hace a cambio de una gran suma de dinero. Como no se recaudó casi nada, los promotores ni siquiera pudieron pagar, en primera instancia, los honorarios de Fishman. Incluso se ofrecieron a vender sus coches para hacerse cargo de la deuda.
Sobre la lucha, hay que tener en cuenta que nos referimos a dos luchadores veteranos, que ya habían participado en la batalla de relevos sucidas durante unos 20 minutos, o más. Así, tenemos una definitiva pelea de máscara vs máscara especialmente corta, pero de buena calidad.
Se trata de un combate con tan solo una caída. Fishman, cuyo físico ya delata su edad, empieza con fuerza, con clotheslines y buenos golpes. Lanza a Sagrada contra el poste, provocándole una profusa herida en la cabeza. La sangre se nota desde más allá de la máscara
Con un gesto que evoca poco respeto, Fishman le rompe la máscara al león blanco. Aunque es algo muy mal visto, lo cierto es que, seguramente, para su rival será mucho más sencillo luchar así. Es posible que la sangre no le permitiera ver con claridad, o incluso respirar.
Fishman ataca a la cabeza de Máscara Sagrada con inteligencia, hasta que este lleva a cabo su comeback, y utiliza buenas llaves. Se muestra muy técnico el luchador de blanco. A pesar de recibir el Tope Suicida de Fishman, continúa con sus llaves, y elige un objetivo: las piernas de la leyenda. Finalmente, Fishman se rinde ante la Figura 4, y pierde su valiosa máscara.
La lucha está bien a nivel de ejecución, pero se queda en poca cosa.
Puntuación: ***
No hay comentarios:
Publicar un comentario