Hace unos días, comentamos un cambio titular ocurrido en un programa semanal de NXT. Ángel Garza derrotó a Lio Rush, y se convirtió en NXT Cruiserweight Champion. Hoy, comentamos otro cambio, pues una semana después de ese hecho, Rhea Ripley derrotó a Shayna Bazsler, en una lucha en la que el NXT Women's Championship estaba en juego.
En las primeras semanas de La Guerra de los Miércoles, AEW Dynamite resultó triunfador en lo relativo a audiencias, aunque las diferencias no eran muy grandes. Hoy en día, la cosa no está tan clara, y la dinámica empieza a ponerse a favor de WWE NXT.
Creo que, como programa de televisión, Dynamite es superior. Llena arenas bastante grandes, e intenta presentar promos y storylines más curradas. En lo relativo al atletismo, ofrece luchas largas y más o menos atléticas, pero creo que, en ese aspecto, NXT es superior. Tiene un roster prácticamente infinito, con los mejores hombres y mujeres que se pueden encontrar en el mundo, y siempre se están disputando cosas importantes. La mayoría de sus matches están relacionados con el camino hacia el título de cada una de las divisiones, y eso hace que sean más relevantes.
AEW quiso presentarse como algo realmente distinto, pero está cayendo en lo mismo en lo que cayeron WCW y TNA: dar mucho protagonismo a las exestrellas de WWE, crear una gran diferencia entre los main eventers y los midcarters, y centrar los storylines en la creación sucesiva de stables, que intenten sorprender y atraer a los televidentes. No digo que sea un mal camino, pero, de nuevo, es el mismo de siempre.
Mientras en Dynamite había un montón de luchadores enmascarados dando puñetazos a The Elite y sus amigos, en NXT había luchas titulares. La mejor campeona en la historia de NXT, quizás la mujer más interesante en todo el roster de WWE, Shayna Baszler, perdía, al fin, su campeonato, ante Rhea Ripley.
Buen enfrentamiento entre dos mujeres grandes y fuertes, muy alejadas del modelo tradicional de Diva de WWE, que ejemplifican una verdadera evolución en la lucha femenina de la empresa, pues el físico de una mujer que practica deportes de élite, suele ser más parecido a estos.
Baszler ha construido su reinado sobre un gran trabajo en el brazo rival, y sobre la ayuda de sus amigas, las Horsewomens Jessamyn Duke y Marina Shafir. La estrategia de Rhea, que ya consiguió vencerla en Wargames, es, en este caso, anular esos dos elementos. Comienza evitando el objetivo de Shayna de pisarle el codo, y lleva la lucha a su terreno, atacando con Súplexs y su superioridad física. Cuando llegan Duke y Shafir, se adelanta a ellas, dejándolas fuera de combate. Pero, en ese momento, se apoya en las escaleras metálicas, y eso lo aprovecha Shayna para pisarle, ahora sí, el codo. Su brazo se tuerce de una manera muy peligrosa, y el dolor es sentido en todo el estadio.
Ripley vende bien el dolor, y su rival trabaja bien sobre él, provocando más torceduras. También las amigas apoyan este castigo, golpeando en la extremidad con el poste del ring. El referee las expulsa, pero el mal ya está hecho.
Ripley comienza a olvidar su dolor, para aplicar sus ataques más fuertes. Es cierto que es bueno que en una lucha haya varias estrategias, que algunas funcionen y otras no, pero el castigo recibido en el brazo es tan bueno hasta este punto, que no debería ser posible una recuperación como esta.
Quizás este combate no sea el mejor ejemplo para hablar de mal selling, porque, hasta aquí, ha sido bueno. Pero es parecido a lo que comentaba sobre Walter en su pasado combate ante Hero en Evolve. Y es propio de la nueva estrategia de contratación de WWE, porque, hasta ahora, formaba a sus luchadores desde cero en OVW o FCW, y producía hombres enormes y no muy capaces técnicamente, pero mucho más comprometidos con el trabajo en equipo, por encima de destacar personalmente. El hecho de firmar a luchadores freelance que han conseguido su trabajo durante el pasado en base, precisamente, a impresionar a los fans individualmente, tiene estas implicaciones. Creen que un buen combate depende de lo impresionantes que ellos resulten.
Así, a pesar de tener, en teoría, el brazo en un estado muy malo, Rhea consigue aplicar su finisher, The Riptide. Baszler sobrevive, y cambia su estrategia, aplicando dormilonas muy muy duras, que están a punto de acabar con el match.
La verdad es que el castigo que llega a soportar Rhea en este match es grande. Parece estar fuera de combate, pero, cuando el referee prueba a sujetar su brazo, la aspirante le agarra de la solapa. Aún está viva.
Y tan viva, porque, cuando ambas pelean sobre el esquinero, consigue sacarse un segundo Riptide que acaba con el match, y le da el título femenino de NXT.
Creo que la lucha está muy bien. Esa desaparición sorpresiva del dolor en el brazo le resta, pero está muy bien, a grandes rasgos.
Puntuación: ***3/4
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