Al fin, después de 14 meses sin luchar, PAC volvió, a finales de 2018, a los rings. Y, desde entonces, se ha convertido en una de las principales atracciones de los territorios independientes, luchando, sobre todo, en Dragon Gate, y ya con un contrato firmado con AEW.
PAC, con el nombre de Adrian Neville, tuvo un paso por NXT muy destacable. Su reinado es de los mejores en la historia de la marca amarilla de WWE. Pero, cuando subió al roster principal, se encontró con la forma de bookear del equipo de Vince McMahon. En Raw, era el tipo chiquitillo que daba muchos saltos, que un día tenía una buena lucha, y el siguiente, hacía de jobber. O sea, el mismo papel que jugaron Evan bourne y tantos otros.
Y WWE creó 205 Live, la única hora de wrestling en directo semanal que hay en su plataforma web. Y, aunque hoy me parece un buen programa, que no tiene nada que envidiar a la división junior de NJPW, o la la división crucero de WCW, independientemente de su audiencia o la escasa importancia que le de la empresa, por esa época, no me interesaba demasiado.
Entonces, dado que no había planes para Neville, y que los luchadores de 205 Live aparecían en Raw, WWE lo movió a la división crucero. Sin mucha dificultad, se convirtió en campeón, y, con un personaje Heel, se autoproclamó Rey de los Cruceros.
Con eso, el título ganó mucho interés. Sus luchas frente a Ric Swann y Jack Gallagher en PPV fueron realmente buenas, y de cara a WrestleMania, comenzó una rivalidad con Austin Aries, que había pasado de NXT a la mesa de comentaristas, y con el que empezó a pelear durante entrevistas. En ellas, PAC intentó abusar de él, verbal y físicamente, pero Aries se reveló como un posible candidato a quitarle el título.
Ambos, acabarían hartos de su papel en la empresa, y se irían. Y, realmente, son dos luchadores sensacionales, que tienen todo el trabajo que quieren, donde quieren, aunque no sé si ser la gran estrella de Dragon gate o Impact Wrestling puede compararse a luchar en un estadio, y con un ambiente, como el que les rodea en su lucha en el Kickoff de WrestleMania 33, que es la lucha que comentamos hoy.
Porque, cuando ocurrió esta rivalidad, me quedé con las ganas de revisar una lucha de la misma. Y, cuando decido escribir sobre un combate, aunque no saque tiempo para hacerlo, ese combate queda en mi lista mental de luchas pendientes. Ahora que PAC vuelve a luchar, tengo una excusa, porque hay más luchas suyas que es necesario ver. Así, le dedico unos días seguidos.
Las carreras de los dos protagonistas de hoy, repuntaron mucho en su regreso al mundo independiente. Aries se fue inmediatamente, tras la rivalidad, y fue muy bien acogido fuera de WWE, llegando a portar 5 correas de campeón simultáneamente. Sin embargo, a finales de 2018, perdió el Campeonato Mundial de Impact Wrestling, y nada más acabar la lucha en cuestión, se levantó y se fue de la arena, sin vender el dolor ni nada. Cometió lo que se considera una gran falta de profesionalidad, y después, desapareció, luchando, a partir de ahí, en Hawái y Australia. Supongo que se puede considerar un periodo vacacional.
Por su parte, Neville siguió siendo el King of Cruserweights durante unos meses, hasta que Kalisto y Enzo Amore llegaron a la división. El segundo, un tipo bastante deleznable, pero con buen uso del micro, se convirtió en campeón, y eso enfadó a Neville, que decidió dejar la empresa. En este caso, WWE no le concedió el despido.
Durante mucho tiempo, se escucharon rumores sobre su regreso. Se dijo que tendría un personaje similar al de Hurricane Helms, pero la cosa se volvió a poner fea. Durante más de un año, se negó a hacer su trabajo, y no recibió la liberación hasta 14 meses después, en octubre de 2018.
Felizmente, recuperamos, ahora, a un gran luchador, que ya ha dado grandes combates ante Kzy, Will Ospreay o Walter. Pero, antes de ver estas luchas, quería cerrar su capítulo en WWE con el enfrentamiento citado ante Aries en WrestleMania 33.
Como se ha convertido ya en tradición, el Cruiserweight Title se juega en el Kickoff de WrestleMania, evento previo al magno show que se emite tanto en WWE Network como en Youtube, y con el que la empresa intenta atraer, todavía, a gente para que se suscriba a la plataforma antes de que empiece lo bueno. No hay mucha diferencia con respecto a estar en el show principal, salvo porque el estadio no está lleno aún, y porque, seguramente, los participantes en este combate no obtienen el bono de PPV.
Seguro que ese pago menor no es del agrado de Neville y Aries, pero, por lo demás, hay que valorar el lugar en el que están. El estadio es inmenso, hay muchísima gente, que vive el combate con interés e intensidad. Está bien colocado en esa parte de la cartelera, es un sabroso entremés.
Y una lucha de verdadera calidad. Durante los primeros minutos de la misma, Aries y Neville nos proponen una lucha clásica de cruceros, con movimientos muy rápidos, vuelos, intentos de conteo... Lo que uno ama de esta división.
Hay una pequeña pausa publicitaria, para vender la Network y los muñecos de la empresa, que Neville aprovecha para calmar las cosas, castigando el cuello de su oponente con headlocks. En general, los movimientos de ambos son frontales. Esta parte de la lucha es más pausada, con un dominio muy claro del campeón, que Aries elimina con un veloz comeback, dando como resultado un 450 Splash, y un Last Chancery, con el que intenta hacer rendir a su rival. Pero no lo logra, dado que PAC se libra, usando un piquete muy sucio a los ojos del atacantes, seguido de un golpe en la cara con las cuerdas, más sucio todavía. Con ese dolor en el rostro, Austin recibe el Red Arrow de una forma muy impactante, y ahí terminan sus opciones.
Buena lucha, con más tiempo del que esperaba.
Puntuación: ***1/2