Es habitual que el NXT Takeover previo a WrestleMania tenga lugar, justo, el día antes del gran evento anual de WWE. Sin embargo, este año, 2019, NXT Takeover: New York se ha celebrado en la noche del viernes, dejando, para el sábado, la gala del Hall of Fame.
No se ha informado del motivo oficial de este cambio de guión. Pero es posible que el hecho de que, entre otras muchas funciones, hubiera un PPV de Ring of Honor y New Japan Pro Wrestling en el Madison Square Garden durante la noche del sábado, sea uno de los causantes de este cambio. Para un fan del wrestling, elegir entre un evento y otro sería difícil, puede ser que WWE no haya querido arriesgarse a que su marca de desarrollo sea derrotada por la competencia. Sin embargo, este cambio posibilitaba pasar un fin de semana en New York, y asistir a los tres eventos, además de los de EVOLVE, GCW o MLW, lo que debe ser algo maravilloso, aunque no barato.
Takeover: New York presenta, como siempre, una gran cartelera, con acción perpetua durante la noche, y finalizada por el combate por el vacante campeonato de la marca. Adam Cole y Johnny Gargano se enfrentan por el oro.
Ya sabemos que Tommaso Ciampa era el Campeón de NXT, y derrotó a Aleister Black en el anterior Takeover, reteniendo la correa en su cintura. Pero venía arrastrando una lesión. En WWE lo sabían y, aún así, como revulsivo para las dos grandes marcas, Vince McMahon se empeñó en ascenderlo, para hacer pareja con Gargano. Su cuerpo necesitaba descanso, y no se le dio, así que acabó rompiéndose del todo. Y parece una cosa muy grave.
Se supone que DIY subirían al main roster, pero, sin Ciampa en la ecuación, Vince no está mínimamente interesado en el ascenso de Johnny. Más le vale quedarse en NXT mucho tiempo.
Así, volvió a atacar a Ciampa, reconfirmándose, una vez más, como baby face. Después de un pequeño torneo, se dilucidaron los dos luchadores que se enfrentarían por el NXT Championship. Serían Gargano, y el líder de The Undisputed Era, Adam Cole, los que tendrían la oportunidad de reinar por primera vez en la marca amarilla.
La lucha ha resultado muy polarizante. Hay quien la ha amado muchísimo, como si fuera lo mejor que se ha visto jamás, mientras que otros la han considerado una basura.
Porque la gente es así, y en Internet, más todavía. Como piensan de una forma muy simple, sus análisis lo son también, y se pueden resumir en un par de palabras. Pero, mucho más importante que esa conclusión, o que una simple nota, es una reflexión acerca de por qué las cosas son buenas o malas.
En este caso, hay gente que ha alucinado con el nivel de acción y drama del combate, y todos los nearfalls que lo componen. Otros, por su parte, han sancionado el hecho de que es acción sin cabeza, sin historia, sin selling, y sin sentido para la estipulación de la lucha. Ambos comentarios son ciertos.
No puedo decir nada de las dos primeras caídas. Hay mucha superkick, y todo eso, pero nada se puede concluir de ahí. Nada se hace para componer la historia de la lucha. Adam Cole cubre a Gargano en la primera caída con una patada bastante normalita, y se rinde en la segunda caída a la primera de cambio, ante la primera ejecución del Crossface de Johnny. No hay nada en esas dos partes de la contienda que ayude a contar una historia en la tercera, salvo, tal vez, el cansancio acumulado. Gargano tiene sangre en una ceja, pero esa herida no es usada en la historia.
En la tercera caída, continúa la fiesta del big move. Es cierto que todos los movimientos de Gargano son sobre la cara del rival, y de esa forma, aunque no haya una voluntad explícita de contar una historia, lo cierto es que, con eso, va preparando la futura rendición de su oponente. Cole también utiliza movimientos buenos, incluyendo un Face Buster sobre la mesa de comentaristas, con el que intenta ganar por Count Out. Al ser una lucha al mejor de tres caídas, esa forma de ganar es suficiente para llevarse el campeonato. No tiene suerte, pero es la primera vez que se usa una estrategia relacionada con la estipulación.
Tras eso, pega una SuperKick en la cara, que no es suficiente para ganar. A partir de aquí, vemos a Gargano aplicando el Garga-No-Escape, una y otra vez, con los miembros de Undisputed Era interfiriendo para hacerle soltar. El referee queda KO, lo que Fish y O'Really aprovechan para aplicar su finisher en equipo sobre Johnny Wrestling. Este lo resiste, para locura del público, que cree estar en el mayor combate de la historia, y vuelve a cerrar el Crossface para ganar y proclamarse Campeón NXT.
Como digo, la lucha no es muy inteligente, ni muy buena. Pero tiene un componente de epicidad claro, producto de la intención de ser bookeada como la lucha del año. No cuela, en términos de claridad de wrestling, pero, desde luego, convence al público, que arde vigorosamente. Asimismo, creo que en los últimos minutos, con ese intento de Count Out, los Crossfaces, y las interferencias de Undisputed Era, están bastante bien. El ambiente es atronador, y eso también es parte del wrestling.
Puntuación: ***1/2