Estamos realizando un especial sobre Harley Race, gran campeón de la NWA, fallecido recientemente. Hoy vamos a comentar una lucha muy interesante: la que mantuvo frente a Bob Backlund en el Madison Square Garden.
Como ya hemos comentado en otro especial que está en curso en el blog (el del 70 aniversario de la NWA), la WWWF se enfrentó a la NWA, se negó a subyugarse a ella, y convirtió su campeonato en un título mundial. Pero la presión de la NWA fue muy fuerte, y la WWWF lo pagó, a nivel económico. En los 70, tuvo que volver al redil, y a aceptar al Campeón de la NWA como el verdadero Campeón Mundial, quitando ese término de su correa. Eso posibilitó que los campeones de la alianza llegaran al Garden a luchar contra campeones de la empresa de los McMahon.
Así, en 1980, el Campeón de la NWA, Harley Race, llegó al Garden, para enfrentarse al Campeón de la WWF, Bob Backlund, en un combate que es realmente bueno, y en el que Race se encuentra un público muy hostil, que adora al superhéroe de esa época en la WWF.
Lucha de 35 minutos, larga y muy inteligente. Durante horas y horas, Bob aplica headlocks sobre Race. Quiere ganar mediante una Sleeper, y la va preparando, poquito a poco, sin prisa. En los momentos en los que Race se levanta y llega a las cuerdas, Bob utiliza algún ataque de poder sobre su espalda, que vuelve locos a sus fans.
Harley ataca bien, una vez que consigue librarse de esa sempiterna presión, utilizando sus rodillazos, sus cabezazos, incluso sus piledrivers. Los dos tienen el mismo objetivo, que es la cabeza del rival, y la violencia va subiendo poco a poco. Bob también utiliza piledriver, y los dos se lanzan contra el poste exterior, provocando heridas en la cabeza. La sangre empieza a brotar.
Se respira el drama. La gente está como loca, porque Backlund es un gran ídolo, y, esta vez, se enfrenta a un rival que puede considerarse superior. Y los dos campeonatos están en juego. Por primera y única vez en la historia, puede haber un campeón que porte los dos títulos más importantes que jamás hayan existido. Como una buena lucha de campeón contra campeón, se nos cuenta una historia de igualdad, entre dos hombres invencibles, que nunca se rinden.
Pero, como en toda lucha interpromocional, no puede haber un final limpio. Sería un insulto para uno de los títulos. El drama continúa, con los dos luchadores partiéndose la crisma, hasta que Bob cierra la Sleeper Hold. Race hace todo lo que está en su mano para librarse, pero no lo consigue. Agarra al referee, y lo lanza contra sí mismo. Cuando se levanta, da la lucha por acabada, y levanta el brazo del de WWF.
Backlund y el público celebran. Hay quien cree que la victoria ha sido por rendición, pero no es así. Bob sale victorioso por descalificación, así que no hay cambio de título. Decepción general.
La lucha es fantástica, casi perfecta, pero el final no lo es tanto. Hay otras formas para acabar sin cambio titular, que no producen la sensación de que el referee se está cargando la lucha.
Puntuación: ****3/4
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