Tras ver la lucha de exhibición entre Cesaro y Dragunov en NXT UK Takeover Cardiff, vamos a comentar el main event, que, por duración, en buena parte del evento. Walter defiende el Título UK ante Tyler Bate.
Ya hemos visto este combate antes. Fue el main event de PROGRESS 76: Hello Wembley, y no estuvo mal. Veremos qué tal lo hacen estos dos luchadores en WWE.
Walter venció a Pete Dunne en el fin de semana de WrestleMania, y terminó con su largo reinado. Después de eso, vivimos una guerra en NXT UK entre los British Strong Style (Dunne, Bate y Seven) e Imperium, la versión de WWE del Ringkampf. Estas han sido las dos agrupaciones más interesantes en los últimos años en la lucha libre europea, y se han enfrentado también en PROGRESS. Por eso, ha sido muy bueno verlos en WWE.
Los dos miembros principales del Ringkampf eran WALTER y Timothy Thatcher. No sé por qué, en la guerra de fichajes que existe en el mercado, Tim no ha acabado en ningún sitio importante. Supongo que es decisión suya, que no quiere estar atado a ninguna empresa. Porque, hace poco, debutó en MLW, así que no está cerrado al wrestling de estilo entertainment. Me extraña que no se hayan interesado en él WWE, AEW, ROH o Impact, y que MLW sea su mejor opción, así que es de suponer que esto responde a su preferencia. En lo que a mí respecta, me alegro de poder seguir viéndole en entornos en los que puede luchar como a él le gusta.
El Imperium de WWE estará formado por Walter, Marcel Barthel (Axel Dieter Jr, también miembro del Ringkampf en el mundo independiente), el italiano Fabian Aichner, y Alexander Wolfe, quién apareció por sorpresa en un programa para ayudar al equipo de Walter, y darle ventaja numérica frente al British Strong Style. Wolfe parece perfecto para este puesto, pues es alemán, con experiencia en WXW, y exmiembro de Sanity.
Finalmente, fue Tyler Bate quién consiguió un sitio en la lucha titular del nuevo evento especial de la marca: Takeover Cardiff. Por supuesto, la lucha no podía ser mala.
Parece una versión del siglo 21 del Hogan vs André. Una versión en miniatura, pero proporcional. Bate es un Hogan pequeño, mientras que Walter es un André no tan grande. Conociendo la fuerza del pequeñín para levantar a sus adversarios y aplicar grandes suplexs, el austríaco ataca su espalda. Lo estrella contra el poste en ringside, y queda en muy mal estado, de tal manera que los doctores tienen que revisar su estado. Consigue subir antes de que la cuenta llegue a 10, pero no se puede mover bien en un rato.
Los castigos de Walter son abusivos. Pero Bate no se rinde. En varias ocasiones, intenta levantar al gigante germánico. No lo consigue en la mayoría de los casos, pero, al final, acierta con un Body Slam que provoca una gran ovación.
Sí, es la lucha entre Andre y Hogan, pero mejor. Aquella, en realidad, no era tan mala como la mayoría de la gente cree. André hizo un buen trabajo en la espalda de Hulk, para evitar lo único con lo que este podía hacerle daño, pero casi nadie se ha percatado de esa intencionalidad. En cualquier caso, la alegoría de Bate se hace más obvia, con sus gestos similares a los del icónico campeón.
Walter se pone técnico, y ataca la espalda con llaves. Como si fuera Jericho, convierte unas Walls en Liontamer, y aplica también un Crossface. Bate sufre, pero, pese a su dolor, vuelve a conectar suplexs a la espalda del campeón.
La lucha pintaba para 5 estrellas. Pero la duración supone un gran limitante. Porque, normalmente, suponemos que una lucha tiene que ser muy larga para ser buena, para que los luchadores tengan libertad para hacer lo que quieran, y así se lo está tomando Triple H en NXT y NXT UK. Pero la duración de un combate se tiene que determinar en función de la historia que se quiere contar. Si se determina que cualquier main event tiene que durar 45 minutos, se limita toda la intención de contar historias, a contar una guerra de 45 minutos. En este sentido, eso que en primera instancia parecía una forma de dar libertad a los luchadores, lo que está haciendo es limitándolos.
Así, Bate, aún con dolor en la espalda, consigue levantar a Walter un par de veces más. Y lo vuelve a hacer 15 veces más, de manera que ya no significa nada. Al público, muy cantarín, sigue gustándole igual, pero no tiene sentido repetir lo mismo. La historia ya está contada. Walter vuelve a subir el nivel de esto al final, al responder a los puñetazos a puño descubierto del inglés, con una violencia sin tregua. Walter mata a Bate, y acaba la lucha con un Clothesline.
Me parece fantástico que una lucha de WWE acabe con un maldito clothesline, y que eso no quede anticlimático, ni raro. Pero el público sí que se siente un poco triste, porque iba con Bate, que es el inglés.
La historia de la lucha me gustaba mucho, y la interpretación es muy buena, pero le sobran 10 minutejos, como mínimo.
Puntuación: ****1/2