Ya hemos hablado lo suficiente sobre las cosas malas del Aniversario 86 del Consejo, y sobre el devenir de la empresa. Ahora, vamos a comentar el detalle más positivo de la función más importante del año. Se trata de la lucha, máscara vs máscara, entre los micros Micromán y Chamuel.
En el Consejo Mundial de Lucha Libre, desde hace muchos años, ha existido una división de hombres bajitos, los llamados Minis, luchadores que no superan cierta altura, y que compiten por un título creado en 1992, El Campeonato Mundial Mini-estrella del CMLL. En esa división, históricamente, estaban mezclados luchadores con acondroplasia, con otros que eran hombres sanos, pero bajitos, como puede serlo Virus, que acabó abandonando la división, o el gran Pierrothito.
Efectivamente, el nombre Pierrothito no suena muy serio, independientemente de la calidad del luchador. Y es que, a mediados de los 90, a Paco Alonso se le ocurrió la idea de, para darle un empuje a la división mini, poner a sus luchadores pequeños personajes de otros más grandes, cambiando un poco sus nombres, y poniéndoles cosas como "Último Dragoncito", "Pequeño Olímpico" o "Shockercito". De esa manera, esos pequeños luchadores podían ganar seguidores, gracias a la fama de los grandes, aunque suena un poco indigno para ellos.
Esto fue así, hasta hace uno o dos años, cuando el Consejo creó una nueva división, la división micro, con la que separa a los Minis de toda la vida, de los hombres más pequeños, los enanitos, por usar un término explícito. Esta división, que está formada por 7 u 8 hombres, está haciendo las delicias del público, y está siendo muy promocionada. En especial, ha llamado la atención el más bajito de todos, considerado el luchador más pequeño del mundo: Micromán.
Micromán es un luchador pequeñito, con el tamaño, quizás, de un niño de 3 o 4 años, enmascarado, que realiza movimientos aéreos muy peligrosos para alguien tan pequeñito. El cariño del público hacia él, por eso, es grande. Se trata, además, del hijo de Kemonito.
Kemonito es un hombre aún más pequeño que su hijo. Está en el Consejo Mundial de Lucha Libre desde hace muchos años, realizando el papel de mánager, o, más bien, de mascota, pues va disfrazado de un mono azul de peluche. Es muy chiquitito, y también está acostumbrado a arriesgarse, con secuencias en las que recibe golpes muy peligrosos por parte de los hombres grandes. Hace tiempo, se hizo famoso en Internet un gif en el que Último Guerrero le pegaba unas patadas y salía volando por el aíre.
Es realmente extraño pensar que un hombre como Kemonito, objeto clásico de burla, muy pequeño, sea un padre de familia. Ni siquiera puede llegar al pomo de una puerta. Imaginarlo manteniendo relaciones sexuales, me lleva a pensar en la película "La Novia de Chucky". Pero así es, Kemonito lleva trabajando toda la vida, tanto como mascota como, en su momento, como luchador, y pasando muy poco tiempo en casa. Supo aprovechar su condición para poner un plato sobre la mesa, pues trabajo en la lucha no le faltó. Y su hijo, también acondroplásico como él, se ha convertido en una gran estrella, muy querida. Un pequeño héroe.
Al ser pocos hombres, los micros se odian mucho entre sí. Los rudos siempre se están peleando con los técnicos. Si alguien los ha visto en alguna edición de CMLL Informa, habrá observado que esos pequeños rudos tienen más mala leche que los grandes. Así, de cara a esta función de Aniversario, tomó a fuerza, en concreto, la rivalidad entre Micromán y el abusón Chamuel, mucho más duro y grande que él.
Así, llegan a esta lucha de máscara vs máscara en Aniversario 86, un combate especial a una sóla caída, que le encanta a la gente. Todo el mundo quiere a Micromán, y le quiere mucho más, cuando vuela desde el ring hasta ringside, para caer sobre su rival, o cuando hace lo mismo, tirándose desde las pantallas de la rampa, a una altura de unos tres metros. ¡Si es muy chico!
Pero Chamuel es demasiado grande, y abusa de él. Esto es un mini David vs Goliat. Le pega patadas en el pecho que lo hunden, y le rompe la máscara. El pequeñajo vence la diferencia de estatura, con vuelos como los comentados, o corriendo, pisando a su rival para subirse, trepando, a la tercera, y lanzándose con una plancha. Tiene que esforzarse mucho más que su oponente para acercarse al dolor que inflige este. Pero, finalmente, se saca un Canadian Destroyer de la manga, y se lleva el triunfo, así como la máscara de Chamuel.
Micromán celebra, junto con su second, Soberano. Hay que decir que, durante las semanas previas, había pedido que su padre estuviera en su esquina, pero, finalmente, por sus cosas, el Consejo no lo permitió. Kemonito hizo su papel habitual en otra lucha. En la esquina de Chamuel estaba su amigo Templario.
Puntuación: ***1/2