Tenía ganas de echar un vistazo a la rivalidad entre Goldberg y Bobby Lashley, que tuvo lugar en 2021. Y es que, todos los enfrentamientos que ha tenido la leyenda de WCW desde que volvió a la acción, a excepción de sus primeros encontronazos con Brock Lesnar, resultaron carentes de toda historia, más allá de miraditas y amenazas, y de todo intento de contar algo arriba del ring, más allá de los finishers de siempre. De hecho, la única vez que tuvo la intención de hacer algo distinto, fue aquella en la que peleó ante The Undertaker, y no salió bien, porque se partió la cabeza durante la pelea.
Una leyenda como él requiere de breves storylines frente a malvados que le permitan dar ese momentito de amor nostálgico y justiciero tan apropiado para el wrestling, pero creo que no se está usando bien esa potencialidad. En demasiadas ocasiones se le está lanzando a pelear contra campeones mundiales, y es obvio que esas peleas, salvo rara excepción, no debe ganarlas. Si las leyendas pierden muchas veces seguidas, pierden la magia, y el hálito de imbatibles seres de épocas pasadas. Pero ya sabemos que el producto de la casa McMahon gira en torno a sus mayores títulos; ha sido así desde los años 60. Así pues, en SummerSlam 2021, un evento lleno de figuras de tiempo parcial, que, dados los despidos ocurridos en la compañía durante el año, es lo único que queda, se comete este error por partida doble. Tanto Goldberg como John Cena son lanzados contra los mayores títulos, tan sólo para ser derrotados.
Y sin embargo, la derrota de Bill no es tan dolosa. De hecho, introduce el factor de su hijo en la historia, y resulta un episodio interesante para que continúe su rivalidad frente al todopoderoso Lashley. El siguiente match entre ambos, tiene lugar cuando este ya ha perdido el título, y creo que eso es perfecto. Comentemos todo desde el principio.
A WWE le gusta enfrentar a pesos pesados. Resulta, en el imaginario colectivo, un choque de titanes, y es mucho más interesante aún cuando esos titanes pertenecen a diferentes generaciones. Muchos, sin duda, soñaron con ver luchar a Goldberg frente a Ryback, aquel a quien tantas veces se acusó de ser una copia del primero. A mí me hubiera gustado ver ese match, si bien no creo que hubiera sido muy bueno. Pero, más allá de la calidad, el hecho de que el público le grite "Goldberg, Goldberg", a un luchador sin parar, en forma de burla, supone un storyline nacido de manera natural, y eso se debería aprovechar. Por desgracia, no coincidieron los dos luchadores en la empresa.
Los que sí lo hacen ahora son Goldberg y Bobby Lashley. Este último parecía desahuciado para los grandes planes de WWE. Su carrera repuntó hace mil años: en 2007, y después de pasar mucho tiempo fuera de la compañía, nadie esperaba verlo como campeón en 2021. Han pasado siglos. Sin embargo, ha sido ahora, gracias, en gran medida, a la ayuda de MVP con el micro, que ha cubierto su absoluta falta de carisma, que podemos verlo en lo más alto.
Goldberg volvió a luchar en 2016. No tenía necesidad económica de hacerlo, siempre está metido en cosillas, pero tenía un sueño: que su hijo le viera luchar; que su hijo, viera el amor que la gente sentía por él, y lo que podía hacer encima del ring. Han pasado 5 años desde eso, y en este tiempo, su hijo se ha convertido en un hombrecito. Es un buen momento para usarlo en una historia; eso siempre funciona.
La gente recibe de forma correcta a Godlberg en su llegada a SummerSlam. En el Allegiant Stadium de Paradise, Nevada, se juntan más de 50.000 personas para ver a estas y a otras grandes estrellas, pero, a pesar del agradecimiento que expresan hacia el veterano, durante todo el match apoyan a Lashley. Se alegran cada vez que ataca... incluso cuando su víctima es el hijo de Goldberg, un chiquillo adolescente. Es cierto que, quizás, muchas personas no lo reconocieran en su ataque. Pero vayamos por partes.
Goldberg y Lashley no salen a hacer Spears sin parar, como cabría esperar tras escuchar las promos previas. No, intentan luchar de verdad, y de hecho, Bill sorprende con varias variantes de Power Slam que no hacía desde hace 20 años. Bobby contraataca, e intenta dañar el cuello de su oponente para preparar el uso de su llave Nelson. Sin embargo, se come un par de Spears bastante buenas.
Ante la desventaja de su pupilo, MVP, que está cojo por una lesión, pasa al ataque, y golpea a Goldberg con su bastón. Le hace mucho daño en la pierna, y Bobby hace el resto para inutilizarla por completo. El todopoderoso ataca sin parar la pierna de Bill, hasta que este no puede mantenerse el pie, por lo que el referee decreta la victoria del campeón. El público celebra su victoria, aunque esperaba que la consiguiera de mejor manera.
Tras el match, Bobby sigue atacando al de la racha de cientos de combates imbatido, hasta que aparece su hijo para impedírselo. Bobby le aplica Nelson, y lo deja KO, en principio, o eso dice MVP, sin saber que era él. Goldberg promete que matará a Lashley, un término que nunca he escuchado en WWE. Veremos como sigue la cosa.
La lucha está bien, es correcta, y la historia se presenta interesante.
