Hace unos días, tuvo lugar uno de los grandes eventos del Consejo Mundial de Lucha Libre en su calendario anual: El Grand Prix, un torneo cibernético en el que lo más granado de la empresa se enfrenta con las hordas extranjeras, para defender el orgullo de la patria mexicana. Es una lucha que trae a mucha gente a la Arena México, ya que los aficionados son muy nacionalistas.
La mayoría de los años, vemos a los mexicanos ganar la batalla. En esta ocasión, los asistentes a la función se llevan un chasco grande, porque Michael Elgin se lleva la victoria. A pesar de que no es una decisión buena, de cara a darle su ración de patriotismo al público, debo quitarme el sombrero ante la elección de los programadores del Consejo, porque Elgin se lo merecía de verdad.
El canadiense debutó en 2016, siendo el mejor de la pelea, aunque fue derrotado. En el 2017, dio un nuevo recital, y quedó finalista, pero cayó ante el poder de Diamante Azul. En 2018, a la tercera va la vencida. Se lo merece, porque es un gran luchador, y ha demostrado que le gusta la lucha mexicana y que disfruta en la Arena México. Esta vez, ha estado más tiempo, y ha tenido luchas en la Arena Coliseo de Guadalajara, y en la Arena Puebla. Debe ser guay estar en las grandes arenas del país, y disfrutar el ambiente de cada una de ellas.
El Consejo presenta un equipo potente, con La Nueva Generación Dinamita (Sansón y Cuatrero), Volador Jr, Último Guerrero, Diamante Azul, Carístico, El Terrible, Euforia, y uno de mis luchadores favoritos en México, Hechicero.
En el equipo de extranjeros, está el japonés residente en México, Okumura, los Hermanos Briscoe, el propio Elgin, el traidor Matt Taven, el joven David Finlay, Flip Gordon, El Mesías, ahora llamado Gilbert el Boricua, y un desconocido Black Magic.
Elementos del ejército mexicano tocan el himno, y la gente canta. Una y otra vez, los 18 gladiadores se revuelven y se arma el gran brawl. Hay mucha tensión, en gran medida, por la traición de Taven sobre Volador Jr en el Aniversario. También Elgin quiere demostrar a Diamante que es mejor que él.
En una de esas batallas campales, Volador sale sangrando por algún ataque de Taven. Hechicero hace un buen papel en algunas confrontaciones, así como los Dinamita, que tienen un buen intercambio con los Briscoe. Elgin vuelve a comportarse como un animal, derrotando a varios rivales.
Durante los primeros minutos, esto parece un Lumberjack Match, ya que cuando alguien cae en la parte de sus rivales, estos le pegan una paliza. La cosa se centra más arriba del ring, y aunque al principio pasa mucho tiempo hasta que hay eliminaciones, luego estas llegan de manera oportuna. Elgin consigue derrotar y eliminar a Diamante Azul a base de bombas, y el público alucina. No se esperaban eso, pero este año, el canadiense llega más fuerte que nunca, y eso se nota en su físico.
Ahora hay muchos conteos rápidos, y cada vez quedan menos luchadores. Mesías está más fuerte que nunca, y aunque Hechicero es mucho más hábil que él, toda esa habilidad se ve truncada por un Spear del boricua. Quedan tres para tres. Volador Jr, Último Guerreo y Euforia hacen equipo para debilitar a Michael Elgin, pero las bombas del calvo se demuestran imposibles de derrotar por los mexicanos. Volador le aguanta todo, de forma heroica, pero Taven aprovecha su cansancio para atacarle sin piedad.
Volador y Matt se odian mucho. Seguramente, seguirán con su rivalidad una vez que el mexicano regrese tras participar en el Super Junior Tag Tournament de NJPW, junto a Soberano. Los dos recientemente pelados tienen un buen enfrentamiento, del que sale victorioso Volador, después de una Frankesteiner y un Canadian Destroyer.
Gilbert va a por Volador, que está muy castigado. Con un Alabama Slam y un Back Breaker, Ricky Banderas elimina al ídolo. Así, quedan los dos elementos más poderosos del equipo yanki, frente a Los Guerreros Laguneros, Último Guerrero y Euforia.
Los mexicanos trabajan mejor como equipo, y se van turnando para enfrentar a Gilbert. Este es más fuerte que ambos, pero le van desgastando. Con la Soberana del Halcón, Euforia le hace rendir, mientras Elgin descansa. Él solo tiene que derrotar a dos elementos del consejo, que son de los más fuertes y experimentados, que saben luchar en equipo, y que juegan en casa.
Parece imposible, pero consigue ganar. Y lo hace, básicamente, a base de bombas, y demostrando un gran coraje y un gran cardio. Ya durante la lucha ha estado muy activo, y en esta final, no para. Con un Superplex, seguido de una powerbomb, deja noqueado al Gigante Lagunero, y después de varias idas y venidas, dos bombas dejan KO al Luchador de Otro Nivel.
Elgin celebra la victoria en una batalla muy interesante, muy disfrutable, y muy larga. La gente queda muy enfadada, pero Elgin quiere coger el micro y hablar. Lo malo es que no encuentra a nadie que le traduzca, y queda todo un poco ridículo. Finalmente, uno de los comentaristas se acerca y lo hace, aunque de una forma un poco libre. Elgin sólo quiere demostrar amor por la Arena y por el público mexicano.
El gigante Rayo de Jalisco, ganador de la primera edición del trofeo, entrega el premio a Elgin. En primera instancia, duda sobre darle la mano. Los luchadores mexicanos siempre quieren robar un poco de protagonismo, aunque la cosa no vaya con ellos, como ocurre con el Raro en esta ocasión.
La semana siguiente, Guerrero se enfrentaría a Michael en un mano a mano, en el que lo derrotaría, devolviendo a su país el honor.
Puntuación: ****
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