Tras hablar un ratito sobre el proyecto World of Sport Wrestling, y antes de que tenga lugar el evento WWE NXT UK: Takeover: Cardiff, nos hemos propuesto comentar, brevemente, la evolución de la división británica de la WWE.
En el primer torneo para determinar un Campeón del Reino Unido, Tyler Bate derrotó a Pete Dunne, consiguiendo tal honor. Durante en año 2017, tan sólo hubo otro especial desde el archipiélago, en mayo de ese año, en el que Bate retuvo el título ante Mark Andrews, y en el que Dunne se convirtió, de nuevo, en retador.
Así, la rivalidad entre los dos jóvenes británicos continuó durante el 2017. Sin programas en el Reino Unido, se verían las caras dos veces más, en programas de NXT. En primera instancia, lo hicieron en el especial NXT Takeover: Chicago, en el que Dunne se convirtió en Campeón, para mantener el título durante año y medio, sin realizar demasiadas defensas durante ese periodo, por falta de rivales, más que nada.
Se ha hablado de esta rivalidad como una de las mejores de 2017. Y es bastante buena, pero no me parece que lo sea hasta ese punto.
Su lucha en Chicago comienza bastante bien. Dunne sigue su habitual rutina, atacando brazos y dedos, mientras que Bate usa su fuerza sobrehumana para levantar a su rival en cualquier momento, y aplicarle un fuerte slam. También por esto, no se puede observar un gran selling por parte del mostachudo, si bien es, en cierta medida, parte de la historia. Así, Dunne se rinde en su estrategia, mientras el British Strong Style conduce a los luchadores a una refriega aún más dura.
Bate y Dunne se pegan muy duro, muy stiff, a puñetazo limpio, para acabar en una guerra de Big Moves, de la que Dunne sale ganador vía Bitter End. Buena lucha, pero le falta un poco para llegar al siguiente nivel. Veremos qué hacen en el cierre de su trilogía, lo comentaremos en el próximo post.
Puntuación: ***1/4