Puntuación: ***
martes, 25 de enero de 2022
Goldberg vs Bobby Lashley, WWE SummerSlam 2021
miércoles, 29 de septiembre de 2021
John Cena vs Roman Reigns, WWE SummerSlam 2021
Seguimos mirando algunas de las grandes defensas titulares que Roman Reigns en los últimos meses. En SummerSlam 2021, el mejor de la actualidad se enfrenta al mejor de todos los tiempos: John Cena.
Ya comentamos la lucha entre el Campeón Universal y Edge en Money in the Bank. Al finalizar el evento, sonó la música más icónica de la historia del Wrestling. John Cena regresaba, de cara a SummerSlam, un evento al que acudieron más de 50.000 personas. Las medidas anticovid se han flexibilizado, y la empresa puede volver a promover sus grandes shows, incluso fuera de Florida. Por tanto, y dado que a WrestleMania pudieron acudir menos personas de las previstas, debido a que ese estado permitió, finalmente, la mitad de lo que WWE pedía, SummerSlam cubre parte de la grandeza perdida por el mayor evento del año. El Allegiant Stadium de Paradse, Nevada, recibe la visita de Roman, Cena, Goldberg, Lashley, Edge, Seth Rollins y Brock Lesnar, entre otros.
Puede parecer que John Cena ha regresado para un combate, y se ha vuelto a ir. No es así; si bien la lucha ante Roman es el único match que se ha retransmitido de cuantos ha disputado este año, han sido 15 las luchas en las que ha estado presente estos meses. Una vez más, y a pesar de su floreciente carrera actoral, John se ha sacrificado por la empresa, trabajando en muchos Live Shows y Dark Matches, lejos de los grandes focos, para atraer al público a las arenas en este regreso a la carretera. Parece que ha tenido éxito en esa empresa, si bien tras su regreso a la interpretación, las ventas se han resentido mucho, lo que no es de extrañar teniendo en cuenta las recientes bajas en el roster, algunas, como la de Braun Strowman o la de Bray Wyatt, aún inexplicables.
Cena, como The Rock antes, se ha introducido en el mundo de la interpretación, vía cine de acción juvenil, como la saga de los Transformers o el Universo Cinematográfico de DC. No va a ganar un Oscar, pero hará dinerillo, y mantendrá el cariño del público, lo que se nota en sus regresos a WWE. Físicamente, ha bajado su masa muscular, pues la que tenía era excesiva para interpretar seres humanos normales, y lleva un peinado muy juvenil, que choca con sus 44 años de edad, y el hecho de que se le empieza a ver el cartón en la coronilla. Ningún pelo le queda bien; por eso iba rapado.
Hoy, viene a enfrentarse a Roman Reigns, que le ha sustituido en el cargo de figura principal de WWE. Recordemos que ya hubo una lucha entre ellos en No Mercy 2017, que fue buena, pero que no estuvo a la altura de las expectativas, pues Reigns estaba verde, y John estaba de salida, motivo por el cuál, WWE no respetaba mucho su capacidad para ganar combates. Ahora, Roman es un monstruo, y Cena tiene un puesto en el Olimpo de los grandes luchadores de la historia del wrestling.
Roman defiende su carrera, afirmando que esta ha ido evolucionando con el tiempo, mientras que John ofrecía lo mismo noche tras noche, como la posición del Misionero. Cena responde que, si Roman ha tenido que evolucionar, es porque ha fracasado en aquello que ha emprendido. En cualquier caso, la actual estrella de Hollywood sostiene que, siendo cierto que la posición de poder de Reigns es insuperable, él no necesita demostrar que es el mejor: sólo necesita que la cuenta llegue a tres. Esto es importante, porque tiene mucho impacto en el sentido de la lucha.
Como había hecho en los programas anteriores al PPV, Cena sale a ganar a través de paquetitos, Rollups y conteos rápidos. Sabe que está perdido en un mano a mano, , así que tiene una estrategia clara, que puede valer para vencer al más pintado. Pero Roman es el más pintando, y en cuanto agarra a su oponente, lo destroza. Su dominio es absoluto, y ya sabemos lo pasivo que puede llegar a ser John Cena cuando es dominado. Los minutos pasan de esta manera, hasta que la leyenda resurge con la intención de aplicar el finisher más poderoso de la historia, el Attitude Ajusttment, tantas veces como sea necesario. Y esto es un gran acierto, porque, si bien todo el mundo está muy interesado en este match, nadie confía en una victoria real de John. A través de este mecanismo, los bookers del match consiguen convencer al público de que Cena puede llegar a ser campeón por 17ª vez.
Cena aplica AA sobre el ring, sin suerte. Posteriormente, y de manera sorprendente, lo aplica sobre la mesa de comentaristas, golpeando brutalmente al campeón. Con este ataque, el segundo AA, que se ha aplicado sobre una mesa, el público empieza a creer que la cuenta puede llegar a tres. No es así, pues Roman sobrevive, motivo por el cuál, llega un tercer Attitude Ajustment, que es el golpe más poderoso de Cena: el AA desde la esquina. El público está seguro de su victoria, pero esta tampoco se da. Cena estaba en lo cierto desde el principio: Roman es invencible a través de técnicas de poder.
Finalmente, Reigns alcanza una Spear sobre John, y lo derrota. Me parece que, si bien es cierto que esta es una muy buena lucha, John llega a soportar muy poco sufrimiento, y creo que el motivo es que WWE protege su cuerpo, para no dañar su carrera como actor. Así pues, un único Spear acaba con él.
Puntuación: ***3/4