Volvemos al especial que iniciamos hace unas semanas sobre Bruno Sammartino, que falleció en primavera de 2018. Es una de las figuras más importantes en la historia de WWE, y por tanto, en la historia del wrestling, así que merece un especial de 5 combates. Vamos a por el tercero.
Ya hemos hablado de la manera en la que funcionó el campeonato de la WWWF en sus 2 primeras décadas de existencia. Siempre había un gran héroe que portaba el campeonato, y que lo defendía en los principales eventos de la promotora, ya fuera el en Madison Square Garden de Nueva York, en el Spectrum de Philadelphia, o en cualquier otro estadio en el que realizara sus shows.
Si por el señor Vince McMahon Sr hubiera sido, Bruno Sammartino jamás hubiera perdido el campeonato. Vendía muchas entradas. Pero, en el 71, después de 8 años como campeón, necesitaba tomarse un descanso. Durante un par de años, el papel de héroe-campeón lo llevó a cabo Pedro Morales, quien, en realidad, tuvo un reinado muy sólido en cuanto a ventas de entradas en el Garden. Su media como main eventer es, incluso, superior a la de Bruno, con un reinado, obviamente, mucho más corto. Pero parece ser que fuera de Nueva York, su capacidad para vender boletos era mucho menor que la del italiano. Y es que, en el noreste americano, la población hispana era, por ese tiempo, pequeña.
Bruno se convirtió en campeón por segunda vez en el 73, y su segundo reinado duró otros 3 años y medio. Finalmente, fue derrotado en abril del 77, en Baltimore, por Superstar Billy Graham, un tipo que tenía un físico de gran héroe, y que no supo encajar con el público sino como villano. Así, se convirtió en el primer heel en tener un reinado largo como campeón de la WWWF. Mantuvo su correa durante 10 meses, antes de ser derrotado por el siguiente gran ídolo del público: Bob Backlund.
Así acabó el tiempo como campeón de Bruno. Tenía el cuerpo lleno de lesiones, estaba muy cansado, y necesitaba alejarse, de nuevo, del estrés físico y mental que implica ser campeón. En el resto de su carrera, seguiría haciendo apariciones especiales, y teniendo algunos combates hasta finales de los 80. Después de 30 años de enfados con McMahon, entró al salón de la fama y, lo que por supuesto es más importante, los videojuegos de WWE, en 2015.
La lucha entre Billy Graham y Sammartino del 30 de abril de 1977 recibió la denominación de mejor combate del año según Pro Wrestling Illustrated, una revista que, recordemos, guarda el kayfabe (o lo hacía en su tiempo, ya que ahora es complicado). La lucha, en realidad, está muy bien hecha, pero según los estándares de la WWWF clásica, nada interesada en la calidad del combate. En esos momentos, todo el mundo pensaba que esto era real, montar una batalla muy intensa no tenía sentido para un público interesado, tan solo, en el resultado.
Pero, como digo, las pocas cosas que pasan tienen mucho sentido. Bruno tiene que dejar el título por sus lesiones, y eso se mantiene en Kayfabe, ya que se muestra muy dolorido de su espalda, y Billy lo aprovecha desde el principio, tirándolo contra las esquinas con aviesas intenciones. Graham es más grande, y tiene una musculatura más marcada, así que hay mucha prueba de fuerza, para demostrar que supera al campeón. Este tira de habilidad, y le retuerce los brazos con sus llaves.
Graham golpea con puñetazos directos a la cara, a pesar de las indicaciones del referee. Ahorca a su contrincante, hasta que se lanza contra el esquinero, y se destroza la rodilla debido al movimiento de Bruno. El italiano le ataca en la pierna, y le golpea la cabeza contra el poste exterior. Billy sangra, y recibe muchos más puñetazos, hasta el punto de pedir clemencia.
Superstar vuelve a lanzar a Bruno contra el esquinero, haciéndole, de nuevo, daño en la espalda, y le aplica un poderoso Bear Hug. Por un momento, parece que el campeón se va a rendir, pero se libra, y le da al retador de su propia medicina. Lo tira contra el esquinero, le pega un montón de rodillazos en la espalda, y le aplica su propio y mítico abrazo de oso. La victoria está cerca.
Pero Billy Graham llega al esquinero, donde pone una zancadilla al campeón, y, apoyándose en las cuerdas, lo cubre. La cuenta llega a tres, de manera que Superstar Billy Graham se convierte en campeón de la WWWF, aún con trampas. Agarra la correa, y sale corriendo, ante la ira del público, que lanza cosas e intenta subir al ring.
Las luchas de estos tiempos en la WWWF no tenían grandes pretensiones, y sin embargo, esta está muy bien escrita, aunque a nivel formal sea muy básica.
Puntuación: ***1/2
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