Durante las últimas semanas, los usuarios abonados a Netflix, han podido ver una interesante serie documental llamada The Last Dance, o El Último Baile, una producción muy interesante, en la que se repasa la carrera de Michael Jordan, el mejor deportista americano de todos los tiempos, en los Chicago Bulls, y la consecución de sus 6 anillos de la NBA, desde la perspectiva del último partido que mantuvo el equipo antes de ser desmantelado, al que el entrenador Phil Jackson denominó, en su pizarra, The Last Dance.
El documental es genial, pero lo es, sobre todo, porque Michael Jordan levanta pasiones. Y lo es, también, porque el ciudadano medio es muy morboso, y hay muchos elementos de la intrahistoria del deporte, y de este histórico equipo, que son muy llamativos. Entre otras cosas, el documental tiene tiempo para tratar sobre la personalidad de las grandes figuras de los Bulls más allá de Jordan, como Phil Jackson, Scottie Pippen, Steve Kerr, Toni Cucoc o el extravagante Dennis Rodman.
Dennis es el objeto de nuestro artículo de hoy, que involucra al mundo del wrestling con esa serie final de 1998, en la que los Chicago Bulls de Jordan y compañía, se jugaron la NBA con los Uttah Jazz de John Stockton y Karl Malone. Fue una serie muy complicada, porque los Jazz eran un gran equipo, y los dos jugadores nombrados son dos tipos que hubieran merecido ganar varios anillos, y sin embargo, no pudieron hacerlo, por verse las caras con Jordan en dos finales consecutivas.
El ambiente estaba caldeado, porque parecía obvio que se aproximaba un cambio de ciclo en los Bulls. Era un equipo veterano, pero era un equipo que estaba a punto de ganar su sexto anillo. Todo el mundo sabe que hubiera sido preferible seguir adelante, y tratar de ganar otro título, que comenzar una reconstrucción que iba a ser una travesía en el desierto. Pero Jerry Krause, Gerente General del equipo, tenía muchos problemas personales con el entrenador y algunos de los jugadores, y asimismo, el segundo mejor jugador de los Bulls, Pippen, estaba deseando irse, porque ganaba mucho menos dinero del que merecía. Y en este contexto, Rodman seguía siendo Rodman, seguía desapareciendo de los entrenamientos para irse de fiesta o... para irse a luchar.
Porque, como se narra en el documental, un día, sin avisar, solo 24 horas después del tercer partido de las finales, Rodman se ausentó de sus obligaciones. Sin embargo, por la noche, apareció en Monday Night Nitro, con la camiseta de la NWO, pegándole sillazos a DDP, junto con su amigo y su aliado, Hulk Hogan. Eso causó la locura entre los fans del wrestling, y la indignación en los Bulls.
Pero no afectó en absoluto a su rendimiento en la cancha. Chicago ganó a Utah en el sexto partido, en el que Rodman lo dio todo. Se pasó la noche matándose con El Cartero, Karl Malone, principal arma ofensiva del equipo rival, un hombre con una capacidad anotadora tremenda. Por eso, Jordan y Jackson no eran muy duros con Dennis; sabían cómo era, y sabían que, a la hora de la verdad, estaría ahí.
Su rivalidad con Malone, los llevó a verse las caras en un ring de WCW. Ocurrió en Bash at the Beach 1998, ya una vez acabada la temporada de baloncesto. Malone hacía equipo con DDP para enfrentarse a los rudazos, Hogan y Rodman. Gran producto.
En esa época, WCW empezaba a desinflarse en la guerra frente a RAW. En realidad, más que eso, lo que ocurría es que WWF estaba creciendo mucho. Nitro aún se mantenía con muy buenos registros de rating; la noche de la aparición de Rodman, hizo 4 puntos de rating, mientras que RAW hizo 4.3. Aunque era una victoria psicológica para Vince, lo cierto es que ambas empresas se beneficiaban de la situación.
Rodman llegó a disputar unos 5 combates de wrestling en su carrera, 4 en WCW, y uno en el mundo independiente. Por su parte, Karl Malone sólo pisó el ring en una ocasión, la lucha de Bash at the Beach que comentamos hoy. Aún así, hace un papel mucho mejor que el de su rival.
Malone y DDP son los buenos. En la esquina contraria, está el loco de Dennis Rodman, apodado como Roodzilla, junto a Hogan, como representantes de la NWO. A estas alturas de la película, el storyline del stable se le había ido de las manos a WCW, y ya había dos versiones del mismo. Pero, hoy, nos olvidamos de esa historia, porque hoy la cosa va sobre Rodman y Malone, protagonistas, sólo unas semanas antes, de la final de la NBA.
La gente está deseando ver a los jugadores de baloncesto luchar. Se emocionan si consiguen realizar algún movimiento de wrestling. Son mucho más grandes que los luchadores, y, sobre todo en el caso de Malone, están muy fuertes. Rodman rehuye el combate mil veces, y la gente empieza a impacientarse, y a gritar "boring".
Este tipo de combates no es buena idea, pues la gente espera mucho más de lo que las estrellas invitadas son capaces de hacer. Por eso, el público suele frustrarse. WWE intentó evitarlo, poniendo a Shaquille O'Neal en un combate en equipos en su rivalidad con Big Show, y, finalmente, la lucha entre ambos acabó anulándose. No sé si eso es bueno o malo.
Además de cobarde y traidor, Rodman está torpe. Intenta hacer algunas cosas, y acaba cayendo sobre las cuerdas muchas veces, y ya sabemos que eso es muy peligroso. Sus fallos se notan, y al público no le gusta. Se cae tantas veces, que parece que ha tomado un digestivo antes de salir. Pero Malone, un hombre mucho más serio, está genial, lucha como un gigante, aplica buenos Body Slams, e incluso buenos Diamond Cutters. El dominio de El Cartero sobre Hogan le sirve en bandeja la victoria a DDP, pero las trampas de la NWO acaban cambiando el resultado en última instancia. Malone le da una alegría al público aplicando Diamond Cutter a diestro y siniestro, incluyendo al referee Ronbinson. Hay que destacar que los aplica muy bien, sobre todo teniendo en cuenta la diferencia de tamaño entre él y el referee.
No es mal combate, este, en realidad, a pesar de los errores de Rodman. Es una pieza de entretenimiento sin pretensión de calidad, algo que nunca exitió en la WCW de la NWO. Un capítulo más de una época absolutamente enloquecida.
Puntuación: **3/4